«A falta de esencias sobran los detalles»Joaquín Sabina Onelio y su tren Comienzo disculpándome con los académicos y otros que han respondido con artículos y comentarios los últimos post míos, por no darles respuesta inmediata debido a otras ocupaciones. El blog en mi caso es algo parecido al sector no estatal para la economía cubana, […]
Joaquín Sabina
Onelio y su tren
Comienzo disculpándome con los académicos y otros que han respondido con artículos y comentarios los últimos post míos, por no darles respuesta inmediata debido a otras ocupaciones. El blog en mi caso es algo parecido al sector no estatal para la economía cubana, complementario, aunque importante. Agradezco todos los comentarios recibidos tanto los que me han apoyado, que son los más, como aquellos en los que prevalece la crítica. Ahora solo me referiré a los segundos. Lamento que el filo de la crítica se haya orientado hacia ciertos términos que algunos académicos, y otros que no parecen serlo, consideran ofensivos. El otro elemento crítico denota la indignación por «atacar» a los que tienen opiniones distintas a las oficiales y por ello hacen lo que critican, ofenden. He tomado notas de todas las observaciones críticas pero en realidad algunas son tan endebles que no tengo porque atenderlas.
Este alboroto de los ofendidos me recuerda el cuento de nuestro gran Onelio Cardoso, titulado: «El Hombre del tren». Trataré de parafrasear su esencia para que no me quede tan extensa como la interesante «teoría del caballo muerto» del doctor Pedro Monreal.
Dos hombres viajan en un tren, uno frente al otro. Uno de ellos se siente incómodo porque presupone que el otro lo está mirando y se sumerge por horas en un mar de elucubraciones, hasta que por fin decide enfrentar a su presunto contrario y le reprocha crudamente porque lo está mirando. El acusado le responde tranquilamente: «Señor, por favor, si desde que abordé el tren hace horas y me senté aquí, usted no me ha quitado los ojos de encima».
Lo mismo pudiera decir de los que ahora protestan por algunos términos utilizados en dos artículos acerca del programa de estabilización de la economía de Monreal, cuando los que critican la política oficial y a todo el que no tengan su misma opinión disidente- en el mejor sentido de la palabra- utilizan todo tipo de insultos. Lo que sucede es que utilicé términos populares como «se le fue la catalina» que en buen cubano es equivocarse. Uso también «desfachatez» pero para una situación muy puntual y sigo considerando que fue adecuada la selección. En ningún momento acuso al autor del «programa estabilizador» de despistado ni de desfachatado porque para nada pienso así.
Les puedo asegurar a los «sorprendidos» e «indignados» comentaristas que el propio Monreal emplea términos más «ácidos» e «irrespetuosos» contra intelectuales revolucionarios solo que más «cultos» y rebuscados.
Solo en un post desestima a decenas de autores que critican a los llamados «centristas». Algunos términos empleados son: «panfletos políticos», «retórica hueca», «cacofonía imprecisa» , «texto enclenque», «más peregrino de los textos», «más de chismorreo que de literatura política», «declaración de sectarismo» , «florituras retóricas» , «calenturienta diatriba». (Pedro Monreal, «La antología sobre el centrismo en Cuba: lo que no hay que leer», El estado como tal, 13 de agosto de 2016)
Si los defensores del presunto atacado por mí encuentran justificación a estos y otros calificativos, hacia compañeros revolucionarios que expresan y defienden sus criterios, pues no hay nada más que discutir: el primer hombre del cuento tiene la razón porque él puede hacer todo lo que quiera e increpar al otro bajo un supuesto falso.
