Escuchen, escuchen, escuchen, resistir un poco más, que hoy, por suerte para ustedes, no seré muy extenso. La naturaleza nos ha ayudado, vean qué fresco y qué sombra, todo está a favor de nuestra noble causa. Personalidades y luchadores de más de 60 naciones que comparten con nosotros este histórico Primero de Mayo; Estimados delegados […]
Escuchen, escuchen, escuchen, resistir un poco más, que hoy, por suerte para ustedes, no seré muy extenso. La naturaleza nos ha ayudado, vean qué fresco y qué sombra, todo está a favor de nuestra noble causa.
Personalidades y luchadores de más de 60 naciones que comparten con nosotros este histórico Primero de Mayo;
Estimados delegados al IV Encuentro Hemisférico de Lucha contra el ALCA y por el ALBA;
Queridos compatriotas:
Frente al imperio más poderoso que ha existido en la historia de la humanidad, empeñado en destruir nuestra identidad como nación independiente en el pasado y más tarde una Revolución ineludible, aquí estamos, en esta gloriosa Plaza, después de 46 años de heroica lucha, contra la que se estrellaron sus más pérfidas calumnias y sus más groseros crímenes.
A 90 millas de esa potencia Cuba está cometiendo, y continuará cometiendo ―no lo dude nadie―, el pecado de existir.
Lucen cada vez más ridículas, bochornosas e impotentes las falacias de la guerra cibernética que presuntamente Cuba se preparaba para librar; la gran mentira de la fabricación de armas biológicas, en la que estuvo involucrado el iracundo John Bolton, cuya máscara cínica pretenden presentar ―tal vez con toda razón― como símbolo perfecto del actual gobierno de Estados Unidos ante las Naciones Unidas.
Fracasó su renovada guerra ideológica con la radio y la televisión anticubanas a la cabeza de un enjambre de emisoras subversivas con las que invadieron o trataron de invadir nuestro espacio radioelectrónico; el intento de aislar a Cuba en el ámbito internacional; la promoción de mercenarios holgazanes y su uso como caballos de Troya dentro del país; las groseras acciones de la Oficina de Intereses bajo la dirección de un provocador especialmente seleccionado e instruido para promover su expulsión con un merecido puntapié por el trasero; los propósitos de asfixiarnos con el recrudecimiento del criminal bloqueo económico, comercial y financiero.
Se fortalece, por el contrario, el crédito de Cuba, se amplían sus relaciones económicas internacionales y crece el comercio con productores agrícolas de Estados Unidos, a pesar de los numerosos obstáculos impuestos por el fraudulento y tramposo inquilino de la Casa Blanca.
Fracasó igualmente la maniobra para privar a nuestro país del uso del dólar, hoy expulsado deshonrosamente de nuestro territorio, y que en etapa muy dura del período especial, reinó como un Luis XIV de las monedas.
Todos sus proyectos de agresión contra nuestro pueblo han fracasado. Aquí estamos, reitero, más fuertes que nunca, más unidos que nunca, más decididos que nunca a llevar adelante la obra excepcional de creación de una sociedad más justa, más solidaria, más humana, más próspera, como tierra prometida ya al alcance visible de nuestras manos.
Entre tantas siniestras estrategias contra nuestra Patria, el gobierno norteamericano apeló al grosero recurso de incluir a Cuba en una espuria y cínica lista de países terroristas.
Esta misma semana que concluye hoy, el Departamento de Estado volvió a publicar su lista actualizada. De forma perversa y canallesca se afirma: «Cuba continuó oponiéndose activamente a la coalición liderada por los Estados Unidos, que ha llevado a cabo la guerra contra el terrorismo mundial.»
¿Por qué Cuba tiene que seguir la dirección de un gobierno gángster y genocida?
Después del 11 de septiembre de 2001 y del acto atroz cometido en las Torres Gemelas, planificado y ejecutado por jefes fanáticos financieramente vinculados a la dinastía que hoy reina en la Casa Blanca, que fueron además entrenados y utilizados por los servicios especiales de Estados Unidos, la política del imperio se concentró en lo que calificó como cruzada mundial contra el terrorismo que inventado por ellos contra Cuba, Viet Nam y otros países, se había convertido en una tragedia mundial. Fue proclamada la doctrina nazi del ataque preventivo y sorpresivo contra «cualquier oscuro rincón del mundo». Se citaron grotescamente cifras de 60 o más Estados como posibles blancos ―y entre ellos, por supuesto, Cuba―, en cuya lista, como se vio, nuestro pueblo aparece en primer lugar entre posibles objetivos.
