NACIONES UNIDAS – La Tierra está sumida en múltiples crisis ambientales, siendo el cambio climático y la pérdida de biodiversidad las más acuciantes. La urgencia de enfrentar ambos desafíos ha estado marcada por políticas que abordan los temas por separado.
Pero ahora un informe elaborado por un equipo de científicos sobre los demás temas, lanzado el jueves 10, alerta que el éxito en cualquiera de los dos frentes depende de un enfoque combinado de las dos crisis.
Ese es el resultado de la primera colaboración entre el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y la Plataforma Intergubernamental científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).
“Esto tiene el potencial de cambiar las reglas del juego, tanto en lo que se refiere a la forma de investigar como a las sinergias entre estos temas. A menudo, debido a que trabajamos en silos, tendemos a olvidar que existe una fuerte interconexión entre estos sistemas y, claramente, entre el clima y la biodiversidad”, dijo a IPS una de las coautoras del estudio, Shobha Maharaj.
La investigadora es una de las autoras principales del capítulo sobre las pequeñas islas del Sexto Informe de Evaluación sobre el estado del conocimiento científico, técnico y socioeconómico del cambio climático, elaborado por unos 50 destacados científicos sobre el clima y la biodiversidad, que se reunieron virtualmente en diciembre de 2020 para explorar las complejas conexiones entre ambos campos.
De aquel taller emanó un informe en que, según se explicó durante su lanzamiento ante los medios, uno de los argumentos para abordar el calentamiento global y la pérdida de especies de forma simultánea se basan en evidencias comprobadas. Un ejemplo: algunas soluciones climáticas enfocadas de forma limitada, de hecho aceleran inadvertidamente la extinción de especies vegetales y animales.
Según el informe, la comunidad científica ha estado trabajando en las sinergias, o acciones para proteger la biodiversidad que contribuyen simultáneamente a la mitigación del cambio climático.
“Hay algunas medidas que la gente ha estado tomando y que se consideran mitigación del clima, pero que cuando se hacen a gran escala pueden ser perjudiciales”, dijo Maharaj, que puso como ejemplo que “si se plantan árboles en un pastizal de sabana, esto puede perjudicar a todo un ecosistema”.
Por ello, subrayó, “siempre tenemos que dar un paso atrás y mirar el panorama general, y esto se está integrando cada vez más en el diálogo actual entre el cambio climático y la biodiversidad, así que definitivamente va en la dirección correcta”.
Maharaj afirma que los resultados pueden ser instructivos para regiones como el Caribe, uno de los puntos críticos de la biodiversidad mundial. Aunque la zona cuenta con especies endémicas y ricos ecosistemas terrestres y marinos, en algunos países la limitación de tierras para el desarrollo económico provoca la degradación del hábitat natural y la deforestación, que se ve agravada por el cambio climático.
“Algo tan simple como el desarrollo de un área protegida regional, en lugar de que cada isla tenga su propia área protegida, sería de gran ayuda para destacar, desarrollar y aumentar las sinergias y hacer frente a las compensaciones entre la biodiversidad y el cambio climático”, resaltó.
El informe llega antes de dos citas sobre las dos materias que se celebrarán este año, organizadas por las Naciones Unidas: la 15 Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica (COP15), que acogerá la ciudad china de Kumming en octubre, y la 26 Conferencia de las Partes (COP26) de la Convención Marco sobre Cambio Climático , que se realizará en la ciudad escocesa de Glasgow en noviembre.
El copresidente del Comité Directivo Científico de la IPBES-IPCC, Hans-Otto Pörtner, dijo durante la presentación del informe que un futuro sostenible para las personas y la naturaleza sigue siendo alcanzable, pero requiere una acción “rápida y de gran alcance”.
“Resolver algunas de las fuertes y aparentemente inevitables compensaciones entre el clima y la biodiversidad implicará un profundo cambio colectivo de los valores individuales y compartidos en relación con la naturaleza”, afirmó.
Ese cambio requiere, detalló, “el abandono de la concepción del progreso económico basada únicamente en el crecimiento del PIB, para pasar a una que equilibre el desarrollo humano con los múltiples valores de la naturaleza para una buena calidad de vida, sin sobrepasar los límites biofísicos y sociales”.
El informe enumera medidas para combatir tanto la crisis climática como la pérdida de biodiversidad.
Cita la restauración de los ecosistemas como una de las soluciones más baratas y rápidas para la mitigación del clima basada en la naturaleza. La restauración de los manglares, en particular, cumple múltiples objetivos globales de biodiversidad y clima.
También reclama un aumento de la agricultura y la silvicultura sostenibles, acciones de conservación mejor orientadas y el fin de las subvenciones que apoyan actividades perjudiciales para la biodiversidad, como la deforestación y la sobrepesca.
Pero advierte que, al igual que el cambio climático y la biodiversidad son inseparables, las medidas de mitigación del cambio climático basadas en la naturaleza solo pueden tener éxito junto con reducciones ambiciosas de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el hombre.
“La tierra y los océanos ya están haciendo mucho, absorbiendo casi 50 % del dióxido de carbono procedente de las emisiones humanas, pero la naturaleza no puede hacerlo todo”, dijo Ana Mar a Hernández Salgar, presidenta de IPBES.
El Informe de Evaluación Mundial de la Biodiversidad y los Servicios de los Ecosistemas de 2019, la primera de este tipo en una década, afirmaba que el ritmo de cambio global de la naturaleza en el último medio siglo no tenía precedentes en la historia.
Advirtió que la despiadada demanda de los recursos de la Tierra había provocado que un millón de especies de plantas y animales se enfrentaran a la extinción en pocas décadas, con implicaciones para la salud pública.
Por otra parte, un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) sobre el estado del clima mundial, difundido este mismo mes, constató que las concentraciones de los principales gases de efecto invernadero aumentaron, a pesar de una reducción temporal de las emisiones en 2020, debido a las medidas de contención de covid-19.
El documento de la OMM también señaló que 2020 fue uno de los tres años más cálidos registrados.
El informe copatrocinado por la IPBES y el IPCC sobre la biodiversidad y el cambio climático, publicado el jueves 10, subraya que es necesario actuar tanto en el frente del cambio climático como en el de la biodiversidad.
Pero subraya algo que considera neurálgico: desde ahora, deben abordarse como dos partes de un mismo problema, que por ello requieren medidas y soluciones concertadas.
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