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Asalto al Cuartel Moncada y la rebeldía en Cuba

Fuentes: Rebelión

Con hechos y sangre se ha construido una epopeya que ha derramado su luz a la política de nuestra contemporaneidad y a la del mundo. «Es preciso haberse echado alguna vez un pueblo a los hombros, para saber cuál fue la fortaleza del que, sin más armas que un bastón de carey con puño de […]

Con hechos y sangre se ha construido una epopeya que ha derramado su luz a la política de nuestra contemporaneidad y a la del mundo.

«Es preciso haberse echado alguna vez un pueblo a los hombros, para saber cuál fue la fortaleza del que, sin más armas que un bastón de carey con puño de oro, decidió, cara a cara de una nación implacable, quitarle para la libertad su posesión más infeliz, como quien quita a un tigre su último cachorro».

Así se expresó José Martí sobre el acto de rebeldía supremo de Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria, que significó el inicio, el 10 de octubre de 1868, de la lucha por la independencia de Cuba contra España, cuya dominación duraba casi cuatro siglos.

Diez años más tarde, después de una guerra devastadora, ocurrió el Pacto del Zanjón entre las tropas cubanas y españolas, una especie de tregua de los cubanos en aquel conflicto que no pudo lograr, en aquel lapso, la independencia. Se produjo entonces la Protesta de Baraguá por parte de Antonio Maceo, quien en un acto también de rebeldía suprema se negó a respaldar dicho acuerdo y lo rechazó por no contemplar la independencia de Cuba.

Años más tarde la rebeldía cubana latente durante años se puso de manifiesto con el inicio de la guerra de independencia iniciada el 24 de febrero de 1895 bajo la guía y liderazgo de José Martí, conjuntamente con otros patriotas como Máximo Gómez y Antonio Maceo.

En el siglo XX, durante la república neocolonial , después de un desfile de gobernantes generalmente sumisos a los Estados Unidos, y al instaurarse la dictadura de Gerardo Machado, apodado el «asno con garras», la sublevación del pueblo con su rebeldía innata produjo la caída del mismo el 12 de agosto de 1933.

Veinte años después, y a un año de instaurarse la dictadura de Fulgencio Batista por un golpe de estado ocurrido el 10 de marzo de 1952, se produjo el asalto a los cuarteles Guillermón Moncada de Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo. Fue un acto de rebeldía supremo de cerca de doscientos hombres participantes en aquellos sucesos bajo el mando de Fidel Castro, ocurrido el 26 de julio de 1953. La generación del centenario del nacimiento del Héroe Nacional de Cuba, José Martí, quiso con este acontecimiento heroico rendir el homenaje condigno a quien se consideró como autor intelectual del gesto y la acción revolucionarios.

Pero en este periodo lúgubre de la dictadura batistiana, que fuera responsable de la pérdida de unas 20 000 vidas, brilló la rebeldía como en otros momentos señeros de nuestra historia.

El 3 de diciembre de 1956, los revolucionarios agrupados nuevamente en torno al liderazgo de Fidel desembarcaron en Cuba para iniciar la lucha armada irregular en la Sierra Maestra y, en apoyo de esta expedición salida de tierras mejicanas, se produjo el levantamiento armado previo el 30 de noviembre liderado por Frank País en la ciudad de Santiago de Cuba.

Otro acto de rebeldía de nuestro pueblo fue el asalto al cuartel Domingo Goicuría de la ciudad de Matanzas, ocurrido el 29 de abril de 1956.

Y cuando la juventud cubana consideró que se debía ir al asalto de la guarida del dictador en el Palacio Presidencial para ajusticiarlo, la rebeldía acompañó a los revolucionarios para efectuar el asalto al Palacio y a la toma de la emisora Radio Reloj, el 13 de marzo de 1957, bajo la dirección de José Antonio Echeverría..

Y sólo meses después, el 5 de septiembre de 1957, se produjo el levantamiento en la ciudad de Cienfuegos, donde se derramó sangre rebelde y generosa de civiles y soldados, involucrados en las distintas acciones armadas.

Si bien todos estos acontecimientos ocurridos durante la última dictadura fueron actos fallidos para la consecución de sus objetivos, y presididos por la derrota, sin embargo, se convirtieron en victoria gracias al tesón y firmeza con la que se prosiguió la lucha, pues fueron ejemplo de heroicidad, generosidad y desinterés patrióticos. Y abrieron el cauce para la incorporación de todo el pueblo al sacrificio y la lucha persistente a lo largo y ancho del país.

Todos estos hechos relatados, en los que la rebeldía del pueblo de Cuba se puso de manifiesto en las ciudades, también fueron acompañados en los campos de Cuba, a partir del frente guerrillero de la Sierra Maestra, y el Ejército Rebelde fundado y dirigido por Fidel, asumió la rebeldía suprema para librar la resistencia contra la ofensiva de la tiranía y luego desarrollar la contraofensiva estratégica hasta derrotar en forma aplastante a las fuerzas armadas batistianas y provocar la caída estrepitosa y la fuga del tirano. Así fue posible la victoria definitiva de la Revolución cubana el 1 de enero de 1959.

En fin, que el 26 de julio de este año 2013 se cumplen 60 años de los heroicos asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, y al conmemorar con orgullo esta fecha como el Día de la Rebeldía Nacional, hay tener presente todos los hitos gloriosos de gestos de rebeldía supremos desatados posteriormente en los cuales el espíritu indómito del pueblo cubano supo ponerse de manifiesto como una rasgo esencial de su carácter y de su existencia heroica. Con hechos y sangre se ha construido una epopeya que ha derramado su luz a la política de nuestra contemporaneidad y a la del mundo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.