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Ciclo de movilizaciones y ciclo político en España

Fuentes: Rebelión

A efectos del análisis que se pretende desarrollar en este artículo vamos a diferenciar dos ciclos de movilizaciones sociales, a la vez que políticos. Cada uno de ellos, a su vez, con dos etapas. Las intensas movilizaciones sociales son la respuesta a la agravación de la crisis capitalista iniciada en septiembre 2008 y sus severas […]

A efectos del análisis que se pretende desarrollar en este artículo vamos a diferenciar dos ciclos de movilizaciones sociales, a la vez que políticos. Cada uno de ellos, a su vez, con dos etapas. Las intensas movilizaciones sociales son la respuesta a la agravación de la crisis capitalista iniciada en septiembre 2008 y sus severas repercusiones sobre las clases populares en el Estado español, consecuencia de los esfuerzos de la burguesía por recomponer las tasas de beneficios a expensas de dichas clases populares, aprovechando igualmente la crisis para disciplinar la fuerza de trabajo y desmantelar gran parte de las conquistas sociales. Pero es imposible desligar las políticas aplicadas y las respuestas movilizadoras de los ciclos políticos de estos años porque la correlación de fuerzas expresa en el poder político la capacidad para imponer el programa de las clases dominantes o de las clases populares.

Primer ciclo político y de movilizaciones

Este ciclo se desarrolló entre el inicio de la crisis y la eclosión del 15-M, lo que políticamente vino a coincidir con el final de la etapa del gobierno socialista de Zapatero. Efectivamente la primera gran acción que dio nacimiento al movimiento de los indignados en mayo de 2011 coincidió prácticamente en el tiempo con el cambio de ciclo político representado con la derrota del PSOE en las elecciones municipales y regionales a favor del PP.

Este primer ciclo atravesó dos grandes etapas distintas, divididas por las diferentes políticas aplicadas por el gobierno socialista. En la primera etapa la política del gobierno Zapatero está orientada por políticas de estímulo económico, y no se plantea ningún recorte a los derechos y prestaciones sociales que conforman en el Estado de Bienestar; en la segunda etapa esa orientación cambia, en un giro claramente neoliberal, y se producen decisiones referentes al recorte de prestaciones sociales y derechos laborales.

Ambas están caracterizadas por la intensa destrucción de empleo. En estas circunstancias de aumento espectacular de los despidos y cierres de empresas y, consecuentemente, de aumento del número de parados, la protesta social estuvo encabezada prácticamente en exclusiva por los sindicatos. La primera protesta masiva tiene lugar con ocasión de una acción concertada por la CES para toda Europa y saca a las calles de Madrid a 150.000 manifestantes el 15 de mayo de 2009. La semana siguiente se realiza la primera huelga general convocada por los sindicatos nacionalistas en Euskadi.

Un mes más tarde, en junio, se celebran las primeras elecciones bajo la sombra de la crisis, las del Parlamento europeo. En un análisis realizado con ocasión de aquellos comicios se hacían unos comentarios que siguen siendo válidos en estos momentos, a las puertas de unas nuevas elecciones europeas, y que citaremos un poco extensamente:

«Celebradas en medio de una crisis profunda del capitalismo, precedidas por unos meses en que parecía que despegaba la contestación social, estas elecciones cobraron para la izquierda, especialmente la más claramente antisistémica, un atractivo diferente. Se contemplaban como un test donde comprobar cuál había sido el efecto de la crisis y las movilizaciones en las conciencias de los trabajadores europeos, también como una oportunidad para dejar de ser organizaciones marginales y alcanzar alguna influencia en la previsible larga trayectoria de la crisis. Posiblemente su cálculo fue el de que podría aprovechar el malestar expresado en huelgas generales y grandes manifestaciones – no solamente de carácter laboral, sino de un contenido más amplio como las que tuvieron lugar en Grecia, contra el G-20 en Londres, contra la reunión de la OTAN en Estrasburgo, a favor de la causa Palestina en toda Europa – para conseguir una velocidad crítica que la hiciese despegar; que podría traducir en votos, y por tanto en posiciones de poder, el malestar de la crisis.

La expectativa más importante a nivel europeo la levantaba la creación del Nuevo Partido Anticapitalista en Francia, a partir del núcleo de la vieja LCR y apoyándose en el tirón mediático que había alcanzado su líder Olivier Besancenot.

