Durante la dictadura militar chilena (1973-1990) las IED estaban centradas en el sector minero y con inversiones principalmente de EEUU, mientras que con la llegada de la democracia comienza a emerger el sector de servicios como núcleo estratégico para las IED, dirigidas principalmente por los capitales españoles. Dicho cambio se concentra principalmente en el sector […]
Durante la dictadura militar chilena (1973-1990) las IED estaban centradas en el sector minero y con inversiones principalmente de EEUU, mientras que con la llegada de la democracia comienza a emerger el sector de servicios como núcleo estratégico para las IED, dirigidas principalmente por los capitales españoles. Dicho cambio se concentra principalmente en el sector de comunicaciones, electricidad y financiero. De este modo, desde la década de los noventa, tenemos dos estrategias dominantes de las empresas transnacionales en Chile: por un lado, las centradas en la producción y exportación de recursos naturales (principalmente sector minero, cobre esencialmente, sector frutícola y celulosa) y, por otro, las centradas en los servicios para el mercado interno. Dentro de este último campo nos concentraremos en el caso de Endesa y sector eléctrico chileno.
La historia del sector eléctrico está arraigada a los proyectos desarrollistas del Estado chileno en los años 40 del siglo pasado. En 1943, bajo el Gobierno de Juan Antonio Ríos (Frente Popular), se crea Endesa con el objetivo de desarrollar el Plan de Electrificación del país, incluyendo la generación, el transporte, producción y distribución de energía eléctrica. Endesa llegó a ser una de las principales empresas nacionales, siendo la base del desarrollo hidroeléctrico del país.
Por otro lado, la Compañía Chilena de Electricidad (Chilectra), segunda empresa de electricidad más grande (a cargo de distribuir y comercializar la energía eléctrica en la Región Metropolitana y en la Vregión, las dos regiones más pobladas de Chile), se funda en 1921 por agentes privados extranjeros y es nacionalizada en 1970, bajo el Gobierno de Salvador Allende.
Privatización en manos de empresarios nacionales
Tras el golpe de Estado de 1973 y la llegada de la dictadura militar se reestructura el modelo de desarrollo y el sector eléctrico. En 1980 comienzan las privatizaciones en el sector. En un principio fueron pequeñas licitaciones públicas de empresas eléctricas en el Sur del país (SAETALy FONDEL) que pasan a manos privadas nacionales, para luego iniciar las privatizaciones a las más importantes empresas (Endesa y Chilectra).
En la segunda mitad de los años ochenta se genera la más importante privatización del sector eléctrico, Endesa y Chilectra, cambiando radicalmente toda la estructura del sector, de predominio casi total del Estado en la producción y distribución de energía, al control por parte de empresarios nacionales de dicho campo productivo y de servicios. El proceso de privatización se genera vía el llamado «capitalismo popular», mecanismo por el cual se venden pequeños paquetes accionariales a funcionarios públicos, instituciones privadas y militares de empresas desmembradas con el fin de evitar la concentración. Apesar de lo anterior, el resultado es una importante concentración por parte de Enersis sobre Endesa y Chilectra, la primera, por su lado, concentrada en gran medida en funcionarios de la dictadura militar, como lo es el caso de José Yuraszeck. [1]
En la década de los noventa se genera una importante internacionalización de Enersis [2], principalmente a Argentina, Colombia, Brasil y Perú, siendo, por tanto, el principal conglomerado energético chileno y uno de los más importantes en Latinoamérica.
Tenemos, por tanto, un conjunto de políticas privatizadoras en América Latina del sector eléctrico y de energías, más un holding chileno con amplia inserción en Latinoamérica. Es este campo el que genera los incentivos para la llegada de las IED españolas en Chile en general y de Endesa España en particular.
Sector eléctrico, el Grupo Endesa
En 1997, Endesa España entra al mercado latinoamericano eléctrico de la mano de Enersis, vía una alianza estratégica entre ambas, adquiriendo de este modo un 29% [3] del capital social de Enersis (1.179 millones de dólares). En 1999, Grupo Endesa realiza una OPA agresiva sobre Enersis, adquiriendo otro 32% de las acciones de dicho holding y el mismo año realiza una segunda OPA agresiva (hablamos de una inversión de 2.146 millones de dólares) que le permite el control, esta vez, de Endesa Chile.
