Se acerca la puesta en funcionamiento de las primeras quince cooperativas no agropecuarias del país, una forma de gestión que, a partir de ahora, se extiende a otros sectores
Cuba continúa dando pasos en la actualización de su modelo económico. Una de las medidas más recientes será la puesta en vigor, el próximo 1ro de julio, de las primeras quince cooperativas no agropecuarias del país, una forma de gestión hasta el momento destinada a la agricultura y que, a partir de este momento, se extenderá hacia otros sectores.
Las quince cooperativas que comenzarán a operar de este modo se localizan en Artemisa, una de las provincias donde se experimenta actualmente el nuevo modelo de gestión y dirección, que posteriormente deberá extenderse al resto del país.
Entre los sectores donde se pondrá en práctica este sistema aparecen: mercados agropecuarios, transporte, construcción y otra línea para reciclaje, procesamiento y comercialización de materias primas.
Esta estrategia responde al Lineamiento 25 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, que tiene como objetivo la integración de las personas que se asocien aportando bienes o trabajo, con la finalidad de producir y prestar servicios útiles a la sociedad.
En julio de 2012, la Asamblea Nacional de Cuba aprobó la extensión de la fórmula del cooperativismo a más de 200 actividades no agrícolas, entre ellas la gastronomía o «servicios técnicos y personales».
Con la puesta en práctica de estas medidas, las cooperativas tendrán personalidad jurídica propia, libertad de autogestión, podrán abrir cuentas bancarias y mantendrán su objeto social, de modo que no afecte el servicio del pueblo.
Las posibilidades son diversas. Por ejemplo, para el caso de los mercados agropecuarios se permitirá contratar excedentes productivos de los campesinos, así como establecer relaciones contractuales con otras empresas y efectuar compras en el mercado mayorista. Los precios se regirán por las reglas de la oferta y la demanda, y se fijará un precio máximo para algunos productos como el arroz, la papa y el chícharo.
La cooperativa de construcción funcionará como una brigada y prestará servicios a estatales y a particulares de la zona de Mariel, donde se lleva a cabo la ampliación del puerto, con la idea de convertirlo en eje de la principal Zona especial de desarrollo en la Isla.
La cooperativa de transporte tiene más de 70 socios, los cuales arrendarán semiómnibus JMC. El encargo social es mantener los viajes y rutas existentes, aunque variarán los precios, explicó al diario Juventud Rebelde Severo Bernal López, director de la Empresa Provincial de Transporte.
Por último, la cooperativa de reciclado de materiales tendrá su sede en la capital provincial y se dedicará a la autogestión de materiales reciclables para comercializarlos posteriormente.
De acuerdo con declaraciones ofrecidas a Juventud Rebelde por Raúl Rodríguez Cartaya, jefe del Consejo de la Administración Provincial, el experimento «irá adaptándose, de modo que se cumplan los objetivos para los cuales se creó. De hecho, los socios han de tener bien claro que su función primordial es cumplir con su objeto social, lo cual queda definido en estatutos y reglamentos», concluyó el directivo.
Fuente: http://www.cubahora.cu/economia/cuba-kilometro-0-para-cooperativas-no-agropecuarias#.UcyjNeuAFBk