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Claves para la equidad desde la vida cotidiana

Fuentes: SEMlac

Alzar la voz y participar, asumir el activismo desde el conocimiento, recibir acompañamiento legal y apostar por la visibilidad desde la comunicación son recursos prácticos para la equidad social, coinciden activistas y especialistas en Cuba.

«Es importante estar en todos los espacios y escenarios para que nadie hable por nosotras sin nuestra experiencia. La sensibilización y el apoyo son muy importantes, pero las vivencias nuestras hay que respetarlas», afirma la activista Malú Cano, coordinadora de la red TransCuba.

Cano fue una de las invitadas al panel Construyendo equidad en el día a día, realizado el 14 de marzo como parte de las Jornadas «Maternidad y Paternidad, iguales en derechos y responsabilidades» que organiza el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).

Junto a ella, participaron en el encuentro Daimara Osorio (activista del grupo Alas de la Red de Mujeres Lesbianas y Bisexuales), Rachel Fraga (asesora jurídica en el Cenesex) y Yailen Ruz (psicóloga y fotógrafa).

Desde sus experiencias profesionales y de vida, las invitadas compartieron sobre la importancia de defender los derechos de manera individual y colectiva, la urgencia de educar para la equidad a las familias y desde ellas, los desafíos para implementar el Código de las Familias y la visibilidad de la diversidad sexual desde los medios de comunicación y, en particular, desde el ensayo fotográfico.

Frente al acoso policial, la falta de oportunidades en los distintos niveles de enseñanza y la discriminación familiar, las personas trans abogan por empoderarse desde el activismo, defender con voz propia sus derechos y estar en todos los espacios para representarse a sí mismas.

«Estas actividades generan discusiones que son importantes para nuestras activistas. La visibilidad y posicionamiento son necesarios porque si nuestras voces no están no podemos defender nuestros intereses», dijo Cano.

La activista adelantó que una buena noticia se avecina con el reconocimiento legal de TransCuba como una asociación, resultado de 22 años de trabajo.

«Por membresía, nosotras alcanzamos la cifra de 4.200 personas trans asociadas a la Red, esto nos ubica como la organización de personas trans con mayor número en Cuba y también en América Latina. Por eso no podemos ceder el espacio y estar en todos los ámbitos sociales», insistió.

Agregó que la participación social contribuye a romper moldes y prejuicios que siguen estigmatizando a las personas trans, por eso invitó a romper esos esquemas, estar en todos los espacios sociales y políticos, en los medios, para que se reconozca el trabajo de las activistas trans y su vínculo con las instituciones cubanas.

«Para mí la sombrilla institucional es importante, aunque considero que el activismo que no trabaja con el Estado es también válido y legítimo», opinó Cano.

Sobre los apoyos familiares habló Daimara Osorio. Para ella, estudiante de Derecho en La Universidad de La Habana, la educación en la familia resulta vital para garantizar la equidad. Formar y sensibilizar a quienes tienen a su cargo a infantes es el primer paso, afirmó.

«Desde que empecé a estudiar derecho mis amistades y vecinos me han pedido orientación. Hace poco me preguntaron qué es una maternidad y paternidad responsable», contó.

«Los padres deberían inculcar amor y comprensión y garantizar su presencia en cada paso de la vida», explicó la activista.

La abogada Rachel Fraga sabe de la importancia de esos valores familiares y el dolor humano que causan los prejuicios y la violencia. Desde los servicios jurídicos del Cenesex lo ha podido constatar.

Fraga informó en el encuentro que, durante el año 2022, en los servicios jurídicos de la institución se atendió a 279 personas. Las principales problemáticas fueron las violencias de género y la discriminación por orientación sexual e identidad de género en la familia, la escuela y el trabajo.

La afluencia de personas al centro, alertó, habla no solo de la ausencia de equidad en esos espacios, sino de que las instituciones responsables de dar soluciones a esos conflictos aún no ofrecen las respuestas que se necesitan.

«El ordenamiento jurídico ha cambiado muchísimo pero no contamos todavía con profesionales sensibles y comprometidos en todos los escenarios. Siempre se puede aspirar a más, pero lo que nos está faltando es hacer efectivas las normas que ya existen. Necesitamos que todas las personas y profesionales se apropien no solo de la letra del Código de las Familias, por ejemplo, sino de su sensibilidad y conocimientos», afirmó Fraga.

Para ese cambio de mentalidad que se reclama en todos los escenarios, Yailen Ruz tiene propuestas. Desde el ensayo fotográfico ha podido constatar la importancia de visibilizar, mostrar, compartir la vida cotidiana, las experiencias y los aportes a la felicidad y equidad que hacen familias no heteronormativas en Cuba.

En 2021 realizó el ensayo fotográfico, devenido en exposición, Donde habita la quimera, en el cual retrató la cotidianidad de familias homoparentales, en específico parejas de mujeres lesbianas con descendencia.

A juicio de Ruz, lo que no se nombra y muestra, no existe. Mostrar el hogar construido, el amor, la comprensión, la distribución de roles sin marcas de género y las estrategias para el cuidado que existen en las familias disidentes del heteropatriarcado constituyen, para la fotógrafa cubana, una forma de romper con los estigmas y construir una sociedad más inclusiva.