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[Crónicas sabatinas] Más acá y por debajo del soberanismo-independentismo

M.A.R.X. Máximas, Aforismos, Reflexiones… con variables muy pero que muy ligadas tras el 9N

Fuentes: Rebelión

Para Buenaventura Durruti, a quien mi abuelo conoció. Un revolucionario que murió un 20N. «Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones; y ese mundo está creciendo en este instante«. El poder de un gobierno depende de la obediencia de los ciudadanos. Cuando se les retira esa obediencia los gobiernos se vuelven impotentes. Howard Zinn Confucio […]

Para Buenaventura Durruti, a quien mi abuelo conoció. Un revolucionario que murió un 20N. «Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones; y ese mundo está creciendo en este instante«.

El poder de un gobierno depende de la obediencia de los ciudadanos. Cuando se les retira esa obediencia los gobiernos se vuelven impotentes.
Howard Zinn

Confucio en Die Fackel: «Si los conceptos no son correctos, las palabras no son correctas; si las palabras no son correctas, los asuntos no se realizan; si los asuntos no se realizan, no prosperan ni la moral ni el arte, la justicia no acierta; si la justicia no acierta, la nación no sabe cómo obrar. En consecuencia, en las palabras no debe haber nada incorrecto. Esto es lo que importa.
Karl Kraus

Hic Rhodus, hic salta, o traducido «¡Aquí está Rodas, salta aquí!» son palabras de la fábula El fanfarrón de Esopo que trata de un fanfarrón que se niega a participar en un concurso de saltos aunque sostiene que cuando estaba en Rodas había saltado mucho más lejos que todos los presentes. La frase en su forma latina pasó a usarse como una exigencia de la demostración inmediata de lo que puede ser fácilmente probado. Bailemos, pues, pero no al desafinado son que tocan algunos
Miguel Candel

I

Escribo el 20N. Pensando por una parte en Durruti y en otra cara de la moneda, que nada tiene que ver por supuesto, en la muerte del general golpista y criminal. Hace 39 años nada menos. Pero su sombra y su legado siguen estando presentes.

Como también se celebra hoy el Día Internacional de la Filosofía, sea lo que sea esta última, me permito iniciar esta sabatina recordando la agresión del pesticida lindano en tierras oscenses (¡esa tierra, como tantas otras, sigue siendo Aragón!) y con dos textos de filosofía política práctica. De poliética que diría Francisco Fernández Buey.

El primero habla de Santiago Brouard y de tenebrosos y criminales tiempos algunas de cuyas caras suelen ser olvidadas. También nos situamos en un 20N:

«Cuando Santiago Brouard salió de su consulta le pegué dos tiros y después lo rematé en el suelo». Dejó la pistola en el hueco de la escalera. Éstas son las revelaciones a El Mundo de Luis Morcillo, autor material de un crimen que fue reivindicado por los GAL. Morcillo, que vive aislado, ha explicado cómo la orden de matar a Brouard la recibió del entonces comandante de la Guardia Civil Rafael Masa, quien pudo haber transmitido a su vez las órdenes del que era director de la Seguridad del Estado, Julián Sancristóbal del primer gobierno PSOE. Acompañado por Rafael López Ocaña, Morcillo ejecutó la acción y en pago por ello ambos recibieron del Ministerio del Interior dirigido por Rafael Vera la cantidad de 7,5 millones de pesetas. El atentado contra una de las cabezas más lúcidas de la izquierda vasca se cometió en Bilbao el 20N de 1984, sobre las 18: 20 horas. Luis Morcillo, granadino de origen y «compadre» del ex comandante Rafael Masa, ha cumplido 73 años y vive en un pueblo, apartado de toda aquella actividad que le convirtió en un capo de los GAL y más tarde del narcotráfico.

¿Hay que confiar en todos los nudos de la información? No, desde luego, en absoluto. ¿Quién en su sano juicio político puede confiar en El Mundo? Pero bien pudo ser así… ¿O piensan que no?

Más crímenes fascistas. De los que casi nunca cuentan en ningún cómputo.

Lunes, 26 de septiembre de 1976. Por la tarde, en Madrid, la ciudad resistente antifascista, había sido convocada una manifestación en recuerdo de los últimos fusilados del franquismo. Un año antes, el 27 de septiembre, habían sido asesinados en Madrid, Barcelona y Burgos, José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz, militantes del FRAP, y Juan Paredes Manot y Ángel Otaegui, mlitantes de la ETA antifascista. La Presidencia del Gobierno la ostentaba entonces Adolfo Suárez, nombrado un par de meses antes en sustitución de Arias Navarro.

Carlos González Martínez, como en mi caso en Zaragoza y en el de tantos otros en otros lugares de España, decidió ir a la manifestación. Carlos estudiaba Psicología en la Universidad Complutense. No militaba en ningún partido pero sus ansias de libertad y de vivir en un régimen democrático eran tan grandes como las de muchos de nosotros. Sobre las nueve de la noche, en la calle Barquillo esquina San Marcos, el grupo en el que iba se topó con una contramanifestación fascista. En el tumulto, uno de los ultraderechistas sacó una pistola y al grito de «Viva Cristo Rey», hizo cuatro disparos. Dos de ellos impactaron en él, a menos de 25 cm de distancia.

