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[Crónicas sabatinas] ¡Contra las exclusiones, por la fraternidad! ¡Viva Chile, viva la Unidad Popular!

If you…, I’m your comrade (2ª parte)

Fuentes: Rebelión

Para el presidente socialista Salvador Allende (1908-1973), in memoriam et ad honorem. Sus últimas palabras siempre en nuestras almas. Para Luigi Luca Cavalli Sforza (1922-2018), in memoriam et ad honorem. «Podemos hablar de población vasca, pero nunca de individuos de raza vasca. Las diferencias genéticas no justifican, ni en este ni en ningún caso, el […]

Para el presidente socialista Salvador Allende (1908-1973), in memoriam et ad honorem. Sus últimas palabras siempre en nuestras almas.

Para Luigi Luca Cavalli Sforza (1922-2018), in memoriam et ad honorem. «Podemos hablar de población vasca, pero nunca de individuos de raza vasca. Las diferencias genéticas no justifican, ni en este ni en ningún caso, el concepto de raza, y mucho menos el racismo» (1993).

Para Elisa Serna (1943.2918), in memoriam. Por su ejemplo.

Nuestros hijos tienen hoy dos meses porque nacieron en un país que cuenta con algo mucho más importante que cualquier himno o bandera: un sistema sanitario universal.

Les contaremos que nada merece más lealtad que eso.

Irene Montero y Pablo Iglesias (2018)

 

No resulta exagerado decir que, en términos económicos, Barcelona fue la verdadera capital del colonialismo español del siglo XIX, o dicho de otra forma, fue la ciudad española en la que hubo más empresas capaces de traducir en beneficios y dividendos la existencia de aquel imperio colonial e insular (Compañía Trasatlántica [Antonio López], Banco Hispano Colonial, Compañía General de Tabacos de Filipinas).

Martín Rodrigo y Alharilla (2018)

[https://www.youtube.com/watch?time_continue=2&v=4h3xVJbl3DU]

 

El espacio común se connota con identificaciones particulares (carteles, pancartas, megáfonos…) en ejercicio de la libertad de expresión. Cualquiera puede hacerlo, siempre que no sea lesivo para el derecho de otros. Pero cuando ese ejercicio de libertad se hace exhaustivo y su resultado buscado es la desaparición forzada de cualquier otra manera de pensar, acabamos de invadir otro territorio, que tiene nombres muy feos. Si eso se hace a partir de la iniciativa o con la protección de los poderes públicos, ya estamos en mitad del cenagal. Un balcón municipal no es de la mayoría de la corporación, ni tampoco de la mayoría de los vecinos de ese lugar. Un balcón municipal es de todos los vecinos, aunque solo hubiera uno que pensara distinto. Para eso están las enseñas institucionales, no partidarias, representativas de todo el mundo, sin excepción. O las iniciativas de bondad universal, solo discutibles desde la maldad. Una bandera catalana con una estrella no podría colgar de un balcón municipal en un país decente; no digamos ya otro tipo de simbología a más a más exclusivista. Pero tampoco en espacios comunes, como playas, puentes, señales de tráfico y así. Es más, la ley debiera perseguir esa práctica y sancionar a esas autoridades, ignorantes de los deberes de su condición.

Antonio Rivera (2018, las cursivas son mías)

La anterior sabatina –http://www.rebelion.org/noticia.php?id=245966– incorporaba un extenso listado de antecedentes. Unos cuantos más en esta segunda parte… y un sólo consecuente. Cierro con ello el condicional:

Si usted se identifica con esta Cataluña que reclamaba «ayuda permanente a Madrid» en tiempos, en difíciles tiempos, de la heroica lucha del pueblo madrileño contra el fascismo;

si usted rechaza el nuevo despido de Gregorio Morán, de Crónica global en esta ocasión;

si usted, tomando pie en una reciente definición del teniendo de alcalde de la ciudad de Barcelona Gerardo Pisarello (» es catalán quién vive en Catalunya y quiere serlo, haciendo todo lo que está a su alcance para el bien común«), piensa que en ese caso muchos de los que se dicen «catalanes de pata negra» son muy poco catalanes;

si a usted no le acaban de convencer las explicaciones que se han dado, incluidas las propias explicaciones del afectado, sobre la dimisión de Xavier Domènech;

si usted piensa que la dimisión forzada de la dirección del Lliure de Lluís Pasqual es entre rara y muy rara, con intervenciones sospechosas de la consellera de Cultura, la que piensa que mis padres (y tal vez los suyos) fueron unos colonizadores lingüísticos;

si usted no logra entender que alguien con la cosmovisión «nacional» d e J.J. Nuet, la que mostró, por ejemplo, en la entrevista del pasado jueves 6 de septiembre en 3/24 las 22:20, haya sido y siga siendo dirigente de una fuerza que se autoconsidera (o autoconsideraba) internacionalista y federalista;

