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A 100 años de su nacimiento, queremos tanto a Clarice

Fuentes: Tiempo Argentino

Nació en Ucrania, creció en Brasil, viajó por el mundo, leyó en varias lenguas y conservó siempre el acento idish. A un siglo de su llegada al mundo, Clarice Lispector es homenajeada en Argentina y en todas partes. Un diálogo con María Fernanda Pampín, editora de Corregidor, el sello que ha publicado en la Argentina la mayor parte de su obra.

Dicen que la patria de un escritor es su lengua. Pero como toda verdad que parece absoluta, también esta es relativa. Hace 100 años, más precisamente el 10 de diciembre de 1920, nacía en Ucrania Clarice Lispector.  En su país la persecución a los judíos era moneda corriente, por lo que su familia huyó para salvar la vida y fue a dar al otro lado del mundo, donde el clima era distinto y la lengua, extraña. Clarice se llamaba entonces Chaya Pinjasovna Lispector y al llegar a Brasil tenía apenas dos años, exactamente la edad en que el germen de la lengua materna comienza a desarrollarse.

Su familia se estableció en Maceió, pero al cumplir ella cinco años, se trasladó a Recife. A los 14, en plena efervescencia adolescente de Clarice, su núcleo familiar se mudó a Río de Janeiro. Las trazas de su lengua materna estaban en ella, pero sin embargo se aferró al portugués para comenzar a escribir muy joven sus primeras historias. En Brasil sus lecturas oscilaban entre Machado de Assis y Dostoievski.

Mucho después, se casaría con un diplomático y viajaría por el mundo. Quizá su nomadismo lingüístico sea una de las causas de su escritura “inclasificable” según se la describe de manera corriente. Leía en portugués, inglés, francés e italiano, pero nunca perdió el acento idish en el que había sido criada. No es extraño entonces que su escritura se resista a las clasificaciones, que fuera acusada de “difícil” y tampoco que ostentara entre otros, dos records: ser la escritora más leída de Brasil y también la más traducida.

A los 21 años publicó su primera novela, Cerca del corazón salvaje, que había escrito a los 19, una precocidad literaria que remite a la de otra mujer extraordinaria, Carson McCullers, que tenía solo 23 años cuando escribió esa obra maestra que es El corazón es un cazador solitario. “Antes de los siete años-contó en su última entrevista Clarice- ya fabulaba, ya inventaba historias. Por ejemplo, inventé una historia que no acababa nunca. Es muy complicada de explicar esa historia. Cuando comencé a leer, comencé también a escribir.”

La escritura fue para ella una tabla de salvación. Mientras casada con un diplomático paseaba por el mundo y vivía a la manera de una mujer de clase alta, llevaba una vida paralela en un mundo que surgía de su máquina de escribir. Quizá por eso dijo alguna vez: “Creo que cuando no escribo estoy muerta” aunque también afirmó, de manera contradictoria, que “escribir es uno de los modos de fracasar”.

Su aspecto tampoco obedecía al estereotipo de la intelectual. Era singularmente hermosa, le importaba mucho mantener su figura y se vestía muy bien.

Murió a los 57 años de cáncer, pero su corta vida le alcanzó para dejar una vasta obra que incluye novelas, cuentos, crónicas y cartas.

En nuestro país, la mayor parte de sus títulos han sido publicados por la editorial Corregidor que sigue incorporando nuevos libros y que, sumándose a los homenajes que se le rinden en todo el mundo, también ha organizado para el día de hoy su propia forma de recordarla.

Dice María Fernanda Pampín, editora de ese sello: “Nosotros venimos publicando a Clarice Lispector desde 1977. Lo primero que publicamos de ella fue La araña, un libro que se mantuvo en el catálogo. A partir de 1999 se creó la colección Vereda Brasil. La araña fue reeditada con textos críticos y con una revisión de la traducción y comenzamos a publicar algunos nuevos títulos. Luego creamos lo que fue la subcolección Biblioteca Lispector que tenía ocho libros entre cuentos y novelas. Este año agregamos cinco traducciones nuevas que son Cerca del corazón salvaje, Felicidad clandestina, Agua viva, La pasión según G.H. y Lazos de familia que recibimos de la imprenta hace apenas un momento. Estas traducciones son nuevas y están pensadas para el público latinoamericano. Todos los libros tienen prólogo y estudios críticos que acompañan las obras que son absolutamente cuidadas e incluyen también fotografías. Así llegamos a tener trece volúmenes de la obra de Clarice en nuestro catálogo y hemos planeado también la publicación de otras obras para el año que viene.”

Y Pampín remarca: “Para nosotros es algo muy importante porque es nuestra autora estrella y una de las más queridas por el público. Su obra completa debe tener aproximadamente veinte volúmenes incluyendo varios libros de crónicas y de correspondencia y alguna novela más como La manzana en la oscuridad o Dónde estuviste de noche. En este momento nosotros tenemos los libros más importantes de su obra.”

