En estos tiempos de globalización neoliberal la humanidad ha tenido que asumir como testigo y activa protagonista una excesiva mercantilización. Todo se vende y en consecuencia todo se tiene que comprar, hasta el punto que en algunos lugares se ha hecho popular la frase: «Aquí se cobra hasta la sonrisa». Sin embargo, muchas veces se […]
En estos tiempos de globalización neoliberal la humanidad ha tenido que asumir como testigo y activa protagonista una excesiva mercantilización.
Todo se vende y en consecuencia todo se tiene que comprar, hasta el punto que en algunos lugares se ha hecho popular la frase: «Aquí se cobra hasta la sonrisa». Sin embargo, muchas veces se ofertan productos, servicios o actividades que no están avaladas por altos niveles de calidad, ni por adecuada capacitación de sus productores.
Resulta por tanto muy difícil encontrar actitudes filantrópicas que entreguen sus ofertas a los demás sin pedir a cambio la remuneración adecuada.
La USAID, el Gobierno de Estados Unidos y la contrarrevolución de origen cubano se han encargado de crear un grupo de «vendepatrias pro-yanquis» que a cambio de sus servicios (no quieren que se les diga que en pago a ellos), son «estimulados» con los millones de dólares que se aprueban cada año para la subversión en Cuba.
En Cuba, como afirmara hace algún tiempo Enrique Ubieta, se identifican dos bandos (claramente caracterizados) en la blogosfera: los que apoyamos a la Revolución Cubana y el Sistema Socialista y los que se oponen a ambos.
Los segundos tienen todos los recursos financieros y tecnológicos que les entrega la SINA. En cambio los primeros, como también ha sido ampliamente explicado, sufrimos las limitaciones inherentes al reducido ancho de banda de que dispone Cuba para conectarse a INTERNET.
Mantenemos nuestros blogs desde redes altamente saturadas por la cantidad de usuarios o a través de arcaicas y extremadamente lentas conexiones de acceso telefónico.
Asumo completamente la responsabilidad de afirmar, seguramente con la complicidad de muchos otros blogueros revolucionarios, que a mí sí me pagan por cada uno de los post que publico.
La gran diferencia radica en que no me paga ninguna potencia extranjera. Tampoco me paga el Gobierno Cubano para el que desempeño otras responsabilidades que me llenan de sano orgullo.
La retribución me llega gracias a las visitas de mis lectores y a los comentarios que dejan en mi bitácora. Si por esa causa me van a acusar de «bloguero asalariado» confieso que lo aceptaré con satisfacción y entonces al cierre del año acudiré a la oficina tributaria para declarar los «ingresos» percibidos por este concepto y pagar al Estado los «impuestos» correspondientes.
Fuente: http://visiondesdecuba.wordpress.com/2011/11/14/a-mi-si-me-pagan-por-ser-bloguero/