Finalizado el proceso que dura tres años, Endesa España se hace cargo del holding de Enersis, con el 63,9% del capital social (ver gráfico1 en la edición en papel o en PDF).
El anterior proceso se circunscribe en el más amplio objetivo del Grupo Endesa de consolidar una posición dominante en el mercado eléctrico latinoamericano, que incluía adquisición de empresas en Argentina, Perú, República Dominicana y Venezuela.
En el momento en el que el Grupo Endesa se hace con las más importantes empresas eléctricas comienza un importante proceso de desinversión, llamado «Plan Génesis». Lo anterior es debido, principalmente, a la adecuación al proyecto de especialización en el sector energético, por la crisis energética chilena entre 1998-1999 y por el importante endeudamiento de Enersis por la compra de Endesa S.A.
A este conjunto de desinversiones se le suma la adquisición en el año 2000 de las principales empresas eléctricas de la región metropolitana, Chilectra y Compañía Eléctrica Río Maipo S.A. [4] Mediante una OPA agresiva sobre las dos empresas, el Grupo Endesa se hace con el 98% (ya poseía con antelación un 72,6%) del capital social de Chilectra (en una inversión de 364 millones de US$) y con el 98,4% de la segunda empresa, que enfatizan la nueva especialización de Endesa en el sector energético.
Consecuencias
Apesar de los procesos anteriores de desinversión, el Grupo Endesa ha terminado poseyendo un control sobre el 53% de la capacidad del Sistema Interconectado Central (SIC) [5], mientras que, por otro lado, actualmente posee un 83% de los derechos de agua en Chile lo que le asigna un control económico tácito sobre el sector eléctrico chileno. Lo anterior es importante en la medida en que se crea en la práctica un oligopolio sobre el sector eléctrico que impide la llegada potencial de otros inversionistas, y que, en cuanto el campo eléctrico es un monopolio natural y un núcleo estratégico de una economía nacional, el que controla dicho sector aumenta considerablemente su poder. Sólo basta recordar la huelga de inversiones en el año 2005 por parte de Enersis, la empresa Suez Lyonnaise des Eaux S.A., asociada con el Grupo Matte en Colbún, y la empresa AES en Gener (EEUU), que tuvo una manifestación clara en el apagón general sobre seis regiones del país el 23 de septiembre del 2002. [6]
Por otro lado, las políticas de inversión reales que ha efectuado el Grupo Endesa España en Chile han sido en gran medida de traspaso de propiedades, originalmente en posesión de accionistas nacionales (fondos de pensiones principalmente). Tal como vemos en el recuadro, las inversiones más sustanciales corresponden a los procesos de transferencia de propiedad ya nombrados. En este sentido, tal como afirma Rozas, el accionariado del Grupo Endesa «se relaciona más con objetivos de consolidación de posiciones alcanzadas y con la elevación de tasas de rentabilidad de las filiales, y menos con la creación de capacidad productiva, sus inversiones en el sistema eléctrico chileno se han limitado a la continuación de los proyectos programados por Endesa S.A., de Chile, y/o por Enersis durante los años noventa, cuando el grupo español no tomaba todavía el control del conglomerado eléctrico chileno». [7]
Las inversiones productivas realizadas por Endesa España corresponden a proyectos ya elaborados por los antiguos accionistas. Las inversiones más importantes que ha realizado Endesa España han sido la central Ralco y Palmucho (ya planificado en los noventa por los antiguos accionistas) y su participación mayoritaria en el proyecto de Hidroaysén.
Considerado por el entonces presidente de Endesa, Luis Rivera, como «uno de los mayores emprendimientos eléctricos de los últimos tiempos de Chile, de toda América Latina y, si me apuran, del mundo» [8], el proyecto de la central hidroeléctrica Ralco, con una inversión de 570 millones de US$, inicia sus actividades en el año 2004, por un lado con una potencia instalada de 570 MW, una generación media anual de 3.100 GWh y aportando el 9% de la energía requerida por el SIC y, por otro, inundando 3.500 hectáreas ancestrales de los mapuche pehuenches y forzando la relocalización de alrededor de 500 miembros de aquellas comunidades. Esta contradicción entre un crecimiento económico y derechos indígenas y medioambientales se manifiesta, de nuevo, en el proyecto hidroeléctrico Hidroaysén.