Un comentarista anónimo interpreta mis trabajos «Dos hombres en pugna y el modelo económico en el medio» y «Dos propuestas distintas para estabilizar la economía después de la hora cero», así:
«El Dr. Carlos García ha hecho un análisis intenso, descarnado sí, pero enjundioso y detallado, comprensible en relación a las propuestas de los Drs. Monreal y Humberto Pérez. No es un texto académico, no es un ensayo para una revista de ciencias, es un post en un blog; el lenguaje es diferente, más personal, mas coloquial, más criollo si se quiere…»
Otro comentario, este de un compañero que fue dirigente económico de base, expresa lo mismo de manera directa sin tapujo alguno: «Desenmascarar a Pedro Monreal no puede ni es una ofensa, es utilizar el lenguaje en buen cubano para decir las verdades que comúnmente se ocultan en lenguajes muy académicos…»
Del detalle a la esencia
Uno de los que me critica por no coincidir con los criterios de Monreal y presupone que ofendo a ambos, el compañero Humberto Pérez, me invita a incorporarme al diálogo y expresar sin reservas lo que considero criticable. Aprecio la exhortación, pero es eso precisamente lo que vengo haciendo hace años y es lo que hice con sendos trabajos y por hacerlo sin «cortapisas» me he ganado severas críticas, por demás injustas, de unos pocos que escriben en el blog del primero. Como el segundo hombre del cuento del tren he sido acusado de «mirar» por el que no dejaba de «mirarme» . En cambio con el Dr. P érez tengo mucho más coincidencias que discrepancias y estas últimas son más subjetivas que objetivas. Por lo tanto me concentraré en los dos artículos de Pedro Monreal: El primero «Un programa de estabilidad económica para Cuba» que motivo los artículos nuestros mencionados discrepando de sus tesis centrales y el segundo titulado «Reformando a Cuba: la pugna entre economistas y la teoría del caballo muerto» donde se defiende y critica mis tesis.
No puedo decir que este segundo es más de lo mismo porque en realidad el doctor ofrece más datos para defender sus hipótesis. Pero estas si son las mismas y como no cambian en lo absoluto tampoco modifico en modo alguno mis criterios.
¿Cuáles son las ideas centrales que patrocina el doctor Monreal?
1. Cuando se devalúe el peso cubano por la unificación monetaria y cambiaria la mayoría de las empresas estatales quebrarán incrementando notablemente el desempleo.
2. La única forma de asumir este desempleo y en consecuencia que no se desestabilice la economía es el establecimiento de un sector dinámico cooperativo y privado y el saneamiento de la empresa estatal pasando la mayor parte de estas a un régimen de propiedad privada nacional, extranjera y mixta también en ambas modalidades.
3. La dirección de este proceso se realizará por nuevas instituciones que reemplazan la estructura institucional estatal actual.
¿Cuáles son los principales aspectos de mi crítica contenida en los artículos anteriores y los que incorporo después de la réplica de Monreal?
1) No se puede asegurar rotundamente la quiebra de la mayoría de las empresas estatales por la devaluación del peso porque se ignora o desestima que puede haber un proceso de compensación entre las empresas que pierdan y las que ganen (las exportadoras) y en virtud de la propiedad social y el papel redistribuidor del presupuesto se pueden compensar las primeras y mantener su vitalidad impidiendo el desempleo masivo. Esta tesis es sostenida por Pérez y otros economistas cubanos.
2) Las soluciones hay que encontrarlas dentro de la empresa estatal, no fuera y en franco detrimento de la misma, con en el desarrollo del sector privado y la privatización de una gran parte de estas empresas propiedad de todo el pueblo. Son muchas las posibilidades entre ellas acercar la dirección o gestión empresarial a la base productiva, continuar el proceso de descentralización y perfeccionamiento empresarial. Las nuevas normas aprobadas para perfeccionar la empresa estatal constituyen una contundente prueba de que no solo existe la voluntad de hacerlo sino la disposición de llevarla a vías de hecho. Hay muchas más soluciones nacionales y territoriales, entre ellas las reformas salarial y de precios, las mini industrias locales y otras.
