El artículo del Banco de España destaca que la crisis financiera ha hecho que la mayoría de los países avanzados se hayan visto obligados a destinar dinero a la reestructuración de la banca
España utilizó entre 2008 y 2015 un total de 61.900 millones de euros para sanear su sistema financiero, de la inyección de 174.300 millones de euros aprobada, la mayor cifra de toda la zona euro. Los avales aprobados ascendieron a 200.000 millones de euros, según ha informado Europa Press.
Alemania y Reino Unido dieron luz verde a inyecciones de capital por 114.600 millones para su sector financiero, de los que usaron 64.200 millones y 100.100 millones, respectivamente. Por otro lado, Bulgaria y Croacia fueron los dos únicos países de la eurozona que no inyectaron capital en su sistema financiero durante los años transcurrido entre 2008 y 2015.
El impacto fiscal de las ayudas al sector financiero español fue del 4,2% del PIB a finales de 2015, frente al 1,9% del conjunto de la Unión Monetaria Europea (UEM), según consta en un artículo analítico realizado por el Banco de España basado en información de Eurostat.
Irlanda, Grecia y Chipre son los países que más deuda neta han generado, próxima al 20% del PIB, a diferencia de Eslovenia y Portugal, con valores del entorno del 6% y del 8% del PIB.
Mientras tanto, países como Dinamarca, Francia, Luxemburgo y Suecia han tenido un impacto sobre el saldo presupuestario ligeramente positivo, fruto de los ingresos percibidos como contraprestación a las ayudas.
La institución que encabeza Luis María Linde recuerda que la reducción de los pasivos contingentes desde los máximos alcanzados durante la crisis «ha sido notable», destacando el caso irlandés, donde el volumen de avales públicos llegó a suponer casi el 200% del PIB, cuando el Gobierno tuvo que aprobar una garantía general sobre los pasivos exigibles de los principales bancos irlandeses por un período de dos años.
Impacto en la deuda pública
Considerando el aumento bruto de los pasivos, las intervenciones en el sector financiero han provocado un aumento de la deuda pública de alrededor del 4,8% del PIB, tanto en la Unión Monetaria como en España.
No obstante, el supervisor apunta que el coste final de la asistencia al sector financiero no quedará «completamente identificado» hasta que concluyan los procesos de reestructuración pendientes y finalice la exposición que todavía tiene el sector público frente al sector bancario.
El artículo del Banco de España destaca que la crisis financiera ha conllevado la movilización de un volumen elevado de recursos públicos para la estabilización y la reestructuración del sector financiero en la mayoría de los países avanzados, cuyo reflejo ha sido desigual en las cuentas públicas de las distintas economías.
También indica que desde 2008, la mayoría de los Estados miembros de la Unión Europea ha realizado algún tipo de intervención sobre el sector financiero que ha tenido su efecto en las cuentas públicas.