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Madrid Puerta del Sol

Exhortación a la democracia

Fuentes: Instituto Simone Weil / CEPRID

«Los motivos y los modos que hacen sabia a una ciudad, al mismo tiempo hacen sabio también al ciudadano» Platón «Se acabó la transición, ahora llega la democracia». Cartel en la Puerta del Sol. Venus en Sol El domingo 15 de mayo salieron a las calles en sesenta ciudades españolas miles de personas, convocadas a […]

«Los motivos y los modos que hacen sabia a una ciudad, al mismo tiempo hacen sabio también al ciudadano»

Platón

«Se acabó la transición, ahora llega la democracia».

Cartel en la Puerta del Sol.

Venus en Sol

El domingo 15 de mayo salieron a las calles en sesenta ciudades españolas miles de personas, convocadas a través de las redes sociales por la Plataforma Democracia Real Ya, indignadas por las consecuencias sociales de las políticas y la actuación del gobierno y de la Unión Europea, los partidos políticos, los sindicatos, las entidades financieras, las empresas, los mercados y el FMI. En Madrid, unos quince mil manifestantes se reunieron en el centro de la ciudad y, al finalizar la movilización, cerca de cien integrantes de algunos colectivos como Juventud sin Futuro o Afectados por las Hipotecas, decidieron acampar durante la noche en la plaza de la Puerta del Sol; no obstante, fueron desalojados por la policía en horas de la madrugada y algunas personas terminaron en prisión. A partir de entonces, gran cantidad de gente se acercó al lugar para mostrar su apoyo a los manifestantes, transformando el espacio en un inmenso mural con diversidad de carteles que daban imagen y contenido a la protesta, mientras decenas de acampadas comenzaban a instalarse en las principales ciudades del país; la solidaridad internacional, además, sumó concentraciones en Bruselas, Berlín, Florencia, París, Bogotá, México y Buenos Aires. La Puerta del Sol se convirtió así en el epicentro del Movimiento 15 de Mayo, reconocido en el mundo como la Spanish Revolution.

La plaza de la Puerta del Sol ocupa una superficie aproximada de diez mil metros cuadrados y desde 1950 es el «kilómetro cero» de las carreteras de España. En el siglo XV fue uno de los accesos a los barrios medievales que se encontraban alrededor de la antigua muralla construida en el siglo XII; la puerta estaba señalada por la figura de un sol, dada su orientación hacia levante. Ha sido siempre lugar de encuentro y de grandes celebraciones colectivas, incluyendo la proclamación de la Segunda República Española el 14 de abril de 1931. Actualmente, centros comerciales, bares, restaurantes y tiendas de turismo rodean el antiguo edificio de la Casa de Correos, sede de la Presidencia de la Comunidad Autónoma de Madrid, cuyo reloj del siglo XIX da la bienvenida al año nuevo al ritmo de sus campanadas. Dos símbolos, además, le confieren identidad: la famosa escultura del Oso y el Madroño y la hermosa figura de la diosa Venus, popularmente llamada la Mariblanca, réplica de la imagen original italiana tallada en mármol blanco y testigo de la historia de Madrid desde 1625.

«Mi bandera es cada persona de esta plaza»

