El canciller de Rusia, Serguei Lavrov, finalizó este sábado una visita de tres días a Cuba en el marco de una gira que lo llevará a Nicaragua, Guatemala y México y que muestra el interés del país euroasiático por intensificar sus vínculos con América Latina. Lavrov se reunió con el presidente Raúl Castro, quien ratificó […]
El canciller de Rusia, Serguei Lavrov, finalizó este sábado una visita de tres días a Cuba en el marco de una gira que lo llevará a Nicaragua, Guatemala y México y que muestra el interés del país euroasiático por intensificar sus vínculos con América Latina.
Lavrov se reunió con el presidente Raúl Castro, quien ratificó «la voluntad de continuar fortaleciendo las ya sólidas relaciones en todos los campos, particularmente en el económico». El encuentro fue considerado este sábado por el diario oficial Granma como una muestra del buen estado de los vínculos bilaterales.
El canciller ruso llegó a La Habana el jueves al frente de una delegación integrada por unos 200 artistas e intelectuales atraídos por la XIX Feria Internacional del Libro, que comenzó ese mismo día y terminará el domingo de la semana próxima y que este año está dedicada a Rusia.
Unas 300 casas editoriales de ese país trajeron 3.500 títulos en el marco de un programa que incluye la presentación conjunta del ballet Bolshoi y el Ballet Nacional de Cuba, en función única prevista para esta noche.
Entre la veintena de escritores, en su mayoría de la era soviética, que viajaron para asistir a la feria figuran Evgueni Yevtushenko, Olesia Nikoláeva, Serguei Filátov y Guénrij Borovick.
Lavrov también mantuvo conversaciones oficiales con su par cubano Bruno Rodríguez.
Al término de sus pláticas, los ministros aprobaron el plan de consultas entre las cancillerías de Rusia y de Cuba para 2010 y 2011, cuyos detalles no trascendieron a la prensa. Entre los dos países existe además un Memorando de Cooperación Estratégica, suscrito durante la visita de Raúl Castro a Moscú en enero.
Ambos cancilleres también suscribieron varias declaraciones conjuntas con motivo del 50 aniversario del establecimiento de las relaciones entre Cuba y la hoy disuelta Unión Soviética, que se conmemorará el 8 de mayo, y sobre la «inadmisibilidad» de revisar los resultados de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
En el comunicado sobre este último punto, las dos naciones rechazaron «cualquier intento de falsificar la historia» y de «negar el papel decisivo del pueblo ruso al igual que de otros pueblos de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), que pagaron un alto precio por el derrocamiento del fascismo».
«Cuba apoya plenamente la iniciativa de Rusia de celebrar un período extraordinario de sesiones solemnes de la Asamblea General de la ONU para conmemorar el 65 aniversario de la victoria sobre el fascismo y en memoria de todas las víctimas de la Segunda Guerra Mundial», reza la declaración conjunta.
La Segunda Guerra Mundial fue el conflicto armado más sangriento de la historia. «Resultó no sólo la prueba más dura y la mayor tragedia del siglo XX, que costó decenas de millones de vidas humanas, sino que también fue una gran lección para toda la humanidad», continúa el comunicado.
La Habana y Moscú decidieron celebrar el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, acordado por la URSS y el gobierno encabezado entonces por Fidel Castro, líder histórico de la Revolución Cubana, el 8 de mayo de 1960.
El desarrollo de esos vínculos fue ascendente.
Hasta comienzos de la década del 90, la URSS era el primer socio comercial de Cuba, a la cual compraba 80 por ciento del azúcar, 70 por ciento del níquel y 40 por ciento de los cítricos. Además, Moscú suplía la demanda energética de su aliado caribeño con 12 millones de toneladas anuales de petróleo.
Con la disolución de la URSS en 1991, los vínculos cayeron en picada. El país caribeño perdió sus mejores mercados con graves consecuencias para su economía. Tras varios años de distanciamiento, las dos naciones comenzaron a reacomodar sus relaciones, definidas por Lavrov como de asociación «estratégica».
Las relaciones entre Moscú y La Habana cobraron «un notable impulso» con la visita del presidente Dimitri Medvédev a Cuba en noviembre de 2008, según fuentes oficiales, seguida de la de Castro a Rusia este año.
En aquella ocasión el mandatario ruso concluyó en la capital cubana una gira por América Latina que lo llevó a Perú, Brasil y Venezuela.
Fuentes diplomáticas consultadas por IPS consideraron el viaje de Medvédev y éste del canciller Lavrov como prueba del interés de Rusia por intensificar su acercamiento a esta región. Para la diplomacia rusa, esta nación caribeña es clave en ese proceso.
El embajador de Rusia, Mijaíl Kamynin, calificó ante medios de prensa de «excelentes las relaciones» entre su país y otros como Brasil, Chile, Cuba, México, Nicaragua y Venezuela.
Rusia desarrolla la cooperación con países latinoamericanos teniendo en cuenta el mutuo beneficio, aseguró.
En las relaciones ruso-cubanas son importantes el fomento y la diversificación del intercambio económico, comercial, financiero y de inversión, incluida la promoción de proyectos conjuntos en materia de energía eléctrica, hidrocarburos, farmacéutica y altas tecnologías, según medios de prensa de Moscú.
También especularon sobre la posibilidad de que prosperen contratos empresariales en esos sectores en la reunión de la Comisión Intergubernamental para la Colaboración Económica, Comercial y Científico Técnica, encabezada por el vicepresidente cubano Ricardo Cabrisas y su colega ruso, Igor Sechin, que se realizará en mayo en La Habana.