3) Hay que empoderar a los colectivos laborales, dotarlos de facultades reales de decisión, pero dentro de la relación dueño (todo el pueblo representado por el Estado) y poseedor o gestor que son las empresas y sus colectivos. Si esta unidad se rompe y son los trabajadores organizados en consejos los que toman absolutamente todas las decisiones, como propone Monreal en un artículo anterior a estos últimos, entonces se quebranta esta unidad, se atomiza la propiedad social, se crea la propiedad privada grupal o propiedad de grupo tan criticada por el Comandante en Jefe, se elimina la planificación centralizada, se priva al Estado de su facultad de dueño o representante del dueño, que es todo el pueblo.
4) ¿Para qué crear un programa nuevo que no parece llamado a fortalecer las relaciones socialistas de producción sino relaciones muy cercanas a las capitalistas si tenemos Lineamientos, la mayoría por cumplir, que pretenden fortalecer estas relaciones como fundamentales sin desconocer las relaciones de producción generadas por el sector privado? Además es desconocer la Conceptualización y las Bases Generales para el Programa de desarrollo Económico y Social hasta el 2030. ¿Por qué descalificar a priori estos documentos y todas las políticas y normas jurídicas que de ellos se derivaran?
5) De lo anterior concluimos que el llamado Programa de Estabilidad Económica no tiene un carácter esencialmente socialista y desconoce no solo los documentos oficiales para Actualizar el Modelo sino las posibilidades del Estado cubano para afrontar los posibles problemas que puede generar la unificación monetaria y cambiaria aprobada cuyo lineamiento es precedido de más de 20 que tratan de manera integral la problemática monetaria y cambiaria.
6) El programa o más bien el autor del llamado Programa de Estabilidad Económica(PEE) al proponer instituciones nuevas como la Comisión de Estabilidad Económica (CEE) y la Corporación para la Transformación de Activos Estatales (CTAE), desconoce, desestima y deslegitimiza toda una estructura estatal y de gobierno creada (Consejo de Estado, Consejo de Ministros, Comisión Económica de la Asamblea nacional del Poder Popular, la Comisión para la Implantación del Modelo, el Ministerio de Economía y Planificación, el de Finanzas y Precios y otras tantas instituciones nacionales y sus instancias territoriales). Esta institucionalidad no es perfecta, puede y debe perfeccionarse pero no echarse a la basura.
7) Lo anterior corrobora que el llamado PEE es una reforma diferente a la actual denominada Actualización porque no es cualquier reforma, y en consecuencia la estructura estatal y de Gobierno creadas para reafirmar las relaciones socialistas de producción y garantizar la construcción del socialismo le son incompatibles.
8) Aunque caractericé este Programa, esta Reforma o el inicio de una que la continúe y profundice bajo estos presupuestos, como cuasi neoliberal no quise-para no debilitar el núcleo duro de la crítica- ni tan siquiera asomarme a las consecuencias socio clasistas y políticas de tal reforma. En otros ensayos, algunos publicados, lo he hecho, lanzando sobre el tapete las ventajas y los riesgos económicos, políticos e ideológicos del desarrollo del sector privado en Cuba. En estos artículos por la razón expuesta no abordé este lado del problema pero otros compañeros académicos y trabadores con sus comentarios me han relevado de esta misión.
9) Para justipreciar el verdadero calado de la nueva propuesta de Monreal hay que conocer su obra integral porque viene defendiendo a los propietarios privados de manera sistémica y de esa misma forma va desestimando metódicamente al sector empresarial estatal, se preocupa porque las medidas de Trump afectan al sector «más dinámico» y «vibrante» de la economía y no porque afectan a más de 11 millones de cubanos, critica fuertemente a los revolucionarios que se oponen a los que consideran partidarios de una corriente de pensamiento anti socialista, se apoya en indicadores internacionales para poner en tela de juicio los niveles de equidad alcanzados aunque no es un secreto que se han deteriorado. Sobre estas y otras cuestiones me he referido oportunamente en varios artículos de nuestro blog.