La creciente y continua afluencia de personas, las asambleas que tenían lugar diariamente en las acampadas y la amplitud de la cobertura mediática -nacional e internacional- incitada por la proximidad de las elecciones municipales, fueron los principales factores que contribuyeron al vertiginoso crecimiento del Movimiento 15-M. En la Puerta del Sol, los acampados desarrollaron durante cuatro semanas una novedosa y creativa estructura organizativa de autogestión mediante la participación de numerosos voluntarios y la distribución de donaciones, circunstancias que garantizaron su permanencia y operatividad suprimiendo la circulación de dinero. Otro hecho significativo fue también el consenso que se alcanzó en relación con la ausencia de banderas y otros signos de identidad ideológica, punto de partida para definir políticamente el movimiento como antipartidista y antisindicalista. Por otra parte, la escasez de pautas y de esquemas preestablecidos, permitió canalizar la práctica y la reflexión a través de la formación de comisiones y talleres de trabajo impulsados por la recepción de múltiples propuestas. Procurando sustituir las ideologías por ideas, las decisiones se tomaban mediante la participación democrática en asambleas que expresaban el ejercicio de los derechos constitucionales de libertad de reunión y de expresión. Las comisiones estaban dedicadas a resolver asuntos de carácter técnico y de organización, mientras los grupos de trabajo tenían la tarea de teorizar y concretar las propuestas para intentar precisar los principios y los objetivos del Movimiento desde una óptica política, económica y social, pero también desde un punto de vista ético y moral (1).

Las decisiones internas en cada grupo de trabajo se tomaban por consenso, aunque para llevarlas a cabo requerían también el acuerdo de la asamblea general. Entre las comisiones que formaron parte del campamento en la Puerta del Sol estuvieron las de infraestructura, información, feminismos, migración, alimentación, pensamiento, respeto, coordinación interna, legal, espiritualidad, defensa de los animales, extensión, biblioteca, infantil, arte, actividades, dinamización de las asambleas, comunicaciones y sanidad. La Comisión de Infraestructura que contaba, además, con un equipo de bomberos voluntarios, distribuía el espacio, recibía las donaciones, mantenía físicamente el campamento y se encargaba de la limpieza. Las funciones de la Comisión de Respeto consistían en garantizar el carácter pacífico de la convivencia interna y con los vecinos que habitan en las cercanías de la plaza, salvaguardar el ejercicio de la libertad de expresión y prevenir el consumo de alcohol o drogas en el espacio de la acampada. La Comisión de Coordinación, por su parte, admitía y distribuía al personal voluntario integrado por médicos, psicólogos, abogados, ingenieros, informáticos, maestros, cocineros y artistas, entre otros. La Comisión Legal, integrada aproximadamente por 200 abogados, tenía la responsabilidad de mediar con la policía y ofrecer asesoramiento a las demás acampadas del país y a los barrios y pueblos que se sumaban al Movimiento. La Comisión de Biblioteca administraba las donaciones de periódicos y libros y atendía la sala de lectura abierta al público. La Comisión de Alimentos, bajo el lema «somos lo que comemos», velaba por la disponibilidad diaria de comida sana, incluyendo alimentación específica para vegetarianos, veganos, diabéticos y celíacos. La Comisión de Extensión mantenía la relación y el diálogo con más de cien barrios, pueblos y distritos de la Comunidad, con el fin de organizar una red de asambleas autogestionarias. La Comisión de Arte comprendía las áreas de literatura, música, artes escénicas, audiovisuales y artes gráficas. La Comisión Infantil tenía a su cargo una biblioteca para niños y la guardería del campamento. La Comisión de Espiritualidad, por su parte, reunió a un grupo de personas vinculadas con diversas religiones y visiones del mundo, incluyendo un representante de los pueblos originarios de América del Norte y practicantes de yoga, tai chi y meditación sufí; dicha Comisión, no obstante, tuvo al principio muchos detractores en los medios de comunicación y en las redes sociales que la consideraron innecesaria o fuera de lugar, sin comprender tal vez su verdadero significado en relación a la inspiración que el conocimiento puede -y debe- recibir del pasado y de la diversidad cultural. La Comisión de Defensa de los Animales fue también objeto de controversia, debido principalmente a su postura sobre la abolición de las festividades donde se maltratan animales y la vivisección, una práctica que suele encubrir intereses comerciales utilizando alegatos que justifican supuestos fines humanitarios y científicos. Otro punto objeto de debate mediático fue el pequeño huerto que se plantó alrededor de una de las fuentes para cultivar tomates, lechugas y berenjenas; representó, sin embargo, el símbolo de la protesta contra los cultivos transgénicos, la inseguridad alimentaria y la agricultura industrial en el cual, sin embargo, no era posible incluir plantas sagradas como el muérdago, el amaranto, la coca, el peyote o la ayahuasca, protectoras del planeta y de la salud física y espiritual de millones de personas en el mundo.

