Para continuar añadiendo valor operacional a las valoraciones hechas ya en relación a la visita del presidente norteamericano a La Habana, más que para desencantar a embobecidos por los cantos de sirena interpretados «profesionalmente» por el embajador de Wall Street en sus encuentros con la sociedad civil cubana, considero importante aproximarnos y explicitar los elementos […]
Para continuar añadiendo valor operacional a las valoraciones hechas ya en relación a la visita del presidente norteamericano a La Habana, más que para desencantar a embobecidos por los cantos de sirena interpretados «profesionalmente» por el embajador de Wall Street en sus encuentros con la sociedad civil cubana, considero importante aproximarnos y explicitar los elementos que componen el background téorico del presidente y sus más cercanos asesores, durante la toma de las decisiones más recientes en cuanto a su política hacia lo que ellos llaman el Hemisferio Occidental y de manera particular hacia Cuba.
Como se conoce, el Consejo de Seguridad Nacional es un órgano de asesoramiento y coordinación que asiste directamente al Presidente del Imperio. En la práctica, esa proximidad con el Salón Oval y el rol de coordinar información y tareas con la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés) y el Departamento de Defensa (El Pentágono), lo convierten en un actor predominante, a veces superior al Departamento de Estado, en la política exterior de los Estados Unidos. No es de extrañar entonces que dos de los participantes en este Consejo hayan sido los designados por Barack Obama para la comisión que negoció con la parte cubana los acuerdos hechos públicos el 17D.
Benjamin J. Rhodes, el asesor predilecto en política exterior del presidente norteamericano, nació en 1977 y en el 2000 se graduó de Inglés y Ciencias Políticas en la Rice University. Posteriormente, se tituló en la York University con una maestria en Escritura creativa. Su hermano David Rhodes es presidente de la CBS News, la división de noticias de la cadena de radio y televisión Columbia Broadcasting System (CBS), la tercera cadena de radiodifusión más grande en el mundo. [1]
Ben está casado con Ann Norris, asesora en política exterior de la senadora por California Barbara Boxer, quien en la audiencia en el Senado titulada «Entendiendo el impacto de los cambios en la política para los derechos humanos y la democracia en Cuba», explicó que apoya el cambio de política de la administración Obama, no porque los 50 años de bloqueo (embargo) fueran un acto de genocidio, sino porque «distanciaron a EEUU de sus asociados en el continente y en Naciones Unidas y sirvieron a La Habana para justificar sus fracasos y su represión». Boxer consideró que la mejor manera de empoderar al pueblo cubano es a través de una política que involucre y no aísle a los cubanos [2].
En el 2002, James Gibney, editor de la revista Foreign Policy,- fundada en 1970 por Samuel P. Huntington [3]-, presentó a Rhodes al congresista Lee Hamilton, presidente y director del Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson, centro compuesto de oficiales del gobierno y personas designadas por el presidente de los Estados Unidos para conmemorar los ideales de Thomas Woodrow Wilson que, vale recordar, se cuenta entre los presidentes demócratas más intervencionistas de la historia.
Es plausible imaginar que Rhodes y Obama durante sus estudios de Ciencias Políticas conocieron en profundidad, además de la Lista de 14 puntos de Wilson, el conocido Idealismo Wilsoniano, consistente en asegurar que los gobiernos «interesantes» o importantes para los intereses de los Estados Unidos en el extranjero deben ser depositados en manos de los «buenos», es decir de los favorables a los intereses imperiales, aunque éstos no fuesen más que la representación de una minoría de la población.
Rhodes se mantuvo por cinco años como asistente de Hamilton, ayudándolo como copresidente del Grupo de Estudio de Iraq, como vicepresidente de la Comisión de 9/11 y vicepresidente del Proyecto de Discurso Publico de 9/11, establecido para examinar la implementación de las recomendaciones de La Comisión.
