Existe una propuesta en el informe de Sir Rod Eddington dirigida al Tesoro Publico, con la que estuve de acuerdo después de leerla por primera vez. Insistía que ‘el sector del transporte, incluyendo la aviación, debería encargarse de pagar completamente sus gastos medioambientales’. (1) También es cierto que cuando alguien muere debido a inundaciones en […]
Existe una propuesta en el informe de Sir Rod Eddington dirigida al Tesoro Publico, con la que estuve de acuerdo después de leerla por primera vez. Insistía que ‘el sector del transporte, incluyendo la aviación, debería encargarse de pagar completamente sus gastos medioambientales’. (1) También es cierto que cuando alguien muere debido a inundaciones en Bangladesh, un ejecutivo de una línea aérea fuese sacado de su oficina y ahogado.
Después de continuar leyendo, me he dado cuenta que eso no es lo que el piensa. En realidad, piensa que los aeropuertos pueden seguir creciendo y la capacidad de las carreteras puede seguir aumentando, siempre que la gente pague más por la contaminación que produce. También ha sido tan amable de poner precio a las vidas de otras personas: 70 £ por tonelada de CO2. Descubrimos que este es el coste social del calentamiento global; extraído del departamento del medio ambiente del Gobierno Británico. (2), aceptado sin ser cuestionado por Sir Rod, estimulado por el objetivo de Gordon Brown de mantener el país en movimiento.
¿Que significa eso? ¿Cree el gobierno que podemos poner precio a Bangladesh? ¿A la gente amenazada por sequías en el Cuerno de África? ¿A los arrecifes de coral, selvas y tundras? ¿A la seguridad de la distribución de alimentos?
Cuando se publicó el informe Stern, algunos avisamos que hay personas que saben poner precio a todo y no dan valor a nada y que lo interpretarían como una licencia para reducir el argumento a una mera cuestión económica. Esto es lo que Sir Rod ha hecho. Con que cuadren las cuentas todo tiene solución.
Aunque aceptásemos estos perversos términos, incluso si aceptásemos su proposición de que un sector como el transporte puede crecer continuamente siendo además compatible con la sostenibilidad; existe una grave omisión en su informe. Es una palabra sucia que comienza con la letra c, (coach- autocar) que no puede ser mencionada en presencia de los políticos. En las 436 páginas del informe, el autocar es mencionado en la última parte, y solo para hacer una comparación histórica de los precios con otros medios de transporte. (3). Para el esta opción no existe, ni en el presente ni el futuro.
Pero existen pocas medidas que vayan tan lejos en conseguir sus objetivos de «mejorar la capacidad y el rendimiento de la actual red de transportes» (4) como es el persuadir a la gente a que cambie el coche por el autocar. La M25 tiene 790 millas de carriles. Si estas son usadas por coches, llevando la media actual de 1.6 viajeros, a 60 millas por hora la capacidad total es- un momento- 19.000 personas (5). Autocares viajando a la misma velocidad, cada uno transportando a 30 pasajeros, eleva la capacidad de la M25 a 260.000 (6). Cada autocar absorbe una milla de tráfico de coches. También reducen las emisiones de CO2 en un 88% por milla y pasajero. (7)
Por lo que una de las tareas más importantes para quien quiera descongestionar las carreteras y reducir el verdadero coste social derivado de la emisión de gases debería ser hacer de los autocares un medio de transporte atractivo.
¿Pero como lo hacemos? Cuando cojo un autocar para ir de Oxford a Cambridge, llego a mi destino a punto del suicidio. Primero tengo que ir en bicicleta unos 20 minutos en la dirección opuesta, hacia el centro de la ciudad. Después me siento en una silla diseñada para obtener confesiones y espero. Cuando finalmente el autocar arranca, lucha por unas calles diseñadas para ponies. Después de media hora deja la ciudad. Luego se lanza a una carrera a través de todas las horribles ciudades dormitorio que se encuentran en el Sur-Este de Inglaterra. En un buen día, con el viento a favor, el trayecto desde mi casa hasta mi destino final, Cambridge, un total de 83 millas, es de 4 horas y media. La velocidad media es de 18 millas a la hora, solo un 50% más rápido que si hiciese todo el viaje en bicicleta. En coche, puedes llegar en unos 100 minutos.
El motivo de este suplicio es simple: el sistema es increíblemente estupido. Es una resaca de cuando los coches iban tirados por caballos, (puede que fuesen más rápidos).
Un economista visionario, Alan Storkey ha propuesto un sistema mejor. (8) La innovación más importante que Storkey nos propone es sacar las estaciones de autocares fuera de los centros de las ciudades y trasladarlos a las intersecciones de las autovías. Uno de los motivos por lo que los viajes son tan lentos, es que en orden de crear un sistema que permita a los pasajeros hacer trasbordos de autocar a autocar, estos deben circular por las ciudades para llegar a las estaciones. En las horas punta, mejor ir andando.
