Recomiendo:
0

Con sentido común

Fuentes: Visión desde Cuba

 Muchos son los criterios que sobre el proceso revolucionario cubano se emiten desde Cuba y fuera de ella, por nacionales y no nacionales, por amigos y  enemigos; pero todos tienen un punto en común: el carácter de nuestro sistema y sus aciertos y desaciertos. Los que vivimos en esta Isla y luchamos por hacer de […]

 Muchos son los criterios que sobre el proceso revolucionario cubano se emiten desde Cuba y fuera de ella, por nacionales y no nacionales, por amigos y  enemigos; pero todos tienen un punto en común: el carácter de nuestro sistema y sus aciertos y desaciertos.

Los que vivimos en esta Isla y luchamos por hacer de ella un lugar mejor nos alegramos por eso. La esencia de nuestro proyecto de futuro fue definido desde hace mucho tiempo: «con todos y para el bien de todos»[1]; con nuestros amigos nos alegramos, de nuestros enemigos nos defendemos, pero con ética y respeto, la misma ética y el mismo respeto que exigimos hacia nosotros.

El motivo que me inspiró a escribir estas líneas fue un comentario que leí en Visión desde Cuba escrito por un cubano que refiere sentirse limitado para acceder a los servicios de información, y cito: «navegando en Internet y medio escondido detrás de mi máquina……»

En primer lugar no sé a qué tanto miedo, en cualquier provincia de este país Ud. puede acceder a los servicios de Internet y nadie la preguntará qué busca ni por qué, ese es su derecho individual; claro que ese servicio se paga y sospecho que su miedo es al bolsillo, si es así amigo mío, infórmese un poco más de la realidad del mundo de hoy y con sentido común, solo con un poco de sentido común, sin depender de axiomas preestablecidos, resuelva sus propios temores.

La humanidad se enfrenta hoy a complejos procesos: un desarrollo científico-tecnológico extraordinario que hace posible un futuro promisorio, pero que también puede convertirse en el camino hacia una crisis ecológica insuperable que acabe con el planeta; la caída de sistemas sociales que supuestamente estaban sustentados en poderosas fuerzas de desarrollo económico social, con la consiguiente desorientación ideológica de diversas tendencias progresistas que tuvieron esos sistemas como modelo de desarrollo; y una crisis económica que abarca a todos los países y es imposible resolver con las políticas actuales ( ya son 7 los países europeos que están enfrentando serios conflictos sociales debido a los recortes presupuestarios que se proponen para solucionar la crisis y que afectan, en primer lugar, a los sectores más vulnerables).

En medio de esta realidad, Cuba lucha por construir su propio modelo de desarrollo. A mi modo de ver, para lograr la efectividad del proyecto debemos tener en cuenta  algunos conceptos fundamentales:

1.- El desarrollo social solo se logra con la participación de todos.

Desde los años 90 en la realidad cubana ha cobrado mucha fuerza la incorporación de todos los sectores sociales al debate y la construcción de su realidad, proceso que se enriquece en la década actual con los nuevos lineamientos de la política económica y social del país. El fortalecimiento del poder local, la descentralización administrativa y la autogestión económica son elementos esenciales para lograr resultados concretos.

El nivel de satisfacción de la población en este proceso, más en la construcción que en el debate, porque no se trata solo de opinar, es imprescindible aportar, ejecutar, es sustancialmente palpable; sin embargo, aún hay elementos que perfeccionar en los que la subjetividad humana tienen mucho que ver. La dependencia a decisiones administrativas centralizadas, como resultado de normas, reglas y mitos que aún existen en la psicología social del individuo, limitan la capacidad creativa del dirigente y trabajadores para ejecutar proyectos económicos factibles.

Pero estas dependencias inciden también con mucha fuerza en el marco familiar. La política revolucionaria emprendida el 1ero de Enero de 1959 estuvo dirigida siempre a la satisfacción plena de las necesidades de la población, ello condujo a un paternalismo económico, cultural y político en él que el estado se responsabilizaba de todos los gastos, el resultado fue que en la psicología del cubano se estableció el mito de que es el estado el encargado de garantizar financieramente todas las necesidades humanas.

Aprovecho para comentar otra idea que también está siendo difundida por algunos internautas que cuestionan el carácter gratuito de la educación cubana. Desde mi punto de vista eso es imperdonable. El estado cubano garantiza, en primer lugar, la incorporación de todos  a los diferentes niveles de enseñanza, en segundo lugar la asignación de los recursos necesarios y suficientes para el desarrollo del proceso, y por último, asume de forma absoluta la preparación, el salario y la ubicación del personal docente necesario para garantizar la formación de las nuevas generaciones. Para aquellos que defienden la idea de que es la familia quien sufraga la educación de sus hijos, dos ideas a compartir:

La primera: el papel de la familia en la educación de los hijos es necesario e imprescindible, y no solo en lo económico, pero ya que ese es el punto que nos ocupa, valdría la pena preguntarse:

-¿Cuál es el papel de la familia en la formación de sus hijos?

-¿Cuánto aporta monetariamente la familia cubana en la educación de sus hijos y que representa eso en comparación con el presupuesto asignado por el estado para la formación de cada uno de los miles de estudiantes incorporados a nuestras aulas?

-¿Sabemos el nivel de satisfacción de madres y padres que pueden incorporarse al trabajo, en cualquier modalidad de empleo, con la tranquilidad de que sus hijos están bien cuidados e incluso ellos mismos se vinculan a estudios superiores?

