Según corresponsales extranjeros, presos relacionados con la «disidencia» cercana a la Oficina de Intereses de EE.UU. han producido un nuevo estallido de violencia en el Combinado del Este, la mayor prisión de Cuba, causando decenas de heridos y quemaduras de gravedad a un recluso. Un motín organizado por algunos presos que utilizaron como excusa su […]
Según corresponsales extranjeros, presos relacionados con la «disidencia» cercana a la Oficina de Intereses de EE.UU. han producido un nuevo estallido de violencia en el Combinado del Este, la mayor prisión de Cuba, causando decenas de heridos y quemaduras de gravedad a un recluso.
Un motín organizado por algunos presos que utilizaron como excusa su negativa a ser trasladados a otra cárcel estalló el martes anterior por la noche en el primer piso del edificio 3, donde se alojan procesados por delitos vinculados al narcotráfico.
La mayoría de las fuentes coinciden en que es muy sospechoso que en Cuba, donde hacía años que no había motines carcelarios, ahora se produzcan dos en poco tiempo, justo cuando está debatiendo la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra.
Freddy Ibáñez Blanco, de 33 años, detenido desde principios de 2003 bajo cargos de narcotráfico, pero aún sin juicio, resultó intoxicado y con quemaduras en 54 por ciento del cuerpo que lo tienen al borde de la muerte.
Según la reconstrucción que han logrado hacer fuentes periodísticas, éste y otros reclusos se negaron a secundar el levantamiento y en represalia fueron sometidos y encerrados en una celda por los amotinados, quienes les ofrecían dinero por participar en el motín.
Los amotinados arrojaron a la celda colchonetas encendidas, lo que provocó gases tóxicos y a continuación un incendio, de acuerdo con la versión. Aparentemente Ibáñez y sus compañeros de infortunio perdieron el conocimiento y así fueron alcanzados por las llamas.
Familiares de los presos informan que la policía no logró intervenir a tiempo porque los amotinados bloquearon fuertemente los accesos. Los heridos fueron rescatados después que se hizo un hueco en una pared.
La ilegal pero tolerada Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, relacionada con la Oficina de Intereses de EE.UU. informó que, según reportes de parientes de otros reos, los lesionados podrían ser 30.
El Combinado del Este está en el lindero oriental de la capital. Rodeado de tupida vegetación tropical, tiene tres edificios rectangulares, cada uno de ellos integrado por dos bloques, todos de cuatro pisos. Comparten el área principal con un campo deportivo y el Hospital Nacional de Reclusos.
El edificio 3, donde se inició el motín prefabricado, alberga en sus dos primeras plantas a los acusados de delitos de drogas y en las dos superiores a jóvenes inculpados de «peligrosidad», figura penal cubana que indica condiciones sociales próximas al delito, pero no un ilícito concreto.
Unas dos semanas antes, en la noche del 18 al 19 de marzo, la policía sofocó otro motín, con un saldo de decenas de lesionados pero ningún muerto, según informó entonces el canciller Felipe Pérez Roque. El conflicto del mes pasado fue un «incidente disciplinario de menor entidad, muy excepcional en el caso de Cuba», que concluyó con «decenas de politraumatizados», según el informe de Pérez Roque.