Nadie se extrañe de que, con el más profundo desprecio, utilicemos los más duros calificativos contra tan etílicas y demenciales amenazas.
Con aquel pretexto comenzaron las guerras supuestamente destinadas a combatir el terrorismo.
Cuba advirtió el mismo 11 de septiembre de 2001 lo disparatado de tal concepción y su advertencia de que las guerras no serían jamás la solución del problema.
Reportes de estos días del Centro contra el Terrorismo de los Estados Unidos reflejan que en el año 2004 hubo tres veces más actos terroristas significativos (651 frente a 175) que en el 2003.
Cuando el gobierno norteamericano lanzó la injustificada invasión de Iraq, esgrimió como pretexto una mentira consciente: la existencia de armas de destrucción masiva. En realidad se buscaba petróleo; se trataba de una grosera guerra de conquista. El hipócrita discurso de Bush de que el mundo es hoy más seguro que hace cuatro años ha sido aplastado bajo las dolorosas evidencias.
¿Qué credibilidad puede merecer el desvergonzado espantapájaros contra Cuba elaborado por el Departamento de Estado, que ha cometido además el error de colocar en primer lugar al país que menos temor le inspira y más puede desenmascarar sus despreciables mentiras?
Encima de ello, el gobierno de ese país comete la estupidez de afirmar que «lo más preocupante es que estos Estados (entre los que se incluye a Cuba en primer lugar) tienen la capacidad de fabricar armas de destrucción masiva y otras tecnologías desestabilizadoras que podrían caer en manos de los terroristas». Esto ocurre precisamente cuando John Bolton, el desquiciado autor de este engendro, está cuestionado por varios de los más importantes servicios de inteligencia de Estados Unidos, en los cuales se ensañó contra honestos funcionarios que tuvieron el valor de oponerse a sus depravadas e insostenibles mentiras. Importantes órganos de prensa, y lo que es más preocupante para la mafia extremista, belicista y genocida, los miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado están asombrados de tan inaudita conducta.
Los objetivos siniestros de tales mentiras son conocidos. En adición a tal comportamiento histérico, el pasado viernes 29 de abril un cable informó que el muy ilustre Presidente de Estados Unidos acababa de ordenar al Departamento del Tesoro entregar una generosa cifra de fondos cubanos congelados para satisfacer otra demanda de la mafia extremista y terrorista cubanoamericana de Miami.
Lo verdaderamente incomprensible e inexplicable de esta conducta del gobierno de Estados Unidos es que publica el mencionado documento del Departamento de Estado en el momento en que la actual administración está envuelta -escúchese bien- en uno de los episodios más embarazosos y delicados de sus aventuras terroristas, sus agresiones y mentiras contra Cuba. ¿Serán estúpidos, o, mejor dicho, serán tan estúpidos?
El mundo entero sabe que Luis Posada Carriles, el más famoso y cruel terrorista del hemisferio occidental, como reconocen los más importantes órganos de prensa de esta región del planeta, ha ingresado en territorio norteamericano y solicitado asilo al gobierno de ese país, cuyos soldados están muriendo todos los días y cuyas bajas mortales ascienden ya a casi dos mil, en nombre de una guerra contra el terrorismo desatada a partir de los sucesos del 11 de septiembre de 2001.
Nuestros compatriotas, que han seguido de cerca este escándalo sin precedentes, saben bien a lo que me refiero. Muchos en este momento estarán preguntándose si la administración de George W. Bush ha dado a luz al monstruo que cargaba pesadamente en sus entrañas. Respuesta: el parto sigue retrasándose de forma increíble, a pesar de que el asunto puede poner en peligro tanto la salud de la madre como del hijo, y el número de parteros y de los que están poniendo las manos en el delicado asunto crece constantemente.
Como en los últimos tres días hemos estado consagrados a los convenios y documentos suscritos entre la República Bolivariana de Venezuela y Cuba, y de modo especial a los acontecimientos relacionados con la visita del líder de la Revolución Bolivariana, nuestro entrañable hermano Hugo Chávez Frías (Aplausos), y los históricos avances que en brevísimo período de tiempo estamos alcanzando en marcha rápida hacia la integración de los pueblos de América Latina y el Caribe, después de doscientos años de iniciadas sus luchas por la independencia, dominados y saqueados hasta hoy por el colonialismo y el imperialismo que los han conducido a una situación ya insostenible, no hemos podido ocuparnos de la trascendental situación creada por el retorno del monstruo al lugar donde lo engendraron y entrenaron para la larga serie de crímenes que ha cometido contra los pueblos de Cuba y otros países.