10) Los pocos intelectuales que me han criticado se han ido por la tangente, no han presentado argumentos sólidos para refutar estas reflexiones que son desarrolladas con creces en los dos artículos nuestros después de la publicación del Programa de Monreal. Le han dado la razón a Joaquín Sabina de que «A falta de esencias sobran los detalles».
Comentarios puntuales a la «teoría del caballo muerto»
Primero: Al utilizar la alegoría, imagen o parábola del «caballos muerto» que es una leyenda de los indios norteamericanos, eliminados casi total y brutalmente por el capitalismo (eso lo digo yo), Monreal utiliza una vez más su recurso de dar como verdad absoluta su hipótesis e ideal. Ya recordé en mis artículos el término muy subliminar de que la «empresa privada es la respuesta», ahora encubriéndose en esta hipérbole da por hecho que el caballo está muerto. Un compañero que me escribió considera que el caballo a que alude Monreal es el socialismo. Le voy a conceder a Monreal el derecho de la duda y pensar que el caballo es la empresa estatal y el propio modelo en actualización.
Segundo: Más confuso que el mensaje escondido tras la leyenda del caballo muerto está la especulación tecnocrática que nos explica Monreal acerca de como resolver el problema del dichoso caballo. Estimados lectores, vean algunas de las posibles soluciones: » El uso de un látigo más grande para hacer mover al caballo muerto», «Un cambio de jinete», «El nombramiento de una comisión para estudiar al caballo», » Organizar visitas a otros países para ver si en otras culturas montan caballos muertos», «Bajar los requisitos, de modo que los caballos muertos puedan ser incluidos como vivos»., etc. Podemos especular sobre cada uno de estos «métodos», incluso asociarlos a algunos elementos del Programa de Monreal, pero hasta ahí no llego porque especulaciones sobran.
Tercero: Monreal pretende refutar mi aseveración de que no hay que establecer empresas privadas y cooperativas como él plantea porque ya existen y son reconocidas por el VII Congreso. Insiste en que hay que establecer ambas figuras. Confunde dos conceptos diferentes: el reconocimiento jurídico realmente falta y le doy toda la razón por ser muy necesario, con el hecho real de que existen, funcionan, se mueven económica y socialmente. Son parte de la reproducción ampliada aunque sean una parte minoritaria. No hay que establecerlas sino organizarlas, controlarlas y atenderlas en los planos jurídico, social y político. Eso nos falta y nos resta fuerza económica y política. Su reconocimiento jurídico pudiera ser una de las reservas para compensar aunque sea muy discretamente las pérdidas de muchas las empresas estatales por la devaluación del peso cubano.
Cuarto: Monreal mal interpreta el señalamiento que le hago de que no consideró a los casi 600 000 trabajadores por cuenta propia al decir que hay que «establecer» un dinámico sector privado. Lo ve de otra manera y dice que lo que han hecho es sobrevivir en la mayoría de los casos. Otra declaración en extremo absoluta y no veraz. Los datos que arroja la ONAT- y ya sabemos que están sub valorados- no dan esa idea. Tampoco da esa impresión tan definitiva la concurrencia al mercado de este sector incluyendo el mercado del turismo. Pero hay algo que no puede ver a distancia el doctor Monreal que es el «día a día» de Cuba, el contacto de los cubanos con la realidad en las calles, en los barrios, en otras partes y medios. Una vez más se equivoca el académico Monreal.
Quinto: No comparto la idea de Monreal de que el sector no estatal es estratégico aunque sea complementario. Eso sería borrar los límites entre lo estratégico y la complementariedad de actividades que no dejan de ser importantes e incluso en determinadas producciones o servicios pueden ser verdaderamente estratégicas, pero no es correcto confundir la parte con el todo, la singularidad y particularidad con la totalidad. Por supuesto si se cumplen las propuestas del doctor se invertirían los términos de la ecuación: el sector privado y cooperativo sería el estratégico y el estatal el complementario, pero eso ya no sería socialismo.