En el año 2005, Colbún S.A. y Endesa formulan el proyecto de la construcción de seis centrales hidroeléctricas en la IX región que generarían un 35% del consumo eléctrico chileno. Con un 51% del capital social en manos de Endesa, este proyecto recibió un amplio apoyo por parte de la elite política tanto de la Concertación (coalición de centro) como de la Alianza por Chile (coalición gobernante en ese momento). Apesar de esto, se generó un amplio movimiento nacional con redes internacionales que buscan enfatizar la destrucción ambiental de la Patagonia y la degradación cultural de la población indígena que vive en estos territorios. [9]
El proyecto cambia de dueño el año 2007, año en que Endesa comienza un proceso de «reestatización», pero esta vez en manos del Estado italiano. En el 2007, Enel [10] adquiere el 24,9% de Endesa España, y junto con la empresa inmobiliaria Acciona devienen en pacto controlador, lo que se traduce en la práctica en el control de Enersis y, por lo tanto, en un agente principal del SIC chileno. La salida de Endesa España del sector eléctrico chileno marca el fin de un ciclo, pero da comienzo al nuevo ciclo del capital italiano en el sector eléctrico. Sus consecuencias están por verse, sólo tenemos claro que ENEL ha recortado el 45% de las inversiones de Endesa [11], dando indicios de que el horizonte no va a ser muy diferente de lo que se está viviendo hoy
José Miguel Ahumada es investigador del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) y de la Universidad Complutense de Madrid.
Este artículo ha sido publicado en el nº 43 de la edición impresa de Pueblos, julio de 2010, Especial Multinacionales.
Notas
[1] Monckeberg, M. O. (2001), El Saqueo de los grupos económicos al Estado chileno, Ediciones B Grupo Zeta, Santiago, Chile.
[2] Holding privado chileno con filiales como Endesa y Chilectra.
[3] El mismo año Grupo Endesa aumenta su capital social sobre Enersis a un 32%.
[4] Posteriormente, Endesa debe vender dicha empresa en el marco de un segundo proceso de desinversión.
[5] Es una red de conexiones eléctricas creada por el Estado chileno entre 1940 y 1950, que va desde la tercera región hasta la décima región abasteciendo aproximadamente el 93% de la población chilena.
[6] Herreros, F.(2009), «La «reestatización» de Endesa profundiza la privatización de la energía eléctrica » en http://www.rebelion.org/noticia. php?id=84135
[7] Rozas Balbontín, P. (2009), Internacionalización y expansión de las empresas eléctricas españolas en América Latina, Editorial LOM, Santiago, Chile.
[8] Aylwin, J. (2004), «Se inauguró la central Hidroeléctrica Ralco en Bío Bío», en http://www.mapuche-nation.org/espanol/html/medioambiente/ma-ntcs-05.htm
[9] Un ejemplo bastante interesante de estas respuestas de parte de la sociedad civil es el del movimiento «Patagonia Sin Represas», que articula grupos de agitación, intelectuales, artistas, y que participan en todo tipo de actividades, vinculándose con partidos y movimientos políticos. Para ver sobre esto, www.patagoniasinrepresas.cl
[10] Tal como dice el Director de el diario «El Siglo» «Ente Nazionale per l’ Energie Electrica, Enel SpA, es la mayor empresa eléctrica de Italia y la segunda de Europa por capacidad instalada. Luego de la adquisición de Endesa España, produce, distribuye y vende electricidad y gas en 22 países de Europa, Norteamérica y América latina, con una potencia de unos 83.000 MWS, y una cartera de más de 52 millones de clientes. Es también el segundo operador de gas natural en Italia, con cerca de 2,6 millones de clientes y una cuota de mercado del 10% acerca de en términos de volumen.» (Herreros, 2009).
[11] «Enel recorta un 45% las inversiones de Endesa nada más tomar el control», El País, 13 de marzo de 2009.