Fue precisamente como parte del Programa de Latinoamérica de este tanque pensante y fruto de siete años de estudios, que se produjeron los casi treinta trabajos de igual número de especialistas europeos, norteamericanos y latinoamericanos compilados por Guillermo O’DonelI, PhiIippe C. Schmitter y Laurence Whitehead en los cuatro volúmenes de Transiciones desde un gobierno autoritario, una de la obras más conocida sobre la «transición democrática».[4]
Ben Rhodes se unió en el 2008 al equipo de campaña del entonces senador Obama y tras el triunfo llegó a La Casa Blanca, donde se ha ganado la confianza del presidente. Es su escritor de discursos y el único de los seis asesores autorizado para asistir a reuniones del Consejo de Seguridad Nacional.
Fue designado también por Obama para las negociaciones con las autoridades de Birmania, que concluyó en el 2011 con la primera visita de un presidente norteamericano a ese país asiático y un discurso del «encantador orador» en la Universidad de Rangún, de similitud impresionante con el del Gran Teatro de La Habana, como argumento en otro de mis trabajos.[5]
Significo a propósito, que como parte de «la promoción a la democracia» en aquel país fronterizo con China, motivada -como es previsible- más por intereses geoestratégicos, geopolíticos y geoeconómicos de las élites de poder, no faltó el envío de su «caballo de Troya», la Agencia para el desarrollo Internacional de los Estados Unidos (USAID), una de las armas más poderosas de la CIA para sus intervenciones encubiertas. [6]
Pocos días antes de la visita de Obama a La Habana, en una postura prepotente y carente de objetividad durante un encuentro con emigrados cubanos en Miami, Rhodes dijo que «Cuba no quería cambiar las cosas como estaban, Estados Unidos los convenció de hacerlo». En su opinión, la normalización ni siquiera estaba en la mente de los funcionarios cubanos, cuando comenzaron las negociaciones secretas en el 2013. Y más que eso, confesó que «Estados Unidos y la oposición cubana quieren lo mismo». [7] A buen entendedor con pocas palabras bastan.
Ricardo Zúñiga Harris, el otro integrante de la comisión negociadora, nació en Honduras en 1970. Es hijo de un militar hondureño y de madre estadunidense. Su abuelo, Ricardo Zúñiga Augustinus, fue el presidente del Partido Nacional de Honduras que organizó los golpes militares de 1963 y de 1972 a favor del general López Arellano.
El diplomático norteamericano ocupó el cargo de consejero político de la misión de los Estados Unidos en la OEA, ese «ministerio de colonias», durante la presidencia de Clinton. También trabajó en la Oficina de Inteligencia e Investigación (INR) como analista en asuntos cubanos y del Caribe. Fue nombrado en junio del 2012 como asistente especial y senior director para América Latina en el Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos, a raíz de la inusitada crisis diplomática en la región, con clímax en Cartagena de Indias durante la sexta Cumbre de las Américas, que tuvo como centro a Cuba y su exclusión.
Dan Restrepo, antecesor de Zúñiga como asesor de Obama para América Latina, dijo que lo recomendó como reemplazante porque sabía que las relaciones con Cuba ocuparían una parte importante de su agenda en su segundo período y «No había nadie en el gobierno con mejor conocimiento de la mecánica, las medidas de gobierno y la política cubanas».[8]
«Mecánicas» que analizó para subvertirlas, durante sus varios años en la Sección de Intereses (SINA) en la capital cubana, donde dirigió la estación de la CIA, y desde donde reclutó y financió agentes para fabricar una oposición contra el gobierno legítimo de la isla. Fidel Castro, en una comparecencia televisiva en abril de 2003 [9], citó varios incidentes relacionados con el nuevo directivo de asuntos hemisféricos junto al entonces jefe de la Sección de Intereses en el país caribeño, James Cason designado en el cargo por otro enemigo de los pueblos latinoamericanos, el tenebroso Otto Reich. [10]
Como lo denunció el periodista canadiense Jean Guy Allard, a raíz de hacerse publico su nombramiento, el diplomático dirigió en la Habana todo el sector de la subversión y financiamiento de «disidentes», en concordancia no solo con el Departamento de Estado, sino con la CIA y la mafia terrorista de Miami».[11]
