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China ayuda al Sahel a contener la desertificación

Fuentes: Rebelión

 La región del Sahel se extiende desde Mauritania hasta Sudán, al sur del desierto del Sahara, es muy árida y  eso causa de frecuentes hambrunas en la población africana, que a partir del Sahel es de raza negra. «El Sahel es el objetivo final», afirmó Wang Yongdong, ingeniero sénior del instituto con sede en Xinjiang. «No solo proteger el medio ambiente, sino también apoyar el desarrollo económico y social local».

Además de construir la zona piloto de demostración, China ha capacitado a 45 técnicos locales en tecnologías ecológicas y ha creado 120 empleos para la comunidad local.

En una entrevista reciente con Xinhua el ministro de Medio Ambiente de Mauritania, Messouda Baham Mohamed Laghdaf, calificó el parque como «una revolución verde en ciernes» y describió a China como un socio «irreemplazable».

A pesar de desafíos como las barreras lingüísticas, los enfoques divergentes y la falta de planificación a largo plazo, los científicos chinos mantienen su compromiso de ampliar el alcance de sus esfuerzos.

Planean continuar el monitoreo. Tras una extensa investigación y pruebas, los científicos chinos implementaron una serie de medidas efectivas para revertir la situación. Introdujeron una diversa gama de especies vegetales de China, instalaron barreras de arena con forma de tablero de ajedrez de paja y aplicaron tecnologías de riego locales que ahorran agua.

Institutos de investigación y empresas chinas han introducido tecnologías inteligentes como robots agrícolas, drones y sistemas de bloqueo de arena alimentados por paneles solares para ayudar a aumentar la eficiencia.

Estos enfoques se basan en la amplia experiencia de China en la lucha contra la desertificación. Como uno de los países más gravemente afectados del mundo, China tiene 2,57 millones de kilómetros cuadrados de tierra, aproximadamente el 26,8 % de su superficie total, afectada por la desertificación.

Xinjiang ha estado durante mucho tiempo a la vanguardia de la lucha de China contra la desertificación. Hogar del desierto de Taklimakán, el desierto flotante más grande de China y el segundo más grande del mundo, la región ha visto a las comunidades cercanas lidiar con frecuentes tormentas de viento y arena.

Captó la atención mundial el pasado noviembre cuando China completó un cinturón verde de 3.046 km de árboles y tecnologías de bloqueo de arena, rodeando completamente el desierto.

En las últimas décadas, China ha ampliado sus áreas de forestación a una franja de de varios kilómetros de ancho.

La tecnología china contra la desertificación podría ser útil a Venezuela en esa área semidesértica que va desde Coro a la Costa oriental del Lago de Maracaibo.  Si esa área fuese reforestada cambiaría sensiblemente las temperaturas infernales de Maracaibo, pues los vientos alisios que soplan desde el noreste bajarían sensiblemente de temperatura si atravesasen  una zona boscosa.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.