¿Pero qué es lo que hace a Lispector tan singular?: “Creo que Clarice no se parece a ninguna otra autora, contesta la editora.  Tiene una obra absolutamente original y lo que interesa de ella es, probablemente, que se ocupa de temas universales que le importan a muchísima gente. Habla sobre la soledad, sobre la angustia, sobre el rol de la mujer y lo femenino, la infancia, el amor, la maternidad. Amamos tanto a Clarice porque escribe sobre aquello que nos preocupa a todos y lo hace de una manera muy particular. Su escritura es singular. Es una autora muy reconocida, muy leída y muy traducida que tiene un público cautivo que crece cada vez más. La gente espera que saquemos nuevas obras de ella todo el tiempo. Renovó lo que era la literatura brasileña y también la literatura latinoamericana en general.”

Su “secreto literario”, como señala Pampín, quizá resida en que “renunció a todas las ataduras genéricas, lo que provoca que el lector se desacomode. Ella inventa un lenguaje propio, renueva el sentido de las palabras, inventa vocablos, nos muestra el artificio de la escritura. Hay algo que interesa a los lectores y es que construye narrativas muy chiquititas. Las tramas son muy básicas en sus obras, pero lo que importan son las sensaciones y los afectos de los protagonistas y, principalmente, las protagonistas, las mujeres. Eso es algo que atrae muchísimo a los lectores.”

Puede decirse que también en este aspecto Clarice fue una adelantada, ya que hoy, a 43 años de su muerte acaecida el 9 de diciembre de 1977, el cuestionamiento sobre la especificidad de los géneros es una discusión candente dentro de la literatura.

Ante esta mujer con aspecto de diva de Hollywood que desarrolló un sorprendente mundo propio y que trabajó como periodista en una época en que el rol social de la mujer se desarrollaba mayoritariamente dentro de las cuatro paredes de su casa, la pregunta que surge de inmediato es si podría calificársela como una autora feminista.  “En algún sentido sí, contesta Pampín. Desde hace ya varios años se está leyendo y releyendo en esos términos. Se la puede leer perfectamente desde ese lugar, pero Clarice no quería que la etiquetaran, no quería ubicarse en determinadas denominaciones. No hubiera querido que la consideraran feminista, pero fue algo que llevó a la práctica desde la subversión de los roles femeninos que se ve en los narradores, en el tratamiento que hace de los personajes, en los temas que trataban sus crónicas, en muy diferentes aspectos. Pero ella se consideraba a sí misma inclasificable y se corría de todos los lugares en los que se intentaba acomodarla. Era una autora que incomodaba por eso. Cualquiera de sus novelas es diferente a todo lo que hayas leído antes.”

Respecto de la repercusión de la obra de Lispector a nivel mundial, agrega: “Sólo hay dos autores que tienen un día dedicado a ellos en todo el mundo. Uno es James Joyce con el Bloomsday y la otra es Clarice. Por lo cual hoy se celebra su obra en todo el mundo. Más allá de los cien años de su nacimiento, nosotros venimos festejando a Clarice desde hace diez años. Nuestro festejo por los 100 años de su nacimiento será virtual porque no puede ser de otro modo. Tenemos varias mesas preparadas a lo largo del día y un evento en el  Instagram con algunas personas vinculadas a la Academia, traductores, periodistas culturales y libreros para hablar y reconocer la obra de Clarice. Estamos participando activamente con un archivo Lispector que están armando unas colegas y también estamos subiendo audios. Desde la editorial, además, estamos produciendo algunos videos que vamos a ir subiendo durante el día con homenajes, con lecturas. Va a haber sorteos. Va a ser un día dedicado a la obra de ella. Todo lo que tengamos lo vamos a ir subiendo a nuestras redes.”

Guía de homenajes de Corregidor    

Charla 1, a las 14. Participan Florencia Garramuño de Argentina, Márgara Russotto (Italia y Venezuela) y Eleonora Cróquer Pedrón de Venezuela. Link de YT: https://youtu.be/EXEjE4Osweo

Chala 2, a las 16, Nuestra Clarice. Participan Griselle Mercedes Hernández de Puerto Rico; Laura Cabezas de Argentina y Macarena Mallea de Chiles.   Link de YT para charla 2: https://youtu.be/zNh6Zngw-Lw

Celebramos los 100 años de Clarice Lispector con invitados especiales: De 19 a 21. Silvia Openhayn, Gonzalo Aguilar, Eugenia Zicavo, Flavia Pitella, Carmela Pérez Morales, Constanza Penacini, Mario Cámara y Florencia Garramuño. Por InstagramLive Corregidorcom

Fuente: https://www.tiempoar.com.ar/nota/se-cumplen-100-anos-de-la-muerte-de-clarice-lispector