En lugar de llevar el transporte de la carretera a las ciudades, el sistema de Storkey se lleva el tráfico de las ciudades a las carreteras. Autobuses urbanos en dirección a las afueras, propone, viajando hacia la intersección más cercana, donde coinciden con los autocares. Conectando el transporte público urbano con la red nacional, la propuesta de Storkey podría revitalizar a ambos sistemas, ofreciendo un mejor y más rápido servicio hacia los barrios de las afueras.
Los autocares nunca dejarían las autovías. Algunos servicios serian un servicio circular por las circunvalaciones, otros irían arriba y abajo por las autovías que los conectan. Se haría trasbordo en las intersecciones. Storkey ha calculado que con solo 200 autocares en la M25, se garantizaría una espera de entre dos y tres minutos. Estos dispondrían de carriles propios y tendrían prioridad en los semáforos, liberándoles del tráfico privado que es el causante de su lentitud y forzando a los coches a amontonarse.
Se acabarían los periódicos sensacionalistas, pero no pasaría mucho tiempo hasta que los que usan el coche empiecen a ver como los autocares les dejan atrás.
Cuando se tenga en cuenta la rapidez en acceder a las autovías gracias a los carriles de autobuses y al alivio de no tener que buscar aparcamiento, esto haría que la media de tiempo para realizar un viaje sea menor que si usáramos el coche. En horas punta y en puentes el transporte público puede ser mucho mas rápido, hasta puede hacerse que sea cómodo. Los autobuses de dos pisos pueden aumentar el espacio para las piernas sin perder eficiencia, ¿y porque no pueden llevar todos los autocares pantallas de televisión y enchufes? En otras palabras, el medio de transporte mas lento, incomodo y deprimente puede ser transformado en uno de los mas rápidos, cómodos y convenientes del sistema de transportes. Un sistema efectivo de autocares puede hacer bastante daño a la venta de coches, e incluso reducir la demanda para los vuelos nacionales.
El sistema de Storkey casi no costaría nada. No precisa nuevas carreteras, ni más vías de tren ni tampoco importantes subsidios públicos. Si el terreno ahora ocupado por las estaciones se vende, el proyecto se puede financiar desde el principio. También es un uso mejor del dinero privado: el capital invertido en autocares es aproximadamente diez veces más eficiente que si la misma inversión se realizara en coches. Puede que este punto financiero haya tocado incluso al seco corazón de Sir Rod.
Su rechazo a incluso considerar este tipo de transporte, que puede hacer un mejor uso de nuestras infraestructuras es un error escandaloso. Esto sugiere que esta más preocupado con satisfacer a sus amigos empresarios que a solucionar las necesidades del transporte. Para ellos un sistema eficiente de autocares representa un tipo de competencia peligrosa. Pero cuando el gobierno contrató al antiguo jefe de British Airways para reorganizar el sector del transporte. ¿Qué mas podía esperar?
Traducción Félix Nieto
http://www.globalizate.org/monbiot121206.html
Articulo original: I’m all for putting more vehicles on our roads. As long as they’re coaches http://environment.guardian.co.uk/climatechange/story/0,,1963957,00.html
George Monbiot’s book Heat: how to stop the planet burning is published by Penguin.
www.monbiot.com
References:
1. Sir Rod Eddington, December 2006. The case for action: advice to Government, p7. The Eddington Transport Study.
http://www.hm-treasury.gov.uk/media/39A/41/eddington_execsum11206.pdf
2. Her Majesty’s Treasury/Defra, 2002. Estimating the Social Cost of Carbon Emissions. http://www.hm-treasury.gov.uk/media/209/60/scc.pdf
3. Sir Rod Eddington, December 2006. Taking action:enabling the system to deliver, pp47-53. The Eddington Transport Study.
http://www.hm-treasury.gov.uk/media/39F/10/eddingtonreview_vol4.0_011206.pdf
4. Sir Rod Eddington, December 2006. The case for action: advice to Government, p33. The Eddington Transport Study.
http://www.hm-treasury.gov.uk/media/39A/41/eddington_execsum11206.pdf
5. Alan Storkey, 2005. A Motorway-Based National Coach System. Available from [email protected]
6. ibid.
7. Derived from David Jamieson, transport minister, 8th July 2004. Parliamentary Answer, Hansard column 786W.
http://www.parliament.the-stationery-office.co.uk/pa/cm200304/cmhansrd/vo040708/text/40708w05.htm
8. Alan Storkey, ibid.