Carlos cayó herido sobre el asfalto, quedó allí tirado con la única compañía de una amiga, quien lo ayudó a subirse a un taxi y trasladarse a la vivienda de Marien, su compañera, en la calle Fuencarral. Intuyendo la gravedad de las heridas, una amiga de Marien llamó a su padre médico, Benito Martín de Prados. Cuando examinó a Carlos comprendió inmediatamente que aquello tenía muy mala pinta. Llamaron a una ambulancia para trasladarle al hospital. Ingresó sobre las once de la noche en la Ciudad Sanitaria, entonces llamada «Francisco Franco». Allí trabajaba como médico su propio hermano. Carlos fue operado de urgencia. Según el parte médico, «la bala interesaba la región lumbar izquierda, la región torácica izquierda, riñón, pleura, pulmón e intestino grueso».

Poco antes del amanecer del día 28 de septiembre de 1976, un año y un día después de los fusilamientos de septiembre de 1975, Carlos González Martínez moría. Unos 20 años. Era ansia de libertad. Y con tres heridas él: la de la vida, la del amor, la de la muerte.

II

Sobre nuestro asunto y como siempre: ni con los hunos ni con los hotros. Buscando autonomía política, no subordinación a gentes sin escrúpulos y con la codicia como lema y siempre en el puesto de mando. Deseando relaciones fraternales entre pueblos próximos, unión del demos trabajador, apoyo mutuo y solidaridad activa y efectiva entre gentes de abajo y ciudadanos vulnerables.

Nada que ver con idearios de identidades exclusivistas que quieren romper para mayor gloria de don Mas y de don Grífols. Así pues, no con estos hunos. El jefe de Estado Mayor del Ejército (JEME), el general Jaime Domínguez Buj, habló hace pocos días, durante un coloquio posterior a una conferencia sobre «Un Ejército para el siglo XXI» organizada por el Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior (Incipe), recordando que, históricamente, este tipo de procesos independentistas surge «cuando el poder central es débil». «Cuando la metrópoli se hace débil se produce la caída», tal y como ocurrió en 1898 con las colonias españolas. Metrópoli, colonias, debilidad, caída, todo a cuenta del general.

Se le preguntó por el papel de los Ejércitos ante el proceso soberanista. El general en jefe recalcó que las Fuerzas Armadas «no son garante de nada, sino una herramienta del Gobierno para hacer cumplir la ley y la Constitución». Puedo ser peor desde luego. Los militares, continuó, «estamos preparados para intervenir en la forma que el Gobierno decida en cada escenario interior o exterior» y «para ir a Afganistán o a Valencia». Lo mismo que antes: Valencia, escenarios interior, preparados para intervenir, son aportaciones del JEME.

Preguntado por la situación en Cataluña, el Jefe de EME afirmó que «a todos no duele España» y agregó que «también nos duele ver cómo cada día aparecen casos de corrupción». ¡Vaya por Dios con la corrupción y con el dolor de España! ¿Le dolerá también la corrupción en el seno del Ejército que él mismo dirige? Agregó también don Domínguez, según parece, que «en el caso de Cataluña, la situación que vive esta comunidad puede arreglarse con un cambio en el mensaje que se dirige a los ciudadanos». No concretó el cambio de mensaje. Apostó finalmente por «ganarse los corazones y las mentes de los españoles» para que los ciudadanos vean que «tenemos un futuro mejor juntos».

¿Y el general en Jefe, con su intervención, ha ayudado a ello? ¿No es más que evidente que el General Jefe del Estado Mayor del Ejercito (JEME), un cargo de la máxima responsabilidad en las Fuerzas Armadas, ha roto la pretendida neutralidad política del Ejército con esas declaraciones?

No todos los militares piensan así. Y el punto es importante porque por aquí, en tierras de Samaranch, Cambó y el ex honorable, se suele afirmar que España («Estado español» en su jerga) es un nido putrefacto de carcas, reaccionarios, españolistas represivos y semifascistas (a veces sin el semi). Un colectivo de militares de nombre Anemoi se ha manifestado en estos términos:

«[…] Es algo que viene sucediendo con irritante frecuencia entre el generalato español. Este alto funcionario ha emitido frases que obviamente generan grave alarma social, no solo en Cataluña. Sus declaraciones corren como un reguero de pólvora en los medios y en las redes sociales. El general Jaime Domínguez Buj insinúa la debilidad del Gobierno: cuando el poder central es débil, se produce la caída. También sugiere que las Fuerzas Armadas pueden intervenir en Cataluña si así se lo solicita el Gobierno. Hacemos hincapié en que el JEME es un funcionario público, no elegido en ningún proceso electoral, por lo tanto NO NOS REPRESENTA».

Más aún, no se que en so:

«Sus irresponsables declaraciones están exclusivamente amparadas en el control que ejerce sobre la cadena de mando del Ejército y en su pretendida potencia de fuego. Ante la evidente amenaza armada que subyace en esas declaraciones, el Presidente del Gobierno debe a la ciudadanía una explicación inmediata en una comparecencia pública. Y el General Jefe del Estado Mayor del Ejército, Jaime Domínguez Buj, responsable además de una Directiva que ordena la vigilancia de todos los miembros de las FF.AA que no compartan su claro ideario franquista, debe ser cesado inmediatamente».