si a usted no le sorprende (aunque se indigne en grado sumo) que un año después de aquellas aciagas jornadas del 6 y 7 de septiembre en las que las fuerzas secesionistas no sólo aplastaron a la oposición sino que no hicieron ni caso de lo señalado por el Tribunal Constitucional, el Consejo de Garantías estatutarias y los letrados de la cámara, el PDCat y ERC -por no hablar de la CUP- justifiquen su actuación y culpen al PP, el malo-horrible de su películ a (junto con «España» y Ciudadanos) de todo lo sucedido… y a otra cosa mariposa que «tenim pre s sa i cal fer país de nou» ;

si usted piensa que es falso, lo diga quien lo diga, que Cataluña es el primer Estado-nación moderna de Europa;

si usted sabe que no es ningún españolista neofranquista sino John H. Elliot quien ha afirmado recientemente «que Catalunya nunca fue un estado soberano independiente en ninguna acepción moderna de la palabra» (aunque tanto daría que lo hubiera sido por otra parte);

si usted, como Joaquim Coll, opina que «la invención del pasado empieza con la falsedad de aquellos 1.000 años de historia de la propaganda pujolista cuando resulta que el nombre de Catalunya no aparece en ningún documento  hasta 1198, medio siglo después de la unión del condado de Barcelona con el reino de Aragón»;

si usted nunca ha olvidado el (casi) millón de refugiado republicanos españoles (muchos de ellos catalanes) que fueron acogidos por México sin que hubiera manifestaciones en contra de esa generosa acogida como ha recordado recientemente José Múgica;

si usted está escandalizado, por decirlo suavemente, porque el Parlamento catalán siga cerrado, y el presidente vicario-demediado-teledirigido se dirija a sus partidarios, sólo a ellos, arengándolos, en el Teatro Nacional, afirmando, sin sonrojarse, que el independentismo «tiene la mayoría social del país detrás» (más incluso, y como ejemplo de ideología a salvo de cualquier refutación, el lunes, en entrevista en TV3, llegó a decir: «yo me niego a aceptar que no tengamos [los independentistas] la mayoría social, en este país, suficiente»;

si usted coincide esta vez con Lluís Bassets (con el que ha discrepado muchas veces en asuntos de política económica y de política internacional) cuando afirma que en el asunto de los lazos amarillos «no es la libertad de expresión [asunto a lo ciudadanos, no de las instituciones] lo que se juega sino el control del espacio público», que es una verdadera estafa que algunos quieran vendernos la idea de «que colgar o pintar lazos amarillos en cualquier tipo de espacio, oficial, público o incluso privado, un bar o un restaurante, es un derecho sagrado que todos los demócratas deben defender», y que la invasión amarilla es una forma de decir que «Cataluña es propiedad privada de los independentistas con exclusión explícita de los que no lo son [somos]»;

si usted no acepta que la situación política catalana se explique por el enfrentamiento de dos frentes nacionalistas sino, por el contrario, por el intento de total hegemonía y dominio del frente nacional-separatista enfrentado no a un frente sino a un amplísimo colectivo (muy diverso) de fuerzas, colectivos, partidos, ciudadanos (algunos de ellos nacionalistas españoles, en absoluto la gran mayoría), que comparten una visión antisecesionista y constitucionalista (con la defensa, en muchos casos, de reformas sustantivas de la Constitución de 1978);

si usted piensa, como pienso yo, que los símbolos partidistas y entidades afines están muy bien en solapas, en las casas de cada uno/a, en determinadas paredes, en locales partidistas, etc pero que no deberían tener cabida en edificios oficiales, en la instituciones y en las propiedades públicas (cosa que no ocurre en .Cat, donde, por ejemplo, en el ayuntamiento de Barcelona, en el edificio de la plaza Sant Jaume, luce (¿o desluce?) un gran lazo amarillo), y piensa también que las criticas razonables al asunto de los lazos amarillos se centran no en los lazos en sí sino en la forma concreta en que se están usando como propagada política excluyente;

si a usted le parece razonable una reflexión como ésta de Antonio Santamaría: «El objetivo de la difusión de los lazos amarillos en los espacios institucionales y las calles es doble. Por un lado, mostrar la ocupación del espacio público para dar la imagen de que el conjunto de Catalunya apoya la causa secesionista. Por otro, extender la tesis de la existencia de presos políticos, lo cual implica una impugnación al sistema democrático español equiparado a Turquía o Kazajstán» y que, justamente, «esta ocupación simbólica de los espacios institucionales y de la vía pública ha sido percibida como una ofensa por sectores de la población que se organizaron para retirar dichos lazos»;