Sexto. Una vez más declaro mi conformidad conceptual y política con la existencia y desarrollo organizado del sector no estatal en particular con la parte más socializada del mismo, las cooperativas y las empresas mixtas. Repito que esto lo he fundamentado en artículos, algunos publicados incluyendo varios post de nuestro blog. Comparto la opinión de Pedro Monreal de que «La posible existencia de un sector no estatal mucho más amplio que el actual, incluyendo la empresa privada, lejos de debilitar, favorecería el fortalecimiento del papel de la empresa Estatal…» Por eso no entiendo porque define de «timorata» mi concepción al respecto, pero no es relevante. Lo que no comparto es la idea, voluntad e intención de que este sector absorba, engulla, al estatal mediante la venta de sus activos y un desarrollo inusitado de la iniciativa privada. Esa si es mi filosofía y no la que interpreta mi respetable interlocutor.
Séptimo: Monreal vuelve a confundirse cuando alega «Asumo, entonces, que puedo tomarme la libertad de suponer que el Dr. García Valdés desconfía de la inteligencia política y de la capacidad de gestión de los trabajadores estatales cubanos.» Mi respuesta es que es una suposición incorrecta. En lo absoluto pienso así. En «Propiedad social, la experiencia cubana» (Editora política, 2005) argumenté la importancia del colectivo de trabajadores que consideré y considero la «célula básica» de la economía. Pienso como muchos que se explota muy poco esa fuerza motriz de la economía y el socialismo. A lo que me opuse en el artículo «2 hombres en pugna…» fue a la concepción del doctor Monreal defendida en un post de 2016 en que propone pasar «el control estatal sobre la empresa» a los Consejos de Trabajadores que están por encima de los órganos de gestión de la empresa .Lo que dije en ese post fue exactamente: «Estos Consejos de trabajadores que tienen mayor jerarquía que los Consejos de Dirección tienen entre sus facultades la «ratificación o reemplazo de todos los directores de OSDE, empresas, y UEB mediante el voto directo».» Monreal ignora o pasa por alto el hecho de que el poder político en manos de los trabajadores no se alcanza cuando los colectivos laborales se empoderen de forma total o casi absoluta en cada uno de sus centros de trabajo porque eso sería atomizar la propiedad social o convertirla en propiedad de grupo.» Ni más ni menos. En el punto 3 del tópico «Del detalle a la esencia» abordo este aspecto. Tengo plena confianza en los trabajadores cubanos pero desconfianza en las propuestas del doctor Monreal sobre este asunto.
Octavo: Aún con las discrepancias conceptuales que he expresado quiero insistir en la importancia política de tener en cuenta estas apreciaciones de Pedro Monreal y otras que por ajustarme a un plan táctico no he mencionado. Es importante que en los niveles donde se pueden tomar decisiones de política económica o de hacer propuestas a esas instancias se valoren con acuciosidad todos los planteamientos. Ahora recuerdo a Eduardo del Llano quien fue mi jefe de cátedra y compañero durante muchos años cuando afirmaba que si en una conferencia de una hora se alcanzaba aunque sea solo un nuevo conocimiento valía la pena haber participado. Algo así podemos decir de estos últimos trabajos de Monreal, aunque quizás sean más de una las enseñanzas, en uno u otro sentido del saber científico y de la política económica.
Con estas reflexiones me despido de los dos hombres del tren y declaro mi impertérrita convicción de que el caballo vive y hay que cuidarlo, porque los carapálidas del Norte brutal (no el pueblo que es otra cosa) acechan con sus armas desenfundadas y ya sabemos que carecen de todo tipo de escrúpulos.
Fuente: http://cubaeconomista.blogspot.com/2017/12/la-polemica-acercad-del-modelo-y-el.html