Recomiendo:
0

Colombia y Sáhara, monedas de cambio

Fuentes: Rebelión

Después de la retirada de las tropas españolas de Irak, las decisiones en política exterior del Gobierno del PSOE se han orientado hacia la rápida recomposición de las relaciones con la administración norteamericana. En ese empeño, al papel subalterno en el marco de la OTAN, reafirmado por el nuevo ejecutivo, y a la continuidad de […]

Después de la retirada de las tropas españolas de Irak, las decisiones en política exterior del Gobierno del PSOE se han orientado hacia la rápida recomposición de las relaciones con la administración norteamericana. En ese empeño, al papel subalterno en el marco de la OTAN, reafirmado por el nuevo ejecutivo, y a la continuidad de las bases militares estadounidenses en territorio español, se añaden medidas, en materia de política exterior, que reafirman una relación de sumisión del Estado Español respecto a la Casa Blanca y al Pentágono. Moratinos, al igual que su compañero Bono, se aplica en engrasar las bisagras lumbares de la política exterior española.

La primera misión de relaciones exteriores del gobierno de Zapatero fue a Marruecos, para rendir pleitesía a Mohamed VI, fiel aliado de occidente y guardián de sus intereses. Aquel significativo gesto supuso, además de la complicidad económica y política con un sistema feudal y corrupto, toda una puñalada por la espalda a las legítimas aspiraciones del pueblo saharaui. El régimen alauita ha recrudecido últimamente la política de ocupación, con la represión de las manifestaciones, el encarcelamiento y torturas de militantes independentistas saharauis, y la prohibición de la entrada de delegaciones de observadores extranjeros en la zona ocupada. Actuaciones que se añaden al permanente sabotaje político marroquí al proceso de consulta sobre la autodeterminación de la antigua colonia española, auspiciado por la ONU. Pero el Gobierno español parece estar ausente de esa realidad, y contra la voluntad mayoritaria de la ciudadanía y de las propias resoluciones de la ONU, se olvida del compromiso moral, ético y político del Estado Español con la población del Sahara.

Otro brillante servicio, en la misma línea, es el caso colombiano. Álvaro Uribe Vélez, presidente de Colombia, ha girado visita recientemente a Madrid, y el Gobierno y la monarquía española se han engalanado para proporcionarle el mejor regalo que Uribe podría esperar: el ejecutivo español avalará su política ante la Unión Europea, donde son abundantes las reticencias ante la sistemática violación de los derechos humanos en Colombia (por ejemplo, entre las decenas de miles de victimas civiles, desde 1985 han sido asesinados 4000 sindicalistas, de los cuales 400 en los últimos cinco años). El conflicto armado de Colombia, que ya dura varias décadas, hunde sus raíces en gravísimos problemas de injusticia, pobreza y exclusión social, y de sistemática depredación económica y ecológica del país. En un contexto de asesinatos, secuestros y extorsiones, la intención de Uribe de amnistiar a los paramilitares lo convierte, sencillamente, en cómplice y avalista de los crímenes de estos.

Según ha declarado Condoleezza Rice, el presidente colombiano es el principal amigo de Bush en Latinoamérica. Lo es en la medida que convierte a Colombia en puerta de entrada de la política del ALCA (Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, proyecto yanqui de neo colonización comercial de toda América Latina) y del llamado plan Colombia (últimamente Plan Patriota), u ocupación militar complementaria a la económica. Por tanto, el aval español a Uribe es, sin tapujos, otro excelente servicio a los proyectos comerciales, políticos y militares del Gobierno de George Bush, aunque para ello Zapatero, Moratinos y compañía tengan que desayunar sapos cada día.

Las idas y venidas de Bono al despacho de Rumsfled parece que han comenzado a dar sus frutos: el siniestro secretario de Defensa americano ha dado luz verde para la venta a España de los mortíferos misiles Tomahawk, armas de destrucción masiva intensamente utilizadas contra la población iraquí, y carísimos artefactos de alta tecnología que, hasta la fecha, solamente estaban a disposición, aparte del propio ejército norteamericano, del fiel aliado británico. (Ante este hecho, ilustrativo de los meritos realizados, preguntamos: Para defendernos, de quién?, Cuánto cuestan esas máquinas de matar?, Cuántas necesidades sociales se pueden cubrir con esos y otros gastos militares?) Mientras tanto, Moratinos seguirá trabajando hasta conseguir la ansiada foto de Zapatero con Bush, en el despacho oval. Para ello, su ministerio convierte las políticas sobre Sahara y Colombia en monedas de cambio, en pro de la reconciliación.

La cuestión es si la ciudadanía va a consentir que el Gobierno de Zapatero, aunque sea con otras formas y talantes, vuelva a servir a la administración Bush, como una pieza mas de su engranaje, como ya lo hizo Aznar. Además de los conflictos de Irak, Afganistán y Palestina, con sus terribles consecuencias presentes y futuras para todo el mundo, entre las decenas de conflictos bélicos actuales, no debemos olvidar que Colombia y Sahara, por los motivos expuestos, también están en el ojo del huracán. Es urgente, pues, levantar la voz ciudadana, solidaria con los trabajadores y los pueblos saharaui y el colombiano, y con todos los que sufren ocupación y opresión.

—————-

Pep Juárez es Secretari general de CGT-BALEARS