Hoy mismo, mientras por un lado se hablaba de aquel crimen cometido el 6 de octubre de 1976 en Barbados con la voladura del avión de pasajeros y la pérdida de más de 70 vidas; entre esa fecha y el día en que mataron al joven italiano en un hotel de la capital, habían transcurrido 20 años, lo cual significa 20 años de asesinatos, de crímenes cometidos por los gobiernos de Estados Unidos, utilizando mercenarios y utilizando terroristas de la calaña de Posada Carriles.
No pueden tampoco olvidarse más de 45 años de agresiones, invasiones mercenarias, ataques piratas, sabotajes, guerra sucia que, en medio de un atroz y despiadado bloqueo, han costado la vida de miles y miles de compatriotas, víctimas de esos actos de terrorismo. ¿Cómo puede el gobierno de Estados Unidos, y menos el actual, acusar a Cuba, la víctima, y ponerla en primer lugar en la lista de terroristas, cuando lo que debieran hacer es ponerla en el primer lugar de los países que han sido víctimas, durante casi medio siglo, del terrorismo imperialista.
Como llevamos casi 72 horas sin noticias del parto, procederé por ello de inmediato a ofrecerles lo más brevemente posible ―tomando en cuenta las circunstancias del tiempo y el esfuerzo realizado por ustedes en las últimas doce horas― las primicias de alguna de las últimas noticias recibidas:
El Nuevo Herald informó el 29 de abril que ante la solicitud de extradición presentada por Venezuela, los cómplices del terrorista se aprestaban a reforzar el equipo legal.
El conocido terrorista y cómplice de Posada Carriles, Santiago Álvarez declaró que «se está fortaleciendo la representación legal con abogados de diferentes procedencias».
Según el periódico, entre los abogados contratados para asistir al terrorista se encuentran Kendall Coffey, el ex fiscal de Miami que dirigió el siniestro equipo de abogados que intentó mantener secuestrado al niño Elián González, y Joaquín Chafardet, un abogado igualmente mafioso bien conocido en Venezuela, que representó antes a Posada durante el proceso en Caracas por la voladura del avión de Cubana, fuertemente asociado a Ricardo Koesling, representante de la Fundación Nacional Cubano Americana en Venezuela y uno de los promotores del asedio a la Embajada Cubana durante el efímero Golpe de Estado del 11 de abril de 2002 en la República Bolivariana de Venezuela.
Versiones que cita el periódico hablan de una posible comparecencia del «ilustre» Posada Carriles ante la prensa muy pronto.
Santiago Álvarez Fernández Magriñá, el mismísimo personaje que condujo a Luis Posada Carriles desde la Isla Mujeres a la ciudad de Miami entre el 16 y el 18 de marzo, es decir, hace ya 44 días, en entrevista que concedió ayer a un canal de televisión de Miami, dijo con absoluta desfachatez que Posada Carriles «está bien, está pintando, oyendo noticias y leyendo»; textualmente, a su vez, dijo con su lenguaje propio de sujeto ignorante e inculto que «es muy probable que en los próximos días sea llamado a Inmigración, y en cuanto se presente a Inmigración van a tener que verlo, que hablar con él.» «En los próximos días se está preparando que él dé una entrevista limitada en cuanto los abogados lo consideren oportuno, para informar de ciertos puntos que necesitan respuesta» Realmente hay un millón de puntos que necesitan respuesta, ¿lo sabe usted bien, señor George W. Bush?
Según el Herald -que ustedes saben tienen muchas conexiones con la mafia, especialmente me refiero al llamado El Nuevo Herald– fuentes en la capital estadounidense aseguraron que la petición de asilo de Posada ha caído como «un cubo de hielo» en las altas esferas estadounidenses. «Ha creado mucha fricción política», dijo un alto funcionario que pidió el anonimato. «Es el peor momento en que podía suceder». Escuchen la frase de este funcionario: «Es el peor momento en que podía suceder».
Informaciones recibidas indican que la administración Bush no sabe cómo salir de este enredado y embarazoso problema. Tienen una bomba de tiempo en sus manos. A fuerza de jugar con el terrorismo, engendrarlo, apoyarlo y desarrollarlo, nada tiene de extraño que les haya caído una bomba de tiempo en las manos.
