VIVIR DEL CUENTO Elizardo Sánchez Santa Cruz hace malabares políticos de todo tipo para mantener su deleznable status dentro de la contrarrevolución interna en Cuba. No le importa por ello, para hacerse de unos pocos dólares con los que el Norte paga a su traición, fabricar largas listas de «perseguidos políticos», inventar actos represivos […]
VIVIR DEL CUENTO
Elizardo Sánchez Santa Cruz hace malabares políticos de todo tipo para mantener su deleznable status dentro de la contrarrevolución interna en Cuba. No le importa por ello, para hacerse de unos pocos dólares con los que el Norte paga a su traición, fabricar largas listas de «perseguidos políticos», inventar actos represivos en contra de supuestos e inexistentes ciudadanos, sobredimensionar a delincuentes comunes con falsas aureolas de «presos de conciencia», así como convertirse en detractor de oficio y contumaz mentiroso. Luego, desde su cómoda casa situada en avenida 21 Nro. 3414, entre 30 y 34, en el municipio capitalino de Playa, en Ciudad de la Habana, donde radican las oficinas de la fulera Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, se dedica a fabricar informes que falsariamente documentan un inexistente clima de violencia y represión en Cuba. Más, sin embargo, tal vez enceguecido por los tragos y la digestión de las opíparas comidas que disfruta en el lobby del Hotel Riviera y en caros restaurantes y paladares de la Habana, al igual que por sus turbias ambiciones de dinero inmerecido, ni tan siquiera se molesta en verificar las denuncias que divulgará ante aquellos que pugnan por mantener la más detestable campaña ideológica anticubana en el exterior.
LAS MENTIRAS DE ELIZARDO SE VUELVEN CONTRA ÉL Y SUS PADRINOS.
Preocupado por su pérdida de imagen debido a sus coqueteos con la seguridad cubana, debido también a su vida llena de banalidades y oportunismo enfebrecido, Elizardo nuevamente ha sido puesto en el mayor de los ridículos. Resulta que sus abultadas listas de «perseguidos políticos» incluyeron a personas inexistentes, por un lado, o involucraron a individuos que ni viven en Cuba o ya han fallecido en otros lugares del mundo, por otra parte. Con la magia y turbia manipulación del falsario, no dudó en describir la participación de estas figuras y personas en hechos de supuesta persecución política, tildándolos como víctimas del «feroz régimen represivo» existente en la Isla. Es por ello que su credibilidad no engaña a incautos, pues no son incautos quienes emplean sus informes. Sus informes convienen a quienes atacan a Cuba y se emplean con esa finalidad por todo el andamiaje anticubano mantenido por Estados Unidos, los voceros de su Departamento de Estado , y organizaciones tales como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Human Rights Watch, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Amnistía Internacional (AI), Reporteros sin Fronteras (RSF), así como los partidos europeos de ultraderecha y los mafiosos terroristas radicados en La Florida. En este vasto complot mediático, a sabiendas de su dudosa veracidad, participan muchos medios de prensa y agencias internacionales como el diario español el País, CNN, Radio y TV Martí, El Nuevo Herald, El Diario de las Américas, la Agencia France Press (AFP), incluyendo también en este enredo de maquinaciones a encumbrados diarios norteamericanos y a la mendaz blogosfera anticubana radicada en Miami, España y dentro de la Isla. Baste destacar que las mentiras de Elizardo, contenidas en un informe de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, fueron rebotadas en más de 2000 periódicos, canales de televisión y sitios de Internet, tan solo en el mes de septiembre pasado.
Tal complicidad con un mentiroso y falsario los hizo a todos caer en su propia trampa y en los riesgos emanados de la quimérica trama mediática. Ningún medio de comunicación, ni sitio, ni organización internacional, se dedicó a corroborar la veracidad de su desprestigiada fuente. Primó, sobre todo, el odio a Cuba más que el apego a la verdad. De tal forma, ilusamente, publicaron fraudulentas denuncias encajonadas en una larga lista de supuestos detenidos políticos, las que involucraron a futbolistas y voleibolistas foráneos, profesores universitarios de otras nacionalidades, así como a ilustres figuras del arte universal cuyo desempeño vivencial y artístico tuvo lugar en los siglos XVIII y XIX, quienes ignoraron que se les había usado para tan detestable fin. Asimismo la mentira, como piedra rodando por la ladera de una montaña, fue rodando y rodando por el mundo, para alimentar la guerra ideológica contra Cuba.
