Declarar derecho humano el acceso al agua y al saneamiento fue un paso crucial de la Asamblea General de la ONU en los esfuerzos para hacer disponible ese vital elemento a toda la población mundial, destacaron organizaciones no gubernamentales. La resolución fue aprobada el miércoles en ese órgano del foro mundial por 122 estados miembros, […]
Declarar derecho humano el acceso al agua y al saneamiento fue un paso crucial de la Asamblea General de la ONU en los esfuerzos para hacer disponible ese vital elemento a toda la población mundial, destacaron organizaciones no gubernamentales.
La resolución fue aprobada el miércoles en ese órgano del foro mundial por 122 estados miembros, con 41 abstenciones y ningún voto en contra. En los debates no se produjo una clara una división entre las naciones del Norte y del Sur, como muchos esperaban.
Estados Unidos se abstuvo, al igual que otros países industrializados, entre ellos Australia, Austria, Canadá, Corea del Sur, Dinamarca, Gran Bretaña, Grecia, Holanda, Irlanda, Israel, Japón, Luxemburgo y Suecia.
Pero varias naciones en desarrollo, mayoritariamente de África, también prefirieron no manifestarse, como Botswana, Etiopía, Guyana, Kenia, Lesotho, Trinidad y Tobago y Zambia.
El embajador de Bolivia, Pablo Solon, cuyo país fue uno de los principales impulsores de la resolución, señaló que los derechos humanos no nacieron como conceptos ya elaborados, sino que van siendo construidos sobre la base de la realidad y la experiencia.
Por ejemplo, los derechos a educación y trabajo, incluidos en la Declaración Universal de 1948, evolucionaron con el tiempo gracias a la Convención Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
«Lo mismo ocurre con el derecho humano al agua y al saneamiento», señaló el diplomático en una declaración el miércoles ante la Asamblea General.
En una declaración divulgada después de la votación, la organización Food and Water Watch indicó: «Nuestra red de aliados ha luchado por más de 10 años para lograr un reconocimiento legalmente vinculante del derecho humano del agua en la ONU (Organización de las Naciones Unidas)».
Aunque la resolución no tiene carácter vinculante, es un crucial primer paso en los esfuerzos para proveer agua y saneamiento a todos, reza la declaración, firmada por la presidenta de la junta del grupo, Maude Barlow, y su directora ejecutiva, Wenonah Hauter.
Barlow y Hauter calificaron la votación de «asombrosa y sorpresiva victoria para la justicia por el agua».
Según la ONU, 3.000 millones de personas no tienen acceso a agua corriente en un kilómetro a la redonda de su hogar, y otras 2.000 millones viven en áreas con escasez de ese vital elemento.
«Creo que el concepto de agua como derecho humano está contemplado en el derecho a la vida misma», dijo a IPS Sahana Singh, editora de Asian Water, destacada revista mensual sobre el tema.
«Todos sabemos que no hay vida sin agua. No se debe gastar más tiempo en redactar nuevas leyes y resoluciones», sostuvo.
«En los países en desarrollo, donde la implementación de las leyes ya es un gran problema, tiene poco sentido presionar para nuevas normas que sólo serán relegadas a archivos llenos de polvo», añadió Singh, quien ha investigado el sector del agua en Asia durante los últimos 10 años.
Esta ingeniera y editora señaló que, a menos que se especifique claramente, el derecho humano al agua puede llegar a ser interpretado de forma que se considere su acceso gratuito o casi gratuito.
«Millones de litros se pierden a diario debido a fugas en las redes de cañerías. ¿Se permitiría esa situación por ejemplo con los oleoductos?», preguntó.
«En lo que hay que concentrarse ahora es cómo hacer que los servicios básicos de agua en el mundo funcionen de manera efectiva y transparente», sostuvo.
Se necesita una administración adecuada, autonomía financiera, capacitación y apoyo, subrayó. También deben cobrar tarifas adecuadas para recuperar costos y destinar el dinero a la mejora de los servicios, indicó.
Por su parte, Anil Naidoo, del canadiense Blue Planet Project, en la vanguardia de la campaña mundial por el acceso universal al agua, destacó que la resolución tuvo el apoyo abrumador de una fuerte mayoría de países, pese a la oposición de un puñado de poderosos oponentes.
«Ahora debe ser seguida de un renovado impulso por la justicia del agua. Llamamos a acciones en el terreno en comunidades de todo el mundo para garantizar que los derechos del agua y el saneamiento sean implementados», dijo Naidoo a IPS.
Los gobiernos, las agencias de ayuda y la ONU deben asumir sus responsabilidades seriamente, afirmó.