Según cuentan, presentó su dimisión el pasado martes o miércoles al Ministro de Defensa. Este no la aceptó. Deben bailar en la misma cuerda.

III

De los hotros, y en otro orden de cosas desde luego, aparte de las chulerías varias -por cierto, muy rancio-españolas- de algunos dirigentes de CiU, el próximo martes 25 sabremos algo más. El oráculo AM hablará en una conferencia, estamos expectantes, tomaremos notas y buscaremos expertos en deconstrucciones derridianas.

Pero acaso valga la pena ahora recordar las reflexiones de uno de sus intelectuales orgánicos más conocidos y reconocidos en los ambientes conservadores del soberanismo (incluso en terrenos próximos a veces). Hablo de don Xavier Sala i Martín, el de las chaquetas chillonas y de mal gusto, un ex directivo del Barça, muy «amigo» de Josep Laporta y de la gente guapa y bien situada de la ciudad.

«Qué hay de malo en que suba la vivienda? La gente es más rica» es el titular de una entrevista no reciente (puede verse la referencia en un artículo de los editores de sin permiso de esta semana) pero que da claras señales del autor y de las causas que defiende. Y, también, de la objetividad científica económica y de las capacidades de predicción de la economía ortodoxa neoliberal. La entradilla periodística de la conversación:

«Ama a Cataluña, al Barça y al libre mercado; disculpa a Aznar, pero desconfía de Pedro Solbes y detesta a los economistas marxistas. Tiene 40 años. Es profesor de la Universidad de Columbia y de la Pompeu Fabra, asesor del FMI, del Banco Mundial y un defensor de la libertad total. Sobre sus estanterías tiene al Pato Lucas, Correcaminos, Coyote y el Conejo de la Suerte con las camisetas del Barça. Viste corbatas de Dalí y le encantan las americanas chillonas, las mismas con que aparece en la portada de su libro superventas Economía liberal para no economistas y no liberales (Plaza & Janés). Profesor de la Universidad de Columbia, de la Pompeu Fabra, economista jefe del Foro de Davos, asesor del Banco Mundial y del FMI, consejero de Telefónica de Cataluña, y uno de los mejores divulgadores en España».

¿A qué retrata bien al personaje?

Primera pregunta: ¿No cree que el Gobierno debe hacer algo para evitar que suba la vivienda? Respuesta XSM:

¡No, no. Si ahora los precios de las casas bajaran a la mitad, todos los obreros de los barrios de Barcelona, que son propietarios de sus casas, perderían una millonada. Es decir, cuando las casas suben, los propietarios de las casas, que son casi todos, se enriquecen. ¿Qué hay de malo en ello?»

¿Han leído bien? Ni que decir tiene que don XSM no ha visto un obrero de cerca en su vida y que desconoce completamente la situación de las clases trabajadoras de Nou Barris o del Besós. Por lo demás, ¿recuerdan el lema solchagiano de inspiración china «Enriquecerse es bueno»? ¿A qué se parece mucho?

La segunda pregunta-comentario: «Yo no vendo mi casa todos los días». La respuesta del gran catedrático:

«No, pero una persona que tiene una casa que vale 19 millones de pesetas sabe que ha pagado tres millones. Si creemos realmente que hay un problema con los jóvenes, pues hay que solucionar su renta. En lugar de eso, ¿qué pretende hacer el Gobierno? Casas baratas de bajísima calidad para los jóvenes. ¿Es que los jóvenes deben renunciar a la calidad de la vivienda? Para solucionar esto, hay que procurar que trabajen la mujer y el hombre, y que compren la casa que quieran.»

¿Casas de protección oficial de bajísima calidad? ¿Habrá estado XSM en alguna? ¿Piensa en la suya de los barrios altos y compara? ¡Procurar que trabajen la mujer y el hombre jóvenes… y que compren la casa que quieran! ¿De dónde salen gentes que piensan así? Pero algo tendrá que hacer el Gobierno, se le pregunta por sendas peperas-aznaristas, «por ejemplo, obligar a los ayuntamientos a sacar más terreno». Su reflexión:

«Eso lo veo bien porque las grandes corrupciones de este país no están en el Gobierno central, ni en los autonómicos, sino en los ayuntamientos. Pero esto, por sí solo, no explica por qué los precios han subido los últimos cinco años. La razón fundamental es que estamos viviendo los tipos de interés más bajos de la Historia, lo cual ha llevado a todo el mundo a pedir hipotecas.»

¡Que análisis económico tan potente! ¿A qué toca mucha realidad económica y social? Por lo demás, tras los casos Pujol, Bárcenas, Granados y mil casos más, es más que obvio que don XSM acertó de pleno. ¡Las corrupciones de este país no están el gobierno central ni en los autonómicos!

Más preguntas: ¿cómo se explica que la gente siga pagando las hipotecas y que haya tanto paro? La respuesta que no tiene desperdicio:

«Porque hay mucha menos gente en paro. La renta por familia ha subido mucho más que las hipotecas.»

¡Mucho más que las hipotecas y a otra cosa!

Una nueva, esta sobre su cosmovisión: «Usted se define como economista liberal. Sin embargo, todavía ése es un término peyorativo en España. ¿Por qué?». Viena ahora una demostración de su finura analítica, de la envidiable capacidad de don XSM para la reflexión política y filosófica: «Cuando cayó el muro de Berlín, los intelectuales derrotados del marxismo escogieron otras vías de supervivencia: una era cargarse a Estados Unidos, porque fue la gran potencia que les derrotó y, la otra, cargarse al liberalismo, porque se identificaba con EEUU.»

