Las olas de calor son uno de los principales síntomas del calentamiento global en España. Foto: Chris JL/Flickr (CC BY-NC-ND 2.0)
En el peor escenario, el aumento medio de la temperatura experimentada por el ser humano en 2070 ascenderá a unos 7,5 °C, según un estudio internacional.
Dentro de 50 años, algunas zonas del planeta en las que viven unas 3.500 millones de personas se volverán tan calientes como los lugares más tórridos del Sáhara. Es decir, prácticamente inhabitables. Frente a esta escenario, el peor que plantean las proyecciones climáticas, hay un mensaje esperanzador: el número de personas expuestas a ese calor podrían ser la mitad si se actúa desde ya para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global.
En este sentido, «es necesario mejorar las adaptaciones locales y prepararse para la reubicación de mil millones o más de personas», asegura a Climática el profesor Marten Scheffer, uno de los autores principales de la investigación internacional que arroja estos datos. «Todo esto puede hacerse, y la rápida respuesta global a la crisis de la COVID-19 ilustra cuán dispuesta y capaz es la humanidad de actuar si realmente se necesita, incluso si tiene costes económicos», remarca Scheffer.
El estudio, publicado este lunes en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, sostiene que el aumento medio de la temperatura experimentada por el ser humano en 2070 ascenderá a unos 7,5 °C, unas 2,3 veces el crecimiento medio de la temperatura mundial; unas discrepancias que se deben en gran medida al hecho de que la Tierra se calentará de forma mucho más rápida que los océanos, y a que el crecimiento de la población está sesgado hacia lugares ya calientes.
Este rápido aumento de la temperatura, junto con los cambios previstos en la población mundial, implica que, si las emisiones crecen sin cesar, cerca del 30% de la población mundial vivirá dentro de 50 años en lugares con una temperatura media superior a los 29 °C. Actualmente, estas condiciones se dan en sólo el 0,8% de la superficie terrestre mundial, principalmente en las partes más calientes del desierto del Sahara. Sin embargo, para 2070 esta situación podrían extenderse al 19% de la superficie terrestre del planeta, lo que «llevaría a 3.500 millones de personas a condiciones casi inhabitables», según Jens-Christian Svenning, coautor del estudio.
La expansión de las regiones extremadamente calientes en un escenario climático de continuidad. En el clima actual, las temperaturas medias anuales >29 ºC se limitan a las pequeñas zonas oscuras de la región del Sáhara. Se prevé que en 2070 esas condiciones se den en toda la zona sombreada siguiendo el escenario RCP 8.5. Sin la migración, esa zona albergaría a 3.500 millones de personas en 2070, según el escenario de desarrollo demográfico del SSP3. Los colores de fondo representan las temperaturas medias anuales actuales. Autor: Chi Xu.
Hoy, la mayoría de las poblaciones viven en lugares donde la temperatura media anual es de unos 11-15ºC, mientras que un porcentaje inferior habita en sitios en los que la temperatura media es de unos 20-25ºC. Con esto, los investigadores encontraron que los seres humanos, a pesar de todas las innovaciones y migraciones, han vivido en su mayoría en estas condiciones climáticas durante varios miles de años.
«Nuestros cálculos muestran que cada grado de calentamiento por encima de los niveles actuales corresponde a unos mil millones de personas que caerán fuera del nicho climático. Es importante que ahora podamos expresar los beneficios de frenar las emisiones de gases de efecto invernadero en algo más humano que en términos monetarios», asegura Tim Lenton, director del Instituto de Sistemas Globales de la Universidad de Exeter y uno de los científicos que ha liderado la investigación.
Siguiendo el paralelismo con el actual coronavirus, Marten Scheffer señala que este «cambio se desarrollaría con menos rapidez, pero a diferencia de la pandemia, no habría ningún alivio que esperar: grandes zonas del planeta se calentarían hasta niveles apenas aptos para la vida humana y no volverían a enfriarse. Y avisa: «Esto no sólo tendría efectos directos devastadores, sino que dejaría a las sociedades menos capaces de hacer frente a futuras crisis, como nuevas pandemias».
Según la investigación, los países que corren un mayor riesgo son la India, donde más de 1.200 millones de personas estarían expuestas a temperaturas extremas, y Nigeria, con 485 millones de habitantes en peligro. En cuanto a España, a pesar de que se producirá incrementos significativos de temperatura por la crisis climática, no alcanzará ese umbral de inhabitabilidad, ya que las temperaturas durante todo el año no serán tan calientes como las partes más calurosas del Sahara. No obstante, como se puede observar en el mapa de arriba, el clima en la zona sur de la península será peor para la ocupación humana de lo que es ahora.
Los autores señalan que parte de la humanidad que estará en peligro tratará de emigrar. No obstante, apuntan que muchos factores aparte del clima afectan a las decisiones de migrar, y que parte de la presión para desplazarse podría abordarse mediante la adaptación climática. «Prever la magnitud real de la migración impulsada por el clima sigue siendo un desafío», señala Scheffer. «La gente prefiere no migrar. También hay margen para la adaptación local en parte del mundo dentro de los límites, pero en el Sur Global esto requerirá impulsar el desarrollo humano rápidamente».