si usted se queda mudo (e indignado) cuando escucha o lee estas declaraciones, netamente supremacistas (variantes de la «teoría puigdemomtista del pollo»), de un dirigente del PDCat ¡que es, además, alcalde de Molins de Rei!, Joan Ramon Casals (traduzco) «No soy partidario de un nuevo paro de país. Lo que tenemos que hacer es cerrar las fronteras con España, que ellos sufran y nosotros exportemos y hagamos más que nunca, porque somos un país también que también puede tirar adelante… Puede ser más efectivo y que dure en el tiempo» (https://politica.e-noticies.cat/un-dirigent-del-pdecat-demana-tancar-les-fronteres-amb-espanya-119414.html);

si a usted le parece imposible (aunque sea muy real) que algunos diputados del PSC tengan que ir con guardaespaldas, aunque piense que la declaración del PSC sobre el 11 de septiembre suena, vuelve a sonar, a déjà vu;

si usted también piensa que Germà Gordó ha sido figura clave en los procesos (salvajes) de privatización durante la etapa (salvajemente) neoliberal de Mas y Mas Colell, y que hay mucho que rascar en ese nudo gordiano que no se rasca;

si usted opina que dice mucho de s u «pensamiento profundo» (del hablar sin saber bien de que se habla) este tuit tan popperiano del ex presidente sionista del pasado 6 de julio: » La simbología soviética y nazi representa regímenes responsables de la muerte de millones de víctimas en manos de los verdugos comunistas y fascistas»;

si a usted le pone de los nervios, muy de los nervios, que el departamento de Justicia del gobierno de la Generalitat de Catalunya haya blindado el acceso a las fichas penitenciarias de los nueve políticos secesionistas encarcelados en prisión preventiva (con la que probablemente usted no está de acuerdo) en diversos centros de Cataluña (y con un trato de favor que es de libro) «para evitar cualquier filtración sobre las visitas que reciben u otros datos personales», además de que los responsables de prisiones están investigando a seis funcionarios de dos centros que accedieron a esos documentos, un hecho amparado, totalmente amparado, por la ley;

si usted no sale de su asombro cuando lee, negro sobre blanco, las siguientes palabras en un artículo de Josep Ramoneda del pasado sábado 1 de septiembre: «Arrancar la palabra del Otro», alguien al que se le supone prudencia y ecuanimidad: «Y el que quiere expresarse que lo haga; con sus propias banderas, no arra n cando las de los otros. Ciudadanos consiguió sacar a la calle al españolismo en Cataluña, pero, ¿qué pretende ahora?, ¿Echar a los demás?» (¿Ciudadanos tiene ese proyecto político? ¿Sacó al españolismo a la calle y ya está?);

si usted quiere contrastar la veracidad de la afirmación de Ada Colau respecto a la no asistencia -ni de ella ni de nadie representativo del consistorio- a los actos secesionistas del 11S;

si usted cree también que la identidad nacional sobrecargada y unidimensional es medio asegurado para la exclusión de los otros;

si usted no puede evitar emocionarse cuando lee y ve que un club inglés, el Clapton CFC, lleva en su segunda indumentaria los colores republicanos y la frase (parte trasera del cuello de la camiseta) «No pasarán», y sabe que esa indumentaria fue elegida por los socios cooperativistas, entre otras dieciséis opciones, con el fin de conmemorar «el 80 aniversario del final de la Guerra Civil Española» (en la página web del club puede leerse: «Está inspirada por los colores de la bandera de la República Española y está adornada por las estrellas de tres puntas de las Brigadas Internacionales, que viajaron a España intentando contener la oleada fascista del General Franco»);

si usted ha visto o incluso r ecuerda estos carteles del PSUC cuando el primer estatut de Cataluña (tú decides: «que tus hijos aprendan en su lengua materna»; «que Cataluña colabore en el progreso de los otros pueblos de España»);

si usted está cada día más convencido de que el temor a caer en un impreciso «españolismo» ha empujado en numerosas ocasiones a las izquierdas españolas a aliarse, a no criticar o hacer la vista gorda de las proclamas y desmanes nacional-secesionistas;

si usted también sabe que la balanza demográfica y económica ha sido (y es) beneficiosa para Cataluña y letal para Extremadura, Andalucía, Galicia y amplias zonas de las Castillas;

si usted opina que no hubo ni una sola oligarquía española (incluida la catalana por supuesto) que no se beneficiara con la dictadura fascista;

