El Comandante en Jefe está enfermo, pero recuperándose, ha funcionado el sistema institucional para estos casos previstos transitoriamente. Tres cosas dejó claras el Comandante en Jefe, si pasara lo peor, Raúl por derecho propio asumiría las responsabilidades principales del Partido y el Estado; la dirección posterior será colectiva, como recientemente había señalado el mismo compañero […]
El Comandante en Jefe está enfermo, pero recuperándose, ha funcionado el sistema institucional para estos casos previstos transitoriamente. Tres cosas dejó claras el Comandante en Jefe, si pasara lo peor, Raúl por derecho propio asumiría las responsabilidades principales del Partido y el Estado; la dirección posterior será colectiva, como recientemente había señalado el mismo compañero Raúl: y se lucharán hasta la última gota de sangre para defender este proceso histórico.
La proclama del Jefe de la Revolución ha sido asumida por la gran mayoría del pueblo que además está tranquilo, pues Fidel está vivo, confía en Raúl y considera garantizada la continuidad de la Revolución. El proceso rectificador al que llamó Fidel en noviembre del año pasado, precisamente con miras a esta situación, ahora gana plena vigencia, pero la preocupación principal de la mayoría de los cubanos es hoy la recuperación de su salud.
La diversa oposición interna, en lo fundamental no se ha unido al llamado provocador de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) y los extremistas de Miami. «El agua no está para chocolate». La reacción grotesca y amoral de una pequeña parte de Miami, festejando la «muerte» de Fidel, ha demostrado a las claras el espíritu revanchista y tenebroso de la extrema derecha, ha molestado mucho al pueblo de Cuba y es algo con lo que no pueden comulgar los enemigos internos por razones obvias.
El gobierno de Estados Unidos, que primero se mostró cauto, ya empezó a hacer declaraciones en consonancia con los intereses de la mafia de Miami, a favor del plan Bush-FNCA de «transición democrática-no sucesión» en Cuba, en verdad un toque a degüello*, sin jinetes caballos ni machetes, de la revanchista expropiada y varias veces derrotada burguesía dependiente cubano-americana; pero dejando claro que no quiere problemas en el Estrecho de la Florida.
El problema lo quieren dentro de Cuba, como si ambas cosas no estuvieran relacionadas y como si aquí existieran fuerzas dispuestas a secundar la macabra comparsa de Miami. Contradicciones lógicas de una política incoherente que trata de complacer al mismo tiempo a los aliados de la FNCA y otros intereses importantes de Politica Nacional.
Otros más cuerdos en Estados Unidos, aconsejan al gobierno a actuar más desde fuera de la situación. Algunos representantes del gran capital y no menos partidarios de poner las cosas en Cuba en función de sus intereses, promueven una transición capitalista pero a partir de la evolución interna de la propia sociedad cubana.
El Wall Street Journal, el New York Times, ex analistas de la CIA, funcionarios del Pentágono, y congresistas aconsejan a Washington esperar a la posibilidad de que los cambios internos en Cuba avancen por propia cuenta a una variante de economía y desarrollo del «tipo chino».
Una apertura de tal envergadura al capital extranjero y la economía privada, dicen, sería bien vista por ellos y en tal sentido, favorecerían un cambio en la política del embargo (bloqueo) que contribuya a un acercamiento económico entre Cuba y Estado Unidos.
La Comunidad Internacional, salvo Estados Unidos, ha deseado la recuperación del Comandante en Jefe, en hecho que refleja el reconocimiento a su papel positivo y constructivo en la arena internacional y como conductor de la Revolución Cubana.
Los inoportunos llamados y acciones del gobierno de Washington a presionar por su «transición democracia» que implica la caída del régimen actual en Cuba, lo han aislado internacionalmente y los festejos en Miami por la «desaparición» del Jefe de la Revolución, han evidenciado más claro que nunca los verdaderos objetivos del plan Bush-FNCA, que ni si siquiera puede respaldar la diversa pero débil oposición interna.
La única tumba cavada aquí es la del Plan anexionista, restaurador del capitalismo, y revancha de los expropiados.
Mientras continúen la amenaza de intervención imperialista, el bloqueo, los planes de agresión, anexión, restauración y revanchismo, la contradicción principal seguirá siendo entre el Pueblo Cubano y el Imperialismo Norteamericano, y seguirá la lucha por la Independencia que iniciaron nuestros mambises en el Siglo antepasado.
El pueblo cubano espera unido la recuperación de Fidel, sigue al lado de su Revolución, se prepara para cualquier aventura imperialista y espera que, bajo cualquier circunstancia, siga adelante, por el camino renovador convocado por su líder, que nada tiene que ver con transiciones capitalistas en ningún sentido y sí con la solución de nuestros problemas a partir de nuestra propia experiencia y la de otros procesos revolucionarios fracasado o en marcha, hacia un Socialismo más profundo, más participativo.
*Pedro Campos Santos. Lic. en Historia. Ex funcionario del Servicios Exterior.
**Toque a degüello. Era uno de los toque de corneta de la caballería mambí, llamando machete en mano a arremeter contra las tropas españolas.