Para Ada Colau y los compañeros y compañeras de las Plataformas contra los desahucios Hoy puede ser un gran día con la aprobación de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) en favor de la dación en pago. Todos los que tenemos alguna experiencia en ese terreno sabemos del esfuerzo necesario, casi inhumano apunta Ada Colau [1], […]
Para Ada Colau y los compañeros y compañeras de las Plataformas contra los desahucios
Hoy puede ser un gran día con la aprobación de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) en favor de la dación en pago. Todos los que tenemos alguna experiencia en ese terreno sabemos del esfuerzo necesario, casi inhumano apunta Ada Colau [1], «para recoger firmas con una barbaridad de obstáculos y requisitos». Y además, después de ese inmenso trabajo, «nuestros representantes» pueden no admitir a trámite la iniciativa. Tan tranquilos y a otra cosa.
Pero puede no serlo, es posible que hoy no sea un día de victoria popular, de éxito ciudadano, analizado desde un punto de vista cortoplacista como se dice ahora, muy inmediatista.
El PP, de momento, ha anunciado que bloqueará la tramitación. No es fácil que se atrevan finalmente… O mejor: ¡venga, que lo hagan, que no permitan la tramitación de la ILP! Como el cemento armado.
Este mismo día, eso sí, un poco antes, se votará otra ILP para declarar a la «fiesta» taurina «fiesta nacional» (la iniciativa ha reunido unas 500.000 firmas). Lo de siempre. La España de pandereta y olé de la que ya hablaba don Antonio Machado. Ya podemos imaginarnos quienes están detrás de la iniciativa. ¡La sangría taurina convertida en fiesta de la nación española! Ni que decir tiene que el PP votará a favor: un 3% de ciudadanos más a favor de la independencia de Catalunya (donde, por cierto, el Parlament anterior, consagró otras «fiestas taurinas», molt del país, como fiestas nacionales catalanas o una designación afín, pero no pasa nada. ¡Estas son nuestras y no se llega a matar al toro!).
Las Plataformas contra los desahucios han reunido tres veces más, 1 millón 400 mil firmas. El trabajo ha sido enorme, el éxito es indiscutible. Si finalmente se llega a tramitar, el PP ya ha anunciado que votará en contra de la dación en pago. No es probable que rectifiquen aunque la dación, la moratoria y el parque social de alquiler, los tres puntos nodales de la ILP presentada, son medidas que ya existen en otros países europeos.
¿Y CiU? ¿Qué votará el grupo parlamentario de don Duran? En el asunto taurino es probable que su voto sea negativo o que impere finalmente la abstención (los cálculos electorales son los cálculos electorales). Nunca se sabe. ¿Y sobre la ILP de las Plataformas? Desde un punto de vista estrictamente lógico, la respuesta no ofrece dudas: a favor sería la respuesta. ¿Por qué? Porque un grupo político que insiste reiteradamente, día sí, tarde también, en el derecho a decidir de las personas y las comunidades, no parece que pueda oponerse a un derecho ciudadano tan básico, incluso más básico que el anterior, como es el derecho a una vivienda digna (constitucionalmente recogido) y a no ser estafado ad nauseam por los poderes enriquecidos de siempre.
Pero no es seguro que sea así. La lógica no es un campo que cultiven usualmente. Las últimas «reflexiones» de don Duran, su carta a los militantes de esta pasada semana, sus críticas a la intervención parlamentaria de Ada Colau, hacen pensable un voto en contra de la ILP cogidos de la mano del PP, un partido hermano en mil y una temáticas, o una abstención calculada para guardar las apariencias, seguir con la representación y evitar contagios peperos. ¿Y qué dirá don Artur Mas, el independentista neoliberal, de esta significativa coincidencia política entre convergentes y peperos? La misma cosmovisión, los mismos intereses, los mismos abonos antipopulares. ¿No es eso?
Las Plataformas, por su parte, lo tienen claro. Señalan, con toda razón, que si los parlamentarios no rectifican y mantienen el voto contrario, «las medidas que proponemos seguirán siendo perfectamente vigentes y seguiremos con la campaña de presión para defender los derechos fundamentales. No nos queda otra opción». Pondrán en marcha una campaña, ya anunciada, de presión a los diputados y diputadas. Los hacen, justificadamente, «directamente responsables del sufrimiento de la gente». ¿Qué intereses defienden realmente? ¿Los de la ciudadanía o los de una minoría?
No sólo eso. Las Plataformas mantendrán y ampliarán las campañas de desobediencia civil que ya estaban en curso: detener desahucios, hacer acciones de presión a las entidades financieras, recuperar viviendas vacías en manos de esas entidades para recolocar a familias, y, además, piensan hablar claro, dar información directa sobre responsabilidades. Pacífica pero enérgicamente, trabajarán para «que todo el mundo sepa que estas personas, con estos nombres y estos apellidos, son responsables del sufrimiento, la extorsión y la estafa de miles de personas». ¡A plena luz del día, sin ropajes encubridores! Con sol radiante, taquígrafos activados y ciudadanía crítica y en pie de paz y resistencia.
¿Qué ciudadano o ciudadana que sea consciente de las dimensiones de la inmensa estafa en la que estamos inmersos, de la inmensa injusticia generada, del permanente sufrimiento, de las muertes causadas, no puede estar a favor de acciones tan razonables, tan prudentes, tan necesarias y tan justas?
Nota:
[1] http://gara.naiz.info/paperezkoa/20130211/387300/es/Si-tumban-ILP-iniciaremos-presion-diputados/
Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.