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¿Quién es quién en Greenalia? La empresa que quiere otra celulosa en Galicia y arrasa olivares en Andalucía

Fuentes: El Salto [Foto: De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Antonio Fernández-Montells, Jose María Castellano, Laura Luaces, Pablo Castellano, Antonio Couceiro, Beatriz Mato y Manuel García Pardo (Sancho Somalo)]

Los tentáculos del entramado empresarial tras esta corporación tocan a gran parte de la oligarquía gallega. Desde medios de comunicación como ‘La Voz de Galicia’ hasta equipos de fútbol como el Deportivo o entidades financieras como Abanca.

La familia Greenalia representa como pocas empresas el poder en las sombra de la oligarquía gallega. Cuentan con lazos de poder en lo más alto de la esfera política y empresarial, exuberantes patrimonios y, en la medida de lo posible, luchan por estar fuera del foco de los medios de comunicación. La estrategia no es descabellada, esta multinacional cuenta con una alta oposición social en la tierra donde tiene su sede. Son parte necesaria de la proyección de la celulosa que junto con Altri quieren instalar en el centro geográfico de Galicia y por supuesto también en la expansión eólica sin consenso vecinal que se ha llevado en la práctica totalidad del territorio. En las últimas semanas, también salía a la luz que la compañía verde —así se autodenominan— pretende arrasar varias hectáreas de olivares en Jaén, con sus expropiaciones forzosas incluidas, para sustituirlos por una granja de placas solares.

En su consejo de administración se sientan dos exconselleiros de la Xunta del Partido Popular, pero no solo ellos. También altos cargos que han pasado por el gigante Inditex o por Nova Galicia Banco, el banco resultante de la fusión estrella de las cajas de ahorro gallegas, apadrinada por Alberto Núñez Feijóo, que se tragó 8.000 millones de dinero público y acabó con sus directivos en la cárcel. Sus tentáculos también tocan a buena parte de las Big Four —las grandes multinacionales de la auditoría—, en algunas de las grandes multinacionales de la abogacía como Baker & McKenzie y también en las universidades públicas gallegas. Del mismo modo, han ocupado cargos como la presidencia de Deportivo de A Coruña, en la peor etapa de su historia, cierto, pero con el beneplácito del banco, en última instancia de capital venezolano, Abanca. Todo ello, con una buena fama en la prensa, ya que también ocuparon cargos como el de la vicepresidencia de La Voz de Galicia y otros puestos en el Instituo Sondaxe, la principal empresa demoscópica de Galicia.

Antes de entrar en los nombres de las personas que deciden el rumbo de Greenalia, conviene aclarar a quién pertenece, aunque su columna vertebral es pequeña. Desde una OPA de exclusión que le realizaron a su tercer accionista en 2022, los propietarios de Greenalia son, fundamentalmente, Manuel García Pardo en un 94% a través de su sociedad patrimonial Smarttia y José María Castellano Ríos con un 6% a través de su sociedad Alazady.

José María Castellano Ríos el director que domina la élite gallega

Puede que José María Castellano no sea el hombre con más dinero en Greenalia, su jefe, Manuel García Pardo, es más que probable que amase más capital. Sin embargo, Castellano tiene un capital, podríamos llamar social, difícil de alcanzar. En Greenalia nadie como él conoce los entresijos de la oligarquía gallega y su capitalismo más feroz. El contacto adecuado, la complicidad necesaria. Si Greenalia fuera un Estado, él sería su ministro de Exteriores. No es una exageración. Aunque su biografía en la juventud requiere de una búsqueda más amplia, el punto de inflexión en su vida y en su cuenta bancaria llegó en su paso por Inditex, que se ubica desde mediados de los ochenta hasta 2005, cuando dimitió habiendo sido vicepresidente y consejero delegado. Por supuesto, allí vivió la salida a bolsa del imperio Ortega y se convirtió en multimillonario.

Desde allá arriba, todo se volvió más fácil. El entramado de empresas de comunicación alrededor de La Voz de Galicia lo recibió con las puertas abiertas y lo hizo vicepresidente de la empresa que edita el periódico más leído de Galicia. También le otorgaron cargos en el resto de sociedades, donde es interesante resaltar el del Instituto Sondaxe, la gran empresa demoscópica gallega. Pero esa aventura en la prensa de derechas duró poco. Un recién estrenado Feijóo presidente le encargó la tarea de dirigir NCG Banco, la entidad resultante de la fusión estrella de las cajas de ahorro gallegas, que engulló 8.000 millones de dinero público y acabó con sus directivos en la cárcel. En todo ese periplo, Castellano también tuvo tiempo para dirigir durante seis años la compañía de telecomunicaciones ONO. También cuenta con su peso en la promoción inmobiliaria, en la compañía Natur House o en la SOCIMI de hoteles de lujo Millenium Hospitality Real Estate. 