¡Escogieron otras vías de supervivencia! ¡Cargarse a EEUU, la maravilla de las maravillas para don XSM!

Sin embargo, se le recuerda, «el marxismo, como teoría económica, sigue teniendo simpatizantes». Don XSM de nuevo, ésta es la mejor, no se la pierden, tomen nota si pueden, porque demuestra que el gran economista de la UPF, el amigo de Mas-Colell, ha estudiado con detalle El Capital y otros textos marxianos:

«Porque es una especie de religión. El liberalismo surgió como descripción de la realidad, pero el marxismo describe una situación idílica, y cuando se intenta poner en práctica, acaba matando a toda la economía porque no tiene en cuenta los incentivos. Dicen: «Tú, hagas lo que hagas, ¡vas a cobrar lo mismo que los demás!», y entonces la gente deja de superarse, de producir, de invertir».

Pero ahora, comenta el periodista que también se las sabe todas e incluso más, aceptan la economía de mercado». De nuevo don Sala i Martín: «Aceptan que el sistema de mercado debe imperar. Pero creen que hay que protegerse de los malos capitalistas, teniendo un gobierno que los vigile, mediante una gran intervención del Estado. Y creen que todas las políticas tienen que ser redistributivas, poniendo más impuestos».

El no desde luego. Ni vigilancia ni redistribución ni historias. A lo loco y acumulando y acumulando se vive mejor. La codicia como eje vertebrador de la existencia.

Luego la pregunta del millón: «¿usted quitaría a Marx de los libros de Historia de la Economía?» Tomemos notas. Es una reflexión para la Historia:

«Lo pondría con Malthus, uno de los peores analistas de la Historia. Las grandes predicciones de Marx, como la lucha de clases, están totalmente fuera de tono porque no hay clases. ¿Qué es una clase? ¿Yo qué soy? ¿Un trabajador? ¿Un trabajador con salario alto? ¿Capitalista o trabajador? Y una de las razones por las que no hay clases es que Marx se olvidó de un gran capital, seguramente el más importante que puede tener una nación, que es el capital humano. Permite que personas asalariadas puedan ser extraordinariamente ricas. Ronaldinho es un capitalista, un tío millonario que gana una montaña de dinero y no es propietario, salvo de su cuerpo, de capital humano».

¡Qué les parece! ¡Marx se olvidó de las gentes trabajadoras, del «capital humano»! Y las clases no existen. XSM se atreve con todo, incluso refutó anticipadamente a uno de los suyos, a Warren Buffet… e incluso a Amancio Ortega.

¿Qué es una clase? Como diría el poeta: una clase eres tú, don XSM.

¡Y pensar que un pensador así es uno de los intelectuales orgánicos centrales del movimiento independentista catalán de orientación neoliberal! ¿Esa es nuestra lucha? ¿Esa puede ser nuestra lucha?

IV

Conviene repasar -y recordar- algunos pasos del artículo de Gregorio Morán «Las urnas milagrosas (1)» de su sabatina intempestiva del sábado 15 de noviembre. Las lecciones por él extraídas, la primera lección fundamental. «El independentismo en Catalunya abarca con precisión una masa ciudadana que no alcanza los dos millones. Ahora bien, esa minoría abundante controla de manera casi exclusiva buena parte de la vida social del país, empezando por los medios de comunicación y terminando con la exhibición pública agobiante de sus consignas y su afán por representar la parte como un todo. Ellos son Catalunya, los demás son adversarios a los que acojonar. Baste decir que el proceso de intimidación durante la campaña por el simulacro de referéndum llegó hasta el borde de lo cómico: las caceroladas».

La segunda lección: «El deterioro de los créditos de la clase política catalana observado fríamente, sin la abnegación a que obliga el servirles y recibir sus regalías, es tan llamativo que convendría detenernos un rato antes de seguir. Aunque sólo sea porque no es frecuente hacerlo. La complicidad entre esa casta hegemónica que hace como que gobierna pero que se oculta cuando debe dar cuentas de su tarea, y ese pinyol del millón ochocientos mil voluntariosos independentistas -entre los que cabe incluir a la intelectualidad vicaria y respetuosa con el mando- se exhibe con el desparpajo de quien desdeña al resto, lo marginaliza, lo convierte en extraño a su tierra; cuando en realidad son la mayoría frente a los conversos».

La tercera: «Hay quien se admira de la voluntad popular de los 40.000 voluntarios para la consulta trucada. El voluntariado protegido, alimentado y ensalzado por el poder político no es una fuerza popular sino un recurso de quienes detentan la hegemonía. Y digámoslo claro, el caso Palau demostró la evidente inexistencia de la sociedad civil catalana, a menos que consideráramos como tal el arte de otorgarse bombos mutuos y cubrirse patrimonios y queridas».