La segunda: en muchos de los estados modernos de hoy en los que usted tiene que pagar, desde la matricula hasta el título, el primer presupuesto a recortar es el de la educación y luego el reajuste laboral y el consiguiente desempleo. ¿Cómo garantizan esas familias la permanencia de sus hijos en los centros de enseñanza? reflexione.

Insisto en que el papel del estado cubano no puede absolutizarse como exclusivo garante del desarrollo del país. En ese proceso se necesita que todos seamos responsables  con nuestra propia actuación para lograr alcanzar las metas propuestas.

2.- Los cubanos lograremos construir el futuro que seamos capaces de hacernos por nosotros mismos.

No podemos esperar a que las soluciones nos lleguen de otra parte, o intentar copiar modelos de una u otra tendencia que no se ajustan a nuestras realidades. Necesitamos sobre todo revolucionar nuestra manera de pensar, sin rechazar la realidad que vivimos, ni ignorar la legitimidad de las acciones que en determinado momento emprendimos para solucionar nuestros problemas. Necesitamos ser más participativos y más conscientes en la construcción de nuestra propia historia.

La Revolución logró elevar el nivel cultural del pueblo a estándares de países desarrollados. Tenemos capacidades, recursos y espacios para el debate, pero nos falta acción. Hay que ganar en respetar la diversidad de criterios, discrepar, cambiar estilos de dirección y enfrentar aquellos que siguen estereotipos que no se acogen a nuestras realidades.

Por ejemplo, entre los cambios que se realizan en nuestro modelo económico se incluye el trabajo por cuenta propia, iniciativa de trabajo privado que en los primeros años de la Revolución se omitió por temor a continuar un modelo capitalista de desarrollo, pero que hoy propicia nuevas fuentes de empleo y crea condiciones favorables para satisfacer necesidades locales.

Hemos logrado cambiar la percepción social acerca de esa forma de empleo, y en quienes lo practican se está desarrollando una conciencia de sus obligaciones fiscales muy positiva. Sin embargo, existe en la población un alto nivel de insatisfacción por los elevados precios que le imponen a sus productos; pero al final no hay discrepancia, como autómatas pagamos lo que nos piden o le echamos la culpa al estado porque nos dejamos convencer de la magnitud de los gravámenes que tienen que aportar sobre sus ingresos anuales.

Es cierto que todavía existen restricciones y limitaciones que serán necesarios seguir estudiando para lograr un justo equilibrio en el desenvolvimiento de este sector. Pero también es cierto que existen inescrupulosos que abusan de la apertura de esta iniciativa y quieren lucrar a costa del consumidor. Y aquí es donde nos toca ser más combativos. El estado no puede regular todas las transacciones entre dos personas; le toca a Ud., de acuerdo a sus necesidades y posibilidades, discrepar, combatir, denunciar. No se preocupe, ocúpese; no se conforme, transforme, no se lamente, convenza.

Democracia es poder del pueblo y poder es hacer, no nos dejemos confundir por dos o tres comentarios que pretenden conceptualizar una realidad que no se va a cambiar a partir de teorías y conceptos, sino con el compromiso real de cada uno en la construcción de su propio futuro. Nuestra democracia existe desde aquel 1ero de Enero del 59 en que nuestros combatientes acabaron con la dictadura batistiana que tantas vidas costaron a este pueblo. Y aunque le duela a muchos es una democracia real porque en Cuba mandamos los cubanos y eso es lo que no nos pueden perdonar nuestros enemigos. Defendámosla, perfeccionémosla pero con conciencia, combatividad y eficiencia.

3.- La ética juega un papel fundamental en el éxito o el fracaso de nuestro proyecto social.

Percibir nuestra realidad con responsabilidad, honestidad y respeto constituyen premisas básicas para la construcción de un futuro mejor. Mirar hacia atrás no significa detenernos en los errores; por el contrario, la mirada crítica y responsable sobre aquellas acciones que no lograron el fin para el que se trazaron debe servirnos para sacar experiencias que nos conduzcan al éxito.

Los conceptos de éxito o fracaso dependen mucho de la diversidad de criterios con que se juzga a nuestra Patria. No permitamos que nos inunden los que quieren hacer prevalecer el criterio de que esta Revolución es un fracaso. Aún cuando somos responsables con nuestros errores y asumimos con honestidad dónde, cómo  y cuándo nos equivocamos; la mayoría de los cubanos tenemos fe en la posibilidad real de alcanzar el éxito porque tenemos un compromiso ético con nuestra historia y la convicción de que somos arquitectos de un futuro mejor, sobre la base de la justicia y la igualdad social.

Nuestra historia ha demostrado que no hay imposibles, luchemos por hacer posibles nuestros sueños con sentido común, más participación y más inteligencia.

*La autora es Máster en Historia y Cultura en Cuba y profesora de la Universidad de Ciencias Pedagógicas de Holguín.

[1] José Martí, el héroe nacional cubano, definió en su discurso del 26 de Noviembre de 1891, el ideal de República para su pueblo: aquella cuyo objeto fuera el respeto a la dignidad plena del hombre, y para lograrlo buscó la unidad de todos como única alternativa para alcanzar la plena independencia.

Fuente: http://visiondesdecuba.wordpress.com/2011/07/18/con-sentido-comun/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.