Una breve nota, habrá que volver cien o mil veces, con todas los «supuestamente» anexos que sean necesarios para evitar la intromisión de la Autoridad. Ha estallado finalmente el caso Millet. ¡Por fin! Las investigaciones judiciales han acreditado que el destino final de las cantidades aportadas por don Millet y don Montull era Convergència Democrática […]
Una breve nota, habrá que volver cien o mil veces, con todas los «supuestamente» anexos que sean necesarios para evitar la intromisión de la Autoridad.
Ha estallado finalmente el caso Millet. ¡Por fin! Las investigaciones judiciales han acreditado que el destino final de las cantidades aportadas por don Millet y don Montull era Convergència Democrática de Catalunya. Lo sabido, lo que ya sospechaba más de la mitad de la ciudadanía de Catalunya. El país es pequeño, muy pequeño, y corren las noticias que vuelan.
La Fundació Trias Fargas ha jugado un papel destacado en la trama. Era sabido. Algunos profesores universitarios nacionalistas, muy pero que muy solicitados en TV3 y en medios afines, de esos que crean opinión, forman parte de la Fundación.
Habrá cadáveres políticos y se demostrará, si la cosa sigue su curso, las dimensiones inmensas de la corrupción político-económica en Catalunya. No es «Madrid» está vez el tema, no es el pacto fiscal o el concierto económico, o el expolio español. Como la Gürtel, vamos, pero sin el bigotes. Con Daniel Osàcar y unos cuantos ayudantes más la cosa ya funcionó. ¡Y de qué manera! Durante unos diez años o más. Probablemente.
CDC deberá pagar por el SAQUEO del Palau. «Saqueo» no es palabra mía sino de Jesús García, en una excelente crónica que publicó en el diario imperial-global el 19 de julio [1], el día de la gran manifestación. Otro motivo más para pasearnos a cuerpos y gritar que apenas queda pan para tanto y tanto chorizo. De aquí o de allá.
El juez impone al partido de don Artur Mas, el del gobierno de los mejores (¡de los mejores!) y de Eurovegas, una fianza de 3,2 millones de euros. ¡De más de tres millones de euros! No se acercan a la trama Urdangarin-Borbón-Torres pero no están muy lejos. Por beneficiarse del desvío de fondos.
Josep Maria Pijoan, el titular del juzgado de Instrucción 30 de Barcelona, sostiene que hay claros indicios de que CDC se financió de forma irregular por dos vías. Las más cuantiosas, en torno a 2,3 millones, se corresponden con entregas opacas de dinero en efectivo. Entre 2002 y 2008. En algunos de esos años, no formaban parte del gobierno.
El dinerito, fresco y sonante, llegaba en efectivo y a través de Ferrovial. ¿Se acuerdan del 3% de Pasqual Maragall, la única afirmación rupturista que formuló en sus años de presidencia?
Siendo president Jordi Pujol -¿algo sabría del tema, no?-, Ferrovial consiguió la adjudicación de obras muy importantes: la construcción de la línea 9 del metro, una línea reciente y moderna-muy moderna, y la Ciudad de la Justicia, otras de las necesidades imprescindibles del país. Favor con favor y dinerito se pagan.
Por su parte, el conseller, que aún no ha dimitido, Lluís Recoder, y Jordi Turull, el mismísimo portavoz de CDC en el Parlament, adjudicaron en su etapa municipalista unas obras bajo sospecha en Sant Cugat, una de las ciudades más adineradas de Catalunya.
¿No sabían nada del tema ni el president de honor de CiU, ni el president Mas, ni Oriol Pujol, ni Homs, ni Mas-Colell? ¿No pasaban por allí? ¿Qué hará después de lo sabido un político con la trayectoria de Ferran Mascarell? ¿Tragará más sapos?
¿Cómo es posible que el gobierno de este petit país siga en manos de un partido sobre el que pesa una acusación tan grave? ¿Quién se puede creer que el president Mas no tenía ni idea de lo que se cocía en los oscuros sótanos de su organización? ¿No es más razonable pensar lo contrario, que dirigía a distancia o externalizaba a través de amigos y colegas una fuente suplementaria de ingresos?
ERC por su parte actúa como se debe actuar en la oposición: sí, señor, sin atosigar. Se ha inclinado por dar unos días al president Mas y por no forzarlo a dar explicaciones al Parlament. Que se calma, que no se sienta presionado. Los frentes nacionalistas son así de educados y fieles.
ICV ha pedido a Mas que vigile su propia casa. ¿Y él no sabía nada? ¿Se trata sólo de marginar algunos cuadros y dirigentes que se han excedido? Por favor…
¿y EUiA? No se sabe, no contesta por el momento. ¿Existe?
Nota:
[1] Jesús García. El País, 19 de julio de 2012, pp. 1-3 (edición Catalunya)
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