si, tal como ha señalado un muy competente compañero federalista de mientras tanto: «para tu información, otro motivo por el que la figura de Torra puede suscitar repugnancia, resultar especialmente repelente: he comprobado que en una foto de su presencia en el congreso del PDCat llevaba una imagen bien visible de Churchill colgando del bolsillo de la americana; aparte de la cursilada, sabemos -otra cosa es saber si Torra lo sabe o no- que Churchill es popular por pura chiripa: en realidad, era muy conservador, rozando la extrema derecha de la época, un admirador declarado y persistente de Mussolini durante muchísimo tiempo; un defensor a ultranza del imperio británico y la superioridad del hombre anglosajón; un sujeto que depreciaba la II República y se opuso a que se le prestase todo clase de apoyo (en realidad, a él le gustaba la opción de Franco) y que si fue enemigo de Hitler, fue por razones obvias nada especiales (las mismas que hacían que un nacionalista polaco antisemita partidario de la dictadura militar polaca que, creo, gobernaba todavía en 1939, fuese enemigo del dictador alemán)»;

si usted recuerda que, al menos 12 veces, visitó oficialmente Montserrat el general golpista Francisco Franco, cuya virgen consideraba -al igual que en el caso de Santiago apóstol- puntal de la fe católica en España;

si a usted le parece un verdadero (y significativo) escándalo que La Vanguardia (en menos de un grande de España) reciba cinco millones de euros anuales de subvención de la Generalitat de Catalunya;

si a usted no le parece ningún disparate (más bien lo contrario) la afirmación de Pau Luque en torno a que en el 1-O el secesionismo provocó a la otra mitad de Cataluña con un referéndum unilateral y que esta mitad ya no está dispuesta a seguir actuando de figurantes en la película nacionalista de destrucción del demos común;

si también usted opina que España debe aparecer ante el mundo como un país con cuatro lenguas (como mínimo), al igual que Cataluña debe aparecer como una sociedad básicamente bilingüe (sin olvidar otras lenguas también);

si a usted, en los 11S . Cat , le ocurre lo mismo que cantaba Brassens en «La mala reputacion» ( https://www.youtube.com/watch?v=-oUo80SSnoc ): «En la fiesta nacional, yo me quedo en la cama igual»;

si usted piensa tomar nota de las declaraciones y acciones de las «personalidades» y, sobre todo, de los representantes de izquierda este próximo 11S;

si para usted, como ocurre en mi caso, lo que tienen sentido recordar los 11S es la immensa tragedia del pueblo chileno;

e ntonces, querido lector/a si muchos de estos antecedentes van con usted y los siente propios, usted y yo, amigo, amiga, compañera, compañero, somos camaradas y n o vamos a rendirnos. Como escribió Mario Ben e detti y cantaba Luis Pastor ( https://www.youtube.com/watch?v=o7TnMCi5A-k ), vamos a ir juntos compañeros, y, tal como nos aconsejó Steve Weinberg ante otro tipo de irracionalismos, vamos a plantar cara. No pasarán, no pasarán, no les vamos a dejar . No vamos a permitir que nos expulsen del ágora y nos traten como a ciudadanos de segundo o tercer grado . No son los amos del país piensen lo que piensen; n o nos van a expulsar, marginar u orillar , no lo vamos a permitir. No vamos a permitir que nos insulten nunca más.

Y, con más calma y prudencia, v amos a dar temperatura fraternal y apoyo mu tu o (calor a la llama de siempre) en cualquier lugar donde estemos. Contra el supremacismo y la exclusión , fraternidad y solidaridad.

¡Y viva Salvador Allende y la Unidad Popular!

P S: La Comisión Gestora de la Asamblea Social de la Izquierda de Cataluña (ASEC/ASIC), en fecha 2 de septiembre de 2016, editó este comunicado: » L lamamiento a acudir masivamente a los actos conmemorativos en recuerdo de Salvador Allende, el día 11 de septiembre, en la plaza de Barcelona que lleva su nombre» .

Salvador Allende, la Unidad Popular, las clases trabajadoras chilenas fueron aniquiladas por un golpe criminal auspiciado por el Imperio de los Imperios. La izquierda catalana, como el conjunto de la izquierda española, siempre ha tenido a Chile en su corazón (como Neruda tuvo a España en el suyo).

ASEC/ASIC una fuerza de izquierda, que, como toda fuerza de izquierda consecuente, es internacionalista y no nacionalista hace un llamamiento para que acudamos todos el próximo día 11, día del golpe militar, a la plaza Salvador Allende de Barcelona (10:30h.). Sin ninguna duda, es la forma más humana y más digna que podemos celebrar ese día que para algunas fuerzas se ha convertido en un día de división falsaria del pueblo trabajador catalán. Nada más lejos de una tradición verdadera de emancipación.

A Víctor Jara, le cortaron las manos. Lo mataron, lo asesinaron. Pero su Amanda suena y vuelve a sonar en los corazones de las buenas gentes de todo el mundo. Con todos los pueblos hermanos de la Tierra.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.