Los talleres de trabajo, por su parte, estuvieron dedicados a cinco importantes líneas de reflexión: economía, política (a largo y corto plazo), social, medio ambiente, educación y cultura. La labor del grupo de economía comprendía las áreas de empleo, vivienda, sistemas financieros y países empobrecidos; el de medio ambiente, por otro lado, fue el responsable de los residuos y el reciclaje en el campamento, además de gestionar las propuestas provenientes del medio rural. Hay que señalar, asimismo, que se incorporó a la autogestión del espacio colectivo la provisión de energía, al ser instalados generadores eléctricos y placas solares para cubrir su demanda. Se diseñó y difundió también un protocolo para activarse en caso de desalojo policial, cuyas instrucciones indicaban mantener siempre formas pacíficas de resistencia.

Las asambleas generales, donde podía participar cualquier persona que se acercara a la plaza, asignaban carácter rotatorio a los coordinadores para evitar el surgimiento de líderes y se celebraban al principio cerca del mediodía, aunque luego fueron trasladadas a las últimas horas de la tarde. Los portavoces de las comisiones y de los talleres de trabajo informaban sobre sus respectivas actividades y sometían sus propuestas, previamente acordadas, al consenso general de los presentes. El debate seguía un orden de palabra en medio de un ambiente ajeno a la crispación y moderado tanto en el uso del lenguaje como de los gestos.

La legitimidad del Movimiento se fortaleció a medida que aumentaba su apoyo popular, cercano -según diversas fuentes- al setenta y siete por ciento de la población; resistiendo, además, la presión de las elecciones previstas para el domingo 22 de mayo. Bajo el temor de que sus consecuencias pudieran influir directamente en los resultados electorales y perjudicar los intereses de los partidos políticos, la Junta Electoral prohibió una manifestación convocada para el día anterior a los comicios, denominado tradicionalmente el «día de reflexión». No obstante, la masiva concentración que se produjo en la Puerta del Sol se convirtió en un acto histórico de desobediencia civil pacífica que consolidó aún más al Movimiento. Las elecciones, sin embargo, no acusaron los efectos del juicio a la democracia que se estaba produciendo en las calles desde el día 15 de mayo; los resultados previstos arrojaron, de hecho, un sesenta y seis por ciento de participación, un nivel de abstención del treinta y tres por ciento y apenas un cinco por ciento de votos nulos y en blanco, resultando ganador el derechista Partido Popular (PP) y severamente castigado el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Otro momento de inflexión que afectó de manera significativa la trayectoria del Movimiento ocurrió el día 27 de mayo, cuando en horas de la mañana la Delegación del Gobierno catalán autorizó el desalojo policial de los acampados en la plaza Cataluña de Barcelona -utilizando el pretexto de garantizar la celebración pacífica de una posible victoria del Fútbol Club Barcelona el día siguiente en el partido final de la Champions-; un violento acontecimiento que dejó como resultado más de un centenar de heridos y cuyas imágenes fueron difundidas al mundo por los medios internacionales. Su efecto inmediato, no obstante, fue la reactivación de las movilizaciones en todo el país.