Según Thierry Meyssan de la Red Voltaire, como director para el Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Zúñiga estuvo a cargo de la supervisión de la «Operación Jericó», intento de magnicidio contra el presidente venezolano Nicolás Maduro. [12]
Zúñiga ha confesado ser un admirador del escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa, pero no sabemos si por su producción literaria o por su «tirar pa´l Norte», su opiniones infundadas y agresivas en El País contra los gobiernos progresistas de la región, o sus seminarios o foros conspirativos contra estos; como aquel «Seminario Internacional» realizado en Lima en el 2014, con el apoyo incondicional de la violenta opositora y exdiputada venezolana Maria Corina Machado, del terrorista de origen cubano y agente de la CIA Carlos Alberto Montaner, y del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice), uno de los tantos apéndices que financian las instituciones de inteligencia de Washington para subvertir el orden en nuestra Patria Grande.[13]
Vale destacar las coincidencias de esta derecha hispanoamericana con la asentada en Miami en relación a Cuba y el 17D. Vargas Llosa solo unos días después de aquel suceso opinó: «¿Hay razones para compartir este entusiasmo? A largo plazo, tal vez. A corto, no. Porque en lo inmediato quien saca más provecho del nuevo estado de cosas es el Gobierno cubano: Estados Unidos reconoce que se equivocó (…) y ahora va a contribuir con sus turistas, sus dólares y sus empresas a levantar la economía de la isla, a reducir la pobreza, a crear empleo; en otras palabras, a apuntalar al régimen castrista.» [14]
Cuando a inicios del 2015 los miembros más recalcitrantes de la comunidad de exiliados cubanos, opuestos frontalmente a lo que llaman «el pacto Obama-Castro», se manifestaron públicamente en las calles de Miami, y varios declinaron la invitación para reunirse con Roberta Jacobson y con Ricardo Zúñiga, este dijo a una cadena hispana que la negativa de varios exiliados de asistir a la reunión «es parte normal de la democracia». «Es un debate sobre Cuba que está teniendo lugar aquí en Estados Unidos, pero los cubanos no pueden tener un debate semejante dentro de la isla. Y eso es lo que queremos promover». [15] La verdad es que el supuesto experto en Cuba no se ha montado nunca en un transporte colectivo de La Habana para escuchar los debates que se arman allí.
Mark Feierstein, sustituto de Zúñiga como director para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional, y quien se dice organizó las visitas a Cuba y Argentina, es otro de los hombres más cercanos al presidente norteamericano con ejecutoria evidentemente contraria a los gobiernos progresistas y legítimos de Nuestra América.
Según un reciente trabajo de TeleSur [16], fue funcionario de Bill Clinton en la OEA, ocupó la subdirección de la sección latinoamericana en la USAID, y fue director de proyecto para Nicaragua en el instituto National Endowment for Democracy (NED), fundación esta última, creada durante la Guerra Fría para canalizar los fondos del gobierno de los Estados Unidos destinados a respaldar sus intereses en el extranjero, bajo el pretexto de «promoción la democracia».
En Bolivia, siendo vicepresidente de la consultora Greenberg Quinlan Rosner, fue director de campaña del presidente ultraconservador, actualmente prófugo en EEUU, Gonzalo Sánchez de Losada, que gobernó entre 1993 y 1997 y entre 2002 y 2003 y que como se recordará tuvo que renunciar en medio de una crisis terminal. Esta empresa tiene entre otros clientes a Bill Clinton, Tony Blair, Capriles Radonsky, RCTV y a la propia USAID [17]
Mark Weisbrot, codirector del Centro para Investigación Política y Económica de Washington, ha planteado que Feierstein participa en operaciones contra gobiernos progresistas desde que el Imperio apoyó a los contras, las fuerzas de combate contra los sandinistas con financiamiento estadounidense. También trabajó en Honduras para consolidar el gobierno de Porfirio Lobo luego del golpe contra Manuel Zelaya en 2009. «Queremos entender un poco más Honduras para mejorar la seguridad», dijo en 2014 durante una visita a Tegucigalpa.
Se le vincula también con el golpe suave en Paraguay contra el expresidente Fernando Lugo [18] y con otras acciones subversivas contra el gobierno legítimo de Venezuela [19].
