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El crecimiento de las derechas

Fuentes: Rebelión

1.- El voto a los populismos reaccionarios

Después de los resultados electorales que estamos viendo en algunos países europeos tenemos que preguntarnos porqué los grupos políticos de la derecha obtienen las preferencias electorales de los votantes y porqué la izquierda institucional es arrasada. Todo esto ocurre en unas circunstancias en las que en las sociedades capitalistas se produce una acentuación de la concentración de la riqueza y de los medios de producción (tierra, industria, dinero) en manos de las grandes corporaciones económicas, y simultáneamente, crece la precariedad salarial entre las masas trabajadoras.

Cómo es posible que un trabajador que vive explotado de 8 a 12 horas pueda votar a quienes quieren incrementar la explotación laboral y arrebatarle derechos laborales y sociales como la jubilación, las prestaciones sociales, las ayudas sanitarias y educativas, etc.

En las sociedades capitalistas la política es un sistema de frustración constante, promete mucho y no cumple nada. En los medios de comunicación aparecen los líderes de la izquierda institucional diciéndonos que viene la extrema derecha, pero contradictoriamente son sus políticas las que están facilitando la llegada de los partidos más derechistas. En España los avances electorales muestran el crecimiento del PP y VOX, mientras que la coalición de gobierno está desilusionando a la población trabajadora pues no tiene en cuenta sus necesidades reales. En todo caso, sus políticas están acotadas en un marco que no sobrepasan el ofrecimiento de migajas para paralizar los movimientos de lucha laboral o social con el fin de que la estabilidad social no se vea alterada, algo que tranquiliza a la burguesía.

La derecha entendió algo que la izquierda parece no comprender. Mientras la izquierda no aprecia la rabia, la bronca, el odio, la incertidumbre y el miedo al futuro que siente la clase obrera por el empeoramiento de sus condiciones de vida, la derecha dirige esa rabia, señalando con el dedo un enemigo fácil, el migrante, la feminista, el negro, el vago, el que piensa distinto. Los líderes y lacayos derechistas se refieren a ellos como los culpables de la miseria y de las dificultades reales de los trabajadores españoles a la hora de encontrar un empleo, mejorar sus salarios, superar listas de espera y tardanzas para ser atendidos en los centros sanitarios, en asuntos burocráticos administrativos, en el acceso a las prestaciones sociales, en el transporte, o culpabilizándolos de las agresiones a personas mayores, mujeres y menores, etc.

La derecha sabe que es más fácil odiar al que tienes al lado que enfrentarte al poder real. El sistema capitalista es una maquinaria que está generando enemigos imaginarios y financiando a falsos salvadores que dividan a la población, que enfrente a los trabajadores entre sí. El objetivo que verdaderamente persigue la burguesía cuando respalda a estos populismos de derecha es que le pongan las cosas fáciles para disponer una abundante mano de obra disciplinada con la que pueda incrementar la producción de plusvalía.

2.- El colapso del capitalismo

En el campo internacional nos encontramos con el fortalecimiento de los BRICS, la colaboración de Rusia, India, China e Irán empujando la caída del dólar, la derrota de la OTAN en la guerra en Ucrania, las dificultades del gobierno sionista para controlar Gaza y vencer a la resistencia palestina a pesar del cruel genocidio que está cometiendo con el aval de las instituciones internacionales y el apoyo incondicional de los gobiernos occidentales e imperialistas, las resistencias que ofrecen pueblos como el cubano, el venezolano, el nicaragüense al imperialismo americano y las luchas para desprenderse definitivamente de los restos del colonialismo francés que llevan a cabo los pueblos africanos.

Todas estas circunstancias aceleran la crisis económica estructural que sufre el capitalismo occidental que va perdiendo las bases materiales de la dominación de los mercados internacionales acercándolo a momentos de verdadero colapso. En el plano material las burguesías europeas reaccionan inclinándose por potenciar el desarrollo de la producción armamentísticas, las guerras y los conflictos armados, instaurando un marco político en el que predominan los populismos de derechas que crecen de manera exitosa.

Una situación que nos recuerda a los años que precedieron a la primera y segunda guerra mundial con presencia importante del enfrentamiento entre clases en países europeos. Cuando las burguesías europeas ven como la lucha de clases toma fuerza ante la caída de los salarios y el aumento del desempleo reaccionan apoyando a líderes que lanzan mensajes patrióticos y crean chivos expiatorios para canalizar y distraer el enfado de la población trabajadora. El crecimiento de los populismos de derecha está a la orden del día en los países occidentales, VOX en España, alentados por presidentes de gobiernos empeñados en llevarnos a una guerra mundial total como MACRON en Francia, FRIEDRICH MERZ, en Alemania, Pedro SANCHEZ en España etc. todos ellos guiados y bajo el paraguas de la presidenta de la Comisión Europea VAN DER LEYEN y como autoridad suprema TRUMP en EEUU.