«No somos mercancía en manos de políticos y banqueros»

De acuerdo a los documentos publicados en internet por el Movimiento 15-M, su objetivo general es la regeneración del sistema económico y del sistema político, como condición ineludible para mejorar la calidad de la vida pública. En tal sentido, consideran indispensable la movilización ciudadana, su participación directa en la toma de decisiones y el pleno ejercicio de las libertades que se ven limitadas por la acción de los partidos políticos y de los sindicatos (2). Así, durante la asamblea general celebrada el día 20 de mayo en la Puerta del Sol se consensuó un conjunto inicial de propuestas, síntesis de iniciativas acordadas previamente en las comisiones y talleres de trabajo y también de todas aquellas que se recibieron en los buzones de sugerencias de la acampada durante los días precedentes (3). Dichas propuestas, por una parte, están dirigidas a modificar las medidas impuestas por la Unión Europea y el FMI en relación a la crisis social generada por el sistema financiero y a atenuar sus consecuencias; complementariamente, se orientan a producir cambios en el sistema político que permitan la participación directa de las personas en el proceso de toma de decisiones.

Entre las principales proposiciones figuran: reformas en la Ley Electoral para garantizar un sistema representativo y proporcional que no discrimine ninguna voluntad social; eliminación de los privilegios de la clase política y prohibición de presentar en las listas electorales a personas imputadas por delitos de corrupción y malversación de fondos públicos; descenso de la tasa de desempleo hasta el cinco por ciento mediante la reducción de la jornada laboral, el mantenimiento de la edad de jubilación a los 65 años, bonificación a las empresas con bajos niveles de contratación temporal, control sobre los despidos colectivos y restablecimiento del subsidio de 426 euros para todos los desempleados de larga duración; expropiación de viviendas sin vender para ofrecerlas en régimen de alquiler protegido; subsidio habitacional para jóvenes y personas de bajos recursos; cancelación de las hipotecas a cambio de la devolución de los bienes inmuebles a las entidades acreedoras; aumento en la contratación de personal en las áreas públicas de sanidad y educación; reducción de los elevados costos de las matrículas universitarias; financiamiento público e independencia de la investigación científica; abolición del Espacio Europeo de Educación Superior; sostenibilidad y abaratamiento del transporte; restablecimiento de los trenes que están siendo sustituidos por los sistemas de alta velocidad; restricción del tráfico privado en el centro de las ciudades; construcción de carriles para la circulación de bicicletas; desarrollo de redes que agrupen y fortalezcan la participación ciudadana; ampliación de la cobertura de las leyes sociales; prohibición del traspaso de capitales públicos para auxiliar a las instituciones bancarias y devolución del dinero aportado por el Estado; nacionalización de los bancos quebrados; aumento de impuestos al capital bancario y sanciones para sus movimientos especulativos; prohibición de inversiones de la banca española en paraísos fiscales; aumento del tipo impositivo aplicado a las grandes fortunas; control del fraude fiscal y de la fuga de capitales; aplicación de la Tasa Tobin a la circulación internacional del capital; libre acceso y utilización de internet; abolición de la Ley Sinde sobre derechos de autor en la red; protección de la libertad de información; referendos obligatorios y vinculantes sobre la aplicación de políticas que afecten directamente el nivel de vida de los ciudadanos; independencia real del poder judicial; reducción del gasto militar y cierre de las fábricas de armas; eliminación del Senado y de la pensión vitalicia de los legisladores; reducción del cuerpo diplomático; desvinculación entre Iglesia y Estado; cierre de todas las centrales nucleares y financiamiento para la investigación y el desarrollo de fuentes de energía renovables y gratuitas. Medidas, en general -sostienen-, que permitirían el ahorro de 45 mil millones de euros aproximadamente y, en consecuencia, la suspensión de los ajustes previstos en la inversión pública, en los salarios y en las pensiones.

