La Campaña por el cierre de los CIE interpuso una denuncia ayer ante el juzgado de instrucción número 3 de Valencia por la vulneración de los derechos a la salud, la dignidad y la integridad de las personas internas que supone la plaga de chinches que persiste en el centro de Zapadores y que está […]
La Campaña por el cierre de los CIE interpuso una denuncia ayer ante el juzgado de instrucción número 3 de Valencia por la vulneración de los derechos a la salud, la dignidad y la integridad de las personas internas que supone la plaga de chinches que persiste en el centro de Zapadores y que está obligado a garantizar. Tal y como comprueban cada día las personas de la Campaña que visitan a los internos, el intento de desinfección que hubo hace quince días, cuando se cerraron temporalmente las instalaciones, no ha sido en absoluto efectivo.
Estos insectos, que se alimentan de sangre de humanos, aún no han sido eliminados del CIE desde que comenzó la plaga hace al menos seis meses, y continúa presente en las instalaciones del mismo, incluso en las celdas, la comida o la ropa de los internos. Esto ocasiona a los mismos malestar, desazón y picaduras, perjuicios que no están obligados a soportar y por los que 16 ciudadanos argelinos protestaron con una huelga de hambre la semana pasada, hasta que tuvo lugar la deportación forzosa a su país de origen.
Por todo ello, desde la Campaña por el cierre de los CIE exigimos:
-Que el juzgado garantice cuanto antes y de forma efectiva los derechos fundamentales en cuanto a la integridad física y la salud de las persona internas en el CIE de Valencia.
-Que, ante la imposibilidad de la Administración de facilitar unas condiciones de habitabilidad salubres, dignas e higiénicas para las personas privadas de libertad que se encuentran bajo su autoridad, se clausuren definitivamente las instalaciones de Zapadores.
-Que se cierre de forma permanente el centro de Internamiento de Extranjeros de Valencia, espacio que, con su mera existencia, vulnera los derechos elementales de las personas, y en el que, en lo que va de año, se han interpuesto más de treinta denuncias por palizas, maltrato y humillaciones