En este mundo de incertidumbre, gritar fuerte vende más que pensar. Pero esto no es una novedad, un sistema que genera pobreza necesita que los pobres no se rebelen, y para eso hay que convencerlos por las buenas o por las malas de que sus enemigos no son los ricos sino otras personas aún más pobres. Cuando la izquierda abandona el trabajo organizativo y descuida la lucha de clases, deja desarmado ideológicamente al pueblo trabajador, sufre la derrota cultural. El vacío mental en el proletariado es rápidamente aprovechado por la derecha para llenarlo con odios, mentiras, folklores, símbolos patrióticos y espectáculos imperiales, sin renunciar a la la violencia policial y judicial que garantice la reproducción del orden y el capital.

El capital forja en todos los lugres y países los personajes que les representan y actúan en la defensa de sus intereses. En situaciones en los que la crisis económica y social comienza a crear movimientos y luchas populares promociona a personajes autoritarios antes que ceder parte de sus ganancias y satisfacer ciertas exigencias de la población trabajadora. La estrategia de las clases dominantes es clara, financian e impulsan a los personajes que encarnando este populismo de derechas se venden como defensores de la libertad. Estos aparecen cuando los gobiernos comienzan a perder el control por la aparición de unas circunstancias sociales que ponen de relieve el aumento generalizado en todos los sectores productivos del desempleo, de la precariedad salarial, de los trabajos temporales, disminuyendo el consumo de bienes y servicios que ponen en peligro los niveles de ganancias de las clases dominantes.

3.- Los populistas de derechas nunca culpan al capitalismo

En las comunidades autónomas del estado español conocemos lo que hacen los líderes populistas cuando llegan a los gobiernos. Sus lacayos en la sociedad, en los medios de comunicación, en las redes sociales. hacen una intensa propaganda para venderlos como los defensores del pueblo contra la corrupción, ponen en su boca narrativas en las que denuncian públicamente los comportamientos de la casta política, rechazan a los inmigrantes, consideran que todo lo público es inoperante e ineficaz frente al capital privado.

Estos líderes reaccionarios y autoritarios, hablan mal, insultan, se pelean con periodistas, y se hacen pasar por el pueblo de verdad, en sus palabras están denunciando continuamente a la clase política a la que ellos pertenecen, pero cuando llegan al gobierno se olvidan del pueblo y gobiernan para los banqueros, los latifundistas, los dueños de la industria, abrazan los símbolos religiosos y el rancio patrioterismo.

Con la aprobación de los presupuestos eliminan impuestos para las familias más pudientes, incrementan las ayudas a los dueños de los medios de producción, mientras que llevan a cabo la reducción o eliminación total de ayudas para las clases trabajadoras, recortan en la sanidad, educación, vivienda, autorizan universidades privadas recortando los fondos para las universidades públicas, suprimen comedores escolares, dificultan los transportes escolares, etc.

En Extremadura y en otras comunidades autónomas financian toros en vez de comedores escolares, hacen propagandas mentirosas de construcciones de viviendas para familias necesitadas, recortan servicios públicos justificándose en la promoción de lo que llaman la colaboración público-privada que es dinero público para financiar negocios privados. A pesar de todo esto, el pueblo los vota poniendo en acción lo que es la falsa conciencia, es decir, está apoyando todo lo contrario de lo que son sus intereses, vota los intereses de quien le explota y le oprime.

Los populistas reaccionarios de derechas hacen una propaganda en la que insisten que la culpa nunca es del sistema capitalista, en sus publicaciones eximen de culpas a los bancos y a las élites que fijan las subidas de las tasas de interés con la justificación de combatir la inflación, pero arruinando a los pequeños propietarios, agricultores y otros sectores laborales; exoneran a los propietarios de los medios de producción que despiden a trabajadores para mejorar sus ganancias; culpabilizan del fracaso social a los inmigrantes, a los socialistas y comunistas, a las ayudas sociales que reciben familias en la más absoluta pobreza y exclusión social.