Se afirma igualmente que hasta la golpeada Fundación Nacional Cubano Americana, principal protectora y financista de Posada Carriles, en estrecha coordinación con los gobiernos de Estados Unidos, está preocupada porque este asunto pueda ensuciar aún más su malgastada imagen política, y a la vez temen que el terrorista les haga más exigencia porque conoce muchas cosas.
En círculos de prensa de Nueva York, por su parte, se comenta que el gobierno de Estados Unidos está realizando intensas gestiones con varios países centroamericanos para transferir secretamente al terrorista a cualquier país del área.
Se afirma, por otra parte, que el gobierno salvadoreño habría hecho saber al de Estados Unidos por diversas vías que no quiere a Posada Carriles en su país -todo el mundo sacándole el cuerpo al muerto, como ratones que huyen en medio de la tempestad-, y también que era poco probable que acepten al terrorista. El país de destino final dependerá de las presiones que ejerza el Departamento de Estado. Ya sabremos qué resultados obtuvo la distinguida dama que ocupa el cargo de Secretaria de Estado y que hoy recorre este hemisferio para abordar temas sobre democracia e ingobernabilidad o gobernabilidad en este hemisferio. Ni siquiera se han enterado de lo que está pasando, ni siquiera se dan cuenta de que en una semana, en una sola semana, tres gobiernos cayeron en graves crisis.
Los periodistas comentan que la denuncia cubana sobre este tema de Posada Carriles sorprendió a las autoridades de Estados Unidos, que conocen la sensibilidad del tema y han modificado cualquier intención inicial de aceptar a Posada en su territorio.
Aquí uno de los destacados oradores que me precedieron -fue Schafick- hablaba de la «papa caliente». Los cubanos saben bien lo que es una papa caliente acabada de sacar, tal vez de una olla de presión, que está encendida: quema las manos, quema los labios, quema la lengua, lo quema todo, y así andan, con una papa especial que no se quiere enfriar y, además, no la dejaremos enfriar.
En círculos políticos salvadoreños se comenta que para algunos dirigentes del gubernamental partido ARENA sería un problema no ayudar a Posada.
En ese contexto, el ex Ministro del Interior y empresario cafetalero Mario Acosta Oertel, «muy amigo de Posada y de la gente de Miami» sería la persona encargada de mover el tema del terrorista en El Salvador.
La esposa de Acosta es prima hermana del terrorista detenido en Cuba, Otto René Rodríguez Llerena.
Según periodistas de una importante cadena de televisión de los Estados Unidos, sus colegas en Miami dicen estar convencidos de que Posada Carriles se encuentra escondido en una casa en Florida.
Los reporteros de esa cadena en Miami consideran que el FBI sabe dónde se encuentra Posada y quién lo acompaña, y no descartan que entre las variantes que manejen para forzar su salida del país utilicen el procedimiento de acusar a la persona que le da refugio, y a las que le dieron entrada y, a las que le dieron permiso para entrar, y a las que saben cómo entró, dónde está y no dicen nada.
Afirman esos reporteros no comprender por qué el FBI no ha arrestado a Posada, pues el terrorista está señalado como fugitivo de la justicia venezolana por un gobierno anterior al del Presidente Chávez.
No obstante, expresan que tampoco podrían enviarlo a Venezuela porque el gobierno norteamericano está convencido de que sería como entregarlo a Cuba.
Vean qué sofisma. Precisamente Cuba, desde el primer momento, renunció a su derecho a juzgarlo, el más legítimo de todos, porque fueron sus hijos, en número elevadísimo, los que han sido víctimas de los crímenes de este monstruo, engendrado y entrenado en Estados Unidos y utilizado durante decenas de años. De lo contrario, ¿cómo podría explicarse todo, o cómo podría explicarse el chantaje desvergonzado a que tienen sometido al gobierno de la superpotencia más poderosa que ha existido jamás?
En la opinión de los reporteros, el FBI estaría evaluando cuidadosamente los escenarios a los que se exponen, y estiman que la administración Bush aún no ha decidido cómo enfrentar el caso -están realmente mudos, paralizados, desconcertados-, pero suponen que cuando Posada salga a la luz pública ya el FBI deberá tener listo un plan.
