Un norteamericano encarcelado en Cuba llegó a un acuerdo el jueves acerca de una reclamación judicial contra la compañía para la cual él trabajaba cuando fue arrestado, reclamación que aseguraba que no fue advertido de manera adecuada o que no fue preparado acerca de los riesgos de trabajar en la nación comunista. Alan Gross y […]
Un norteamericano encarcelado en Cuba llegó a un acuerdo el jueves acerca de una reclamación judicial contra la compañía para la cual él trabajaba cuando fue arrestado, reclamación que aseguraba que no fue advertido de manera adecuada o que no fue preparado acerca de los riesgos de trabajar en la nación comunista.
Alan Gross y su esposa presentaron la reclamación en noviembre contra el gobierno de EE.UU. y Development Alternatives, Inc. (DAI), con sede en Bethesda, Maryland, compañía bajo contrato con la Agencia para el Desarrollo Internacional de EE.UU. La reclamación por $60 millones de dólares asegura que a Gross se le debía haber suministrado mejor información y entrenamiento para su trabajo de crear puntos de acceso a Internet en Cuba.
Los abogados de DAI y del gobierno de EE.UU. habían pedido anteriormente a un juez que desestimara la causa. Uno de los argumentos de los abogados era que la ley federal impedía la causa porque se basaba en un daño sufrido en otro país.
Gross, de 64 años, fue arrestado en Cuba en diciembre de 2009 durante su quinto viaje para trabajar con la comunidad judía de Cuba en puntos de acceso a Internet.
Gross trabajaba para DAI bajo un contrato con USAID, la cual realiza trabajo para promover el cambio democrático pacífico en la isla. Cuba considera que los programas de USAID son intentos ilegales por parte de EE.UU. para socavar al gobierno comunista y documentos del tribunal demuestran que Gross tomó medidas para evitar la detección y que consideraba que estaba implicado en «un negocio muy peligroso».
Subsiguientemente, un tribunal cubano declaró a Gross culpable de delitos contra el estado y lo condenó a 15 años de prisión.
Los abogados presentaron el jueves una noticia del acuerdo al tribunal federal en Washington. La cantidad concedida a Gross por el acuerdo no fue revelada y el acuerdo solo cubre a Development Alternatives Inc., conocida también como DAI, pero no al gobierno.
El principal ejecutivo de DAI dijo en una declaración que llegar a un acuerdo, en que ninguna de las partes admite tener culpa, permite a la compañía trabajar junto con la familia de Gross para regresarlo a casa.
Judy, la esposa de Gross, quien ha viajado a Cuba en varias ocasiones para ver a su esposo, dijo en la misma declaración que la familia está «muy complacida con que DAI se haya comprometido a ayudar a tratar los daños sufridos por nuestra familia».
«Queremos que Alan regrese a casa, sano y salvo», dijo.
Hasta el momento, los esfuerzos diplomáticos para obtener la liberación de Gross han fracasado, y el caso ha sido un obstáculo para mejorar los lazos entre los dos países, los cuales no han tenido relaciones diplomáticas formales desde 1961. El gobierno cubano ha vinculado el caso de Gross al de los cinco cubanos condenados en 2002 de espiar en instalaciones militares de EE.UU. en el sur de la Florida, así como a grupos del exilio y políticos.
Funcionarios cubanos han sugerido que estarían dispuestos a liberar a Gross a cambio de los hombres. Cuatro de ellos permanecen en prisión en Estados Unidos. A uno de ellos, que completó su condena, pero estaba en libertad condicional en EE.UU., se le permitió regresar a de manera definitiva a Cuba.