La cuarta lección: «El principio de que los ciudadanos de Catalunya somos inmunes a la corrupción y exquisitamente democráticos es otra de las milagrosas conclusiones de ese remedo de referéndum del 9-N. Un castizo lo llamaría la consulta de Juan Palomo, porque los mismos que convocan, se anuncian hasta el agobio a costa del erario público, barren como si se tratara de residuos de ciudadanía a los oponentes, y para acabar la machada, instalan las urnas de cartón desechable, meten las papeletas y ellos mismos las cuentan. ¡Imaginan que algo similar se hubiera hecho en Extremadura, Andalucía, o Euskadi! Es la primera consulta estilo kosovar que se celebra en España desde aquella de diciembre de 1976, también llamada de la Reforma Política. No es posible en democracia ser al tiempo juez y parte. La más inquietante de las evidencias provocadas por la parodia de consulta consiste en que la hegemonía de menos de un tercio de la población en edad de responsabilidad política, incluidos los adolescentes, sea la que decide quién es catalán de pro y quién no, quién tiene aval de ciudadanía y quién no».

Un nudo final que vale la pena destacar: «Bastaría la imagen del ex honorable Jordi Pujol haciendo cola para votar acompañado de su esposa en su papel de lady Macbeth de la Floricultura, cuando un indignado autóctono, que los hay en número muy superior aún al de los voluntarios de la camiseta amarilla, le afronta con un «¡vergonya, vergonya!», como si esa escueta «vergüenza» expresara todo el desprecio hacia el impostor que dispuso durante 23 años del agua en el oasis. Hete aquí que sus compañeros de cola, nunca mejor dicho, probos ciudadanos, salieron en defensa del delincuente, del gran padre Pujol, y exigieron un respeto para quien les había engañado con tanta desfachatez».

V

«La piel que habitamos» es el título de un más que sorprendente artículo publicado por Mercè Ibarz el pasado 13 de noviembre. «El nacionalismo catalán está dejando de ser nacionalismo para ser solo catalán» es la entradilla. ¿Dejando de ser nacionalismo para ser sólo catalán? A ver, a ver. Una breve selección:

«Como nadie ha dicho ni pío oficial de la coincidencia [con la caída del Muro de Berlín], nada sabemos de quién, cómo y por qué se escogió ese día en la reunión que consensuó la pregunta y la fecha de la consulta o lo que sea que hayamos llevado a cabo. Me gustaría saberlo, la verdad», comenta MI. Lo explicó Mas, para la vergüenza de la izquierda, en el «Salvados» del domingo 9 de noviembre.

La cosa sigue: «La semana pasada, venga los medios a hablar del Muro. Se me fueron las ganas de enfocar así el 9-N local, pero llegó el domingo y sucedió. Recordé entonces también a otros alemanes mucho más viejos que los berlineses del 89. Recordé a los Dadá, artistas de hace cien años que querían cruzar arte y vida, se negaron a ir a las trincheras y se constituyeron en grupo provocador antiguerra en el Cabaret Voltaire de Zurich, al que acudían los desertores. Los recordé porque tengo la convicción que Emmy Hennings y Hugo Ball, la pareja a quien aquello lo debe todo, estarían francamente interesados en nuestras performances desertoras: la Via Catalana y la V de los dos últimos 11-S, la densa y nutrida expresión de desobediencia civil de este 9-N.»

¿Perfomance desertoras? ¿Dadá? ¿La densa desobediencia civil de este 9N? ¿Grupo provocador antiguerra? ¿Y qué tendrá que ver la cardinalidad de R3 con la ley de los números impares de Galileo o con el principio de incertidumbre cuántico?

Ellas, prosigue MI, hablando de Yoko Ono y Marina Abramovic, «pueden estar ocho horas seguidas sin mover un músculo, los catalanes pueden cogerse de la mano y formar una cadena que recorre el país y si tuvieron que desplazarse donde había peligro de un hueco en la cadena, allá se habían ido. Pueden vestirse disciplinadamente de amarillo o de rojo y disciplinadamente formar una bandera (¡!) que a su vez forma una V por las calles de Barcelona». ¿Los catalanes? ¿Cómo los catalanes? ¿No sería mejor decir algunos-muchos catalanes y personas que no son catalanas? ¿Vestirse disciplinadamente es una gran virtud? ¿En todos los casos o sólo en este caso?

Pero la cosa sigue: «Y puesto que el arte, dijo un día Kafka «es un reloj que se adelanta, a veces», cabe interpretar que (los que no participan no dejan de ser catalanes pero desde luego otros catalanes hablan por ellos, o sea que a partir de ahora para decir lo que tengan que decir lo mejor es que no se me mantengan al margen y súmense a las performances) las performances han convertido a los catalanes en artistas políticos visionarios».

A ver, a ver. ¿Los catalanes independentistas hablan por los catalanes que no somos independentistas? ¿Y eso por qué y desde cuándo? Y luego el consejo: «a partir de ahora para decir lo que tengan que decir lo mejor es que no se me mantengan al margen y súmense a las performances.» Es decir, en la próxima unos cuantos llevamos una pancarta que diga, por ejemplo, «No a la independencia liga-nordista, viva la República federal de los pueblos de España» y nos sumamos a la perfomance independentista. ¡Tan mal nos quiere MI! ¿Se imaginan la reacción de los manifestantes independentistas que, al decir de ella, nos representan a todos? ¿Qué quedaría de nosotros?