Periodistas en la televisión de Miami comentan que las principales cadenas de Estados Unidos están tras la pista de Posada y algunas de ellas están muy cerca de descubrir su paradero. Hay versiones de que está escondido en una residencia muy cara, valorada en unos tres millones de dólares, ubicada en un reparto exclusivo en las afueras de Miami. Allí será donde lee, escucha noticias y pinta, como un nuevo Picasso, allá en las covachas del imperio cuya política y cuyo ideal cultural, al menos de ese gobierno, es tener pintores con las manos manchadas de sangre y en el cerebro aquella afirmación bárbara: «Pusimos la bomba, ¿y qué?», o aquella en la que refiriéndose al joven italiano Fabio di Celmo acuñó aquella famosa frase: «Estaba en el lugar equivocado, en el momento equivocado.» Ahora parece ser que tanto él como el gobierno de Estados Unidos o el Presidente de la actual administración están en el lugar equivocado, en el momento equivocado.
Y vean, lo que no han podido lograr los 180 000 hombres que trabajan en el Departamento de Seguridad, las 22 entidades que cooperan y participan en la lucha contra el terrorismo y la protección de la seguridad interior de Estados Unidos, ni las 15 agencias de inteligencia que cuentan con cientos de miles de millones de dólares de presupuesto; lo que ellos no han podido hacer ni han podido encontrar lo van a terminar haciendo y descubriendo los órganos de prensa norteamericanos.
También dicen que el FBI no está vigilando el área donde supuestamente se encuentra Posada, y que Eduardo Soto, abogado del terrorista, ha preferido ofrecer sus declaraciones y entrevistas públicas a la televisión hispana sin tomar en cuenta que en estos momentos Posada se ha convertido en un blanco priorizado de la mayoría de los canales de televisión del país, que comienzan a movilizarse en función de encontrarlo y filmarlo, y que si el FBI no lo descubre, la televisión lo hará.
En carta reciente el Senador republicano Norm Coleman confirma que el Departamento de Seguridad de la Patria de Estados Unidos ha recibido una solicitud de asilo a nombre de Posada Carriles.
Recuerden que hace unos días la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) estaba indagando sobre el formulario donde se señala las obligaciones del abogado o quien sea que presente un documento de solicitud de asilo, y que las leyes sancionan con varios años de cárcel a los que violan esos requisitos. ¿Qué dirá la ley sobre aquellos que ostentando altos, e incluso, altísimos cargos son cómplices de ese ocultamiento, son cómplices de ese terrorista, tanto como para permitir o autorizar la entrada o, tal vez peor, que lo hubiesen entrado sin su consentimiento previo? Y hay ahí un gobierno paralizado durante mes y medio, incapaz de arrestar al terrorista y a todos los cómplices de menor cuantía, que desacataron las órdenes de las autoridades superiores.
Esta carta del Senador significa que por fin hay noticias de un documento celosamente guardado que hemos buscado con mucho interés en días recientes.
¿Qué dice textualmente esta carta?
«Estimado señor Hughes:
«Gracias por dedicar tiempo para contactarme en relación con el señor Luis Posada Carriles.
«Como usted conoce, el señor Carriles fue perdonado por la Presidenta panameña Mireya Moscoso el 26 de agosto de 2004. El abogado del señor Carriles ha alegado que este entró a Estados Unidos a través de México hace algunas semanas.
«Yo he compartido sus preocupaciones con el Departamento de Seguridad de la Patria (DHS).»
«DHS me ha confirmado que el abogado del señor Carriles ha presentado una solicitud de asilo para su cliente. Sin embargo, debido a los actos pasados de terrorismo que él tiene, los cuales él mismo ha admitido que planeó y llevó a cabo, Carriles no es elegible para asilo.
«DHS no puede confirmar que Posada Carriles haya entrado al país, pero ha alertado a las principales agencias encargadas de implementar la ley de su posible presencia».
Si quiere saberlo, esa institución no tiene más que buscar a este señor Santiago Alvarez, el que lo llevó en el barquito de isla Mujeres a Miami. Eso no lo podrán desmentir jamás, tienen que tragarse eso que pudiera parecer una pesadilla, pero no es pesadilla, es una irrebatible e indestructible verdad. En cinco minutos podían haber investigado dónde estaba la criatura, que en aquel país las autoridades, los servicios especiales y el gobierno habían engendrado.
Continúa diciendo el senador: «…Si fuera encontrado, Carriles puede enfrentar una deportación inmediata de los Estados Unidos, por sus pasadas actividades terroristas.»
«Gracias una vez más por haber dedicado tiempo a contactarme. Aprecio su consejo, y si yo pudiera ser de alguna utilidad para usted en el futuro, por favor, no vacile en contactarme de nuevo.