Como también puso al descubierto la investigadora Eva Golinger, en el 2012 el administrador adjunto para América Latina y el Caribe de USAID, reconoció que su país financiaba a cuatro organizaciones opositoras a la revolución ciudadana. Tampoco negó que la agencia seguía siendo «muy importante para aquellos grupos cívicos que están luchando por los derechos humanos y la democracia», en Cuba y Venezuela. [20]
El más experto Zbigniew Brzezinski (Varsovia, 1928), como ha planteado el estudioso cubano Esteban Morales [21], se encuentran entre los vínculos intelectuales del Dr. Barack Hussein Obama, con el que coincidió entre los años 1980-1983, como profesor en Columbia University. Además ha sido calificado por algunos como el ingeniero geopolítico de Obama.
Brzezinski, Consejero de Seguridad Nacional del presidente Carter entre el 77 y el 81, ha sido miembro de la junta directivas de Freedom House, Amnistia Internacional y NED, de reconocidas actividades subversivas contra los gobiernos democráticamente elegidos por sus pueblos, pero que no han sido aprobados por el Imperio. [22] En la actualidad es asesor del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de la Universidad Johns Hopkins de Washington D.C.
Uno de sus hijos, Mark Brzezinski trabajó en el CSN durante la Administración Clinton, y ha integrado el equipo de asesores en política exterior de la campaña presidencial del senador Barack Obama, mientras el otro hijo, Ian Brzezinski, ha asesorado a la campaña presidencial del senador, candidato republicano y contrincante de Obama, John McCain, quien además preside el Instituto Republicano Internacional (IRI), la sección del Partido Republicano dentro de la NED y la USAID.
El politólogo y profesor universitario es partidario del soft power, es decir, de las acciones de guerra económica y guerra sicológica (PSYOPS), acciones encubiertas, el separatismo, y las técnicas del golpe suave, en lugar de acciones militares que perjudiquen la imagen del Imperio ante la opinión pública mundial.
Es miembro de los tanques pensantes más influyentes en la política exterior y en las estrategias militares de los Estados Unidos. Fue cofundador junto a Henry Kissinger y su socio el multimillonario David Rockefer de la Comisión Trilateral. Forma parte del Council on Foreing Relations (CFR), con miembros como John Bolton, John Negroponte, Francis Fukuyama y el mencionado Mark Feierstein, y del Club de Bilderberg, creado por en 1954 por David Rockefer y el príncipe Benard de Holanda, con el apoyo de la CIA, para luchar contra el comunismo y todo lo que se le parezca. También integra, junto a Henry Kissinger (promotor de la Realpolitik), Bruce P. Jackson (Project for Transicional Democracies), Frank Carlucci (subdirector de la CIA con Carter y asesor de Seguridad de Reagan) y Otto Reich (administrador de USAID, asesor de Freedom House y loobista de la Helms-Burton), el Center For Strategic and International Studies (CSIC).
Este último think tank se reconoce como defensor del concepto del poder inteligente en el marco de las relaciones internacionales, doctrina de la que son partidarios el presidente Barack Obama y la actual contendiente a la presidencia por el Partido Demócrata, Hillary Clinton, la que el 13 de enero de 2009, al asumir como Jefa del Departamento de Estado, expresó «Debemos usar lo que ha sido llamado smart power, la gama completa de herramientas a nuestra disposición, tanto diplomáticas, económicas y militares, como políticas y culturales; escogiendo la herramienta más acertada, o la combinación de las mismas, para cada situación. Con el smart power, la diplomacia será la vanguardia de la política externa». [23]
Como se constata, los discursos de Obama en La Habana, como sus mensajes por las redes sociales y sus sketch de televisión, son acciones políticas que responden a los lineamientos actuales de la política exterior de Imperio y la histórica «promoción democrática» (promotlng democracy), en un esfuerzo común de intereses bipartidistas, multi-agencial y estructurado a nivel mundial.
