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La ministra de la guerra

Fuentes: Rebelión

La señora Ministra de Defensa, que tan despectivamente trata al colectivo de Militares Contra la Guerra,acusándolo de equidistancia,porpedir el alto el fuego inmediato en Ucrania y el cese del envío de armas- promueve, sin embargo, costosísimos envíos de material militar a la zona del conflicto, que alimenta la hoguera de la guerra, contribuyendo con el dinero público al sufrimiento y la destrucción e incrementando inútilmente el número de muertos y heridos.

La Sra. Ministra no se pronuncia, con idéntico “ardor guerrero”, contra el genocidio que el gobierno neonazi de Netanyahu está perpetrando en la Franja de Gaza contra el martirizado pueblo palestino; ni pide al Gobierno que acuda en su ayuda con similares envíos de armamento al que pide para el régimen neonazi del corrupto Zelensky.

Un genocidio de civiles estremecedor, condenado por Naciones Unidas y la inmensa mayoría de la opinión pública, denunciado además por relevantes intelectuales judíos, que no se identifican en absoluto con la bárbara invasión sionista de la Franja de Gaza; genocidio también valientemente condenado durante la reciente gala de los premios Goya.

Tampoco dice nada la Sra. Ministra de Defensa sobre la ocupación del Sahara Occidental, ni de la persecución del pueblo saharaui por parte de un rey sátrapa, que oprime a su pueblo. Un rey en cuyo territorio se cultiva masivamente hachís, base del narcotráfico en la provincia de Cádiz, que ha costado la vida recientemente a dos valientes servidores públicos, arroyados por un asesino en la mar, que pilotaba una planeadora de las mafias de la droga.

Tampoco pide al Gobierno, la Sra. Ministra, el envío de material de defensa en ayuda del pueblo saharaui, que lucha valerosamente contra el ocupante marroquí, mientras sí lo reclama para el régimen neonazi del corrupto Zelensky.

Por otro lado, la Sra. Robles, Jueza de profesión, incumple la ley; en concreto, la Ley de Memoria Democrática, al tolerar la presencia de símbolos franquistas en dependencias militares. Por citar un caso reciente, en la Academia General de Zaragoza, en donde todo el mundo pudo contemplar, en directo y por TVE, el nombre de FRANCO. Es decir, el nombre del “genocida mayor del reino”, en letras mayúsculas bien visibles sobre el muro frontal; bajo las cuales, la princesa Borbón, presunta futura jefa de las Fuerzas Armadas españolas, juraba la bandera nacional.

Se ha iniciado en Málaga, el 7 de febrero, la VIII marcha en el 87 Aniversario de la masacre de la carretera Málaga-Almería, en donde fueron asesinados sin piedad miles de civiles, entre ellos muchas familias con niños y ancianos, que huían de la barbarie de las tropas del general Queipo de Llano; siendo masacrados por obuses disparados desde buques de la Armada franquista. Caminaban bajo el fuego fascista, quedando atrapados en la estrecha carretera que discurría entre los montes y los acantilados de la bella costa granadina, sembrada de cadáveres y heridos. La masacre tuvo una gran repercusión internacional, gracias a los testimonios del médico canadiense Norman Bethum y de las fotos de Robert Capa.

El relato estremecido de aquellos crímenes de lesa humanidad lo escuché aterrado, siendo niño, de los labios temblorosos de mi tía Encarnación, hermana de mi padre. Ella, junto a mi tío José y sus hijos, niños de corta edad, fueron supervivientes de aquel horror de la carretera de Málaga-Almería. Sencillas gentes de mar -humildes pescadores- que despertaron en mí la pasión por la mar.

La Sra. Ministra no debe ignorar que los restos de los principales mandos que ordenaron aquella masacre de civiles (“huían como ratas”), ocupan hoy un lugar privilegiado y simbólico en el Panteón de Marinos Ilustres. El Ministerio de Defensa viene tolerando, por tanto, el enaltecimiento -en un recinto militar bajo su autoridad- de crímenes de lesa humanidad perpetrados por mandos de buques franquistas, sublevados contra el Gobierno constitucional de la II República Española, incumpliendo de forma manifiesta la Ley de Memoria Democrática.

Manuel Ruiz Robles es Capitán de Navío de la Armada, antiguo miembro de la UMD, portavoz de Militares Contra la Guerra, socio de la AMMD.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.