«Otra forma de hacer política es posible»

El éxito del Movimiento 15-M puede evaluarse, sin lugar a dudas, desde diferentes puntos de vista. En primer lugar, ha demostrado la capacidad de movilización que pueden conseguir las personas superando las barreras que constituyen las organizaciones tradicionales, representadas principalmente por los partidos políticos y los sindicatos; una movilización, además, capaz de cuestionar decisiones antidemocráticas y generar alternativas, utilizando medios asociados al pleno ejercicio de los derechos y de las libertades. Es decir, impugnando los límites que restringen la democracia cuando es definida erróneamente como un fin, para profundizar en sus verdaderas posibilidades como instrumento para lograr el bien común. En la Puerta del Sol -y en las demás acampadas del resto de ciudades en el estado español-, ha quedado demostrado que es posible comenzar a construir una nueva manera de vivir políticamente en comunidad. Al margen de errores y dificultades, el Movimiento logró activar y desarrollar los principios de horizontalidad, de justicia y de igualdad, en un marco de reflexión dirigido a organizar las ideas para generar cambios efectivos en el sistema. Ha legado, asimismo, la histórica experiencia de arrebatar a los poderosos partidos políticos la atención de los medios de comunicación en plena agenda de campaña electoral, logrando a su vez introducir en el debate nacional e internacional sobre la construcción de una sociedad alternativa, la necesidad de reflexionar acerca del papel que juegan esas organizaciones en nuestras democracias y el lugar que les correspondería. Ha dejado claro también, en medio de los levantamientos populares que actualmente tienen lugar en los países árabes, la importancia decisiva de las nuevas formas de comunicación y la necesidad de defender la libertad de expresión y de pensamiento en las redes sociales. Añade, igualmente, el ensayo de un ejercicio inédito de desobediencia civil pacífica, protagonizado por las numerosas personas que salieron a la calle el día previo a las elecciones municipales para manifestar su insatisfacción y su descontento con el funcionamiento del sistema político.

Por otra parte, hay que destacar también el logro de haber incorporado al espacio de las asambleas populares a miles de personas tradicionalmente desmovilizadas, aportando fuerza a los movimientos sociales que no habían conseguido organizar una respuesta masiva y cohesionada a la gestión oficial de la crisis. La Comisión Legal, de hecho, participó directamente en su definición, con el objeto de demostrar su carácter legítimo por estar amparadas en el derecho constitucional de reunión, no provocar alteración del orden público y permitir a los ciudadanos ejercer sus derechos de libertad de expresión y pensamiento (4).

Buscando construir la base real y futura del Movimiento 15-M, en efecto, la acampada de la Puerta del Sol impulsó la convocatoria de asambleas para el día sábado 29 de mayo en las plazas de 41 barrios y 81 pueblos y municipios de la Comunidad de Madrid; a saber, en barrios con mayoría de población obrera y de inmigrantes como Aluche, Vallecas, Carabanchel, Lavapiés, Tetuán, Arganzuela, Getafe y Hortaleza, éstas contaron con más de 600 participantes; en otras zonas como Móstoles, Paseo de Extremadura, Alcorcón, Algete, el barrio de Salamanca y el barrio del Pilar, la asistencia alcanzó a 300 personas. Finalmente, un día después, el domingo 30 de mayo, todos los delegados de estas asambleas instalaron en la Puerta del Sol la denominada Asamblea General de Madrid (5). «Marchaos, iros. No sois dignos representantes»

La reflexión sobre la revocación de los partidos políticos fue planteada en Europa por la joven filósofa francesa Simone Weil (1909-1943), cuando trabajaba en Londres para el equipo de investigaciones sobre la reconstrucción de Francia del gobierno en el exilio del general Charles de Gaulle. Sus ideas -que entonces fueron ignoradas- las enunció en un ensayo escrito entre diciembre de 1942 y abril de 1943, publicado después de su muerte con el título «Nota sobre la supresión de los partidos políticos»; (6) un texto que refleja, en conjunto, su profunda meditación sobre el significado y los objetivos de la democracia.

