El patrimonio de Ortega está estimado en 95.805 millones de €; una de las mayores fortunas del mundo. Está comprando propiedades inmobiliarias en todo el mundo a través de su grupo inversor Pontegadea. Mientras, su plantilla reivindica mejoras laborales.
La economía va viento en popa… para los de siempre. Los bancos y las empresas cotizadas han repartido 25.568 millones en dividendos hasta julio de 2024 y superado niveles prepandemia, y la gran banca ha logrado en este tiempo 15.287 millones de beneficios, un 28% más que el pasado año. Y eso que parecía difícil superar las cifras de los dos años anteriores, donde obtuvieron beneficios récord. La mayor parte de esos beneficios deriva de una práctica inflacionista por parte de las empresas, cuyos beneficios alimentan la espiral de precios mientras se estancan los salarios. Es decir, los empresarios se forran mientras la clase trabajadora pierde poder adquisitivo, paga más y gana lo mismo. De manera que CC.OO. ha reclamado que la subida salarial vaya ligada a la marcha económica de las empresas.
Como siempre, uno de los más beneficiados de esta situación ha sido el grupo INDITEX. Tenía difícil batir su récord histórico de 2022, cuando superó los 5.000 millones en ganancias y los 36.000 millones en ingresos; sin embargo, en 2023 obtuvo unos márgenes de 7.943 millones. Existen empresarios que son grandes aficionados a la geopolítica mundial y buscan la notoriedad pública, como el neofascista Elon Musk; y otros que prefieren manejar los hilos apartados de los principales focos mediáticos. En este segundo grupo se encuentra Amancio Ortega, el fundador y máximo accionista del emporio empresarial INDITEX, al que siempre ha gustado alimentar su imagen de persona discreta. De hecho, el multimillonario que empezó vendiendo batas amasó su fortuna en el anonimato y tardó años en ser conocido para el “gran público”.
En la actualidad el patrimonio de Ortega está estimado en 95.805 millones de euros; de largo, la mayor fortuna de España y una de las mayores del mundo. En 2023 ingresó unos dividendos récord de 2.846 millones. En los últimos años ha ido invirtiendo esos dividendos en la compra de propiedades inmobiliarias en todo el mundo a través de su grupo inversor Pontegadea. De manera que solo su patrimonio inmobiliario, cercano a los 20.000 millones de euros, supera la fortuna conjunta de los cuatro siguientes en la lista de millonarios españoles. Edificios de oficinas, rascacielos de viviendas de lujo para alquiler, plataformas logísticas u hoteles, entre otras, conforman sus propiedades en todo el planeta, aunque en muchos casos sus adquisiciones pasan desapercibidas porque, siguiendo la máxima de su dueño, Pontegadea no informa sobre ellas.
Está a punto de recibir su nuevo yate de 92 metros de eslora estimado en 274 millones de euros. El pasado año vendió su jet a su compañía INDITEX por 46 millones de euros
Con mayor o menor exhibicionismo, a pesar de la imagen discreta que se empeña en promocionar, Ortega hace lo que todos los millonarios: amasar más fortuna y disfrutar del lujo mientras las plantillas de sus respectivas empresas reclaman más garantías laborales. Está a punto de recibir su nuevo yate de 92 metros de eslora y un precio estimado de 274 millones de euros. Para andar por casa, Ortega posee el yate “Valoria B”, de 39,5 metros de eslora, cuyo coste de fabricación rondó los 35 millones. En 2021 vendió “discretamente” el barco “Drizzle”, de 69 metros de eslora, que había recibido en 2012 por 95 millones de euros. Aunque también le gustan los aviones, porque el pasado año vendió su jet de segunda mano a la propia compañía INDITEX por el módico precio de 46 millones de euros.
Simultáneamente, el personal de su grupo empresarial se moviliza. En 2023 alcanzó un acuerdo laboral histórico: por primera vez un salario base mínimo para el conjunto de los trabajadores y trabajadoras. Esta primavera los sindicatos convocaron nuevas movilizaciones para exigir mejoras en las condiciones laborales y que los beneficios récord se reflejen también en sus nóminas. Y centenares de trabajadoras de las tiendas de Zara (el 98% son mujeres) se movilizaron reclamando que los ingentes beneficios de la compañía se repartan de manera más equitativa y que sus condiciones laborales se equiparen a las vigentes en las plataformas logísticas, donde la mayoría de la plantilla son hombres.
Todo ello mientras la Fundación Amancio Ortega gestiona la caridad que caracteriza a la burguesía, que además desgrava. Fue creada en el año 2001 con el objetivo de “contribuir a un modelo de sociedad que ofrezca las mismas oportunidades a todos los que forman parte de ella”.
— Y digo yo… ¿aquí no haría falta una revolución?
— Y luego, ¿por qué me lo preguntas?
Fuente: https://mundoobrero.es/2024/10/06/la-calculada-discrecion-de-amancio-ortega/
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