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Cortes eléctricos, ahorro y cogeneración hospitalaria

Fuentes: Rebelión

La cogeneración es la producción simultánea de calor y electricidad. Su utilización depende, para ser rentable, del período de amortización de las inversiones específicas a realizar, de la cantidad de energía, estacionalidad y precio de la energía primaria consumida y de la generada. Normalmente, una fábrica quemando gas u otro material, desde desechos de aceite, […]

La cogeneración es la producción simultánea de calor y electricidad. Su utilización depende, para ser rentable, del período de amortización de las inversiones específicas a realizar, de la cantidad de energía, estacionalidad y precio de la energía primaria consumida y de la generada. Normalmente, una fábrica quemando gas u otro material, desde desechos de aceite, etc., calienta agua que al hervir mueve una turbina (que genera electricidad). El agua caliente la destina a algún proceso industrial y la electricidad producida la vende (y es comprada obligatoriamente) a las compañías eléctricas. Generalmente, la elecricidad producida por cuestiones técnicas no puede autoconsumirse en el lugar donde se ha producido.

En nuestro país ha habido un desarrollo creciente de la cogeneración y se ha estimulado parcialmente su desarrollo -con el aumento de la oferta eléctrica consiguiente-, a través de la compra, por parte de las compañías eléctricas convencionales a precios bonificados, de esa electricidad sobrante. Donde aún no está desarrollada, a pesar de la demostrada viabilidad y rentabilidad, es en el campo de los servicios que necesitan para su rentabilidad un gran consumo energético continuo.

Uno de los casos más llamativos, sin excusa, dado que es la propia Administración la que suele ser la propietaria de las instalaciones, es el de los centros hospitalarios. Estos suelen contar a efectos energéticos con grandes secciones de lavanderías, cocinas, climatización y un gran uso de agua térmica que previamente se ha tenido que calentar.

Los hospitales públicos suelen ser propiedad del Insalud, de los Departamentos de Sanidad de las diferentes Comunidades Autónomas a las que ha sido transferida dicha competencia, e incluso de diferentes entes locales. En los escasos sitios donde existen instalaciones de cogeneración, como el Hospital General de Guadalajara, la rentabilidad está demostrada. ¿Por qué no se ha generalizado a la red hospitalaria la cogeneración? No puede argüirse ignorancia. Quizá, sea más razonable pensar en presiones del propio sector eléctrico que no está interesado en fomentar una reducción de sus ventas y un aumento de la potencia generada fuera de su control. El desarrollo masivo de la cogeneración podría afectar a la composición interna de la puesta en marcha de las grandes centrales de generación eléctrica y, por ese lado, es lógico que exista un control de la puesta en marcha de los autogeneradores, dado que la electricidad no es un bien que se pueda conservar, sólo se puede utilizar. Pero, lo que es contraproducente es que no se impulse la cogeneración decididamente.

Los diferentes Gobiernos dicen querer una mejora de la eficiencia económica, consumir menos bienes intermedios para un bien final dado, pero han sido alicortos en el desarrollo de mecanismos que lo hagan factible. No han dedicado un verdadero presupuesto para la construcción e instalación allí donde han sido ellos los gestores. Han usado el control de enganche a la red general eléctrica para limitar la potencia de cogeneración a la adecuada al consumo energético de la industria afectada y no a la óptima de las instalaciones que podrían servir para cubrir las necesidades energéticas de una industria o servicio dado, además de generar y poder vender la energía excedente.

Pero a pesar de que se hiciera eso, aumentar el coste relativo del Kw generado o reducir el precio de venta, que supondría para el caso de un hospital como el de La Paz de Madrid, pasar de 3 a 4 años el período de amortización de los elementos precisos para desarrollar la cogeneración, en caso de que se decidiera que se construyese, seguiría siendo rentable económica, ecológica y socialmente la inversión en instalaciones de cogeneración. Si se generalizase este Programa en 95 hospitales de más de cien camas, cuyo estudio preliminar está hecho desde hace más de 5 años, con una inversión de 4.107 millones de las antiguas pesetas, una potencia de sólo 25.273 Kw por estar diseñadas para autoconsumo, sin exportación de energía eléctrica a la red, se generaría un ahorro al Insalud de 1.113 millones al año.

En España, hay cerca de 460 hospitales, públicos y privados, de más de 100 camas. El consumo de energía primaria tiene como consecuencia, generalmente, un aumento de importaciones y contaminación. La eficiencia energética de la cogeneración, que palía lo anterior, está demostrada. La necesidad de que la Sanidad mejore y, además si se puede hacer con menores costes internos o con menores transferencias del Estado o de los beneficiarios, es una demanda social. La industria nacional de equipos de cogeneración e ingenierías están preparadas. Sólo habría que remover obstáculos y promover la cogeneración porque, además, está aprobado y el Estado esta´ comprometido a cofinanciar las inversiones necesarias en los hospitales, también en Sevilla:

El Congreso de los Diputados en 1997 aprobó:

Dentro del marco del estudio de viabilidad que está realizando el Gobierno y una vez analizados los resultados del mismo, se elaborará un plan definitivo respecto a estas energías alternativas, en el que se fije entre otros aspectos un cronograma de actuaciones, inversiones precisas, para que aquellos hospitales de la red pública INSALUD con más de 100 camas, que reuniendo las condiciones técnicas oportunas, incorporen instalaciones de cogeneración.

El INSALUD y los servicios de Salud de las Comunidades Autónomas que han recibido transferencias de servicios sanitarios presentarán proyectos realizados, en curso o nuevos, para su posible cofinanciación por parte del mencionado plan de inversiones del Gobierno de cogeneración energética.’

Otra cosa es que el PP y el PSOE pierdan los papeles según estén en el Gobierno u oposición. Y, encima, los que propusieron esta iniciativa (los de IU) se olviden de chinchar y sólo resoplen ante ‘er calor’.

* Santiago González Vallejo. Economista.