Aunque todas las otras naciones siguieran su ejemplo, seguiría siendo probable que tuviéramos un cambio climático catastrófico, con una subida global de la temperatura de 4 grados centígrados
Primero las buenas noticias: el Reino Unido tiene las políticas más fuertes del mundo para abordar el cambio climático. Ahora las malas noticias: el Reino Unido tiene las políticas más fuertes del mundo para abordar el cambio climático. Aunque es la primera nación del mundo en establecer objetivos de emisiones legalmente vinculantes, y aunque esos objetivos sean más duros que los de cualquier otro lugar, si todas las otras naciones del mundo siguieran su ejemplo todavía sería probable que nos enfrentáramos a un catastrófico calentamiento global de 4º C.
En su nuevo informe de progreso (1), el Comité para el cambio climático muestra que las emisiones de carbono del Reino Unido solo cayeron un 0,6% anual en el periodo 2003-2007. Según el comité, pronto tendrían que estar cayendo un 2,6%. Incluso este objetivo anual, que requeriría un cambio muy pronunciado en la política del Gobierno, no guarda relación con el objetivo último: impedir un calentamiento superior a los 2º C.
Como muestra el trabajo del Tyndall Centre for Climate Change Research (2), no es probable que unos recortes anuales del 3%, que comenzaran en 2020, evitaran incluso una subida de 4º C para finales de siglo. Como el Reino Unido tiene unas emisiones superiores a las de la mayoría de las naciones, tiene que recortar las emisiones de carbono más que la media global. Si realmente queremos evitar un calentamiento superior a los 2º C, necesitamos empezar con un recorte del 10% el próximo año, tal como exige la campaña 10:10.
Pero como ha señalado David MacKay, director científico del Department of Energy and Climate Change, incluso puede decirse que los recortes que ha hecho el Reino Unido hasta ahora son ilusorios. Si contamos las emisiones externalizadas a países como China, pues la industria se ha ido al extranjero para seguir abasteciendo nuestros mercados, llegaremos a la conclusión de que nuestros gases de efecto invernadero han seguido creciendo, en lugar de caer.
El comité señala que la recesión nos ha ayudado a ponernos en el camino, pero las emisiones probablemente se recuperarán en cuanto se reanude el crecimiento. Afirma que el Gobierno debería evitar la tentación de dejar que la recesión le haga el trabajo y contar los recortes como si fueran el resultado de su política.
El bajón tiene también el desafortunado efecto de reducir el precio del carbono y, por tanto, el incentivo a hacer recortes. El límite de carbono de acuerdo con el plan de intercambio de emisiones europeo ya se había puesto demasiado alto. Ahora, dice el comité, la recesión asegura que el precio del carbono esté en 2020 más cerca de las 20 € que de las 50 que se había estimado anteriormente.
El informe del progreso convierte en evidente el problema de que por sí solo el mercado no producirá los recortes necesarios: O bien la UE debe rebajar los límites de carbono o el gobierno debe imponer nuevos impuestos o nuevas obligaciones a los proveedores de electricidad. El precio bajo del carbono y los riesgos de un mercado incierto significan que las compañías eléctricas, probablemente, se gastarán un dineral en nuevas y caras centrales de gas en lugar de invertir en renovables. Eso pondría fin a una buena porción de los recortes del Reino Unido.
¿Qué es lo que hará el Gobierno: abandonará su compromiso con el caos del mercado libre o romperá sus propios compromisos legalmente vinculantes? Ninguna de las opciones le parecerán atractivas.
Traducido por Victor García para Globalízate
http://www.globalizate.org/monbiot181009.html
Artículo original:
http://www.guardian.co.uk/environment/georgemonbiot/2009/oct/12/climate-change-policy-committee
Referencias:
(1) http://www.theccc.org.uk/reports/progress-reports
(2) http://rsta.royalsocietypublishing.org/content/366/1882/3863