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España toma la batuta en contra del genocidio

Fuentes: UPAL (Unión Palestina de América Latina)

La política internacional sobre Palestina vive un momento de inflexión. España ha decidido alzar la voz y asumir un rol que muchos gobiernos han evitado: denunciar con claridad el genocidio en Gaza y exigir medidas concretas contra quienes lo ejecutan y lo sostienen. En un contexto de silencios cómplices y cálculos diplomáticos, este paso significa mucho más que una declaración; es un cambio de tono que marca la diferencia.

España, con su historia marcada por luchas sociales y una memoria colectiva sensible a las causas de justicia, se sitúa en el centro de un escenario donde la mayoría calla. Su liderazgo no se limita al terreno político, también abre puertas en el ámbito judicial y diplomático: impulsar investigaciones, respaldar denuncias en instancias internacionales y promover sanciones efectivas contra el régimen que perpetúa la ocupación y la violencia.

El gesto español desafía la narrativa impuesta por Israel y sus aliados, que intentan encubrir crímenes atroces bajo el discurso de la “seguridad” o la “defensa propia”. Frente a esa retórica, la denuncia clara del genocidio devuelve las palabras a su lugar justo y obliga a otros países de Europa y América Latina a definirse. Callar ante la masacre de un pueblo no es neutralidad: es complicidad.

UPAL saluda y respalda esta decisión de España, y llama a que otros Estados sigan el mismo camino. Porque la solidaridad no se mide en discursos vacíos ni en gestos simbólicos, sino en la capacidad de enfrentar a los poderosos cuando sus actos cruzan la frontera de lo inhumano.

Que España tome la batuta en contra del genocidio puede ser el inicio de una nueva etapa de movilización internacional. La causa palestina lo exige, la justicia lo reclama y la memoria de los pueblos lo agradecerá.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.