¿Nos preguntamos donde está la izquierda? El gobierno de coalición que se llama de izquierdas está administrando ministerios sin poder real, redactando leyes que no sirven para nada porque nadie las cumple. La izquierda institucional se marchó a los parlamentos regionales y nacionales abandonando a las clases trabajadoras, exhibiéndose como una izquierda pusilánime coaptada por el poder económico y financiero que la utiliza para sus fines; esta izquierda que ganó la ilusión de amplios sectores de la población ofreciéndose como la herramienta con la que “alcanzar los cielos” ha preferido cambiar la calle por enterrarse en el gobierno, sustituyendo la lucha por la gestión de la estadística, el conflicto por el consenso. Ante esta permuta de horizontes el pueblo se sintió solo, traicionado, desengañado, campo popular que está siendo bien aprovechado por las bandas derechistas para presentarse como lo nuevo, lo flamante y actual.

4.- El sentido común. La pequeña burguesía

El sentido común de una época es el sentido común de las clases dominantes. Marx señaló hace más de 150 años que las ideas y valores de la clase dominante son las ideas que mayoritariamente asume la sociedad en una época determinada. Estas ideas que llamamos sentido común reflejan los intereses de quien controla las relaciones materiales dominantes, es decir, quien tiene la propiedad de los medios de producción y distribución de bienes y servicios también tiene la propiedad de los medios de producción y distribución espiritual, intelectual y cultural. Los individuos de las clases dominantes deciden e imponen el flujo de las ideas en su tiempo. Los individuos de las clases trabajadoras que no tienen acceso a los medios de producción de ideas, como televisiones, redes sociales, libros, lenguaje, etc. tienen una mayor dificultad para producir y distribuir sus propias ideas. Esto lleva a que muchas personas adopten las ideas de las clases dominantes que en la mayor parte de los casos son opuestas a los intereses propios de las clases trabajadoras.

Un buen ejemplo es lo que pasa con los sectores que se consideran de la clase media, pequeños empresarios, comerciantes, agricultores y cierta aristocracia obrera. Estos culpan de la caída de los beneficios, de la ruina de sus negocios, de la pérdida de su capacidad de compra, de la subida de los precios de los alimentos y combustibles al gobierno de Pedro Sánchez, pero no censuran ni achacan de las adversidades e infortunios que padecen a las entidades bancarias, ni a las grandes superficies, ni a las empresas multinacionales que son las que consiguen verdaderos lucros subiendo los precios de un día para otro y controlando monopolísticamente las materias primas para la producción agrícola y ganadera. Las políticas de la Unión Europea responden a los intereses de estas grandes corporaciones económicas y financieras bloqueando nuestra independencia productiva y la soberanía alimentaria.

5.- Los dirigentes locales impulsan el fundamentalismo religioso

Muchos de los elementos que el populismo de derechas pregona están impregnados de un fundamentalismo religioso que salpica con fuerza a dirigentes políticos de las corporaciones locales de los pueblos. Dentro del marco de las celebraciones religiosas se cuelan alcaldes, concejales y personas relacionadas con la política, siendo frecuentes las escenas en los actos populares de carácter religioso en donde destaca la estampa de estos políticos junto a curas y guardias civiles. Son personajes con aspiraciones electorales, a los que no les importa saltarse el cumplimiento constitucional de la independencia de la política con la religión, y pasarse por entre las piernas el hecho que establece el articulado de la Constitución Española de que somos un estado aconfesional.

El fundamentalismo religioso es un pilar excepcional del populismo reaccionario a cuya propagación contribuyen los alcaldes y dirigentes que se llaman socialistas pero que en realidad reniegan de las prácticas socialistas. Estos izquierdistas de tres al cuarto con sus comportamientos están dando el beneplácito y facilitando la penetración en el pensamiento popular de las prédicas reaccionarias que hacen importantes prelados religiosos en contra de la propia democracia burguesa, a la vez que con sus actitudes normalizan las apariciones públicas de estas altas jerarquías de la iglesia católica con los líderes de las formaciones populistas más reaccionarias cuyas propuestas no sólo van contra los derechos civiles de la clase obrera, sino que tienen un carácter racista y xenófobo, además de ir contra el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo, y contra la comunidad LGTBI+.

La única respuesta a esta guerra cultural que practica la clase dominante es la denuncia tanto de las actitudes de los políticos socio liberales que se llaman a sí mismo socialistas, como la de los populistas de derechas más reaccionarios que siembran el odio y canalizan la división y el enfrentamiento de los trabajadores entre sí, al mismo tiempo que se trabaja la conciencia de clase y se desarrolla una pelea feroz por la unidad de las clases trabajadoras y la toma de posición contra todo tipo de opresión y explotación laboral.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.