El expresidente del Gobierno español José María Aznar ha asegurado este viernes, según Europa Press, que «no vale jugar a una cosa en Libia y a la contraria en Cuba» porque el «valor de la libertad es universal» y, por lo tanto, no se puede ejercer «a beneficio de inventario» o por «conveniencia». Sin sonrojarse, […]
El expresidente del Gobierno español José María Aznar ha asegurado este viernes, según Europa Press, que «no vale jugar a una cosa en Libia y a la contraria en Cuba» porque el «valor de la libertad es universal» y, por lo tanto, no se puede ejercer «a beneficio de inventario» o por «conveniencia».
Sin sonrojarse, le ha pedido a Occidente que invada a Cuba, en nombre de la «libertad» y la defensa de los civiles inocentes (¡!).
Este pequeño genocida, que acompañó a George W. Bush en sus campañas de guerra, torturas, secuestros y vuelos secretos, y ganó el merecido sobrenombre de führercito, dijo semejantes barbaridades en un acto en Torrejón de Ardoz (Madrid), en el que ha coincidido con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.
Aznar explicó su teoría de por qué la Isla se merece una correspondiente cuota de bombas: necesita libertad, que «no es un privilegio de unos pocos» sino que es «un derecho que tiene todo el mundo».
Dijo que los libios tienen «el mismo derecho a la libertad que los cubanos» y las vidas de los ciudadanos de ambos países hay que protegerlas de igual modo -con bombas, le faltó añadir. Y añadió este galimatías, digno de su General en Jefe Bush: «La libertad de los que quieren ser libres en un país es la misma de los que quieren ser libres en otro país. Las vidas que tienen que ser protegidas en un país son las mismas que tienen que ser protegidas en otro país.»
Aunque no mencionó a Iraq, país todavía ocupado por EEUU gracias a sus esfuerzos, ha indicado que cuando se tiene que tomar la «difícil» decisión de intervenir en un país, tiene que hacerse «para que puedan evitarse males mayores».
Eso sí, ha subrayado que también hay que decir «cuáles son las consecuencias de no actuar con toda la decisión y determinación» porque cuando se habla de proteger vidas civiles, ha proseguido, lo que no se puede hacer es una política que permita seguir en el poder a aquellos que «amenazan la libertad de esos civiles».
Finalmente, y en referencia a la intervención de la coalición imperial en Libia, ha asegurado que en este momento hay «muchas cosas que dependen del acierto de mucha gente». «Yo deseo que se produzca ese acierto», ha apostillado.
Aznar olvidó recordar, por cierto, que él abrió las puertas de Europa a Muamar el Gadafi, quien hasta las revueltas en el Medio Oriente, era su amigo. El führercito visitó Trípolí en 2003. Gadafi le regaló un caballo de raza árabe al que le dieron el nombre de «El rayo del líder». Además de fascista, el español es un hipócrita traidorzuelo.
Mal rayo lo parta, al animal, y no al pobre equino que se le ve en la foto bastante azorado.
El presidente libio, Muamar El Gadafi, regaló un caballo de raza árabe a José María Aznar durante su visita a Trípoli el 18 de septiembre de 2003. El animal se llamaba El rayo del líder. Foto: EFE