La guinda del artículo, en todo caso, es ésta: «el escritor Jordi Bonells, que lo vive en Francia, lo explica así: «Los dos millones de manifestantes/votantes no son catalanistas, sino catalanes. El nacionalismo catalán», rumía, «está dejando de ser nacionalista para ser simplemente catalán, es la dinámica que conduce el proceso que estamos viviendo». Interesante añade MI. ¿Qué es lo interesante? ¿Qué ser catalán hoy pasa por ser manifestante / votante? ¿El nacionalismo catalán ya no es nacionalismo sino simplemente catalán? ¿Qué somos entonces los muchos ciudadanos catalanes que no somos independentistas? ¿No somos catalanes?

Algo huele mal en tierras catalanas si alguien en general tan sensato como MI puede escribir en estos términos y pensar en estas coordenadas.

VI

Otro artículo que merece destacarse de Joan Boada: «Resaca». ¡Que bien le ha sentado, perdón por la repetición, alejarse de las instituciones políticas y del núcleo duro de la dirección de ICV! ¿Qué hace alguien que piensa como él en un lugar como ese (si sigue habitando en ese lugar)?

Llega el momento de la reflexión, señala, aunque la cosa no se ha calmado. «Aún se mantienen los movimientos tácticos de unos y otros para apoderarse de la iniciativa popular y sacar réditos electorales a corto o medio plazo». Sus reflexiones tras constatar que «la parte de la población catalana independentista tiene una capacidad de movilización importante y que no es fruto de una efervescencia momentánea, sino que representa un estado de ánimo no exclusivamente nacionalista sino también de indignación general».

Añade: «quiero expresar mi profunda preocupación sobre los daños colaterales que puede provocar todo este proceso. Daños que no son irreversibles pero que si no los atajamos pronto pueden tener consecuencias socialmente graves». Los daños:

El primero: banalización de la democracia y de los procesos participativos. «En algunos ámbitos se presentó el 9-N como la culminación de la democracia al hacer efectivo el derecho a decidir que tienen las personas y los pueblos. Pero en el fondo lo que se organizó tenía unos graves déficits democráticos debido a que no había ningún control independiente que validara el proceso. .. Lo que sí pasó es que unos ciudadanos se imprimieron una papeleta, emitieron un voto sin censo electoral y este lo contabilizaron los mismos que convocaron el proceso participativo. Evidentemente si lo entendemos como una consulta no podemos homologarla a nada que se parezca a la democracia y si no le damos importancia, la banalizamos y creamos un precedente muy peligroso. Si lo definimos como un proceso participativo, más de lo mismo, ya que no ha habido información contrastada, ni periodo de debate ni nada parecido».

El segundo: Catalunya, ¿un solo pueblo? «Me preocupa saber si seremos capaces de mantener el logro de la cohesión social en el ámbito nacional que ha sido tan beneficioso para el país. Me pregunto qué pasará si las personas que no están de acuerdo con la independencia de Cataluña se movilizan con la misma intensidad que los de la ANC. ¿Será todo tan civilizado y pacífico cuando las banderas de ambos lados hagan tanto ruido que nadie oiga a nadie? El pensamiento único que se vive en algunas zonas del país está creando un clima de ahogo que hace difícil plantear caminos de diálogo, quizás más lentos y tortuosos, pero socialmente más efectivos».

El tercero: la invisibilidad de los recortes. «Parece que en Cataluña, desde el punto de vista de movilización y mediático, no existan las políticas de CiU y ERC en el Gobierno, que están provocando más pobreza. Las personas atendidas por la Cruz Roja van en aumento, las personas desahuciadas no paran de crecer, las políticas sanitarias caminan a marchas forzadas hacia la privatización, los jóvenes continúan sin tener oportunidades de trabajo y las desigualdades crecen. Las movilizaciones sociales son casi testimoniales, las denuncias son esporádicas y las noticias en los medios no hacen mella en la conciencia social de la ciudadanía. Todo se supedita a la posibilidad que Cataluña sea independiente y después hablaremos de todo. ¿Llegaremos a tiempo? ¿Con quién dialogaremos? ¿Con los mismos gobernantes que a través de las políticas de recortes han sumido al país en una tristeza vital?».

VII

El historiador José Luis Martín Ramos ha recordado algo tan esencial como lo siguiente:

«El límite en Escocia no es un porcentaje, sino el acuerdo previo entre las partes para hacer un referéndum; acuerdo en la tradición del constitucionalismo no escrito del Reino Unido; unión decidida por ambas partes entre 1701 y 1707, por sus parlamentos. Escocia no tiene nada que ver con Cataluña y los independentistas de aquí han profundizado la diferencia. Tienen otro problema, muchos de ellos argumentan desde la ignorancia; invocan a Escocia y Quebec y no saben las características de ambos procesos nacionales, o las ocultan. En Quebec-Canadá, después del último referéndum se estableció una ley de claridad, aceptada por las dos partes, para fijar las condiciones de legitimación, aceptación de un referéndum: la pregunta la aprobaba el Parlamento del Canadá y el resultado había de tener una mayoría cualificada, que ha de cualificar el Parlamento canadiense. Si esa es la opción de Cataluña, ¿dónde hay que firmar? Quedan otros dos ejemplos: el de Lituania y el de Kosovo. La independencia de Lituania se consagró con la supuesta masacre soviética del enero de 1991, luego reconocida como una acción provocadora de francotiradores independentistas (¿os suena la canción?). Sobre la mafia albano-kosovar y su estado protegido mejor no hablar. En vez de intoxicar que lean, no hace daño».

