El II Encuentro Estatal de Corriente Roja llama a la construcción de un Bloque a todas las organizaciones políticas, sindicales y sociales que luchan contra un capitalismo corroído por una profunda crisis de la que solo saldrá rebajando los derechos laborales de los trabajadores, eliminando a los competidores más débiles del mercado, restringiendo al máximo […]
El II Encuentro Estatal de Corriente Roja llama a la construcción de un Bloque a todas las organizaciones políticas, sindicales y sociales que luchan contra un capitalismo corroído por una profunda crisis de la que solo saldrá rebajando los derechos laborales de los trabajadores, eliminando a los competidores más débiles del mercado, restringiendo al máximo los derechos de opinión, huelga, manifestación, reunión y llevando a cabo, las potencias imperialistas, agresiones constantes contra los países que se oponen a sus políticas y a los poseedores de materias primas, en un proceso de «recolonización» del planeta no exento de contradicciones.
El II Encuentro llama a todas aquellas organizaciones que, como nosotros, pensamos que no nos satisface decir, solo, «otro mundo es posible», porque este aserto incluye ilusorias propuestas de «capitalismo con rostro humano», que sólo sirven para llevar a pensar a muchos militantes de la izquierda que, en la etapa actual del capitalismo se pueden llevar adelante reformas que lo hagan más aceptable, alejando cualquier perspectiva de revolución y socialismo.
Este agrupamiento tiene que hacerse sobre la base de un programa político anticapitalista y antiimperialista, que ineludiblemente debe rechazar abierta y categóricamente la Constitución Europea y en el que la lucha contra el régimen de la monarquía y por la III Republica sean sus elementos ordenadores.
Indisolublemente unidos a ellos está la defensa de l@s derechos de l@s trabajador@s, el rechazo a los despidos y a las deslocalizaciones.
Es preciso levantar con decisión el objetivo, a escala nacional e internacional, de la propiedad social y el control democrático de todos los recursos naturales y de los medios de producción.
Es preciso también destruir los mitos que sobre la existencia de una democracia real y una libertad de pensamiento, opinión y comunicación, se han construido sobre la presencia de un mercado de la representación política, y sobre el monopolio de los medios de comunicación y de fabricación de opinión pública por las grandes empresas multinacionales. Es también vital reconstruir el discurso de los derechos humanos -fundamentalmente los vinculados a la vida humana y a la vida con dignidad- para rescatarlos del discurso de la «Libertad de mercado y de comercio» que como «único principio moral» están expandiendo -a fuerza de guerras interminables- las élites capitalistas y, en particular, los Estados Unidos y sus aliados europeos.
La lucha por las libertades democráticas y los derechos de todos los oprimidos por la sociedad capitalista y patriarcal y el derecho a la autodeterminación de los pueblos, son parte imprescindible de ese programa.
La lucha internacionalista de l@s trabajador@s y de los Pueblos, combatiendo las agresiones imperialistas, comenzando por el propio imperialismo europeo y español, constituyen uno de los perfiles definitorios de ese agrupamiento.
Es preciso construir una alternativa clara y nítida que, basada en unos criterios profundamente democráticos, apunte a una sociedad socialista como alternativa al capitalismo generador de miseria, hambre y muerte en la actualidad en el mundo.
La construcción de esta alternativa sólo se puede hacer desde la recuperación de los principios que dieron origen al movimiento revolucionario en la era moderna: el internacionalismo, la democracia directa y la independencia de clase respecto a los aparatos del Estado Burgués, con el objetivo de la transformación socialista de la sociedad.