El problema de los partidos -escribió al comienzo- es saber si su naturaleza y su actuación justifican su existencia; es decir, si están vinculados como medios a los fines de la verdadera democracia -de la voluntad expresada por el pueblo- que son la verdad, la justicia y la utilidad pública. Para Simone Weil, en efecto, la democracia (real y legítima) (7) exige, en primera instancia, que el pueblo no limite al sufragio la expresión de sus criterios sobre los problemas públicos y, menos aún, a la elección de «colectividades irresponsables»; pronunciamiento que le permitió, a su vez, afirmar que ninguna nación ha conocido algo semejante a una auténtica democracia. Para alcanzarla -afirmó-, la gente debería tener la posibilidad de expresar su opinión sobre los grandes problemas de la vida social, sin que en su juicio intervengan «pasiones colectivas» como las que surgen de la existencia y actuación de los partidos políticos.

Siguiendo su argumento, son tres las características básicas que impiden a los partidos actuar como medios y los transforma en fines al servicio de sus propios intereses; cualidades -sostuvo- que los partidos comunistas llevaron a la perfección durante el siglo XX. En primer término, un partido político es una máquina para fabricar «pasión colectiva», la cual se expresa mediante la propaganda; en segundo lugar, es la «pasión colectiva» la que domina sobre el pensamiento de sus miembros; por último, el único objetivo de los partidos es su propio crecimiento ilimitado vinculado al poder. Así, el partido nunca tiene suficientes miembros, suficientes electores, ni suficiente dinero. Atributos evidentes -afirmó- que permiten ver en ellos organizaciones totalitarias en «germen» y en «aspiración», aunque se auto definan como instrumentos al servicio de una determinada concepción del bien público, algo que constituye apenas una ficción. La «pasión colectiva», pues, germina porque ningún grado de crecimiento y de poder les satisface, razón a la que asocian siempre sus errores, sus debilidades y sus fracasos. La inagotable ambición por el poder sustituye entonces la búsqueda de la verdad, de la justicia y del bien público; «algo que debería horrorizarnos -advirtió- de no ser porque la costumbre nos ha endurecido (…). Si se confiara al diablo la organización de la vida pública, no podría imaginar nada más ingenioso». Simone Weil, sin embargo, tenía el convencimiento de que su recomendación de eliminar a los partidos políticos, como medida necesaria para el desarrollo de la democracia, tendría escasas posibilidades de llevarse a cabo. El siglo XXI, no obstante, ha tomado el relevo.

Mailer Mattié es economista y escritora. El presente texto es una colaboración para el Instituto Simone Weil de Valle de Bravo (México) y el CEPRID.

Notas:

(1) Información obtenida durante la Asamblea General celebrada el día 24 de mayo a las 12 del mediodía en la Puerta del Sol. Madrid, 2011.

(2) ¡Democracia Real Ya!. Propuestas. En: http://www.democraciarealya.es/?page_id=234

(3) Lista oficial de las propuestas del Movimiento 15-M. En: http://www.rtve.es/contenidos/documentos/propuestas_movimiento_15M.pdf

(4) Postura de la Comisión Legal con respecto a las asambleas de barrios y pueblos. En: http://madrid.tomalosbarrios.net/2011/05/27/comision-legal-taller-de-mediacion-con-la-policia/

(5) Sobre el desarrollo del movimiento asambleario en los barrios, pueblos y municipios de la Comunidad de Madrid, véase: http://madrid.tomalosbarrios.net/

(6) Simon Weil. «Nota sobre la supresión de los partidos políticos» en: Profesión de fe. Edición y traducción de Sylvia María Valls. En http://www.institutosimoneweil.net/images/weil-book%20dumi%20july.pdf

(7) Sylvia María Valls. Perfil tentativo para una democracia legítima. En: http://www.institutosimoneweil.net/index.php/faq/36-texto-civ/55-perfil-tentativo-de-una-democracia-legitima. En este ensayo, su autora plantea que los partidos políticos se transformen en organizaciones privadas financiadas por sus miembros, limitando su actuación a proponer leyes y programas a los legisladores electos como jerarquías legítimas.

Fuente: