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Falleció el pasado 10 de septiembre el gran poeta gallego Manuel María

Breve noticia de un poeta gallego y universal

Fuentes: Cádiz Rebelde

El pasado10 de septiembre fue enterrado en su villa natal el gran poeta gallego Manuel María. Se llamaba Manuel María Fernández Teijeiro, pero todos lo conocían como Manuel María, nombre con el que firmó todos sus libros. Es una de las voces poéticas más representativas de las generaciones de posguerra, y una de las más […]

El pasado10 de septiembre fue enterrado en su villa natal el gran poeta gallego Manuel María. Se llamaba Manuel María Fernández Teijeiro, pero todos lo conocían como Manuel María, nombre con el que firmó todos sus libros. Es una de las voces poéticas más representativas de las generaciones de posguerra, y una de las más fecundas, pues ensayó los registros más variados: la poesía social, la poesía existencial, la paisajística, la de escarnio, la imprecatoria-religiosa… Nace en la pequeña villa de Outeiro de Rei, a ocho kilómetros de la capital lucense, el mayor de cuatro hermanos en una familia de labradores. Estudia el bachillerato en Lugo, bajo la protección de un tío paterno clérigo y maestro de escuela, y allí toma contacto con los miembros de la tertulia del Café Méndez Núñez: Anxel Fole, Piñeiro, Anxel Xohán….., todos ellos destacados literatos galleguistas, y se fortalece su interés por la literatura gallega, que ya había despertado en él su maestro de Rábade y su criado familiar, de nombre Paderna, que hablaba en verso espontáneamente.

Su estancia en Compostela durante el servicio militar le permite entablar relación con los galleguistas compostelanos y con los miembros de la Generación Nós, si bien, como él mismo confiesa, fue el trato con el pintor Maside lo que más poderosamente influyó en su formación. Obtiene más tarde el título de Procurador de los Tribunales, profesión que ejerce en Monforte de Lemos desde el año 1958. En los años sesenta participa activamente en los primeros intentos de organización política a nivel gallego, afiliándose más tarde a la Unión do Pobo Galego (UPG) y a las diferentes organizaciones del Movimiento Nacional-Popular Galego (MNPG). Desde este momento compagina su actividad profesional y política con la literaria, publicando hasta 47 libros de poemas, en España, Lisboa, Montevideo y Ginebra, además de teatro, ensayos, conferencias y estudios críticos. Sus poemas fueron traducidos a nueve idiomas, desde el bretón hasta el húngaro, siendo especialmente importante la difusión de su obra en Portugal.
La personalidad literaria de Manuel María aparece marcada por tres notas principales: inaugura como primera voz inédita la literatura gallega de posguerra; es el escritor contemporáneo de mayor producción literaria, y de su generación, el que mostró una mayor fidelidad a su idioma propio. Su personalidad humana se caracteriza por su bonhomía, generosidad, elegancia y amor incondicional a su tierra, a su gente y a su lengua materna.
Ya enfermo, En el año 2003, fue nombrado académico de la Real Academia Gallega de la Lengua , leyendo su discurso de ingreso ante los suyos en Villalba. Admirado por todos murió en La Coruña, donde había residido los últimos años, siempre junto a su fiel compañera Saleta. Su cadáver fue expuesto en el Panteón de Gallegos Ilustres de Santiago de Compostela, donde recibió el homenaje de numerosos amigos, admiradores y personalidades de la vida cultural y política gallega, de toda condición e ideología .
Pero, respetando su voluntad, fue enterrado en su villa natal de Outeiro de Rei, cerca del Miño, acompañado por los suyos.
Para finalizar, os recomiendo la lectura de sus libros, si queréis conocer Galicia, la tierra de los mil ríos. Su obra poética completa la publica la Editorial Espiral Maior (OPERA OMNIA), cuyas direcciones son:
Correo electrónico: [email protected]
Teléfono y fax: 981 17 10 78
Dirección postal: Avenida Xeneral Sanjurjo 148, 1º. 15006. A Coruña.


Proverbio da violencia

 
A violencia só agroma das letrinas
dos pozos mourísimos do odio,
dos cancros do resentimento
e mala leite.
A violencia
destrúe e asasina. Precisa sempre
xenreira, brutalidade e sangue
pra estender os seus pasos
terríbeis polo mundo, a súa cega
existencia: pranto e morte.
¿Quén saberá a sinrazón da violencia,
nai da destrucción e da inxustiza?
¿Por qué estraño destino a palabra
V-I-O-L-E-N-C-I-A
tan voraz, feroz e destructiva
se semella a violeta, viola e violín?
 
Do libro «Compendio de orballos e incertezas» (1991)
 


Telegrama a un Excelentísimo Señor

 
Eu quixera sorrirlle docemente
como sorrí a rosa cando nace.
Mais cecais Vosa Excelencia,
que sempre anda de tempo tan tasado,
non pode dispoñer dun intre,
dun intre pequeniño para ollarme.
E non insisto máis, porque ben sei
Que o seu tempo, Excelencia, vale cartos.
 
Do libro «Documentos persoais» (1958



Testamento


Enterrádeme en Outeiro
que quero escoitar o Miño
co seu paso silandeiro
nos prados de Xuncaíño.

Quero sentir a túa verba,
¡ouh miña amada xentil!,
ollar como nace a herba
e oir ao cuco en abril.

Quero escoitar as campás
da miña aldea natal,
tan compañeiras e humás
¡que fan falar ao metal!

E quero ouvir dende a cova
aos veciños e aos amigos,
contemplar a lúa nova
e ollar espigar os trigos.

Quero ser como o abeneiro
fidel a unha só corrente.
¡Pido un lugar en Outeiro
na campa da miña xente!

Do libro «Escolma de poetas de Outeiro de Rei (1982)



Morte


Sospeito que morrer é
desterrar soidades,
borrar lembranzas,
prescindir da paixón,
afogar melancolías,
alonxar para sempre
fantasías, ensoños,
medos, latexos,
fechar pesadamente
os ollos e quedar
inmóbel, frío,
branco e translúcido:
perfecto como a neve.

De «Oráculos para cavaliños do demo» (1986)


Canto á colonización


Os colonizadores
son unhos señores
moi agudos,
coraxudos,
teimudos,
valentes
deica os dentes
que reforman,
transforman,
conforman
segundo o seu dereito,
proveito
e dictados
aos colonizados.
Zúganlles o suor,
a dor,
a riqueza,
a pobreza,
a enxebreza.
Amósanlles a despreciar,
a segar,
a rabenar,
a arrincar,
a matar,
a enterrar,
a borrar
a súa cultura,
súa e pura;
a esquecer
a propia fala
facéndolles ver
e comprender
que é bruta e mala.

Só o colonizador
é superior:

o mellor

do mellor.


O colonizado
é explotado,
rebaixado,
discriminado,
asoballado,
exterminado.
O colonizado
comeza despreciando,
anoxando,
renegando
da súa terra,
de todo o que ela encerra.
E remata caendo no abismo
do auto-odio a si mismo.

De «Cantos rodados para alleados e colonizados» (1976)