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Algunos debates ausentes en la reforma laboral

Fuentes: Juventud Comunista de Asturias

Los debates sociales muchas veces olvidan sacar a la luz realidades evidentes, pero incómodas. Ese es el caso de la actual reforma laboral, que en el más absoluto ostracismo, reune a patronal, sindicatos mayoritarios y gobierno. Sin embargo, hay verdades que deben ser tenidas en cuenta por los sindicatos, si no quieren verse arrastrados al […]

Los debates sociales muchas veces olvidan sacar a la luz realidades evidentes, pero incómodas. Ese es el caso de la actual reforma laboral, que en el más absoluto ostracismo, reune a patronal, sindicatos mayoritarios y gobierno.

Sin embargo, hay verdades que deben ser tenidas en cuenta por los sindicatos, si no quieren verse arrastrados al campo de la patronal y seguirle en la espiral de concesiones a la baja. Entre ellas están los exorbitantes beneficios patronales, la supuesta necesidad de «abaratar el coste laboral» o el recorte de impuestos que anuncia «el neutral gobierno de ZP».

Veamos algunos datos…

Contenido:

– ¿Empresas sin beneficios?
– ¿Trabajadores caros?
– El regalito de ZP a las grandes empresas
– ¿A quién pertenece ese dinero?

El debate «olvidado»

Los ministros de economía de los distintos paises de la UE decidieron en el año 2000 en Lisboa «transformar la UE en al economía más competitiva del mundo». Bajo ese objetivo los distitos paises realizan reformas que van a encaminadas en la misma dirección: construir empresas más potentes que las de los EEUU.

No resulta pues extraño que la precarización del trabajo se implante poco a poco en Francia – recordemos la lucha contra el CPE-, que en Alemania se aumente la jornada laboral en algunos setores, que se recorten impuestos a las grandes empresas en Italia, Francia…

Pareciese que el mundo se haya en una irremediable situación de retraso productivo o tecnológico. Que alguna terrible guerra hubiese desolado la indutria en Europa, o que no se llegase a producir todo lo que se consume… razones suficientes para apretarse el cinturón.

Políticos de toda corte y empresarios coinciden: para que haya inversión y por lo tanto empleo se debe hacer «apetitotso» el mercado de un determinado país para la inversión. Es por ello que los distintos paises se ponen zancadillas a hora de ver quien es el primerro en recortar impuestos, conceder subsidios, evitar las protestas por los despidos… Esta espiral de concesiones no conoce límite, y sin resistencia alguna llegaría a convertir Europa en una zona tan apetitosxa como la India o Hungría: bajos salarios, pocas protecciones laborales, falta de una cobertura sanitaria púlica… En definitiva: un sueño de verano de grandes industriales…

Sin embargo en algo nos están engañando…. Veamos

¿Empresas sin beneficios?

A pesar de sus ilusiones, la realidad es que hoy en Europa se produce 17 veces más riquezas que a principio de siglo – por el aumento de la productividad-. Sería por tanto lógico que esas riqueza fuesen suficientes para mantener las pensiones, el subsidio por desempleo, los trbajos estables… Si no fuese porque esa riqueza va a parar a unas pocas manos…

Las 35 mayores empresas españolas con capital en bolsa entran dentro del baremo del IBEX-35. Son, por así decirlo, el termómetro del capital español. Un termómetro que corre el riesgo de desbordarse: dichas empresas ganaron en el primer semestre del 2005 16.509,98 millones de euros, lo que supone un incremento del 27,71% respecto al mismo periodo del año anterior.

Si 35 empresas son capaces de ganar 16.509,98 millones de euros en tan sólo 6 meses, algo funciona mal cuando las recetas económicas del gobierno ZP – al igual que antes el PP- exigen apretarse el cinturón.

Durante el 2004, los beneficios ordinarios netos de las empresas no financieras crecieron un 21,7%. La banca por su parte no se queda corta: durante el año 2004 acrecentó un 23,4% (7.766 millones de euros, más de 1,2 billones de las antiguas pesetas) sus ganancias.

Pero veamos la dureza de la realidad con un ejemplo: durante el 2005 los accionistas de ARCELOR ganaron 1,85 euros por accion. En total se repartieron la tremenda suma de 5 mil millones de euros. Osea, que cada uno de los 100.000 trabajadores de ARCELOR produjeron 60.000 euros para los accionistas. ¡Ahí está el secreto!

¿Trabajadores caros?

Los empresarios aducen que los trabajadores «son caros». Bajas laborales, accidentes, pago de la seguridad social, salarios… son «cargas» difíciles de llevar. De hecho los patrones de todos los paises europeos dicen lo mismo de sus respectivos obreros.

Pero veamos unos trazos de la realidad: el costo salarial – lo que paga el empresario por hora de trabajo- del trabajador español es uno de los más bajos de toda la UE. Si trazamos el límite de 100 para una de las economías más productivas de Europa, Belgica, nos encontramos 11 paises, entre ellos las economías más potentes de toda la UE: Alemania (128) , Francia (100), Austria (110), Gran Bretaña (140), Paises Bajos (100).. por encima y España con 92 se encontraría entre los paises donde los empresarios pagan menos por un obrero.

