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Discurso del vicepresidente de Cuba, Carlos Lage, en la Reunión Cumbre de Países del Grupo África, Caribe y Pacífico

Construyamos un mundo cada vez más justo y menos desigual

Fuentes:

Maputo, 23 de junio del 2004 Excelencias: En nombre del Presidente de la República de Cuba, Fidel Castro, trasmito a todos los participantes de esta Reunión Cumbre de Países del Grupo África, Caribe y Pacífico, su mensaje de respeto y solidaridad. El Grupo África, Caribe y Pacífico ha venido desempeñando una insustituible labor en las […]

Maputo, 23 de junio del 2004

Excelencias:

En nombre del Presidente de la República de Cuba, Fidel Castro, trasmito a todos los participantes de esta Reunión Cumbre de Países del Grupo África, Caribe y Pacífico, su mensaje de respeto y solidaridad.

El Grupo África, Caribe y Pacífico ha venido desempeñando una insustituible labor en las negociaciones con la Unión Europea para preservar en todo lo posible las conquistas alguna vez alcanzadas, y se ha convertido en un foro de concertación de países del Sur que resulta obligado tomar en cuenta en los Organismos Internacionales.

Frente a un mundo injusto, desigual y egoísta, gobernado por las naciones que antes fueron metrópolis y sobre todo por la erigida como superpotencia hegemónica, los países ACP han sabido exigir sus derechos. Los centros de poder han establecido un orden internacional que no solo garantiza, sino que acrecienta los privilegios que en su momento les brindó el sistema colonial. Nuestros interlocutores, los países desarrollados, deben saber que ya no nos seducen sus cantos de sirenas.

· La deuda externa es una sangría. Hemos pagado más de dos veces lo que debemos y debemos más de cuatro veces lo que debíamos hace apenas una década.

Tendría que ser anulada.

· La ayuda oficial al desarrollo es un engaño. Solo asciende al 0,2 % del PIB, menos que cuando hicieron el compromiso de llegar al 0,7 % hace 34 años.

Tendría por lo menos que triplicarse, no ser condicionada y no otorgarse subordinada a los intereses económicos y políticos de los propios donantes.

· Los acuerdos de libre comercio son una trampa. Ellos, los países ricos, mantienen los subsidios, con un monto de más de 800 millones de dólares diarios solo en alimentos; fijan arbitrarias barreras sanitarias, ecológicas y otras; son los dueños del capital y las patentes; y nos ofrecen la eliminación total de los aranceles para comerciar en una falsa igualdad de condiciones.

Tendría que regresarse a los acuerdos preferenciales y a fórmulas que compensen las profundas y crecientes desigualdades.

· La preocupación por los pobres es una mentira. Se sostiene un orden económico internacional que destruye la soberanía e impide el desarrollo. La globalización neoliberal impuesta ha multiplicado más de 50 veces en 35 años, las diferencias entre el ingreso del 20 % más rico que vive en los países desarrollados y el 20 % más pobre que vive en el Tercer Mundo. Un solo ejemplo: en los Estados Unidos donde con menos de 300 millones de habitantes se consume el 35 % de los medicamentos que se producen en el mundo, y en el África Subsahariana donde con más de 700 millones de habitantes se consume apenas el 1 por ciento.

Tendrían que ser reemplazadas las actuales instituciones financieras internacionales y reformarse profundamente la Organización de Naciones Unidas.

· La libertad, la democracia y la justicia por la que los países industrializados dicen luchar, seguirán siendo palabras huecas y falsas.

Tendría que renunciarse al egoísmo y a la mentira para que creamos todos en tan esenciales conceptos.

La política del Gobierno de los Estados Unidos contra Cuba es un buen ejemplo del mundo unipolar en que vivimos.

El bloqueo consiste en una guerra económica total y despiadada en la que se nos impiden las exportaciones e importaciones de los Estados Unidos; se castiga y persigue el comercio e inversiones con otros países; se obstaculiza el acceso a los mercados financieros; se interfieren las vías de transportación y comunicaciones; y se llega al extremo de prohibir los viajes y contactos de los ciudadanos norteamericanos y cubanos.