Por ello no es de extrañar que el Departamento de Estado, anunciara, sólo tres días después del término de la visita de Obama, un programa de orientación de prácticas comunitarias por $ 753.989, para la formación de «jóvenes líderes emergentes» de la sociedad civil que «apoyarán activamente los principios democráticos en Cuba». [24] Ni que tras la plata [25] corran animosos, con sus pedigree intervencionistas en Nuestra América y en otras «oscuros rincones» del mundo, los de la pandilla de la NED y USAID o el Albert Einsten Instituto con Robert Helvey, Gene Sharp y Peter Ackerman.
Notas:
1. La CBS Corporation a su vez, es controlada a través de National Amusements por el empresario Sumner Redstone, un multimillonario que, aunque se declara simpatizantes del Partido de Obama, en el 2004 se decantó por el republicano George W. Bush, porque a su criterio sería más beneficioso para su empresa y para la economía del país.
2. http://www.martinoticias.com/
3. En esta revista el politólogo y profesor de Harvard por 58 años, publicó su famoso artículo The Clash of Civilizations?.
4. Guillermo O’DonelI, PhiIippe C. Schmitter y Laurence Whitehead (comps.). Transiciones desde un gobierno autoritario. Buenos Aires. Ed. Paidós, 1988 (cuatros tomos).
5. En Rangún y en La Habana: el mismo Obama con distinto collar. (Sin publicar).
6. Ver: http://razonesdecuba.
7. Referido por Rosa Miriam Elizalde del sitio: http://www.politico.com/story/
8. http://www.elheraldo.hn/pais/
9. http://granma.co.cu/2003/04/
10. El exsubsecretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos de Estados Unidos, Otto Reich, indicó que Obama solo tiene interés de ser el primer presidente que viaja a Cuba en más de 80 años: «Él tiene siete años en el cargo y no tiene un solo éxito en política exterior, por el contrario tiene una serie de fracasos como Libia, Siria, Irá, Crimea, Ucrania (…) Alguien lo convenció de que ir a Cuba sería exitoso. Ha demostrado que le interesa la pantalla, la apariencia y no el sustento de las relaciones internacionales».
11. http://www.elheraldo.hn/pais/
12. http://www.voltairenet.org/
14. http://elpais.com/elpais/2014/
15. http://www.elnuevoherald.com/
16. http://www.telesurtv.net/.
17. http://www.celag.org/quien-es-
18. http://ciperchile.cl/2013/02/
19. https://actualidad.rt.com/
20. http://www.telesurtv.net/.
21. Según el intelectual cubano, Obama tiene también vínculos intelectuales con otros miembros de tanques pensantes artífices de las políticas de Bush, tales como Collin Powell y Brent Scowcroft, «dos de los más importantes artífices de las politicas del W. Bush». Miembros de una élite intelectual de derecha muy preocupados luego «porque a Bush se le fue la mano en la utilización del llamado Poder Duro y también ligados a la época Reagan, como F. Fukuyama, quien renegando su absurda «Fin de la Historia», hora se proclama como un fuerte partidario del llamado Poder Blando (CEHSEU. UH, Diciembre 15 del 2008).
22. Ver de Eva Gollinger y Romain Migus, La telaraña Imperial. Enciclopedia de injerencia y subversión, Editorial Ciencias Sociales, 2010; así como de Jean-Guy Allard y Eva Golinger, USAID, NED y CIA. La agresión permanente, Ministerio del Poder Poder Popular para la Comunicación y la Información, 2009.
23. Clinton: Use «Smart Power» In Diplomacy, CBS News, enero 13 de 2009.
24. Ver http://www.cubadebate.cu/
25. Según el experto cubano Abel González Santamaría (MININT): «Desde 1996 hasta el 2015 el Congreso norteamericano asignó públicamente 284 millones de dólares para programas subversivos para ‘promover la democracia’ en Cuba. De esos 284 millones, durante el actual gobierno de Obama, en el 2009 y 2012, cada año, se asignaron 20 millones. En el 2013, bajó un poquito: 13 millones. En el 2014-2015, se destinaron otra vez 20 millones. En el año fiscal 2016, otros 20 millones.
J. A. Téllez Villalón. Licenciado en Radioquímica. Maestrante en Ciencia Política en la Universidad de La Habana.
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