Nada nuevo por otra parte, es en coyunturas de este tipo cuando partidos nuevos, o viejos partidos marginados, intentan crearse un espacio en el difícil escenario de la representación institucional, normalmente monopolizado por el sistema de partidos vigentes en una coyuntura histórica dada. La dificultad puede ser mayor para un partido de izquierda antisistema, pero existe para todo nuevo aspirante.«

Haciendo las pertinentes actualizaciones a este párrafo podría expresar perfectamente la situación de una parte de la izquierda y de los movimientos sociales en España de cara a las elecciones europeas de 2014.

Los resultados de aquellas elecciones europeas no fueron en absoluto favorables a la izquierda:

«Cualquier ángulo que se elija para una lectura de las elecciones europeas arroja un resultado nada positivo para la izquierda. Globalmente el Partido Popular Europeo mantiene su liderazgo y aumenta su distancia con el Partido de los Socialistas Europeos. Les siguen los liberales que retroceden un poco y, luego, los verdes que experimentan un importante avance, sobretodo por sus resultados en Francia, y también en Dinamarca.

El retroceso socialista ha sido fuerte en el Reino Unido y Francia, pero también han retrocedido en Austria, Dinamarca, Holanda, Hungría, España o Portugal (…) Otro aspecto destacado en las elecciones ha sido el avance de los partidos de extrema derecha gracias a sus resultados en Holanda, Hungría, Eslovaquia, Finlandia, Austria o Gran Bretaña. A este heterogéneo grupo de formaciones se le llega a adjudicar hasta una quinta parte del Parlamento Europeo (más de 120 eurodiputados).

A la izquierda de la socialdemocracia se han producido, en algunos casos, ligeros avances (…) en España donde Izquierda Unida (cuyo núcleo es el PCE) ha retrocedido del 4,1% al 3,7% manteniendo sus dos eurodiputados, y las candidaturas a su izquierda han obtenido en conjunto cerca del 1,5% gracias al apoyo de los votos de la izquierda abertzale del País Vasco a una de ellas, sin el cual su apoyo es realmente insignificante.

(…) en los resultados de los partidos a la izquierda de la socialdemocracia se pueden distinguir dos situaciones. De un lado, la de los supervivientes partidos comunistas que, en solitario o a través de las alianzas que han forjado mantienen con altibajos su posición minoritaria. De otro, los intentos de la izquierda más radical por salir de su ostracismo aprovechando las movilizaciones sociales, su banderín de enganche, el NPA francés, a pesar de su nada despreciable 4,9% no ha conseguido ni un solo diputado, el resultado de este intento solo puede calificarse de fracaso sin paliativos« i

Bien es cierto que aún no había comenzado el ciclo de protestas intensas – con la excepción de Grecia – que más tarde recorrería el sur de Europa.

En 2010 el gobierno de Zapatero empieza a tomar las primeras medidas dirigidas contra la clase trabajadora, de un lado decreta una reducción del 5% de los salarios de los funcionarios públicos y, de otro, se aprueba la primera de una serie de reformas laborales contra los derechos de los trabajadores. Ello genera una respuesta sindical en dos actos, de un lado, una huelga general de funcionarios a nivel estatal a principios de junio de 2010 que es un fracaso, y de otro lado, dos huelgas generales contra la reforma laboral, la primera en junio en Euskadi convocada por los sindicatos nacionalistas y otra en septiembre a nivel estatal.

La siguiente agresión social del gobierno socialista fue la reforma de las pensiones, a finales de 2010, pactada con UGT y CCOO, lo que dio lugar a una nueva huelga general convocada en Cataluña, Navarra, País Vasco y Galicia por los sindicatos nacionalistas y la CGT sin mucho éxito.

Mayo de 2011 es un mes clave en el desarrollo de la crisis en España, el gobierno Zapatero, bajo las presiones de Bruselas, profundiza el giro neoliberal a su política, nace el movimiento del 15-M, y se inicia el cambio de ciclo político con la derrota del PSOE a manos del PP en las elecciones municipales y regionales.

En este primer ciclo político y de movilizaciones las características principales son: el protagonismo indiscutible de los sindicatos en las protestas; la división sindical entre los sindicatos mayoritarios y los sindicatos nacionalistas y otros minoritarios más combativos; la incapacidad de estos últimos para conseguir éxitos importantes de movilización y para crecer y ser una alternativa a los mayoritarios, con la excepción de Euskadi y Galicia; la actitud ambigua de los mayoritarios en relación al gobierno socialista convocando una huelga contra la reforma laboral y luego pactando la reforma de las pensiones; el giro neoliberal del gobierno Zapatero y la derrota electoral del PSOE; y el estancamiento en un nivel bajo de la izquierda, IU retrocedió en las europeas y avanzó ligeramente en las municipales.

