Durante tres años el Centro Humboldt realizó un amplio monitoreo en doce municipios del país para detectar los efectos ambientales de los sistemas productivos. Los resultados, presentados en el Foro Nacional «Monitoreo de Impactos Ambientales de Sistemas Productivos», reflejaron una afectación muy severa a los recursos agua y bosque.
Según Sonia Wheelock, coordinadora de Incidencia en Políticas Ambientales del Centro Humboldt, «se trató de un largo trabajo que tenía el objetivo de brindar herramientas a las instituciones locales para que les dieran seguimiento, regulación y control a las actividades productivas presentes en los territorios y a los impactos que tienen en el ambiente. El eje principal del sistema de monitoreo es un conjunto de indicadores que miden los impactos ambientales de las actividades productivas, como por ejemplo cuánta agua se utiliza en los mataderos o en el procesamiento del café, qué cantidad de hectáreas son introducidas cada año a la ganadería, entre otros», explicó Wheelock.
Las herramientas creadas para el sistema de monitoreo se agrupan en tres categorías: indicadores para medir los impactos ambientales ocasionados por el desarrollo de ocho sistemas productivos contemplados en el Plan Nacional de Desarrollo 2005-2008, fichas de percepción de problemas ambientales en los municipios y capacidades locales para la aplicación del marco legal, y tarjetas de calificación para evaluar el grado de conocimiento y aplicación de ocho 1 de los 35 convenios internacionales en materia ambiental suscritos por Nicaragua.
«Ha sido un proceso intenso, con talleres, reuniones y validaciones de los indicadores en el campo a través de un proceso de medición de constantes -dijo Wheelock-. Se definieron 35 indicadores ambientales para monitorear ocho sistemas productivos: café, carnes y lácteos, forestal y productos de madera, pesca y acuicultura, minería, textil y vestuario, turismo y energía. Lo que detectamos fue que los recursos que están siendo mayormente afectados son el agua y los bosques».
Las afectaciones a los recursos hídricos
En el monitoreo del Centro Humboldt se evidenció cómo la extracción, el uso desmedido y la contaminación directa del agua en algunos procesos productivos están creando serios problemas a este recurso.
En la producción cafetalera, por ejemplo, para procesar un quintal de café se están utilizando entre 2 y 3 m³ de agua. Además, en muchos casos grandes cantidades de agua utilizadas en el proceso son habitualmente devueltas a importantes fuentes superficiales sin ningún tratamiento, resultando fuertemente contaminadas por la pulpa del café (agua miel).
El recurso agua se ve gravemente afectado también por los sistemas productivos de carnes y lácteos, minería, textil vestuario y pesca.
«En los mataderos se utiliza un flujo constante de agua durante todo el proceso: casi 1 m³ por cabeza de ganado, mientras se estima que por cada kilogramo de queso producido en las queseras artesanales se generan cuatro de suero dulce, que en gran parte es descargado sin tratamiento a las fuentes de agua o al suelo», aseveró la coordinadora de Incidencia Ambiental del Centro Humboldt.
«La minería a cielo abierto -continuó diciendo-, además de ser una de las actividades más contaminantes sobre el suelo y sus propiedades, por el hecho de retirar la capa superficial cuando se efectúan las voladuras, contamina el agua con cianuro y metales pesados en el proceso para disolver de la roca el oro y extraerlo. A lo largo del proceso hay también desprendimiento de otros metales pesados que están dentro de la roca y que van a parar al agua, afectando también los recursos hídricos subterráneos».
Otro proceso productivo que está contaminando fuertemente el agua y el ambiente en general es el textil vestuario, principalmente desarrollado por las empresas maquiladoras.
Según los resultados del monitoreo, «los impactos ambientales de este sistema productivo están relacionados principalmente con la disposición de los residuos líquidos en aquellos procesos que incluyen las operaciones de lavado y teñido de los textiles. Al mismo tiempo, la disposición de residuos sólidos en sitios no autorizados o en vertederos destinados a residuos sólidos de origen doméstico exclusivamente», detalla el informe final.
La pesca
En Nicaragua la pesca es una actividad que tradicionalmente ha sido poco controlada por las autoridades, y el monitoreo del Centro Humboldt reveló impactos graves en la zona de la Costa Caribe, donde el 40 por ciento de las langostas pescadas no está cumpliendo la talla, y esto es un indicio de que el recurso se está agotando. Lo mismo pasa con el camarón.
Según Gerardo Bravo, técnico ambiental de la Alcaldía de Bluefields, en el sur de la Costa Caribe, «uno de los impactos más fuertes de la actividad productiva de la pesca es sobre el recurso hídrico. Por cada kilogramo de marisco para exportación se están utilizando casi 7 m³ de agua, incluyendo en ese dato no solamente el lavado, sino todo el proceso de pesca de ese producto. A eso hay que agregarle la sobreexplotación del recurso marítimo, y en este caso hablamos de la langosta y el camarón. Hay periodos de veda de tres meses, pero creemos que no es suficiente porque la explotación de la pesca industrial por parte de las grandes empresas internacionales está arrasando de manera irracional con estos recursos. Este monitoreo -concluyó Bravo– ha sido muy importante para nosotros, porque involucró a los tomadores de decisiones y va a servir para analizar y regular los procesos productivos tomando en cuenta los impactos ambientales».
Otro factor relacionado a la pesca que está afectando al medio ambiente es el uso del método conocido como pesca de descarte o de desecho, como la red de arrastre que no discrimina entre las especies deseables, incluyendo en no pocas ocasiones especies marinas amenazadas o en peligro de extinción, o especies clave para el mantenimiento del equilibrio ecosistémico .
Grave amenaza a los bosques
El aprovechamiento forestal sin control, la no aplicación de los planes de manejo y actividades como la ganadería, el cultivo de café y la camaronicultura, son algunos de los elementos que están afectando gravemente a los bosques de Nicaragua.
«La entrada en vigencia de la Ley 585 -Ley de Veda Forestal-, ha tenido impactos ambientales no esperados. A pesar de que el volumen de madera extraído disminuyó en un 40 por ciento, pasando de 159.147 m3 en 2005 a 96.214 m3 en el 2006, en un monitoreo llevado a cabo por el Centro Humboldt en un puesto de control de la RAAN, el volumen de madera transportado en 2005 y 2006 se incrementó en aproximadamente 107 por ciento, y durante el primer trimestre del año 2007 el aumento ya era del 120 por ciento», explica el informe.
Los bosques resultan fuertemente afectados también por la expansión del cultivo del café y de la ganadería. Se estima que en 2007 se destinaron alrededor de 12.000 hectáreas para nuevas siembras de café, mientras que «la mayoría de las fincas -detalla el Centro Humboldt- no cuentan con sistemas apropiados de rotación de potreros y tampoco se realiza una apropiada distribución de la carga animal. Estas condiciones están provocando daños irreversibles en la regeneración de la cobertura vegetal y producen alteraciones ecológicas principalmente en los cauces hídricos. El desarrollo de la ganadería en el país ha implicado la desaparición de muchos de los remanentes de bosques en los municipios».