Pero es más, el aumento salarial anual sube por debajo de la inflacción – lo que aumenta de precio los productos de consumo básicos-. Así el año pasado los salarios pactados inicialmente en los convenios colectivos crecieron el 3%., la inflación, medida por el aumento del IPC, se situó en el 3,4% en el promedio de 2005. Aunque de hecho ni siquiera lo pactado se cumple, y estimaciones del Instituto Nacional de Estadíastica cifran en el 2,6% el aumento salarial.

Que alguien nos explique por favor, cuales son las reglas de éste juego: las empresas ganan un 21% más, la vida se encarece un 3,4% y los salarios sólo suben un 2,6%. Osea: cada año más parte del trabajo de los obreros va a engrosar las jugosas cuentas de las grandes empresas. Y pese al discurso que asocia crecimiento económico a creación de empleo, nos encotnramos con las alarmantes cifras del 30% de paro juvenil.

El regalito de ZP a las grandes empresas

En ese contexto, el pasado día 21 ZP anunciaba en un foro convocado por grandes empreas- Grupo Santander y Phillip Morris entre otros- que el gobierno reducirá «en un tiempo razonable» el impuesto sobre los beneficios de las grandes empresas del 35% al 30% y en las Pymes (pequeñas y medianas empresas) del 30 al 25%.

El coste de estas operaciones ascenderá a 3.000 millones de euros -segun El Pais- sin tener en cuenta las deducciones del impuesto ni la reduccion a las PYMES. Miles de millones de euros que saldrán de la caja del estado para ir a parar a los bolsillos de los empresarios privados.

¿La justificación? Son medidas encaminadas «a reducir el tipo máximo para facilitar la competitividad, el dinamismo económico y mejorar la creación de empleo». En definitiva, palabras que ocultan realidades bien distintas.

Resulta sin embargo chocante ver que paises como Alemania tienen un impuesto sobre los beneficios del 38,4% e Italia del 37%. Es decir: esa situación no impide que las empresas inviertan. La concesión de dicho regalo es simplemente la cesión al chantaje patronal, que nunca antes había obtenido tantos beneficios.

Pero sigamos hablando de impuestos: del total que obtiene el estado, en España la imposición sobre el consumo asciende al 16,5 por ciento del total, sobre el trabajo al 29,8 por ciento y sobre el capital de 30,3 por ciento. ni que decir tiene que ese 16% del consumo no afecta a todos por igual. No es lo mismo que Botín se compre una cajetilla de cigarrillos y pague un impuesto en ello, a que lo haga un joven con trabajo de sidrería. Es decir: a día de hoy aportan menos – incluyendo los gastos menores en relaccion a sus ingresos- las grandes empresas que los trabajadores.¿Porque disminuir entonces los impuestos a los más ricos?

¿A quién pertenece ese dinero?

A la hora de la producción las empresas deben calcular varios costes. Como vemos en el gráfico además de el salario directo – lo que nos llevamos a fin de mes a casa- deben pagar otra serie de dinero al estado. Éste forma parte del salario indirecto del trabajador. Salario porque que cubre gastos que hacemos para poder vivir pero indirecto porque no lo vemos en nuestra cuetna directamente. Es decir, ese dinero se destina a la seguridad social, al pago de bajas laborales, de accidentes, de protección al desempleo… Ese dinero forma parte del salario, pues aunque no lo recibamos mes a mes engrosa el «salario colectivo» que permite la solidaridad entre los obreros. Cuando alguno debe cesar de trabajar por alguna causa- accidente, pension, prejubilacion…- ese «salario social» permite que no se muera de hambre.

Así mismo otra parte de la riqueza producida va a la «caja colectiva» del estado en forma de impuestos a los beneficios. Al igual que el anterior permite que el estado ofrezaca servicios como educación, subvención del transporte, cuidado de ancianos, pago de profesores…

Ni que decir tiene que toda esta riqueza no es que sea «ofrecida» generosamente por el empresario al estado o al obrero. Es una riqueza que en primer lugar no es «suya», pues ha salido de las horas de rtabajo de los obreros, y además es el fruto de una larga lucha por la igualdad social. El llamado estado de bienestar no es más que un reflejo de esa realidad: los empresarios cedían parte de sus beneficios para evitar una revolución. En un contexto de receso en la lucha de clases y de debilidad de las orgazaciones revolucionarias, la patronal vuelve a la ofensiva.

Por eso no deja de ser curioso, que estos arumentos patronales calen entre ciertos sindicalistas, que asumen la vía de las concesiones ocmo la única posible. Las concesiones sólo llevan a la miseria y el aumento de las desigualdades. La vía opuesta la han mostrado nuestros compañeros franceses: la lucha es el camino.