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«Ahora hay que hacer redituar el acto»

Fuentes: Página 12

Fue quien acuñó el término «feminicidio». Estuvo en la concentración del miércoles. «Cambia la perspectiva de quienes están a favor de una vida libre de violencias para las mujeres», consideró.

«Impactada, conmovida.» Así se reconoció la antropóloga mexicana Marcela Lagarde, después de participar de la histórica marcha Ni una menos el miércoles por la tarde. «Algún día yo he soñado con que las plazas de mi país estén repletas de gente por la vida de las mujeres. No fue en mi país pero fue aquí y me encanta y me da mucho gusto. Me siento como feminista muy contenta del avance que han hecho ustedes», comentó, a pasos de dejar Argentina. «Me pareció maravilloso. Era masivo. Fui con varias amigas que nos reunimos allí. Tardamos una hora en atravesar la plaza de la cantidad de gente que había», continuó.

Marcela Lagarde y de los Ríos es una activista y teórica de la condición femenina, de trascendencia continental. Uno de sus mayores aportes al feminismo es el haber recuperado y acuñado el término feminicidio para referirse a los asesinatos de mujeres por su condición de género, en los que el Estado tiene responsabilidad (ésta es la diferencia fundamental con el término femicidio: «El feminicidio pondera la responsabilidad del Estado y plantea como en toda violencia contra las mujeres la necesidad de una política de Estado para erradicarla, así como, de manera paradójica y contradictoria, la transformación de género de ese Estado y sus instituciones como parte de la solución del problema», ha dicho Lagarde).

No se puede hablar de la lucha contra el feminicidio sin nombrarla. Sus investigaciones trascendieron las matanzas de mujeres en Ciudad Juárez, México. Siendo diputada, creó y fue presidenta de una comisión especial sobre el tema y elaboró y promovió la Ley General de Acceso de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia. Promovió el delito de feminicidio en el Código Penal Federal. Por su impulso, también el año pasado, esa palabra se incorporó al diccionario de la Real Academia Española.

En mayo de 2013, la Legislatura porteña la declaró Huésped de Honor de la Ciudad de Buenos Aires. Dos años más tarde, estuvo de vuelta en Buenos Aires para participar del III Foro Internacional sobre los Derechos de las Mujeres, realizado el 2 y 3 de junio por el Consejo Provincial de las Mujeres de la provincia de Buenos Aires. Vino solo por tres días, que coincidieron con este acontecimiento histórico para el país. Y por supuesto no quiso perderse la concentración frente al Congreso nacional.

«Vi mucha gente organizada. Iban con sus grupos. De partidos, sindicatos, no sé. Era popular. Había gente muy mayor que llevaban otras personas. Había niños, niñas. Había muchos hombres y jóvenes. Cosa que para mí como antropóloga me parece que cambia la perspectiva de quienes están a favor de una vida libre de violencias para las mujeres», dijo a este diario. «Hace evidente que no hay que dejarlo ahí, ahora hay que hacer redituar este acto de ayer para resolver las cuestiones de agenda de las mujeres. Las marchas son un gran capital político para los derechos humanos de las mujeres», agregó.

El martes había estado en el Museo Evita, en un conversatorio sobre «Claves feministas para las negociaciones en el amor», como se titula uno de sus tantos libros.

Allí fue inevitable recordarle que en aquella otra visita a la ciudad había dicho que sueña «con un día en que en mi país hombres y mujeres salgamos a las plazas a decir basta a las violencias». Y preguntarle sobre cómo veía esta movilización en la que participarían sectores de los más diversos y personas que jamás fueron parte de algo así. Entonces se explayó:

-Es un acto importantísimo de presencia nuestra en la calle. Hacerlo entre mujeres y hombres que nunca habían estado en esto, ¡qué maravilla! Bienvenidos a la fiesta. Me parece muy importante. Casi me dan envidia. Quiero llegar a México a decir «vamos a copiarles». Como hemos hecho siempre, hemos ido y venido por el mundo todas nosotras llevando lo que aprendemos en un congreso. Así hemos creado esa maravilla de redes y articulaciones latinoamericanas por ejemplo. Entonces me siento muy conmovida como latinoamericana, como mujer, como feminista, de esa gran iniciativa que han tenido ustedes y que espero que tenga una enorme resonancia y que pueda hacer como una cama para que se prolongue en el tiempo la fuerza que van a adquirir, que la puedan hacer sustentable, que les sirva para ponerse lo máximo y luego irlo construyendo y sustentando con esa fuerza colectiva. Solo así se construye, cuando las voluntades se suman. Muchas veces las feministas en el mundo sumamos voluntades, pero no siempre se expresan en la calle. La gente tiene la otra idea, que nosotras somos un movimiento que sale a la calle, y es al revés. Salimos muy poco. En realidad estamos construyendo otras cosas en la vida, estamos analizando, estudiando, convenciendo, buscando argumentos, hablando con la gente, siendo gente nosotras y todo eso que hacemos todos los días. Entonces, yo estoy muy emocionada.

Ayer, después de la movilización se le preguntó si sería posible impulsar algo así en México. Ella respondió que el contexto no es el mismo: «En México ahora hay condiciones terribles para hacer cualquier cosa, hay terribles violencias de narcos, de policías, en fin. Además tenemos elecciones el domingo y han matado a varias candidatas a diputadas, a la alcaldía, a regidoras. Muchas mujeres que participan en política están amenazadas. A candidatos a diputados, también, el último ayer. Cuando un país esta de esta forma, se avanza de otras maneras».

Entonces volvió a hablar de ese sueño que era propio pero compartido con otras tantas feministas: «Algún día yo he soñado con que las plazas de mi país estén repletas de gente por la vida de las mujeres. No fue en mi país pero fue aquí y me encanta y me da mucho gusto. Me siento como feminista muy contenta del avance que han hecho ustedes».

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-274279-2015-06-05.html