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Caixabank, la hipoteca y la torre de lujo de la pareja «barcelonesa» de la Familia Real

Fuentes: Rebelión

«Urdangarin: hipoteca de cinco millones, sueldo de 3.000 euros», así titulaba El País una información el pasado viernes 26 de octubre [1]. Sin embargo, no es exactamente así. Los duques palmesanos solicitaron a La Caixa (el actual Caixabank) una hipoteca en 2004 para poder pagar su casa, es decir, su torre de lujo en Pedralbes, […]


«Urdangarin: hipoteca de cinco millones, sueldo de 3.000 euros», así titulaba El País una información el pasado viernes 26 de octubre [1]. Sin embargo, no es exactamente así.

Los duques palmesanos solicitaron a La Caixa (el actual Caixabank) una hipoteca en 2004 para poder pagar su casa, es decir, su torre de lujo en Pedralbes, un barrio de la gran burguesía barcelonesa, el mismo en el que la esperanza de vida es un 10% superior a la del barrio popular del Raval. Iñaki Urdangarin y su esposa, la infanta Cristina de Borbón y Sofía, la hija de la primera autoridad del Estado desembolsaron (así se afirma) unos 5,8 millones por el palacete, a los que hay que añadir -aparte de alguna posible cantidad «en negro»- lo que se gastaron posteriormente en decoración, arreglos y muebles no adquiridos en Ikea por supuesto. Pongamos que «la operación VLL (vivienda-de-lujo-lujísimo)» alcanzara los 8 millones de euros (me quedo corto seguramente).

Consiguieron verse complacidos en su petición desde luego. En octubre de 2004, La Caixa, a través de su comité permanente de créditos (y alguna probable ayuda directa de don Isidre Fainé), concedió al aristocrático Urdangarin y a su señora esposa una hipoteca a 30 años por cinco millones de euros con un interés -el de amigos, colegas, privilegiados y afines- del euribor más 0,5% (y con revisiones periódicas cuya temporalidad no puedo precisar). ¡Mejor imposible! ¡Un bello sueño hipotecario! [2]

La cifra, señalan los periodistas del diario global-imperial (el mismo que despide a sus trabajadores y permite que don Cebrián cobre 13 millones de euros anuales y sea uno de los ejecutivos mejor pagados de España y Europa), contrasta -es decir, no cuadra- con el salario en esa época del ex jugador de balonmano. En la declaración de renta que presentó ese mismo año a Hacienda, el Duque palmesano dijo haber ingresado unos 36.000 euros por rendimientos del trabajo.

Pero don Urdangarin tuvo más ingresos y algunos otros complementos: por esa época tenía un total de 1,3 millones en cuentas corrientes y libretas de ahorro; era avalista de otros tres préstamos hipotecarios; recibía unos 52.000 euros por rendimientos de capital y unas ganancias por acciones de unos 24.000 euros. Como patrimonio inmobiliario de la familia constaba entonces su antigua casa familiar -también, faltaría más, en la avenida Pedralbes de Barcelona- valorada por aquel entonces en 414.000 euros (para pagar, por ejemplo, una parte de los muebles de la nueva casa si la llegaron a vender finalmente). El Duque declaró también que disponía de acciones por valor de 327.000 euros en Aizoon, la sociedad patrimonial inmobiliaria que compartía -y creo que sigue compartiendo- al 50% con Doña Cristina de Borbón y también poseía participaciones por unos 500.000 euros en el Instituto Nóos. ¿Les suenan los nombres? En total, desde luego, pasta, mucha pasta. Los orígenes sociales, los enlaces matrimoniales, la suerte domada y el «esfuerzo realizado» tienen esas consecuencias.

En total, sumando generosamente los ingresos, unos 125.000 euros anuales. No está mal, nada mal. Pero Doña Cristina cuenta. Y mucho. Ella era ya entonces directiva de La Caixa. ¿Con qué sueldo? Secreto del Alto Estado Mayor-Borbónico-Caixero. Pongamos, 120.000 euros anuales más. ¡Unos 10 mil mensuales! Sumando ambas cantidades, también generosamente, se obtiene una cifra de unos 250.000 euros. Para redondear, 300 mil. Cada trimestre, la pareja Real borbónica debía afrontar el pago de 52.000 euros de hipoteca, 208.000 s anuales. Les quedaban, restando mal, 100 mil euros. ¡Cien mil!

Dan para mucho, se dirá. Desde luego. Pero la familia no es corta, tiene sirvientes, hay que pagar luz, gas y aguas, mantener los cochazos, realizar viajes, y luego están los caprichitos, algunos extras y el colegio privado de los niños. Con unos 8 mil euros mensuales, no llega para todo. En fin, más allá de las ayudas familiares siempre bien recibidas, el suelo económico de base del entramado Urdangarin-Torres-Borbón, su urgencia incluso, tiene su lógica y su explicación. Primer el estómago (insaciable), luego la moral (muy pero que muy demediada).

Una pregunta se impone finalmente: ¿obró la Caixa de don Fainé, uno de los grandes de las 400 familias que gobiernan Catalunya según el señor Millet-Palau, con criterios estrictamente «profesionales» como se suele decir en odiosa y odiada jerga neoliberal? A mi me da que no del todo. ¿Qué opinan ustedes? ¿Hay o no hay redes y privilegios Reales? ¿Hay o no hay ciudadanos y ciudadanas de tercera, de segunda, de primera y de primera preferente que no de preferentes? ¡A ver si tenían razón los manifestantes que se concentraron en las proximidades del Teatro Campoamor de Oviedo el viernes 26 de octubre, en la ceremonia de los Premios Príncipe de Asturias, cuando gritaban. «¡Manos arriba, esto es un atraco!»!

Notas:

[1] Jesús García/Andreu Manresa, «Urdangarin: hipoteca…», El País, 26 de octubre de 2012, p. 14.

[2] Según la documentación aportada por la entidad bancaria al juez de Palma, el capital del que ha dispuesto hasta el momento la familia Urdangarin-Borbón es de 3,6 millones, el 77% del total.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.