Desbordando todas las previsiones iniciales, 100 personas nos reunimos en La Marineta en el acto que servía de inicio de la 8ª edición del Ciclo de Cine Cubano en Mollet. La tarde comenzaba con la proyección del documental «La democracia en Cuba», en el que durante unos 30 min. D. Ricardo Alarcón, doctorado en Filosofía […]
Desbordando todas las previsiones iniciales, 100 personas nos reunimos en La Marineta en el acto que servía de inicio de la 8ª edición del Ciclo de Cine Cubano en Mollet.
La tarde comenzaba con la proyección del documental «La democracia en Cuba», en el que durante unos 30 min. D. Ricardo Alarcón, doctorado en Filosofía y Letras, escritor y Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba desde 1993 a 2013, daba una clase magistral sobre el sistema electoral cubano y sus características y lo comparaba con el de Estados Unidos.
Alarcón destaca que en Estados Unidos siempre se celebran las elecciones en día laborable, dificultando que los trabajadores puedan participar o como un simple cambio de residencia en el mismo país imposibilita que un ciudadano estadounidense pueda participar del proceso electoral.
En cambio, en lo referente al sistema electoral cubano, el expresidente explica como este tiene su origen desde abajo y el más cercano: la familia, el barrio. Los candidatos son elegidos por sus propios vecinos y vecinas, son auténticos representantes ya que son conocidos por aquellos que los han de votar y la campaña electoral consta de la biografía de los candidatos colgada en los puntos neurálgicos del barrio, lejos de las costosas campañas electorales que pueden tener los procesos electorales en Estados Unidos o Europa.
Posteriormente, para ampliar lo escuchado en el documental, contamos con la presencia del compañero Gustavo de la Torre, nacido en Cuba, residente en nuestro país desde 2008 y miembro de la Asociación de Cubanos de Cataluña José Martí.
De la Torre, ante el enorme interés y preguntas de los asistentes, dio su punto de vista sobre el sistema democrático cubano. Explicó como los delegados elegidos por el pueblo deben rendir cuentas regularmente ante los votantes y como estos pueden ser revocados en cualquier momento. Estos no perciben sueldo superior al que recibían haciendo su función laboral y ésta la retoman una vez dejan su cargo público.
Indicaba que el gobierno cubano siempre ha tenido como prioridad la formación cultural del pueblo para que éste pudiera tener una participación activa en el proceso político y democrático de la isla, lo que demuestra la alta participación en los comicios llegando a un 97%.
En el Parlamento cubano se pueden encontrar entre los diputados los orígenes laborales más dispares como obreros, agricultores, profesores, médicos, científicos, etc.
Ante la intervención de un asistente que afirmaba que Cuba tiene el sistema más democrático del mundo, Gustavo de la Torre indicaba modestamente que «como cubano no presumo de que tenemos el sistema más democrático, habrá cosas que mejorar, pero si puedo afirmar que tenemos el sistema más justo y participativo».