Recomiendo:
2

Anaïs Florin presenta La Retaguardia en el centro de documentación El Punt de Valencia

Arte e intervención: una práctica para transformar el territorio

Fuentes: Rebelión

Un relato coral, visual y vivencial sobre El Punt. Espai de Lliure Aprenentatge. Así define la artista Anaïs Florin su libro La Retaguardia, editado en el verano de 2020 por el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) y presentado el pasado 11 de diciembre en el centro de documentación y biblioteca sobre movimientos sociales El Punt.

Emplazado en un local de la calle Garcilaso número 11 (barrio del Carmen, centro histórico de Valencia), El Punt celebraba su quinto aniversario el día de la presentación.

Con el diseño de Carles Rodrigo y una extensión de 126 páginas, La Retaguardia vio la luz con una primera edición de 140 ejemplares, en la que colaboró el mencionado centro social y cultural, colectivo, autogestionado y sin ánimo de lucro.

Una parte del libro recoge el contenido de las entrevistas que, entre 2019 y 2020, la autora mantuvo con personas vinculadas a El Punt. Tras las conversaciones y respecto al tipo de militancia, Anaïs Florin concluye: “(se trata de) un trabajo en la sombra, riguroso, que se encarga de sostener en el tiempo los relatos que suceden a su alrededor. Una tarea de largo plazo y ritmo lento, indisociable de la convivencia que todas nombran. Una retaguardia para la memoria antagonista”.

Algunos de los testimonios aportan información sobre este espacio de libre aprendizaje; por ejemplo, la posibilidad de encontrar carteles de los años 70, 80 y 90 del siglo XX o mapear conflictos (“obviamente no hay ningún interés porque se recuerden todas estas cosas”); y el hecho de que el 90% de los libros no se hallen en las bibliotecas convencionales (El Punt cuenta, según su página Web, con un fondo bibliográfico de cerca de 3.000 ejemplares “de lecturas políticamente incorrectas e intelectualmente estimulantes” para todas las edades).

También las entrevistas introducen datos sobre el origen de El Punt; uno de sus antecedentes es el Centre de Documentació Antagonista (CDA), proyecto con más de 25 años de recorrido y que comienza con las acciones –a finales de los años 80- del movimiento Okupa en Valencia (una parte de los materiales de El Punt provienen del Kasal Popular de la calle Flora, okupado en 1991 y desalojado a finales de 1996).

La segunda fuente inicial de materiales es una parte de la biblioteca del Ateneo Libertario Al margen, que abrió las puertas en 1986 y cuya actividad continúa hoy. El catálogo de libros de El Punt forma parte, actualmente, de la Xarxa de Biblioteques Socials (XBS), integrada por más de una veintena de bibliotecas, archivos y centros de documentación de Cataluña y el País Valenciano.

A los testimonios y texto de La Retaguardia, Anaïs Florin agrega una selección de materiales escaneados que se hallan en los fondos de El Punt: carteles, folletos, comunicados, pegatinas, portadas e interiores de libros y fanzines, entre otros.

Por ejemplo, del II Encuentro Internacional de Mujeres por la Autogestión (Feria Alternativa de Valencia, de 1995); la imagen de un puño destruyendo una esvástica nazi y la leyenda Destruye el fascismo; pegatinas con la consigna Nuclear? No gràcies, respecto a las centrales de Cofrentes y Garoña; el breve publicado en un periódico convencional, sobre la concentración de 200 activistas del movimiento Okupa en el barrio del Carmen (la información se basa en fuentes de la policía local); y libros como Actas Tupamaras; Crisi i revolució al País Valencià (1917), de Joan A. Lacomba; o Historia de las agitaciones campesinas andaluzas, de Juan Díaz del Moral.

Surgido en 2016, El Punt se construye desde la autoorganización social y comunitaria. Entre las últimas actividades destacan el ciclo de cine y ecología; o un taller de investigación sobre el fondo documental de la asociación. El colectivo participa, asimismo, en proyectos como la Mostra del Llibre Anarquista de València, que se celebra a principios de abril y este año cumple dos décadas.

El Punt abre las puertas los martes, entre las 18.00 y las 21.00 horas. A la biblioteca, presentaciones de libros, hemeroteca –diarios, revistas y fanzines del País Valenciano, el estado español y extranjeros, editados principalmente a partir de los años 90-; los carteles (sobre la insumisión, el antifascismo, la represión, conciertos, feminismo o anarcosindicalismo); folletos (con un máximo de 49 páginas) y adhesivos, El Punt suma una pequeña distribuidora y ha editado el libro Rutes per la València anarquista (más de 12, con 196 paradas, 250 lugares referenciados y más de 200 imágenes).