Segundo ciclo político y de movilizaciones

A partir de la mitad de 2011 podemos hablar del inicio de un segundo ciclo político y de movilizaciones en España que va a coincidir con el ciclo de gobierno conservador conseguido por la victoria electoral mayoritaria del PP. También en este caso se puede hablar de dos etapas, la primera cubriría los dos primeros años del gobierno Rajoy, caracterizada por un gran número de decisiones que continúan e intensifican las tomadas por la segunda etapa del gobierno Zapatero, es decir, buscando una salida de la crisis a costa de las clases populares con toda una batería de medidas de recortes de prestación y derechos.

En esta primera etapa la iniciativa de las movilizaciones empieza a ser compartida entre los sindicatos y el conjunto de movimientos sociales que se despliegan a partir del 15-M. Los sindicatos van a mantener el protagonismo en las grandes protestas como las dos huelgas generales convocadas contra el gobierno Rajoy o algunos otros conflictos sectoriales importantes como el de los mineros. Los indignados también consiguen movilizaciones espectaculares como la manifestación mundial del 15 de octubre de 2011, pero, sobretodo, fecundan toda una serie de movimientos sociales contra la ofensiva desatada por el gobierno Rajoy contra las clases populares, son las grandes movilizaciones contra los desahucios, o contra los recortes en la sanidad y en la educación que recorrerán todo el año 2012 y 2013 en una protesta llevada a cabo casi sin pausa durante esos dos años.

Ni las protestas sindicales del ciclo anterior, ni el nacimiento espectacular del 15-M cinco meses antes impidieron que en noviembre de 2011 se consumara el cambio de ciclo político con una victoria absoluta del PP. El único consuelo fue el avance importante de IU que pasó del 3,8% de 2008 al 6,9% de 2011. Aunque este resultado no compensaba el hundimiento del PSOE para contrarrestar el ascenso de la derecha, sin embargo sentaba las bases de lo que sería un crecimiento continuo de la federación de izquierdas durante la segunda etapa del ciclo de movilizaciones.

El gobierno conservador se estrena con toda una batería de medidas contra los trabajadores y los sectores populares que son respondidas por los sindicatos y los movimientos sociales: grandes manifestaciones en febrero y marzo de 2012 contra la nueva reforma laboral que preceden a la huelga general de finales de marzo. Importantes movilizaciones en mayo para celebrar el aniversario del 15-M. Concentración para rodear el Congreso y nueva huelga general en Euskadi a finales de septiembre. Y segunda huelga general contra el gobierno del PP el 14 de noviembre.

En 2013 no tiene lugar ninguna nueva huelga general, el conflicto social se centra sobretodo en las acciones de la plataforma contra los desahucios y las mareas verde y blanca contra las reformas, recortes y privatizaciones en la educación y la sanidad pública, sin olvidar otras menos espectaculares como los afectados por las preferentes de los bancos. El sector educativo se moviliza con diversas jornadas de huelga y dos huelgas generales en mayo de 2012 y octubre de 2013, mientras el sector sanitario mantiene una continua presión en la calle. Pero también a nivel sindical hay luchas importantes como la del servicio de limpieza de Madrid y la larga huelga de los trabajadores de Panrico de Barcelona.

Las luchas sociales y sindicales empiezan a dar algunas importantes victorias como la del servicio de limpieza de Madrid que evita los despidos previstos; la del barrio Gamonal de Burgos que consigue la paralización del proyecto de bulevard del ayuntamiento, al que se oponían; o la renuncia de la Comunidad de Madrid a la privatización de hospitales y centros de salud.

A nivel político también se producen en los dos años de gobierno conservador un cambio de ambiente en la opinión pública. Según las encuestas, el PP sufre un fuerte desgaste debido a toda la batería de medidas contra las clases populares implementadas desde el inicio del gobierno Rajoy, a las movilizaciones que contra ellas han tenido lugar, y a los casos de corrupción que salpican continuamente al PP alcanzando a todos sus niveles. El PSOE, por su parte, apenas mejora de sus resultados electorales de noviembre de 2011, en tanto que la principal beneficiada parece ser IU con un ascenso de intención de voto persistente que la sitúa en torno al 15%.