VIII

Tampoco estuvo nada mal el artículo de Margarita Rivière «Cataluña sobrenatural» del 18 de noviembre.

Un paso que hace injusticia de su aportación: «Quienes sufrimos inmovilidad obligada no recibimos tales noticias en la impasibilidad. Pocas veces he estado más atenta al caos que se desarrollaba más allá de mi pierna rota. Pocas veces me he avergonzado más de lo que he visto y del papel que la buena gente de esta parte del mundo (gente de «buena voluntad» la llama el defraudador Jordi Pujol) ha desempeñado como comparsa de una casta -sí, casta- política que ha mangoneado los sentimientos y la disponibilidad natural de los catalanes con una idílica (e irreal) independencia. ¿Tan poco respeto merecemos? ¿Es posible tener un gobierno autonómico cuya acción de gobierno consiste en votaciones fantasma y en producir papeles sobre lo que llama estructuras de Estado, todo regado con propaganda unívoca, totalizadora y una queja constante del vecino malvado? ¿Es posible que en Madrid se complemente tal desafuero con un Gobierno de derecha pendiente de sacar votos españoles del anticatalanismo? ¿Será que si Artur Más es guatemala, Oriol Junqueras y su programa garantizan, según las encuestas, un triunfante guatepeor? ¿A quién le extraña que Podemos y Pablo Iglesias o Guanyem y Ada Colau recojan lo sembrado por los que mal gobiernan en Barcelona y en Madrid? ¿Saben que aquí ya empiezan a mirar a Pablo Iglesias como «españolista» con los ojos acusadores que ponen quienes pretenden apoderarse de lo catalán?».

IX

Mientras tanto, ay! mientras tanto:

Los recortes siguen y siguen.

Millet sigue tan feliz como siempre.

Núñez, el ex del Barça, ha ingresado en la cárcel tras un proceso que ha durado 15 años.

PSC y ERC facilitan a Trias la aprobación inicial del presupuesto del Ayuntamiento de Barcelona.

La plaza Catalunya, un espacio público, está ocupada y privatizada por el alcalde convergente para abonar el consumismo compulsivo.

Una paciente espera desde septiembre para someterse a una litotricia en el hospital de Bellvitge pero la máquina está averiada El recorte de la renta mínima del conseller Mena, un íntimo de don Mas que siguió sus órdenes y las de don Mas-Colell, expulsó a 10.100 menores.

Los vecinos están en contra del proyecto de parque temático infantil en La Sagrera que ha planeado el Ayuntamiento convergente. Barcelona admite que no hace lo suficiente para afrontar los desahucios.

La privatización de los parkings perjudicará a los distritos más pobres de Barcelona.

Crecen los casos de exclusión sanitaria también Cataluña en contra de las declaraciones del conseller Ruiz.

CiU, por supuesto, intenta que la comisión del caso Pujol que preside David Fernández se limite a plantear medidas de transparencia como estaba cantado.

Y así siguiendo. Etc, etc, etc.

X

Me olvidaba: dietas, dietas y más, dietas,… Y Caixabank, Caixabank,… la Caixa amiga.

«Políticos de CiU y el PSC se embolsan miles de euros en dietas por asistir a reuniones de La Caixa» titula una información de la página crític.cat: http://www.elcritic.cat/actualitat/alts-carrecs-de-ciu-i-el-psc-sembutxaquen-milers-deuros-en-dietes-per-assistir-a-reunions-de-la-caixa-1634

Altos cargos de CiU y del PSC han cobrado durante la última década dietas de entre 25.000 y 72.000 euros anuales para asistir a las reuniones del Consejo de Administración y de la Comisión de Control de La Caixa, el actual Caixabnak. Anuales insisto.

El político mejor remunerado ha sido el alcalde de Banyoles y vicepresidente de la Diputación de Girona, Miquel Noguer, con 481.400 euros cobrados sólo en dietas (media de 53.000 euros cada año entre el 2005 y el 2013). De CDC.

Pero no es el único que ha cobrado este tipo de remuneraciones extraordinarias. En los últimos nueve años, Inmaculada Juan, que ha sido asesora «en políticas medioambientales» del consejero de la Presidencia Francesc Homs, presidenta del consejo asesor de la CCMA y alcaldesa de Deltebre, llegó a sumar 355.500 euros en dietas. De CDC por supuesto.

El ex consejero de Justicia con CiU, Josep Delfín Guardia, ganó 176.000 euros. El actual alcalde de Lleida, Àngel Ros, de PSC, vicepresidente o similar del partido, del área catalanista-crematística, ingresó 173.000 euros.

Caixabank paga dietas y primas por seguros a los consejeros con cargos de responsabilidad por la asistencia a reuniones y el desplazamiento. En 2013 gastaron 829.000 euros en esta partida. El gasto empezó a dispararse a partir de 2007 (en los últimos años de crisis se ha reducido un poco). La Caixa llegó a gastar 1,1 millones de euros en dietas en 2009. Su cobro depende del cargo y del año: de los 4.000 euros que cobraban algunos consejeros en 2005 hasta los 90.000 euros que llegaron a cobrar los vicepresidentes. Anuales, dietas por año (las dietas son en bruto; después de aplicar los impuestos, pueden quedar reducidas prácticamente la mitad pero en todo caso…).

