Seis trabajadores de Telefónica iniciaron anoche una huelga de hambre en protesta por lo que consideran unas «medidas de despido injustificadas» contra dos empleados de la compañía. El objetivo principal de la acción es conseguir la readmisión de Marcos Andrés Armenteros, que tras más de 20 años en la empresa de telefonía española fue despedido […]
Seis trabajadores de Telefónica iniciaron anoche una huelga de hambre en protesta por lo que consideran unas «medidas de despido injustificadas» contra dos empleados de la compañía. El objetivo principal de la acción es conseguir la readmisión de Marcos Andrés Armenteros, que tras más de 20 años en la empresa de telefonía española fue despedido tras haber estado cuatro meses de baja médica justificada. A pesar de haber ganado dos juicios, en los cuales se demostró su despido como improcedente, Telefónica no lo ha readmitido.
Marcos sufre una hernia discal que le obligó a ausentarse de su puesto de trabajo durante varios meses en 2010. A finales de ese año, la empresa le comunicó su despido, con una misiva en la que argumentaba que, debido a la inactividad derivada de su baja, no era «rentable» para la compañía. Poco después debían celebrarse las elecciones sindicales, con vistas a la aprobación en abril del año pasado de un ERE que afectaba a 6.500 trabajadores. Marcos había tenido desde siempre una intensa actividad sindical, y se presentaba como candidato por el sindicato Cobas.
Los sindicatos denuncian que el despido de Marcos, en Barcelona, y el de María José, en Madrid, fueron una medida de presión de la empresa para que los trabajadores se acogieran al ERE voluntario. «En el primer juicio demostramos que había habido una discriminación sindical», explica Marcos.
El despido fue declarado nulo y Marcos fue readmitido, pero Telefónica recurrió. Una segunda sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) cambió la calificación del despido de «nulo» a «improcedente», al considerar que no se había producido dicha discriminación. La reforma laboral del Gobierno del PSOE, sin embargo, abría la puerta a la empresa a decidir si lo readmitía.
«Sí, soy rentable»
Tras varios meses de protesta y de haberse organizado en asociaciones como la Plataforma Marcos Readmisión o la Plataforma Sí, Soy Rentable, Marcos y cinco de sus compañeros en Telefónica han decidido comenzar una huelga de hambre para denunciar su caso y «el deterioro de las condiciones laborales» en la compañía.
«En Telefónica, hoy en día, hacer una huelga de un día no significa nada, porque tienen atomizado el mercado laboral y un montón de empresas subcontratadas en condiciones horrorosas». Así justifica Marcos esta medida extrema de protesta.
«No tenemos más remedio, es la única forma de que la gente se interese por esto», asegura Alberto Diez, trabajador de la compañía y que este lunes ha probado su último bocado en días. «Además, en una época en la que Telefónica tiene mucha influencia en los medios de comunicación, no hemos conseguido salir en ellos por más cosas que hayamos hecho».
Además de la readmisión de Marcos, la huelga de hambre se fija como objetivo «que a ningún trabajador de Telefónica se le despida por estar de baja médica, y que el despido improcedente no lo decida la compañía, sino los trabajadores y trabajadoras», explica Alberto.
A las cinco de la tarde, un centenar de empleados de la compañía y sus familias han llevado a cabo una flashmob en el Portal del Ángel de Barcelona. Con la cara cubierta por un saco con la inscripción «Sí, soy rentable», han desplegado unas cartulinas en las que se podía leer «Telefónicos en huelga de hambre». Posteriormente se han desplazado hasta el edificio de la compañía en la calle Marqués de Campo Sagrado, donde iniciarán la huelga.
Beneficios millonarios
La compañía presidida por César Alierta ha visto reducido sus beneficios en este 2012. Aun así, la operadora ha obtenido un beneficio neto de 748 millones de euros solo en los tres primeros meses del año. En el ejercicio del 2010, cuando se produjo la baja laboral de Marcos, Alierta cobró cerca de 8,6 millones de euros al frente de Telefónica. Los trabajadores le afeaban hoy a la compañía que renovase por 1,5 millones el contrato de Iñaki Urdangarín ya estando imputado, si bien finalmente el yerno del rey decidió abandonar la empresa.