Nacida en Cannes y residente en Valencia, Anaïs Florin ha participado en el Festival de Arte Urbano que organiza la asociación Juste Ice, así como en la Biennal de Mislata Miquel Navarro. Licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas, su actividad artística se inscribe en el campo de las “prácticas en contexto”, principalmente memorias, relatos y luchas relacionadas con las “transformaciones territoriales”.

La artista y activista trabaja, con la investigadora Alba Herrero y la arquitecta Natalia Castellanos, en el proyecto de archivo digital A Hores d’ara, sobre la memoria y experiencias en la defensa de L’Horta de Valencia durante las últimas décadas; la iniciativa incluye un mapa –al igual que el archivo, en construcción permanente- que remite a información y documentación sobre “agresiones urbanísticas” con respuesta social (la Zona de Actividades Logísticas del Puerto de Valencia en l’Horta de La Punta; el intento de trasladar un centro comercial a L’Horta de Alboraia; o el proyecto de carretera Vía Parc Nord, entre otras).

Uno de los puntos de partida de A Hores d’ara es la siguiente afirmación: “En los últimos 50 años L’Horta de València ha retrocedido un 64%, y lo ha hecho en nombre del progreso, la seguridad ciudadana, el crecimiento poblacional, la cultura y la especulación urbanística”.

En el contexto de la XXIV Mostra Art Públic de la Universitat, en 2021, Anaïs Florin diseñó el proyecto Els crits; se trataba, mediante grandes carteles con el nombre de edificios okupados, de reivindicar al movimiento okupa de la ciudad (el primero –de 1989- fue el Kasal Popular de la calle Palma, en el centro histórico). La autora instaló los carteles en los exteriores de la Facultat de Geografia i Història de la Universitat de València.

Asimismo data de 2021 la iniciativa La tierra tiembla, una intervención (fotografía-cartel de grandes dimensiones) en el espacio público, realizada con la artista Botédesîles; con esta combinación de arte y activismo, las creadoras apoyaban la lucha popular en defensa de Les Jardins des Vaîtes de Besançon (este de Francia), frente a la amenaza de los proyectos urbanísticos (un denominado ‘eco-barrio’ sobre 44 hectáreas de huertos populares). La obra representa también un homenaje al movimiento de los Soulèvement de la Terre.

En De naturaleza ordinaria (2021) colaboraron Anaïs Florin y Botédesîles. Los carteles reivindicativos surgieron de las conversaciones con las personas que cuidan de los huertos de Les Vaîtes.

Por otra parte, en el ámbito local, el BookJockey (foto-libro experimental con música) fue el formato elegido por la artista en Mar revuelta: destellos, luchas y cicatrices de una Valencia marinera; trabajó en el proyecto junto al fotógrafo castellonense Julián Barón. Se trata de “un baile entre libros y archivos, en un intento de nombrar algunas de las miles de capas e historias que habitan los Poblados Marítimos de Valencia”, afirma. Mar revuelta tiene una duración de 15 minutos. Entre la selección de publicaciones, figuran folletos, fanzines, trípticos y carteles de los archivos de El Punt.

Una exposición en la galería The Liminal de Valencia, titulada Ofrecer la protección adecuada, permitió en 2020 a Anaïs Florin expresarse mediante fotografías, imágenes y textos sobre el proyecto de implantación de la ZAL portuaria y sus efectos: “La expropiación de 60 hectáreas de huerta productiva, el desplazamiento de 620 personas y la destrucción de sus casas” (en la pedanía de La Punta). Colaboró con las imágenes el fotógrafo David Zarzoso.

El rescate de la Historia subalterna y la denuncia del desarrollismo es, también, el objetivo de Els Malnoms, proyecto iniciado junto a Alba Herrero en 2019. El escenario de la primera intervención de Els Malnoms es el nuevo cauce del río Turia, cuyas obras (el Plan Sur de Valencia, durante la dictadura franquista) finalizaron en 1969. En concreto, consiste en “pintar los nombres de algunas de las casas que fueron arrasadas por la construcción del nuevo cauce, trayendo de forma simbólica la memoria del lugar y sus vivencias”.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.