Los tres consejeros que más han cobrado en dietas no provienen de ningún partido político. Son gente fina y ejecutiva. Entre 2005 y 2013, Salvador Gabarró (presidente de Gas Natural) ha sumado 648.000 euros en dietas, Javier Godó (editor de La Vanguardia y grande de España) ha llegado a ganar 550.700 euros y, completando el podio, Jordi Mercader (presidente de Miquel y Costas) beneficiándose de 524.000 euros. Nada una propinita.

También aparecen otros empresarios destacados como Leopoldo Rodés (Havas Media) o Manuel Raventós (Codorniu). La casta dicen algunos.

Además y por supuesto, hay que tener en cuenta que algunos de los políticos que ostentan el cargo de consejero en el Consejo de Administración de Caixabank cobran también de otras empresas del grupo. El caso más destacado es el de Miquel Noguer: ha cobrado 836.100 euros entre 2011 y 2013 de otras sociedades vinculadas a La Caixa. El alcalde de Banyoles habría cobrado más de 1,3 millones de euros de la entidad bancaria desde 2005.

Los informes corporativos no especifican de qué. Sólo contemplan este supuesto los últimos tres años. Inmaculada Juan, por ejemplo, percibió un total de 315.000 euros en este concepto en 2011 y 2012. Juan habría cobrado un mínimo de 680.000 euros de Caixabank desde 2005 (mucho más probablemente de lo que yo he cobrado en 25 años de vida laboral; lo suyo son dietas).

La composición del consejo de administración de 2013, el último año del que se ha publicado informe, ya sólo cuenta con un cargo electo, el alcalde de Banyoles (en representación de las corporaciones locales). El resto son ex políticos de CiU y del PSC y empresarios vinculados a Caixabank o personas que van en representación de entidades sociales, sindicatos o accionistas. El ex consejero de Justicia Josep Delfí Guardia o el de Economía Francesc Homs, ambos durante los gobiernos del ex honorable Jordi Pujol, han encontrado refugio tras su paso por la política gracias a ser colocados a dedo por corporaciones locales con derecho a representante como el Ayuntamiento de Barcelona o las diputaciones provinciales.

Otros nombres de políticos que aparecen oficialmente como receptores de dietas de entre 153.000 y 96.000 euros por su presencia en diferentes etapas en el consejo de administración o en la comisión de control de La Caixa: el alcalde de Sant Jaume dels Domenys (CiU), Magí Pallarès; la presidenta del consejo comarcal del Urgell (CiU), Rosa Maria Mora; el alcalde de Hostalric (CiU), Josep Antoni Frías; la alcaldesa de Aitona (CiU) Maria Rosa Pujol o la ex alcaldesa de Palma (PSIB), Aina Calvo (en este último caso, decidió donar el importe íntegro de sus dietas a la Cruz Roja de Baleares y Caritas Mallorca).

El alcalde de Lleida, Àngel Ros, que cobró dietas desde 2005 hasta abandonar la entidad en 2012, ha llegado a cobrar 33.000 euros en dietas en un solo año. Según los datos de los informes corporativos anuales, llegó a sumar 178.000 euros en ocho años más unas primas por seguros de la comisión de control de 34.000 euros. El mismo Ros comentó que «después de restar impuestos y seguros quedaban en menos de 100.000 euros». Una nimiedad.

Aparte de empresarios y políticos también cobra dietas por asistencia a las reuniones el representante de los trabajadores de Caixabank, un miembro de Comisiones Obreras, que es quien ganó las elecciones sindicales. Las dietas van a parar al sindicato, no a ninguna persona particuar. La actual secretaria general de Comunicación de CCOO, Dolors Llobet, aparece en los informes como cobrando de 332.300 euros en los últimos cuatro años. Antes, el representante sindical en el consejo de administración, el histórico Manuel Garcia Biel, aparecía recibiendo 275.000 euros entre 2005 y 2009. Además Llobet también ha cobrado 504.000 euros en los años 2012 y 2013 como representante sindical en otras sociedades del grupo, como por ejemplo, MicroBank y otros. Asegura que lo da al sindicato íntegramente. «Nunca ningún representante de CCOO ha cobrado dietas de La Caixa. Todo lo que se nos paga lo damos directamente al sindicato». Llobet y Garcia Biel han asistido, según reivindica la dirigente sindical, con el objetivo de supervisar y controlar las decisiones que se toman en los órganos de gobierno en favor de los trabajadores. Garcia Biel, según narra en su blog, constituyó con otros compañeros la primera sección sindical de CCOO en la empresa todavía bajo el franquismo. Llobet agotará su mandato al Consejo de Administración el próximo año y no será susbstituida ya que el nuevo organigrama de CaixaBank no contempla la presencia de ningún representantes de los trabajadores.

El artículo 27 de los Estatutos de La Caixa establece que «el cargo de miembro del Consejo de Administración y de la Comisión de Control tendrá derecho a ser retribuido y al abono de los gastos de desplazamiento a las sesiones». La cantidad de la retribución las fija cada año el Consejo de Administración. Las dietas son perfectamente legales, cada uno de ellos debe declararse a Hacienda y están controladas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

Las tablas ayudan.

La primera

Las segunda:

XI

Y como escribiría Antonia Maymón: «Salud y consecuencia».

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