Y ante el fracaso de esa política, hace solo unas semanas, el Presidente de los Estados Unidos, ha anunciado nuevas medidas para hacer aún más despiadado y cruel el bloqueo contra nuestra Patria, que dura ya 45 años. Han decidido causarle el mayor daño a la familia cubana. Movidos por el odio y la desesperación, lo criminal y lo absurdo se dan la mano en los nuevos planes; ya no solo prohíben los viajes de ciudadanos norteamericanos a nuestro país, sino también los de cubanos residentes en Estados Unidos y restringen y persiguen el envío de remesas de los cubanos residentes en ese país a sus familiares en Cuba. Por otra parte presionan a los bancos para que Cuba no pueda utilizar sus divisas convertibles en actividades normales de comercio y aplican nuevas medidas contra inversionistas en Cuba; dedicarán, según aprobaron, 59 millones de dólares para organizar la subversión interna en contra de la Revolución, incluyendo el financiamiento de emisoras de radio y televisión, que convocan a acciones terroristas.

La Unión Europea, sin avergonzarse, proclama casi a diario su alianza con los Estados Unidos cuya política hegemonista y belicista, ya nadie duda. La Unión Europea ha ratificado hace unos días sus sanciones contra Cuba, aún sabiendo que la mentira de la violación de los derechos humanos es el único pretexto de nuestros enemigos para sostener el bloqueo y eventualmente desatar una agresión militar contra nuestra Patria.

Acusar a Cuba de violar los derechos humanos es una infamia; sancionar a un pequeño país bloqueado por la potencia más poderosa que ha conocido la historia es una cobardía. Cabría preguntarse ¿ qué sanciones adoptará la Unión Europea contra Israel que asesina impunemente a mujeres y niños palestinos?. ¿En qué banquillo de los acusados sentará la Unión Europea a Estados Unidos por torturador confeso, documentado hasta la saciedad, de personas indefensas?. ¿Qué condena se autoaplicará la Unión Europea por el trato degradante, que como ciudadanos de segunda clase, reciben los inmigrantes que llegan a sus aparentemente civilizadas y cultas naciones ?.

La hipocresía y la doble moral repugnan. Por eso les hemos pedido a ustedes, hermanos de un mundo pobre, pero digno, comprender que en nuestras condiciones, y como resultado de la posición de la Unión Europea con relación a Cuba, nosotros no podemos formar parte de los acuerdos de Cotonou, aunque sí estaremos siempre entre ustedes que es un inmenso honor para nuestro pueblo.

En los meses que precedieron a esta reunión hemos podido contemplar la mayor exhibición de cinismo jamás conocida en la historia, cuando el Presidente de los Estados Unidos y sus secuaces, acuden a la televisión una y otra vez, a justificar una guerra injustificable, mientras en Iraq, misiles de todas las marcas y precios caen sobre la población civil en edificios, templos religiosos, ambulancias e incluso, una boda.

La política unilateral y hegemónica del Gobierno de los Estados Unidos es un hecho sin precedentes. No interesan las Naciones Unidas, ni los aliados, ni la opinión pública internacional. Se confirma que un imperio no tiene principios ni amigos, solo intereses.

Los conceptos de soberanía limitada, guerra preventiva, intervención humanitaria, oscuros rincones del mundo , y otros, son fascistas y pretenden desbrozar el camino hacia el dominio del mundo por el Gobierno de una sola nación, secundada por otros de naciones ricas.

En el criminal ataque a las torres gemelas murieron tres mil personas, lo cual provocó en todos, justificada y dolorosa conmoción. Cada día mueren en el mundo 33 mil niños de enfermedades curables, y casi no se dice una palabra.

Hagamos caer el peso de la ley sobre los terroristas, pero no las guerras sobre los pueblos y las naciones.

Hágase la guerra contra el hambre, las enfermedades y la pobreza y se erradicará el terrorismo.

Impídase la subestimación y el desprecio de una cultura y una fe religiosa sobre otras.

Póngase fin a la arrogancia y a la prepotencia.

Respétese la soberanía y la libre determinación de los pueblos y se erradicará el terrorismo.

Construyamos un mundo cada vez más justo y menos desigual.

Los cubanos, pese a obstáculos y peligros, armados de nuestras ideas, seguiremos luchando por un hombre culto, justo y solidario.

Muchas gracias.