«Sinceramente,
«Norm Coleman
«Senado de los Estados Unidos.»
Por lo que pueda apreciarse en los próximos días, nos esperan noticias de sumo interés. El gobierno de Estados Unidos, chantajeado por los propios cuervos que ha creado, no ha tenido el valor de aplicar el único recurso que le queda: arrestar de inmediato a Posada Carriles, cumplir las leyes nacionales e internacionales y ponerlo a disposición del tribunal venezolano que debe juzgarlo. Ya dije que Cuba renunció, precisamente, para que no tuvieran el menor pretexto.
Allí en Venezuela hay un gobierno bolivariano que goza de enorme prestigio en el mundo, el país se llena de periodistas cuantas veces quiera. ¿Habrá lugar mejor, ya que Cuba ha renunciado, para juzgarlo? ¿Qué pretexto pueden buscar ahora para no enviarlo allí?
Nosotros, incluso, hemos planteado que Venezuela tiene el mejor derecho; pero que hasta aceptaríamos un tribunal internacional, absolutamente imparcial, en un lugar en que las partes se pongan de acuerdo para que se juzgue a ese asesino. Y no es que se trate realmente de un personaje importante, lo importante del personaje es que revela al mundo la inmensa hipocresía, las mentiras, las inmoralidades y el cinismo con que el imperio mantiene sojuzgado al mundo. Lo importante es eso, no olvidarlo. El mundo exige que se juzgue la injusticia, el mundo exige que se juzgue la hipocresía, el mundo exige que se juzguen los métodos imperiales para engañar y dominar o mantener un dominio cada vez más insostenible sobre el mundo.
Prometí no extenderme demasiado, me falta solo agradecer a los que aquí han hablado.
Temíamos que el acto se prolongara. Sabemos que estamos en verano, que hace un sol fuerte, que ustedes comenzaron a movilizarse, los de la provincia vecina de La Habana, a las 10:00 de la noche y que a las 2:00 de la madrugada ya estaban moviéndose, para reunir a más de un millón trescientos mil ciudadanos que no pueden verse aquí, porque todos los espacios vacíos y todas las avenidas alrededor de esta Plaza estaban repletas de compatriotas.
Merecen ustedes el más infinito reconocimiento por su espíritu revolucionario y patriótico, por su apoyo a tan justa causa, por esa muestra de dignidad y de espíritu revolucionario; el silencio y la inconmovible atención con que han escuchado las palabras valientes, conmovedoras y elocuentes de todos los que por esta tribuna han desfilado en el día de hoy, para profundizar en nuestra información y en nuestros conocimientos de los horrores cometidos por el imperialismo yanki contra los pueblos de América Latina y cuyas palabras han fortalecido nuestra confianza y nuestra convicción de que nuestros pueblos serán libres y se unirán estrechamente para defender las mismas causas que defendemos aquí, con el mismo idioma con que ellos y otros hablaron aquí, incluso, los de lengua inglesa; porque al final, y no será difícil, y pensando también en aquel pueblo que en un tiempo inició sus luchas contra el colonialismo y en el que muchos de sus hijos murieron luchando contra el fascismo, se unirán a sus hermanos latinoamericanos en la lucha por la justicia, en la lucha por la verdad, en la lucha por la supervivencia de nuestra especie, que hoy está en juego.
Nunca olvidaremos este acto, nunca olvidaremos las palabras solidarias de nuestros hermanos del sur, del centro y del norte. El idioma no será un obstáculo, porque todos los que hablamos español o portugués aprenderemos inglés, y un día los que hablan inglés aprenderán el idioma de los latinoamericanos, español y portugués.
Como expresé recientemente y se ha tornado consigna principal de la movilización del actual Primero de Mayo: «…esta humanidad tiene ansias de justicia.» Es lo que han demostrado ustedes aquí hoy (Aplausos y exclamaciones de: «¡Fidel, Fidel!»)
Y al contemplar esta gigantesca, insuperable y emocionada multitud, recuerdo, como si fuera hoy aquel inolvidable 15 de octubre de 1976, el instante en que despedíamos a las víctimas del monstruoso sabotaje contra el avión cubano en Barbados, que me hizo exclamar: «¡Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!»
¡Ya veremos!
¡Viva el XXX Aniversario -que recordamos también hoy- de la gloriosa y ejemplar victoria del heroico pueblo de Viet Nam, que el imperialismo no debe olvidar nunca!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!