Concluyen los XVI Juegos Deportivos Panamericanos en Guadalajara y la delegación de la mayor de las Antillas se ubica nuevamente en la segunda posición con 58 medallas de oro delante de un amenazador Brasil. Nadie puede negar que se trate de otra excelente demostración de lo que Cuba ha conseguido en materia deportiva en los […]
Concluyen los XVI Juegos Deportivos Panamericanos en Guadalajara y la delegación de la mayor de las Antillas se ubica nuevamente en la segunda posición con 58 medallas de oro delante de un amenazador Brasil.
Nadie puede negar que se trate de otra excelente demostración de lo que Cuba ha conseguido en materia deportiva en los más de 50 años de Revolución. Una fraternal batalla entre nuestra delegación y otras naciones hermanas del continente que nos llenan de sano orgullo pues especialistas cubanos están detrás de muchos de esos resultados. Brasil amenazó hasta el último momento y México, con la ventaja conocida de ser sede, conquistó un merecidísimo tercer puesto al aventajar ampliamente a Canadá, la otra gran potencia del norte del continente.
Nuevamente el atletismo, la lucha, el judo y el boxeo, bien llamado la locomotora del deporte cubano, catapultaron a nuestra delegación en el medallero y la posición final por países. Excelentes demostraciones y derroche de coraje de nuestros deportistas en sus respectivas disciplinas nos hicieron cómplices en todos estos días.
Sin embargo queda una vez más el sabor amargo de que la pelota, deporte que levanta pasiones en cada rincón de la isla, no pudo elevarse a lo más alto de la competencia. Me niego a acostumbrarme a no ver triunfar a nuestros peloteros en certámenes internacionales. Hace varios años que esta es la asignatura pendiente del deporte cubano.
A pesar de la conocida mercantilización del deporte a nivel internacional y las jugosas ganancias que reporta para muchos países debemos acabar de tomar experiencias de estas derrotas. Lo cierto es que el techo del deporte mundial se sigue elevando y pudiera llegar el momento en que resulte casi inalcanzable.
Actualmente, a pesar del robo descarado de atletas por parte de las potencias mundiales, muchas naciones intentar mantener los verdaderos valores del olimpismo. Entre ellas se encuentra Cuba que lucha en batalla muy desigual y logra excelentes resultados competitivos.
Hoy se sigue comentando en Cuba, y no dejará de hacerse en un buen rato, la necesidad imperiosa de tomar medidas para lograr que nuestro equipo de béisbol regrese a los planos estelares y finalmente pueda salir airoso en las finales de los eventos a los que asiste.
La más reciente prueba nos deja preocupados nuevamente. Selecciones que no tienen el nivel de la nuestra nos hacen sudar la camiseta para obtener la victoria. Este es un deporte de estrategia y ya no se puede ganar solamente a base de jonrones como pretendió hacerse en Panamá y Guadalajara.
Es hora de cambiar todo lo que debe ser cambiado, como sabiamente nos ha pedido Fidel, y estoy convencido de que nuestros torneos nacionales están obligados a hacerlo o definitivamente veremos a nuestros equipos Cuba cada vez más lejos de subir a lo más alto del podio en eventos internacionales. El momento de hacerlo ha llegado. Mañana puede ser demasiado tarde.