INTRODUCCION Recientes declaraciones del Presidente Raúl Castro sugieren la voluntad de Cuba para iniciar negociaciones con Washington que pudiesen resultar en el retorno de los Cinco cubanos presos en los Estados Unidos. Al responder preguntas de corresponsales en Brasilia, Raúl reveló su disposición de liberar a algunos de los presos que están en Cuba como […]
INTRODUCCION
Recientes declaraciones del Presidente Raúl Castro sugieren la voluntad de Cuba para iniciar negociaciones con Washington que pudiesen resultar en el retorno de los Cinco cubanos presos en los Estados Unidos. Al responder preguntas de corresponsales en Brasilia, Raúl reveló su disposición de liberar a algunos de los presos que están en Cuba como respuesta a un gesto de los Estados Unidos de devolver a los Cinco. Caracterizó la gestión como «gesto y gesto».1
Gibbon dijo que la única manera de juzgar el futuro es por su pasado. Y la historia nos ilumina ahora una posible solución a uno de los temas más espinosos que aún entorpece las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba: los presos.
EL PRECEDENTE HISTÓRICO
Existe un precedente histórico para una mutua liberación de presos, basada en gestos unilaterales, pero recíprocos. Es poco conocido, pero gracias a documentos desclasificados del gobierno de los Estados Unidos, podemos enterarnos de las negociaciones delicadas que resultaron en la liberación de importantes presos hace 30 años.
En septiembre de 1979, los Estados Unidos unilateralmente liberó a cuatro nacionalistas puertorriqueños, y diez días después Cuba reciprocó y liberó a cuatro ciudadanos estadounidenses que estaban presos en Cuba.2
Curiosamente, la frase gesto-y-gesto que Raúl usa ahora para la liberación de los Cinco es la misma que usó su hermano, Fidel, en 1978, cuando le dijo a los diplomáticos estadounidenses Robert Pastor y Meter Tarnoff, «no entiendo por qué ustedes son tan estrictos con los puertorriqueños. Los Estados Unidos pudiesen hacer un gesto y liberarlos, y nosotros haríamos otro gesto, sin vínculo alguno, simplemente un gesto unilateral y humanitario» 3.
Documentos del gobierno de los Estados Unidos confirman que entre los años 1978 y 1979 se produjeron conversaciones entre los gobiernos de Washington y La Habana sobre un posible canje de presos. El Consultor de Seguridad Nacional, Zbigniew Brzezinski, dijo en una carta al Departamento de Justicia en 1979:
Castro y sus representantes han dicho públicamente, y nos han dicho a nosotros en privado, que si liberamos a los cuatro puertorriqueños, que después de un intervalo apropiado ellos liberarían a los cuatro ciudadanos americanos encarcelados en Cuba. . . . Aunque no deberíamos aceptar, o incluso considerar, un canje, el hecho es que una decisión positiva de los Estados Unidos probablemente resultaría en una decisión positiva de parte de Cuba de liberar a los ciudadanos estadounidenses es algo bienvenido. 4
LOS PRESOS QUE FUERON LIBERADOS
Cuando su liberación en 1979, los puertorriqueños, Lolita Lebrón, Rafael Cancel Miranda, Irving Flores y Oscar Collazo, habían estado presos en los Estados Unidos por más de 24 años. Los estadounidenses que Cuba liberó posteriormente, Lawrence Lunt, Juan Tur, Everett Jackson y Claudio Rodríguez, habían pasado más de 10 años presos en la cárceles cubanas.
LOS MEMOS DE BRZEZINSKI Y PASTOR
Uno de los documentos desclasificados más interesantes es un memorando redactado a principios de 1979 por el Consejero de Seguridad Nacional, Zbigniew Brzezinski, a John R. Standish, un Fiscal del Departamento de Justicia. En el memo, Brzezinski recomienda que el gobierno de los Estados Unidos reduzca las sentencias de los cuatro puertorriqueños.
La administración Obama pudiese aprender del memorando de Brzezinski. Entendería los beneficios que pudieran fluir de negociaciones de gesto-y-gesto. Por ejemplo, en su memo al Departamento de Justicia, Brzezinski enfatizó que el encarcelamiento continuo de los puertorriqueños le echa leña al fuego a los críticos de la política estadounidense, y que su liberación «sería bienvenida como un gesto humanitario y de compasión». Brzenzinski añade que «la liberación de estos presos quitaría de la agenda de las Naciones Unidas, del Movimiento de los No-Aliados, y otros foros internacionales, un tema propagandístico que usan anualmente para criticar a los Estados Unidos, y que últimamente es utilizado como un ejemplo de la inconsistencia de nuestra política de derechos humanos».5
Robert Pastor hizo hincapié en lo mismo en un memorando fechado el 26 de septiembre de 1978. Después de hacer una evaluación de costos y beneficios sobre la situación, Pastor concluyó:
«He llegado a la conclusión que los riesgos de liberar (a los nacionalistas puertorriqueños) incondicionalmente son mínimos, mientras que los beneficios, como un gesto humanitario y compasionado son grandes. También creo que el Presidente recibiría gran beneficio político en Puerto Rico, ya que hay amplio apoyo por ese tipo de decisión ahí.» 6
EL CASO DE LOS CINCO
Los que critican la política de los Estados Unidos ahora señalan que el caso de los Cinco es un ejemplo de la doble moral estadounidense: los terroristas libres en Miami, y los que fueron allá para proteger a Cuba de los terroristas, presos.
Los Cinco cubanos son parte de un equipo de agentes que Cuba envió a Miami para acumular evidencia contra los grupos y personas que dirigían una campaña de terror contra la Isla: una cruzada terrorista que ha cobrado más de 3 000 vidas. El equipo infiltró a los grupos terroristas cubano-americanos, y Cuba le entregó al FBI la evidencia que ellos habían acumulado, incluyendo los nombres, apellidos y direcciones de los terroristas. Cuba pensaba que el FBI arrestaría a los terroristas, pero el FBI utilizó la evidencia que Cuba le proporcionó para arrestar a los Cinco en 1998. El 8 de junio de 2001, fueron condenados y sentenciados colectivamente a cuatro cadenas perpetuas más 75 años.
El caso ahora está pendiente ante el Tribunal Supremo de Justicia, y este año decide si el tribunal de primera instancia violó los derechos constitucionales de los Cinco, cuando se rehusó a cambiar la sede del juicio. El litigio ocurrió en un Miami consumido por la hostilidad y los prejuicios contra Cuba. Diez premios Nobel han sometido argumentos legales en forma de amicus curiae («amigos de la corte»), pidiéndole a la Corte Suprema que revise el caso y que ordene el cambio de sede. Juntos a los premios Nobel, cientos de diputados del mundo, incluyendo dos ex presidentes, más tres vice-presidentes del Parlamento Europeo y numerosos bufetes de abogados y organizaciones de derechos humanos se suman al pedido ante el Tribunal Supremo.
La Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas señaló que «un ambiente de prejuicios en Miami dominó el juicio», y el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias concluyó que «a partir de los hechos y circunstancias en que se celebró el juicio y de la naturaleza de los cargos y de las severas sentencias dadas a los acusados se infiere que el juicio no tuvo lugar en el clima de objetividad e imparcialidad que se necesita para concluir que cumple con las normas de un juicio justo». 7
Sin embargo, aunque los Cinco ganen el caso ante la Corte Suprema, no lograrían su libertad en el próximo futuro. Su victoria representaría simplemente el comienzo nuevamente del juicio en una sede fuera de Miami. Una solución mucho más elegante y expedita a su prolongada detención sería una orden ejecutiva de clemencia del Presidente Obama que permitiría su regreso inmediato a Cuba.
¿PRESOS POLITICOS?
Uno de los diferendos más importantes entre los dos países es que para Cuba los Cinco son presos políticos que han sido condenados en un ambiente de hostilidad y prejuicios anticubanos, mientras los Estados Unidos los considera delincuentes que han violado las leyes del país.
El Presidente Obama rechazaría la implicación que los Cinco son presos políticos, pero insiste que Cuba debería liberar sus presos políticos antes de la normalización de relaciones. Es un tema espinoso, porque Cuba mantiene que sus presos no son presos de conciencia y que están condenados en la isla por haber violado las leyes cubanas.
Un canje directo de presos corre el riesgo de la comparación ante la opinión pública de los presos y los delitos, pero un gesto unilateral seguido por otro gesto de la contraparte suaviza la crítica, y esquiva el adjetivo político para describir a los presos.
La historia, nuevamente, nos ilumina una salida al tranque político. Antes del canje mutuo de presos en 1979, los negociadores cubanos y estadounidenses tropezaron con el uso del adjetivo político para describir a los presos. Por eso, esquivaron un canje directo de presos que sería interpretado como una aceptación tácita a la noción que su país tenía de los presos políticos.
En una carta al congresista Benjamín Gillman en 1979, Brzezinski dijo «queremos evitar la conexión de los dos casos, y ciertamente la apariencia de igualar los delitos».8 Y un memorando inmediatamente después de la liberación de los nacionalistas puertorriqueños, Brzezinski comentó: «rechazamos la posibilidad de un canje de presos, porque no consideramos a los puertorriqueños como presos políticos… Ahora que Presidente Carter ha decidido reducir las sentencias de los puertorriqueños, se nos ocurre que es el turno de Castro de cumplir su promesa». 9
La clave para una liberación mutua de presos es, como dijo Fidel en 1978 acerca de la liberación de los nacionalistas, evitar la vinculación en el canje y a la vez negociar sobre la base de gestos humanitarios y unilaterales. La buena fe de ambas partes es esencial para este proceso.
LOS PRESOS EN CUBA
Si la Administración de Obama le extendiera un gesto a Cuba y unilateralmente libera a los Cinco, ¿qué gesto recíproco pudiese Cuba ofrecer? ¿Qué presos pudiese liberar y enviar a los Estados Unidos?
El Nuevo Herald de Miami recientemente citó los casos de varios presos en Cuba que pudieran ser de interés a Washington, incluyendo algunos de los que fueron arrestados en marzo de 2003 y condenados en Cuba por estar trabajando bajo la dirección y el control de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana (SINA), más otros ciudadanos cubanos presos por espionaje en Cuba. 10
A diferencia de los presos que Cuba liberó en 1979, estos no son estadounidenses. Sin embargo, trabajaban directamente para el gobierno de los Estados Unidos. Washington no los quiere abandonar, y por eso siempre insiste en su liberación como una pieza clave en las negociaciones entre ambos países.
A través de canales diplomáticos, los Estados Unidos pudiesen hacerles saber a Cuba cuales de los presos son prioritarios.
EL PODER DE LA CLEMENCIA EJECUTIVA
Solamente el Presidente tiene el poder de extender una clemencia humanitaria. No sería un perdón. Simplemente una reducción de sus sentencias que permitiera su inmediata liberación. No habría que comentar sobre la validez de las condenas o sobre los delitos cometidos. No habría que condicionar la clemencia en las acciones de otro país. Sería simplemente una orden unilateral y humanitaria que reduciría las sentencias al tiempo ya cumplido por los presos.
CONCLUSION
Primero como candidato y ahora como Presidente, Barack Obama, igual que el Presidente Carter en los años 70, ha expresado su interés en mejorar las relaciones con Cuba a través de la diplomacia directa. El caso de los Cinco es una piedra en el camino a cualquier rapprochement entre los dos países.
Una clemencia ejecutiva que permitiese el retorno inmediato de los Cinco a Cuba y a sus familiares sería un gesto significativo que, después de un gesto recíproco de Cuba, pudiese resultar en la normalización de las relaciones entre los dos países.
José Pertierra es abogado. Representa al gobierno de Venezuela en la solicitud para la extradición de Luis Posada Carriles. Su oficina está en Washington, DC.
1 Raúl Castro: «Vamos a hacer gesto y gesto, esos prisioneros de los que tú hablas quieren soltarlos, que nos lo diga mañana, se los mandamos para allá con familia y todo; que nos devuelvan a nuestros Cinco Héroes, eso es un gesto de ambas partes.» (Entrevista de prensa concedida por el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, compañero Raúl Castro Ruz, y Luiz Inácio Lula da Silva, Presidente de la República Federativa de Brasil, en Brasilia, el 18 de diciembre de 2008, «Año 50 de la Revolución». Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)
2 Vea TIME Magazine, Monday October 1, 1979. «A diplomatic issue involving Cuba was resolved last week when Havana released four Americans from its prisons. For four years, Fidel Castro had said that they would be freed if the US released four Puerto Rican nationalists who were in prison for trying to assassinate President Truman and House leaders in the 1950s. Carter granted them clemency two weeks ago. . . . On arrival in Miami, one of the former prisoners in Cuba, Lawrence Lunt . . . readily admitted that he had been spying for the CIA.»
3 That Infernal Little Cuban Republic: the United States and the Cuban Revolution, by Lars Schoultz, the University of North Carolina Press, Chapel Hill, 2009 at page 324.
4 Carta sin fecha de Zbigniew Brzezinski a John R. Standish, Pardon Attorney, for the Department of Justice. En las páginas 267 and 268 del Segundo volumen de Futuros Alternos (Documentos Secretos) Editada por Jaime Rodríguez Cancel and Juan Manuel García Passalacqua, EMS, 2007. El subrayado en la cita es nuestro.
5 Ibid.
6 Memorando de Robert Pastor a Zbigniew Brzezinski y David Aaron sobre Lolita Lebron, fechado el 26 de septiembre de, 1978. Futuros Alternos, Ibid, páginas 228 y 229.
7 Grupo de Trabajo sobre la detención arbitraria (Naciones Unidas), Opinión No. 19-2005. Opinión adoptada el 27 de mayo de 2005.
8 Carta a Congressman Benjamín Gillman, US House of Representatives, de Zgigniew Brzezinski. Ver Futuros Alternos en la página 213.
9 Memorando de Zbigniew Brzezinski a Frank Moore sobre los presos estadounidenses en Cuba, Vea Futuros Alternos en la página 214.
10 Abogados de espías cubanos no descartan «negociación política», por Wilfredo Cancio Isla, El Nuevo Herald, 25 de enero de 2009.