Cuando de Cuba se trata, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, no puede reprimir una obsesión insana que le nubla el entendimiento. El deseo de presentar a la principal isla caribeña como un «país villano» hace que la Casa Blanca actual pierda la perspectiva y utilice burdas manipulaciones. La más reciente, consistente en […]
Cuando de Cuba se trata, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, no puede reprimir una obsesión insana que le nubla el entendimiento. El deseo de presentar a la principal isla caribeña como un «país villano» hace que la Casa Blanca actual pierda la perspectiva y utilice burdas manipulaciones. La más reciente, consistente en manipular unas declaraciones del presidente cubano Fidel Castro fue descrita por el periódico Los Angeles Times, que no puede ser acusado de sentir simpatía alguna por la isla vecina.
Durante un reciente discurso electoral en un hotel de Tampa, Florida, el inquilino de la Casa Blanca afirmó, sin que le temblara la voz, que Castro promueve el turismo sexual en Cuba. Bush no titubeó en citar al líder cubano en el sentido de que «Cuba tiene las prostitutas mas limpias y educadas del mundo» y sacó la conclusión de que «el dictador acoge el turismo sexual».
Cuando la prensa les preguntó la fuente empleada por el ejecutivo, funcionarios de la Casa Blanca indicaron que se trataba de una tesis escrita en 2001 por un estudiante en el sitio web de la Asociación para el Estudio de la Economía Cubana. En ese momento, el joven, ahora matriculado en la Escuela de Derecho de la Universidad de Vanderbilt, estudiaba en el Darmouth College y ganó el premio de la Asociación a la mejor tesis de un estudiante aquel año.
Los Angeles Times señaló que el alumno no recuerda la fuente que utilizó y no puede explicar porque no puso la nota al pie de la página, aunque sí recuerda que se trata de un comentario hecho por Castro en 1992. Lo único que está claro para el estudiante es que el discurso de Bush manipuló el contenido, mientras defendió que el significado que daba el líder cubano a su idea estaba claro en su tesis. «Demuestra que ellos (los funcionarios de la Casa Blanca) no leyeron mucho del artículo», explicó a Los Angeles Times el joven, quien hizo estudios de campo en la Isla.
En 1991 hubo un incremento de las prostitutas en Cuba después del derrumbe de la Unión Soviética, en 1991, pero la Revolución, que la había prohibido en 1959, tenía pocos recursos entonces para combatir el fenómeno. Pronto, hacia 1996, -precisó el estudiante- las autoridades de la isla caribeña tomaron medidas para enfrentar esa práctica y aunque todavía existen las prostitutas, son menos visibles y es inexacto decir que el gobierno la auspicia. Aunque Castro dijo lo que dijo, según el joven, no estaba alardeando de que las prostitutas cubanas son «trabajadoras sexuales» sino de defender a la Revolución de propaganda negativa.
«Castro solamente trataba de subrayar algunos de los éxitos de la Revolución al decir que «hasta nuestras prostitutas son educadas» y de ninguna manera promoviendo las oportunidades de turismo sexual en la isla», aclaró.
Funcionarios de la Casa Blanca reconocieron al diario californiano que no habían revisado otras fuentes que la tesis del estudiante para el discurso del presidente en Tampa. La portavoz de la Casa Blanca, Clarie Buchan, trató de arreglar el pastel y pretextó que había otras dos referencias, aunque el propio Los Angeles Times admitió que en ninguno el contexto era de promoción al turismo sexual. Incluso un funcionario del Departamento de Estado apuntó al periódico que el material sobre Cuba fue añadido con premura, apenas un día antes, lo que solo dio tiempo a encontrar la tesis del estudiante. En realidad, admitió, lo que dijo Castro (en una sesión del parlamento en julio de 1992) fue que «hay prostitutas, pero la prostitución no es permitida en nuestro país». «No hay mujeres forzadas a venderse a sí mismas a un hombre, a un extranjero, a un turista. Quienes lo hacen, lo hacen por su propia cuenta, voluntariamente», expresó el líder cubano. «Podemos decir que esas prostitutas tienen una alta educación y son muy saludables, porque somos el país con el más bajo número de casos de SIDA», agregó el presidente cubano.
El joven se mostró molesto por la manipulación que hizo la mansión ejecutiva de su proyecto y afirmó que era «descorazonador ver partes de la investigación distorsionadas, sacadas de contexto y usadas para apoyar conclusiones que son contrarias a la verdad».
Una experta en temas cubanos dijo que una cosa era que un estudiante incluya una cita sin nota al pie en una tesis y otra que la Casa Blanca incluya una en un discurso presidencial. Julia Sweig, del Consejo para Relaciones Exteriores, indicó que «resulta extremadamente sucio y muestra que cuando se trata de la política hacia Cuba, ellos (en el equipo presidencial) están dispuestos a cualquier truco».
Se trata, opinó, de una respuesta a las demandas de los grupos fundamentalistas de origen cubano en la Florida para que les cumpla la promesa de derrocar a la Revolución Cubana. Esos elementos, que La Habana llama «Mafia de Miami», contribuyeron a que Bush lograra la presidencia hace cuatro años con un fraude electoral y ahora condicionan ese apoyo a un endurecimiento del trato a la Isla. Bush introdujo el 30 de junio pasado un paquete de medidas que han tenido un «efecto bumerán» porque muchos cubanos residentes en Estados Unidos lo califican de castigo, al restringir los contactos con sus familas.
Es obvio, para Sweig y muchos otros analistas, que las observaciones de Bush sobre el turismo sexual sólo eran un esfuerzo para recuperar el terreno perdido con la extrema derecha de origen cubano.