Manuel García Pardo, el millonario de las “energías verdes”

En los papeles, Manuel García Pardo es quien manda en Greenalia: es el CEO y el máximo accionista. Sin embargo, en El Salto ya se le ha hecho en varias ocasiones la escasa biografía que el registro mercantil y hemerográfico permiten. En esencia, García Pardo es el símbolo utilizado en muchas ocasiones desde el empresariado gallego para referirse a la fábula del hombre hecho a sí mismo. Fundó una empresa con 18 años “con su dinero” y, poco a poco, se volvió uno de los empresarios que más copa el negocio de las energías renovables, aunque a renovable también se le llame a cambiar hectáreas de cultivos agrícolas por placas solares o a la instalación de una fábrica de celulosa del tamaño de 500 campos de fútbol para —dicen ellos mismos— abastecer al mercado de la moda tan boyante en Galicia como iremos viendo en las cartillas de los consejeros de Greenalia.

Antonio Couceiro y Beatriz Mato, los exconselleiros del PP que hicieron girar la puerta

Otra de las aristas que hacen de Greenalia una apuesta segura para los negocios es su brazo político. En los despachos del consejo de administración se sientan dos de las personas que han pasado por la gran puerta giratoria del Partido Popular en la Xunta de Galicia. La primera de ellas es Antonio Couceiro, aunque, a decir verdad, en los noventa todavía no estaba popularizado ese término y pasó por otros puestos de dirección antes de entrar en Greenalia. 

Couceiro estuvo apadrinado por Manuel Fraga para ser conselleiro de Industria y posteriormente ocupar nada menos que el cargo de José Manuel Romay Beccaría —el mentor de Feijóo— como presidente del PP en A Coruña cuando este dimitió. Su último puesto político a dedo acabaría siendo el de presidente de la Autoridad Portuaria de A Coruña. Pero su historia no acaba ahí. 

Tras el periplo de partido, Couceiro ya había hecho los contactos necesarios. Desde allí se catapultó a la dirección general de Bebidas Gaseosas del Noroeste, una de las grandes embotelladoras de CocaCola en el Estado español y que acabaría siendo absorbida por la multinacional. También hizo amistad con Manuel Jove, uno de los grandes multimillonarios gallegos, promotor de muchas de las grandes obras del norte de Galicia y fue incluido en el consejo de administración de empresas del grupo Inveravante. Aunque, a decir verdad, uno de los grandes recuerdos a nivel popular de Couceiro es haber sido el presidente del Deportivo de A Coruña en la peor racha futbolística de su historia en la Segunda División B por mandato de Abanca, el banco al que pertenece el club.

Por su lado, Beatriz Mato, quien estuvo al frente de las políticas medioambientales de la Xunta entre 2015 y 2018, pasó a ocupar un puesto en la alta dirección de Greenalia, una empresa que ella misma promovió durante su etapa en la administración pública. Mato tuvo una trayectoria destacada en los gobiernos de Feijóo, donde también fue responsable de Traballo entre 2009 y 2015. No está de más recordar que antes de su transición al ámbito privado, desde su despacho en la Xunta se elaboró la primera estrategia de sostenibilidad ambiental de Galicia.

Antes de su incursión en la política, Mato ya había trabajado en el sector privado, respaldada por su formación en Ingeniería Industrial. Durante los últimos años de la década de los 80, empresas como IBM y Rank Xerox contaron con sus servicios. Sin embargo, su paso por estas compañías no se extendió más allá de unos pocos años. En 1994, inició su trayectoria en la administración pública en el Instituto Galego para a Promoción Económica (IGAPE) y, en el año 2000, asumió la dirección de la delegación de esta entidad en A Coruña. En aquel entonces, Manuel Fraga ocupaba la presidencia de la Xunta.

Antonio Fernández-Montells, el joven padawan de Greenalia criado al calor de las big four

El más joven en esta fotografía es Antonio Fernández-Montells, una de las manos derechas del jefe Manuel García Pardo. Cuenta con una experiencia como consultor en dos de las cuatro grandes consultorías y auditorías del mundo: KPMG y PwC. Ahora, además de ser apoderado en la sociedad patrimonial de García Pardo, Smarttia, es el director financiero (CFO) de Greenalia.

Pablo Castellano, el ‘sastre’ que hilvana celulosa con fast fashion

Pablo Castellano es hijo de José María Castellano Ríos, quien está desde hace años trasladándole poco a poco todo su peso en los negocios. Desde 2015 es el presidente del grupo Nakadama, la family office de su padre y también consejero de la socimi antes mencionada Millenium. Anteriormente, ostentó los cargos de presidente de Suburban Desing y de director de Niki Bosch, también como consejero de Riopele, empresas todas ellas del sector textil, uno de los grandes argumentos sostenidos por Greenfiber —la sociedad instrumental conformada por Greenalia y Altri para llevar a cabo la planta de celulosa— para instalarse en Galicia.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/galicia/quien-es-quien-greenalia-empresa-celulosa-galicia-arrasa-olivares-andalucia