No me imagino yo la cara que hubiera puesto el ilustre pintor español Antonio Palomino y de Castro (1655-1726), al saberse involucrado en la lista de las 2 221 personas quienes, según Elizardo, han sido últimamente detenidas en Cuba. Tal absurdo le hubiera hecho exclamar más de una blasfemia contra el mentiroso Elizardo y sus secuaces portavoces. Por su parte, Dionisio Alcalá Galiano (1760-1805), científico y brigadier de la Real Armada española, hubiera blandido su sable, indignado, por verse involucrado dentro de la escoria contrarrevolucionaria que lanza diatribas contra su propio pueblo y se hace mercenaria a cambio de oprobioso dinero. También Ángel Ferrant Bustamante, escultor español de la primera mitad del siglo XX, fue «detenido», junto a Dionisio Alcalá Galiano y Antonio Palomino y de Castro, el pasado 27 de abril del presente año.
Las mentiras de Elizardo le llevaron a meter la pata varias veces, al involucrar igualmente como detenidos por la «represión» en Cuba a supuestos opositores cuyas identidades fueron inventadas o que, de existir, no participan en actividades antigubernamentales, como son los casos de Raúl Barthelemy Carrero, Marisol Fernández, Ernesto García, Guillermo Mora, falsamente implicados en una detención el día 23 de febrero del presente año en Manatí, provincia Las Tunas. Otra de sus invenciones sobre supuesta represión involucró, el pasado 13 de abril de 2011 a Boris Iván Pérez, Carlos Alberto Garrido, Sebastián Ignacio Silva y Francisco Javier Sánchez, en Remedios, oriundos de Villa Clara, quienes, en realidad, son integrantes del once futbolístico «Audaz Club Sportivo Italiano», perteneciente a la liga chilena. Baste destacar que Sebastián Ignacio Silva Pérez, el supuesto detenido, nació el 16 de julio de 1991, ocupando la posición de defensa dentro de su equipo. Por su parte, por citar otro ejemplo, Boris Iván Pérez Ulloa, también miembro de este club, nació el 7 de junio de 1989 y ocupa la posición de arquero. Estos son dos de los «detenidos» por la seguridad cubana, según Elizardo (Camaján) Sánchez Santa Cruz, quien se esmera por recibir el dinero de sus promotores, particularmente la Fundación Hispano Cubana, quien le entrega cerca de 20 000 euros anuales, una mayoría de los cuales se apropia para pagar su licenciosa vida.
Otra mentira difundida por la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional fue la detención de Jessica Rojas Aquino, Denisis Guardado Flores, Elaini Villavicencio Peña y Rosa Morales Román, en realidad una vez integrantes de un equipo femenino de voleibol del Perú a finales de los años 90, el 18 de abril de este año, en Boyeros, La Habana. Lo más ridículo y absurdo del informe de la CCDHRN es que tilda a Lili Lama Agurto, quien fue integrante del mismo seleccionado, como supuesta agente del G-2 cubano, infiltrada dentro de este grupo. Lama Agurto, como puede comprobarse en Perú, nació el 9 de diciembre de 1985 y perteneció al club deportivo UNP.
No contento con sus ridículos papelazos, el 20 de julio pasado, Elizardo reportó la detención de varios «bibliotecarios independientes», entre los que incluyó a Evaristo González Silva, profesor universitario y miembro del Consejo Publicitario de Argentina; a Juan Carlos Molleda, catedrático e investigador de Relaciones Públicas en la Facultad de Periodismo y Comunicaciones de la Universidad de Florida y a Román Pérez Senac, presidente de la Asociación Uruguaya de Relaciones Públicas. Su continuado fraude de denuncias le llevó al día siguiente, 21 de julio, a reportar la detención de Luis Alberto Moreno, ex embajador de Colombia en Estados Unidos durante el mandato del ex presidente Andrés Pastrana, a quien endilgó la condición de miembro del Partido pro Derechos Humanos en La Habana; junto con José María Adriazola, presidente de la Federación española de Atletismo y Juan Carlos Higueros, atleta español de mil 500 metros, ganador en Estocolmo 2011 en la carrera de 3 000 metros.
Pero si de mentiroso se trata en cuanto la fabricación de listados falsos, Elizardo es adictivo a hacer declaraciones públicas en cualquier medio de prensa escrita y televisiva, recurriendo a la misma verborrea repetitiva en su discurso político. En esos escenarios encuentra un contexto eficaz para mentir y lanzar falacias sobre la realidad cubana, tal como hizo en una entrevista en CNN en abril pasado, en que prácticamente aprobó la descarada liberación de cargos contra Luis Posada Carriles en marzo pasado.
Elizardo pasará a la historia, o será ignorado por ella, como lo han sido aquellos Judas y traidores a su pueblo, capaces de vender su alma y su conciencia al mejor postor. Para sus amos, a pesar de saberlo falsario, es útil. Todo es cuestión de conveniencias.
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