Esta primera etapa de movilizaciones ha venido a coincidir con la primera parte de la legislatura caracterizada por la práctica ausencia de elecciones, y, por tanto, no ha sido posible transformar los cambios de correlaciones de fuerzas en la calle en posiciones de poder institucional capaces de revertir las decisiones del gobierno conservador e implementar un programa favorable a las clases populares. Sin embargo, a partir de mayo de 2014 las elecciones europeas abren un ciclo electoral de año y medio y, justamente, este hecho puede que habrá la segunda etapa de este nuevo ciclo político y de movilizaciones.

Los síntomas de esta segunda etapa han empezado a aparecer a comienzos de 2014. De un lado, el PP se ha visto obligado a realizar dos retiradas importantes ante las movilizaciones populares, son las dos renuncias en Gamonal y la sanidad madrileña. En ambas ha pesado el cálculo del desgaste electoral que podría suponer el mantenimiento y agravación del conflicto. Igualmente se puede señalar el mismo motivo en la ralentización que se ha visto obligado a aplicar a su proyecto de reforma de ley del aborto ante la fuerte contestación encontrada.

Es evidente que las movilizaciones no tienen la misma eficacia en una etapa sin elecciones a la vista que en otra que abre un ciclo electoral. El gobierno ha aguantado los dos primeros años de movilizaciones porque no se sentía especialmente inquieto ante la ausencia de procesos electorales que le hiciesen perder posiciones de poder, también ha sustentado su estrategia en dos esperanzas, la de que el ciclo de movilizaciones se desgastase con el tiempo y el que apareciesen síntomas de mejora económica que vender a los ciudadanos. Pero mientras se materializan o no estas esperanzas, su política será reducir los motivos de movilizaciones en este ciclo electoral.

De otro lado los inicios de esta segunda etapa se hacen notar también en los movimientos sociales. Es con la cercanía del nuevo ciclo electoral que una parte de los movimientos sociales se plantean la batalla electoral para conseguir posiciones de poder y aparece la opción de Podemos.

Como decíamos en el extenso párrafo que citamos en la primera parte de este artículo, en todas las coyunturas electorales siempre aparecen nuevas opciones políticas que pretenden conseguir un espacio propio, y las elecciones europeas son un buen momento porque son las que más directamente transforman los votos en escaño. También vimos el magro resultado que en las anteriores elecciones consiguieron las candidaturas a la izquierda de IU. Pero ahora el fenómeno nuevo lo representa el que es una parte de los movimientos sociales el que se plantea levantar una candidatura propia para presentarse a las elecciones. No se plantea el apoyo a algunas de las opciones de izquierdas existentes, sino que pretende una representación autónoma.

En realidad es difícil analizar, por el momento, este movimiento electoral porque las incógnitas superan a la parte conocida. No está claro a que parte de los movimientos sociales representa más allá del hecho de recoger varias decenas de miles de firmas de apoyo, ni si el arrastre mediático de Pablo Iglesias será aceptado por todos los movimientos. No está claro cuál es el objetivo final que pretende, si consolidar una candidatura autónoma de los movimientos o hacer que estos se vean representados con fuerza en la candidatura de IU, ni tampoco si una opción u otra será secundada por sus actuales apoyos. No está claro su programa ni su política de alianzas, y en la escena internacional hay ejemplos muy dispares que van desde Evo y Correa a Beppe Grillo. No está claro, por tanto, si esta candidatura servirá para sumar más fuerzas en la izquierda o las dividirá.

Lo que está claro es que se ha abierto una segunda etapa de este segundo ciclo político y de movilizaciones en el que las iniciativas sociales son compartidas ahora entre los movimientos sociales y los sindicatos; en la que el PP es más sensible a las movilizaciones por su más inmediato impacto político; y en la que hay síntomas evidentes de desgaste del bipartidismo imperante hasta ahora con un ascenso de la izquierda, y en una coyuntura en que tanto la izquierda política como los movimientos sociales tienen responsabilidades en evitar que se frustre las expectativas de una derrota política de la derecha y su proyecto neoliberal en este ciclo electoral que se ha abierto.

Nota:

i Jesús Sánchez Rodríguez, Su crisis, nuestra frustración, se pueden encontrar en las direcciones señalas a continuación.

Jesús Sánchez Rodríguez. Sus artículos y libros se pueden consultar en su blog: http://miradacrtica.blogspot.com/, o en la dirección: http://www.scribd.com/sanchezroje

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.